[Gálatas 6:7-9]
18-04-2010 | Rev. Jaerock Lee
Pasaje
Gálatas 6:7-9
"No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará, porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien, porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos"
Esta es la quinta sesión de la serie, "La Ley de la Siembra y la Cosecha".
Dios desea dar bendiciones a sus amados hijos. Sin embargo, Él no puede simplemente dar esas bendiciones. Hay reglas de justicia que dictan que, 'cosechamos lo que hemos sembrado'. Además, cuando sembramos tenemos que conocer las formas apropiadas de hacerlo para que podamos obtener buenos frutos.
Dicho de paso, la bendición más importante que podemos recibir es la prosperidad de nuestra alma. Si nuestra alma prospera, nosotros podemos disfrutar de la gloria del Cielo eterno, y podemos recibir la respuesta a todo lo que pidamos.
Por esta razón, algunas veces Dios espera hasta que su alma prospera antes de darles las bendiciones materiales o de sanidad. Y esto se debe a que en muchos casos ustedes pueden sufrir pérdidas espirituales si Dios les da las bendiciones materiales primero.
Justo después de abrir esta iglesia una persona, que no podía caminar, recibió mi oración y pudo caminar. Él tenía muy poquita fe, pero en ese momento Dios consideró mi fe y sanó a muchas personas que carecían de fe propia.
Después que esta persona fue sanada, él asistió a la iglesia por un par de semanas, pero pronto dejó de llegar. Cuando un obrero de la iglesia le visitó, él dijo, "yo asistí al servicio un par de ocasiones porque fui sanado allí. Ahora tengo que ganar mi sustento, así que ¿Cómo puedo continuar asistiendo a la iglesia?
Antes que eso sucediera, cuando yo oraba, le había pedido a Dios que considerara mi fe y que sanara a los que no tenían fe. Pero al ver que cosas como esta sucedían, empecé a orar de forma diferente. Oraba para que Dios obrara de acuerdo a la fe de ellos y dentro de las leyes de la justicia. Comprendí que era mejor para sus almas recibir las respuestas cuando ellos tenían fe, aun cuando esto tomara más tiempo.
Es igual con las bendiciones materiales. Hay personas que diligentemente practican una vida de fe cuando son pobres, pero manifiestan un cambio de corazón después que han recibido las bendiciones, y empiezan a pecar o establecen amistades con el mundo, o se apartan completamente de Dios.
Es por eso que Dios, que conoce el corazón de la gente, otorga las bendiciones después de esperar a que ellos crezcan en su fe.
Sin embargo, cualquiera que sea la circunstancia, es una ley infalible que nosotros cosechemos lo que hemos sembrado. Podrá ser que cosechemos un poco antes o después, pero aun cuando cosechemos más tarde, nunca hay una pérdida en nuestra inversión. Si nosotros continuamos una y otra vez dando a Dios con una fe firme, Él nos dará más rápidamente una fe espiritual para que podamos también recibir bendiciones más rápidamente.
Es una bendición real e inmensa que podamos recibir bendiciones espirituales y materiales al mismo tiempo.
Santiago 5:11 dice, "Nosotros tenemos por bienaventurados a los que sufren: Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin que le dio el Señor, porque el Señor es muy misericordioso y compasivo".
Yo oro en el nombre del Señor para que ustedes reciban abundantes bendiciones de Dios al sembrar diligentemente con una fe invariable.
[Mensaje Principal]
Amados hermanos y hermanas en Cristo, les he explicado hasta el sexto principio de la siembra y la cosecha a través de las sesiones anteriores.
El séptimo secreto de la siembra y la cosecha es, que cuando sembramos, nosotros tenemos que sembrar en el lugar donde es agradable para Dios. Para obtener ganancia de la inversión en la bolsa de valores, tenemos que invertir en buenas compañías. De lo contrario, podríamos incluso perder nuestro dinero.
Cuando ustedes siembran espiritualmente las semillas, si lo hacen en un lugar que no le agrada a Dios, no podrán recibir bendiciones.
Por ejemplo, cuando ustedes ayudan a los pobres, tienen que hacerlo de acuerdo a la voluntad de Dios.
Proverbios 19:17 dice, "A Jehová presta el que da al pobre; el bien que ha hecho se lo devolverá".
Si, ayudar a los pobres es una forma de recibir bendiciones, pero si ayudan a los que están siendo castigados por sus pecados cometidos, ustedes sufrirán con ellos. Si ustedes les ayudan a pesar que ellos continúan cometiendo pecados, es lo mismo que les ayuden a desobedecer a Dios.
