[Génesis 1:6-8]
07-05-2010 | Rev. Jaerock Lee
Pasaje
Génesis 1:6-8
[6] Entonces dijo Dios: "Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas".
[7] E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así.
[8] Y llamó Dios a la expansión cielos. Y fue la tarde y fue la mañana: el segundo día.
Amados hermanos y hermanas en Cristo,
Este es el 33er estudio del libro de Génesis.
En el segundo día de la Creación, Dios creó una expansión entre las aguas.
Debido a esta creación, muchas cosas tomaron lugar tanto en el mundo natural como en el mundo espiritual.
En el mundo natural (físico), se creó la atmósfera. En el Segundo Cielo, el cual pertenece al reino espiritual, se crearon tanto el dominio de la luz como el de las tinieblas.
En el mundo natural, las aguas debajo de la expansión llegaron a ser océanos en el tercer día de la Creación, y las aguas sobre la expansión permanecieron como vapor de agua en la atmósfera.
En el cuarto día de la Creación, mientras se creaban el sol y la luna, comenzó la circulación de las aguas.
Las aguas del mar se evaporaron para convertirse en vapor de agua que formó nubes, y estas nubes viajaban con el viento que soplaba y traía la lluvia al mundo entero.
Gracias a esta circulación de las aguas, todas las criaturas pueden ser provistas de agua que sostiene sus vidas.
Dios provee el agua, no sólo en forma de lluvia, sino también en forma de nieve o de rocío.
Todas estas formas de precipitación del cielo en realidad simbolizan las "bendiciones de Dios".
Para beneficio de toda criatura, incluyendo los seres humanos, Dios el Padre provee agua en varias formas.
Tal como lo dice Deuteronomio 11:14: "El dará a vuestra tierra la lluvia a su tiempo, lluvia temprana y lluvia tardía, para que recojas tu grano, tu mosto y tu aceite".
El Salmo 65:10 dice además: "Riegas sus surcos abundantemente, allanas sus camellones, la ablandas con lluvias, bendices sus renuevos".
Cuando Dios creó este mundo, todas las cosas del mundo circulaban de acuerdo a la justicia.
Ya que los seres humanos destruyeron su entorno natural para beneficio propio, el orden (natural) de la naturaleza gradualmente comenzó a desmoronarse.
Como resultado, la lluvia y la nieve llegaron a ser no solamente medios de bendición de Dios, sino también de calamidad.
Originalmente, llovía y nevaba de una manera equilibrada de acuerdo al orden natural que Dios creó.
No obstante, ya que los seres humanos destruyeron este orden de la naturaleza, se presentó el desequilibrio.
Algunos lugares tienen demasiada lluvia o nieve, pero hay otros lugares donde la lluvia o la nieve son escasas.
Las fuertes lluvias, fuertes nevadas, sequías e inundaciones empezaron a darse como desastres de la naturaleza.
Por cierto, no importa cuán horriblemente destruya el hombre el orden de la naturaleza, Dios guarda la justicia fundamental de este mundo de modo que no se desequilibre.
Por ejemplo, hubo un reporte que indicó que el eje de rotación se había movido un poco de su posición a causa del último terremoto en Chile.
Sin embargo, era un cambio muy insignificante.
No importa cuán terribles se tornen los desastres naturales, durante el período de cultivación humana, Dios guarda a la Tierra para que pueda durar.
Además, mientras los desastres naturales empeoran más y más, aumentan las posibilidades de que el poder de Dios sea más necesario.
Así como Jesús gobernó a los vientos y olas, el ardiente poder del Espíritu Santo también puede controlar los terremotos, las inundaciones, e incluso las erupciones volcánicas.
A través de estas obras, Dios el Padre será glorificado en gran manera, ya que Él terminará la cultivación humana.
Amados hermanos y hermanas,
Les dije que en el segundo día de la Creación se crearon dos dominios en el Segundo Cielo del reino espiritual.
Estos dos dominios del Segundo Cielo se refieren al dominio de la luz y el dominio de las tinieblas.
Existe un verso bíblico que revela que el Huerto del Edén en el dominio de la luz y el dominio de las tinieblas rozaban entre sí.