Nosotros podemos comprender esto en el libro de Jonás. Cuando el profeta Jonás subió a bordo del barco para huir, desobedeciendo a Dios, el barco enfrentó una tormenta. Los marineros descubrieron que era Jonás el causante de la tormenta y vinieron a él. El destino de esa embarcación era en dirección opuesta a donde Dios había ordenado a Jonás que fuera. Así que, el hecho de tener a Jonás a bordo del barco era lo mismo que ayudarle a desobedecer la voluntad de Dios. Jonás les dijo que era la voluntad de Dios echarlo al mar, pero ellos tuvieron lástima de él y no lo lanzaron. Debido a eso, tuvieron que sufrir por mucho tiempo y echar todo su equipaje al agua. Solamente cuando sus propias vidas estuvieron en peligro entonces echaron a Jonás al mar.
Esto no aplica solamente para ayudar a los necesitados, sino también aplica en cuanto a entregar las ofrendas. Si ustedes entregan ofrendas a aquellos que tienen disensiones e injusticias debido a las obras de Satanás, Dios no puede bendecirlos. Pero si ustedes dan a grupos o a personas que son agradables para Dios, entonces Dios puede recompensarlos con gozo.
Jesús dijo en Mateo 10:40-42, ""El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá. Y cualquiera que dé a uno de estos pequeños un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa"".
Si ustedes dan a un pequeño con fe, podrán recibir la recompensa del Señor. Pero si pueden, es de mayor bendición recibir a un profeta y a un hombre justo que solamente a un pequeño, para que puedan recibir las recompensas de un profeta y las de un hombre justo.
Por ejemplo, en Génesis 12:3, Dios dijo a Abraham cuando hizo de él la fuente de bendiciones. "Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra".
Con solamente estar junto a este hombre, Abraham, Lot se volvió muy rico. Además, debido a que Abraham albergaba a Lot en su corazón, Dios salvó no solamente a Lot, sino también a toda su familia cuando Sodoma fue destruida. Dios recordó a la persona que Abraham tenía en su corazón.
Nosotros podemos ver frecuentemente en la Biblia que aquellos que tenían una relación con los amados de Dios, también eran bendecidos. Es más, cuando aquellos hombres de Dios que tienen la autoridad para bendecir o maldecir a otros de acuerdo a la inspiración del Espíritu, esas bendiciones o maldiciones vendrán sobre ellos.
Cuando los hombres de Dios oran por bendiciones para los demás, ellos no solamente orarán por ellos, sino que los harán preparar sus vasijas para recibir las bendiciones.
Por ejemplo, cuando Isaac bendijo a Esaú con las bendiciones del primogénito, primero lo hizo que preparara comida deliciosa. Isaac quería bendecir a Esaú, no con la bendición de un padre a su hijo, sino como un hombre de Dios dando bendiciones de acuerdo a las leyes espirituales.
En 1 Samuel capítulo 9, antes que Saúl se convirtiera en el rey, fue a un vidente para preguntarle qué camino tomar, y él preparó las ofrendas. Y esto es porque conocía la ley de la siembra y la cosecha.
Además de estos ejemplos, podemos encontrar muchas ocasiones en la Biblia donde la gente dio de lo suyo a los hombres de Dios y cosecharon grandes bendiciones.
1 Reyes 17 relata sobre una viuda que sirvió a Elías durante una severa sequía y obtuvo mucha comida. Toda la nación estaba sufriendo a acusa de la sequía, y esta viuda tenía solamente un puñado de harina y un poco de aceite. Ella pudo haber hecho pan con esto y haber comido con su hijo, para luego esperar la muerte. Pero Elías dijo en 1 Reyes 17:13-14.
"Elías le dijo: --No tengas temor: ve y haz como has dicho; pero hazme con ello primero una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela. Después la harás para ti y para tu hijo. Porque Jehová, Dios de Israel, ha dicho así: "La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra"".
Con sentido común, hubiera sido algo muy vergonzoso pedirle a esta mujer que le entregara su última comida. Pero Elías tenía la convicción en el corazón. Él tenía la fe que ella recibiría bendiciones por servirle al hombre de Dios. Es por eso que pudo pedirle que le entregara la comida más valiosa que ella tenía.
De hecho, ella creyó en la promesa de Dios y obedeció, y entonces experimentó algo sorprendente. Ella tuvo alimento hasta que la sequía hubo terminado y salvó la vida de su hijo con solamente ofrendar una comida. Por lo tanto, ella cosechó mucho más de lo que había entregado.