El hecho de rozar entre ellas significa que, con la línea de frontera en el centro, una parte es el dominio de las tinieblas y la otra parte es el Huerto del Edén en el dominio de la luz.
Y por ende, Dios causó que la línea de frontera entre estos sea resguardada.
Génesis 3:24 dice: "Expulsó, pues, al hombre; y al oriente del huerto del Edén puso querubines, y una espada encendida que giraba en todas direcciones, para guardar el camino del árbol de la vida".
Al decir "guardar el camino" se demuestra que hay seres que pueden abrirse camino hacia el Huerto.
La Biblia dice claramente que Dios causó que la parte este del Huerto del Edén esté resguardada.
En mayor detalle, Dios hizo que el camino hacia el árbol de la vida que está en el Huerto del Edén esté resguardado.
Esto indica que había alguien que buscaba el árbol de la vida.
En Génesis 3:22 Dios dice: "...cuidado ahora no vaya a extender su mano y tomar también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre".
Este verso se está refiriendo a Adán, quien había cometido pecado.
Adán cometió el pecado de desobediencia del mandato de Dios.
De acuerdo a la ley del reino espiritual, la cual dicta que "la paga del pecado es la muerte", Adán ya no podía seguir viviendo eternamente.
No obstante, si él comía del árbol de la vida, entonces podía vivir por la eternidad.
Ya que Adán vivió en el Huerto por un largo período de tiempo, él sabía bien esto, y pudo haber intentado comer el fruto de ese árbol.
Es por eso que Dios expulsó a Adán del Huerto del Edén hacia este mundo.
Luego de expulsar a Adán del Huerto del Edén, Dios puso querubines y la espada encendida que giraba en todas las direcciones a fin de proteger el camino hacia el árbol de la vida.
Esto fue para prevenir que los espíritus malignos comieran del fruto del árbol de la vida.
Además del Huerto del Edén, también hay espíritus malignos en el Segundo Cielo.
Es probable que los espíritus malignos hayan invadido el Huerto del Edén donde Adán ya no podía vivir.
Por esta razón, Dios colocó querubines y la espada encendida que giraba en todas las direcciones a fin de proteger el camino hacia el árbol de la vida.
De estos hechos podemos descubrir que tanto el dominio de la luz como el dominio de las tinieblas en el Segundo Cielo rozaban entre sí.
Cuando Dios creó la expansión en el segundo día de la Creación, el Huerto del Edén fue creado en el dominio de la luz y las moradas de los espíritus malignos se crearon en el dominio de las tinieblas.
Hubo otro espacio creado adicionalmente a estos espacios en el Segundo Cielo.
Existe un área especial que funciona en calidad de zona de amortiguación o zona neutral del primer Cielo, que es el espacio (físico) natural, y el reino espiritual. Esta área especial fue creada en el segundo día de la Creación.
El fluir del tiempo se detiene en esta área especial; aquí no hay movimiento en lo absoluto.
Es por esto que los seres espirituales pueden entrar en el mundo natural instantáneamente a través de este espacio.
Tengan en cuenta que un lugar especial como este también existe en la "expansión".
De ello se deduce entonces que hay tres espacios espirituales que Dios creó en la expansión en el segundo día de la Creación.
Hay el dominio de la luz, y el dominio de las tinieblas, y esta área neutral donde se detiene el fluir del tiempo.
Ahora, Génesis 1:6 dice: "Entonces dijo Dios: 'Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas'".
Existe una razón espiritual por la que Dios creó la expansión en medio de las aguas.
El "agua" se refiere a la Palabra de Dios en un sentido espiritual.
Por lo tanto, el hecho de que Dios haya creado la expansión en medio de las aguas demuestra que todo está ciertamente bajo la autoridad de Dios.
Los espacios que fueron creados mientras Dios creaba la expansión son: la atmósfera en el 1er Cielo, los dos dominios en el 2do Cielo, y el área neutral; todos estos espacios pertenecen a Dios.
Amados hermanos y hermanas,
¿A qué espacio fueron las "aguas sobre la expansión" en el reino espiritual?
Estas se convirtieron en la base de los ríos en el Huerto del Edén en el 2do Cielo.
En Génesis 2:11-14 se mencionan cuatro ríos en el Huerto del Edén.