Además, en 2 Reyes capítulo4, podemos leer sobre la mujer sunamita. Ella sirvió a Elías de la mejor forma que pudo y sin esperar nada a cambio. Y debido a lo que hizo ella recibió una gran bendición. Ella no pudo tener un hijo hasta que era bastante mayor, pero tuvo un hijo. Cuando su hijo muere repentinamente, debido a que ella fue donde Elías, le fue devuelta la vida de su hijo. A pesar que no puedo explicar esto con mayor detalle, esta mujer más tarde recibió una gran bendición material por seguir a Elías. Ella casi pierde su tierra y la cosecha de la misma, pero finalmente la recuperó.
En la actualidad, aquellos que conocen el camino de las bendiciones sirven a los siervos de Dios.
Había una persona que yo conocía, cuando ella recogía el primer fruto, entregaba a Dios la primicia, y luego entregaba un poco al pastor de su iglesia.
Gálatas 6:6 dice, "El que es enseñado en la palabra haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye". Como dije antes, ella se regocijó sirviendo a los siervos de Dios con las buenas cosas que tenía.
Aquellos incrédulos que la conocían decían, "Tú estas pobre porque haces eso". Pero más tarde, Dios la bendijo por todo su servicio. Dios la bendijo financieramente, y especialmente sus hijos se convirtieron en pastores que están siendo usados para el reino de Dios.
Hermanos y hermanas, muchos de ustedes vienen a mi casa para recibir mi oración o en la iglesia cada semana o cada mes. Debido a que tantas personas, tanto del país como fuera del país, me piden que ore por ellos, no es fácil recordar sus nombres con solamente haberles visto un par de veces. Sin embargo, puedo recordar automáticamente a algunas personas a pesar que no me esfuerzo por hacerlo. Ellos muestran su fe y su devoción, y su actitud no cambia por años. Muy pronto, puedo ver a estas personas dando testimonios de bendición. Esta es la obra de Dios.
Si alguna de estas personas no recibe bendiciones o la respuesta a sus deseos por mucho tiempo, yo me desespero por ellos. Y le pregunto a Dios por las formas en que ellos reciban bendición, y yo mismo trato de ayudarles.
Además, cuando estos miembros traen sus ofrendas para recibir mi oración, yo le entrego la mayoría de esas bendiciones directamente a Dios. Las entrego para obras misioneras, obras de caridad, para la construcción de iglesias, y para otras cosas que se necesitan en Su reino.
De esta forma, estoy tratando de permitir que sus ofrendas, que son entregadas a un siervo de Dios, también sean entregadas al reino de Dios, para que ellos reciban mayores bendiciones.
Hermanos y hermanas, siendo el pastor del rebaño, cuando siento el aroma del amor y de la fidelidad de mis ovejas, yo deseo hacer cualquier cosa posible para ayudarles. ¡Y solamente imagínense cuan desesperadamente Dios quisiera bendecirlos! Él realmente desea bendecirlos por todo lo que ustedes siembran.
Pero, para recibir bendiciones, asegúrense de recordar que ustedes tienen que ser sabios y sembrar en los lugares donde es agradable para Dios.
Amados hermanos y hermanas en Cristo, para que ustedes puedan recibir bendiciones así como siembran, el octavo secreto es, que tienen que ser fieles al reino de Dios.
En otras palabras, esto también significa que ustedes tienen que ser diligentes en su vida de fe todo el tiempo. Dios nunca se olvida de aquellos que son fieles para el reino de Dios.
Nosotros tenemos miembros de la iglesia que están muy ocupados con sus propios negocios pero también desempeñan sus múltiples ocupaciones dentro de la iglesia. Y ellos dice, "Yo hago el trabajo de Dios, y Dios hace el mío".
Ellos conocieron a Dios y recibieron bendiciones mientras estaban en una situación muy difícil, y por lo tanto, sin importar que tan ocupados estén, ellos no pueden descuidar las tareas que Dios les ha dado. Al pedir ellos con fe y siendo fieles a Dios, Él les permite hallar empleados confiables y hace que sus empresas permanezcan más firmes.
Por supuesto, si ustedes verdaderamente están ofreciendo fidelidad espiritual, no trabajan solamente físicamente. También adoran en espíritu y en verdad, y oran fervientemente sin cesar. Cuando Dios ve tal clase de creyentes que aman a Dios y que son fieles a Él, Dios no solamente recibe esa fidelidad. Con mayor seguridad, Él los bendice para que ellos también puedan darle gloria a Dios.
Por ejemplo, uno de nuestros ancianos está recibiendo una gran bendición trabajando en el campo de los seguros. Él fue guiado a nuestra iglesia y conoció a Dios cuando era un alcohólico y estaba en una terrible situación.
Pronto después de recibir la gracia y de haber cambiado, él empezó a tocar el bajo en la reunión de Oración de Daniel, y ha estado cumpliendo con su deber por los últimos 15 años. Aun cuando estaba muy cansado y deseaba descansar, él no podía hacerlo debido a su deber. Hubo muchas clases de pruebas durante todos esos años, pero él cumplió con su deber con todas sus fuerzas. Además, cuando le fueron confiadas otras obligaciones en los grupos misioneros, él cumplió con ellas haciendo su mejor esfuerzo. Este hermano empezó a trabajar en el negocio de los seguros casi 5 años después de haber empezado a tocar la guitarra. A partir de ese momento, Dios empezó a retribuir su fidelidad con bendiciones materiales. Él nunca había trabajado en las ventas, y siendo introvertido, no sabía cómo hablar con las personas. Pero, Dios le proveyó con sorprendentes ganancias.
Sus diezmos incrementaron día con día, y fue promovido como ejecutivo en jefe de su empresa. Él solía ser un alcohólico y una basura de la sociedad, pero recibió grandes bendiciones financieras así como posición social y la evangelización de su familia.
Esta es la clase de bendiciones que Dios está dando a los que son fieles. Sin embargo hay algunos que son fieles antes de recibir las bendiciones, pero después de recibirlas, se ocupan de sus negocios, y abandonan sus deberes. En la mayoría de los casos, ellos no solamente abandonan sus deberes, sino que también su vida y su fe misma cambian. Ellos pierden la gracia en el servicio de adoración, y empiezan a pasar por alto las oraciones poco a poco. Frecuentemente solían llegar a la iglesia antes de su pastor, pero no lo hacen más.
Al enfriarse su fervor, ellos se comprometen con el mundo. Y para ganar más dinero, incluso hacen las cosas que no le agradan a Dios. Entonces, cuando Dios finalmente aparta su rostro de ellos, sus negocios caen en un momento y podrán incluso adquirir una enfermedad.
En ocasiones, repentinamente me recuerdo de alguien y me doy cuenta que no le he visto por algún tiempo. Luego, un poco más tarde, él regresa con cierta forma de arrepentimiento. Yo espero que ustedes no sean una de estas personas.
Como antes les expliqué, lo más importante es la bendición espiritual.
El hombre rico construyó un granero nuevo, lo llenó con trigo y se regocijó. Pero, ¿Qué fue lo que Dios le dijo?
Lucas 12:20 dice, ""Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma, y lo que has guardado, ¿de quién será?""
Yo les insto en el nombre del Señor para que ninguno de ustedes se convierta en uno de estas personas imprudentes que decepcionan a Dios siendo segados por vanas riquezas.
[Conclusión]
Amados hermanos y hermanas en Cristo, hasta ahora expliqué ocho secretos de la siembra y la cosecha. Repasémoslos brevemente.
Primero, nosotros tenemos que cultivar nuestro corazón.
Segundo, tenemos que santificar el Domingo y entregar los diezmos apropiados.
Tercero, no tenemos que pedir con codicia.
Cuarto, tenemos que caminar por el camino correcto.
Quinto, podemos recoger mucho fruto cuando sembramos mucho.
Sexto, nuestra fe y nuestras obras no tienen que cambiar.
Séptimo, tenemos que sembrar en el lugar donde es agradable para Dios,
Y ocho, tenemos que ser fieles en el reino de Dios.
Reflejando estas ocho cosas sobre ustedes mismos, ¿creen que han preparado sus vasijas para recibir las bendiciones?
Si carecen de algo, ustedes tienen que llenar ese requisito. Si han sentido que necesitan hacer algo mientras escuchaban estos mensajes, simplemente pueden hacerlo.
Hasta aquí, ustedes han estado sembrando y cosechando diligentemente en sus vidas cristianas. Pero a través del mensaje entregado en este pasado Año Nuevo Lunar, Dios nos prometió que ustedes realizarían y cambiarían las cosas que no pudieron realizar antes a causa de sus limitaciones.
Yo les insto a que se perfeccionen en estas bendiciones espirituales para que puedan sembrar con el aroma del corazón que realmente puede agradar a Dios. Al hacer eso, yo espero que experimenten bendiciones en diferentes dimensiones a partir de este año 2010.
Yo oro en el nombre del Señor para que, hasta el día que el Señor regrese, su vida este llena con la voz para darle gloria a Dios con gozo diciendo, "¡Dios ha obrado sorprendentemente en mi vida!".
[¡Amén!]