Pero también en Génesis 2:10 dice: "Y del Edén salía un río para regar el huerto, y de allí se dividía y se convertía en otros cuatro ríos".
Esto indica que existe una fuente de los cuatro ríos.
Las aguas que se convirtieron en la fuente de los cuatro ríos son las "aguas sobre la expansión" mencionadas en los versos bíblicos de esta noche.
Los ríos en el Huerto del Edén no se comparan a los ríos de este mundo.
Estos son mucho más amplios que los ríos de este mundo, además de ser mucho más largos.
Por lo tanto, el volumen de estos ríos es mucho mayor.
Las aguas en el Huerto del Edén, esto es, las aguas sobre la expansión, fueron en realidad las aguas que cubrían el mundo primitivo.
Ya que la expansión fue creada en medio de las aguas, estas se dividieron en dos, y las aguas sobre la expansión llegaron a ser la fuente de los cuatro ríos del Huerto del Edén.
Y las aguas debajo de la expansión formaron océanos en este mundo.
Por lo tanto, las aguas en el Huerto del Edén y las aguas de este mundo comparten un mismo origen.
El Río de Vida es el que Dios hizo que fluyera desde el Cielo.
Sin embargo, ya que ha pasado muchísimo tiempo, las aguas del mundo se han contaminado.
Ya que Adán fue maldecido y expulsado a este mundo, la Tierra y todas las cosas en ella también fueron maldecidas.
Desde ese momento todas las cosas en el mundo empezaron a cambiar.
Además, como resultado de la evolución irreflexiva e imprudente de los seres humanos se ha contaminado el ambiente y se ha lastimado y destruido gravemente al orden natural.
Como resultado de estas interrupciones del orden natural, se han dado cambios anormales en el clima y los desastres naturales se han hecho más frecuentes.
Dios originalmente creó este mundo como un lugar hermoso y agradable, pero los seres humanos han contaminado la Tierra a causa de su codicia y maldad.
A diferencia de este mundo, el Huerto del Edén mantiene la apariencia original con la que Dios lo creó.
Es un lugar limpio y cristalino, y el rico ambiente natural está bien mantenido, del mismo modo que fue creado en el principio.
Los ríos en el Huerto del Edén se han mantenido bien; estos son limpios, claros y de brillo intenso.
Pero hubo una ocasión en la providencia de Dios cuando estas aguas del Huerto del Edén cayeron a este mundo.
Se trató del Diluvio, en el tiempo de Noé.
Explicaré esto con mayor detalle al estudiar el capítulo 7; durante el Diluvio llovió por 40 días de modo que incluso la montaña más alta se cubrió con agua.
Por cierto, con toda el agua en este mundo, incluso si todos los glaciares de los polos se derritieran, la montaña más alta no se podrá sumergir bajo el agua.
En otras palabras, la Tierra no se puede cubrir por completo solamente con el agua de este mundo.
Génesis 7:11-12, donde se describe el Diluvio, dice: "...en ese mismo día se rompieron todas las fuentes del gran abismo, y las compuertas del cielo fueron abiertas. Y cayó la lluvia sobre la tierra por cuarenta días y cuarenta noches".
En este verso, "todas las fuentes del gran abismo" se refiere a la fuente de los cuatro ríos del Huerto del Edén.
Y "las compuertas del cielo" se refiere a las compuertas que conectan con el 2do Cielo.
Durante el juicio del Diluvio, Dios hizo que "todas las fuentes del gran abismo" en el Huerto del Edén se abrieran.
Y Él hizo que las aguas cayeran a este mundo a través de las compuertas abiertas del 2do Cielo.
Les dije anteriormente que el volumen de los ríos del Huerto del Edén es mucho mayor cuando se compara al de los ríos de este mundo.
Si las aguas del Huerto del Edén descendieron a este mundo, entonces es posible que toda la tierra se haya cubierto con agua.
Además, Dios incluso hizo que todas las fuentes del gran abismo, que es la fuente de los ríos del Huerto, se abrieran.
Y él abrió las compuertas que conectan el 1er Cielo con el 2do Cielo, y permitió que las aguas se derramen sobre la tierra a manera de lluvia.
Por cierto, las escrituras utilizan una forma plural de "compuertas del cielo".
Esto significa que no solamente se abrió el cielo en cierta área en un momento dado.
Todas las compuertas que están conectadas a la tierra se abrieron.
Las aguas del Segundo Cielo se derramaron no solamente en el área donde vivía Noé, sino en toda la tierra al mismo tiempo.
Es por eso que se hizo posible que hasta la montaña más alta se cubriera bajo el agua.
Estas aguas del Huerto del Edén que se derramaron durante el Juicio del Diluvio fueron llevadas nuevamente al Huerto después del Juicio.
Explicaré con mayor detalle cómo Dios reunió aquella gran cantidad de agua nuevamente en el Huerto del Edén al estudiar el capítulo 7 del libro de Génesis.
Lo que ustedes deben recordar es que, en el segundo día de la Creación, las aguas sobre la expansión se reunieron en la fuente de los ríos del Huerto del Edén, y que los cuatro ríos provienen de una misma fuente.
Se puede comprobar este hecho por medio de "las aguas que cayeron a esta tierra a través de las compuertas de los cielos" durante el Diluvio, en el tiempo de Noé.
Amados hermanos y hermanas,
Tenemos otra evidencia de la existencia del 2do Cielo.
Es el maná que comieron los israelitas durante su estadía en el desierto luego de su salida de Egipto.
Un botánico del siglo XIX dijo que el maná era la savia seca que se extraía de ciertas plantas que crecían en el Sinaí al ser mordidas por pulgones.
En el área del Sinaí o del Medio Oriente, la gente recogía de cierto árbol un fruto en forma de canica, y lo vendía con el nombre de "comida celestial".
No obstante, el maná no era un fruto proveniente de ninguna planta de este mundo.
La Biblia dice claramente que el maná llovía del Cielo.
Éxodo 16:4 dice lo siguiente: "Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: He aquí, haré llover pan del cielo para vosotros; y el pueblo saldrá y recogerá diariamente la porción de cada día, para ponerlos a prueba si andan o no en mi ley".
En este verso, la palabra "cielo" se refiere al Segundo Cielo.
El Salmo 78:23-24 dice: "Sin embargo, dio órdenes a las nubes arriba, y abrió las puertas de los cielos; hizo llover sobre ellos maná para comer, y les dio comida del cielo".
Las "nubes arriba" también se refieren al Segundo Cielo.
De este modo, la Biblia dice que el maná descendió del Segundo Cielo.
Dios abrió las puertas del Segundo Cielo, y llovió maná como rocío del Cielo sobre el desierto.
Después de que salió el sol y se secó el rocío, había maná que era como una hojuela fina, tan fina como la escarcha.
Este maná tenía la apariencia de perlas y su sabor era semejante al de obleas con miel.
Los israelitas recogían maná, lo molían entre dos piedras de molino, o lo batían en un mortero, y luego lo comían.
Éxodo 16:35 dice esto: "Y los hijos de Israel comieron el maná cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada; el maná comieron hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán".
Dios mismo proveyó el pan para los israelitas durante 40 años.
Josué 5:12 dice: "Y el maná cesó el día después que habían comido del producto de la tierra, y los hijos de Israel no tuvieron más maná, sino que comieron del producto de la tierra de Canaán durante aquel año".
En este verso podemos ver claramente que Dios envió el maná.
Cuando los israelitas entraron en la tierra de Canaán y comieron del fruto de la tierra, el maná dejó de caer del Cielo al siguiente día.
Y ellos ya no siguieron comiendo maná.
Ahora, si ustedes visitan el Medio Oriente y conocen un alimento llamado "maná", tengan presente que no es el maná verdadero.
Dios hizo llover el maná desde el 2do Cielo, y lo hizo durante un período de 40 años mientras los israelitas vivieron en el desierto.
El Huerto del Edén en el 2do Cielo pertenece al reino espiritual, pero no es un espacio espiritual por completo.
Si un hombre natural lo desea, este puede ver y tocar el Edén, aunque es un espacio espiritual.
Es por esto que los hombres naturales pudieron comer del maná aunque se trató de un alimento perteneciente al 2do Cielo.
Amados hermanos y hermanas,
Cuando Jesús nació, la estrella que guió a los tres Reyes Magos también perteneció al 2do Cielo.
Mateo 2:9 dice: "Y habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí, la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño".
La estrella del cielo iba y se detenía para ir al mismo ritmo que ellos, y se detuvo cuando llegaron a su destino.
Si esta hubiese sido una estrella del 1er Cielo, su movimiento hubiera quebrantado el orden del universo y se habrían dado problemas muy grandes.
Las estrellas del 1er Cielo se mueven en el tramo presente de acuerdo al orden natural.
De este modo sabemos que la estrella que guió a los tres Reyes Magos no pertenecía al 1er Cielo.
Dios movió la estrella del 2do Cielo de modo que no pudiera afectar en lo absoluto al 1er Cielo.
Y abrió el espacio del 2do Cielo donde se movía la estrella de modo que los tres Reyes Magos pudieran ver la estrella.
Dios nos ha mostrado este movimiento de las estrellas muchas veces.
Hemos visto tres estrellas moverse juntas, una estrella moviéndose en zigzag, estrellas corriendo en un mismo curso una tras otra, y más por el estilo. Dios nos ha mostrado varios movimientos de las estrellas, que son imposibles en el 1er Cielo.
Esas estrellas en movimiento pertenecían al 2do Cielo.
Dios abrió el espacio del 2do Cielo en ese momento para que nosotros pudiéramos verlas.
Para poder ayudarles a sentir el espacio espiritual, Dios nos ha mostrado otras señales y maravillas similares a estas.
Por ejemplo, ustedes vieron la escena en la que nubes muy claras y brillantes aparecieron muy altas en el cielo y desaparecieron nuevamente en el cielo.
Al ver esto ustedes se sintieron como si alguien al otro lado del cielo hubiera soplado un humo blanco en el cielo, y luego lo inhaló otra vez.
En muchas partes de la Biblia vemos que aparecieron nubes como si alguien o algo se estuviese moviendo en el espacio espiritual.
Un primer caso es cuando Jesús subió al Monte de la Transfiguración.
En Mateo 17:5 leemos: "Mientras estaba aún hablando, he aquí, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido; a El oíd".
Cuando el Señor ascendió, tras Su resurrección, Hechos 1:9 nos dice: "Después de haber dicho estas cosas, fue elevado mientras ellos miraban, y una nube le recibió y le ocultó de sus ojos".
En Marcos 13:26 también leemos: "Entonces verán AL HIJO DEL HOMBRE QUE VIENE EN LAS NUBES con gran poder y gloria".
En el Antiguo Testamento, cuando Dios mismo descendió sobre la Tierra, las nubes siempre aparecían. Esto está escrito en Éxodo 19:9.
Como pueden darse cuenta, las nubes aparecían cuando se abrían las puertas del reino espiritual.
Dios no nos ha mostrado las nubes de este mundo natural, sino las del reino espiritual.
Y Dios nos ayudó a darnos cuenta de que el mundo que vemos con nuestros ojos naturales no es el mundo en su totalidad, sino que el reino espiritual verdaderamente existe.
Amados hermanos y hermanas en Cristo,
En cinco de los seis días de la Creación, la Biblia dice: "Dios vio que era bueno".
Pero esta expresión no la encontramos en el 2do día de la Creación.
¿Cuál es la razón?
La razón de esto es que el dominio de las tinieblas, donde moran los espíritus malignos, también se creó en la expansión durante el 2do día.
Por la equidad en el proceso de la cultivación humana, Dios preparó un lugar de morada para Lucifer y los espíritus malignos en el dominio de las tinieblas en el 2do Cielo.
Ya que el dominio de las tinieblas no era agradable ante los ojos de Dios, no se dio la expresión que dice: "Y vio Dios que era bueno".
Ahora, ¿ha pensado alguno de ustedes en esto?
En el primer día de la Creación, Dios libertó a los espíritus malignos, y creó las tinieblas que están en contra de la luz, pero entonces, ¿por qué dijo Dios que era bueno?
Si ustedes leen atentamente sobre el primer día de la Creación, van a encontrar la respuesta.
Desde el tercero hasta el sexto día, al final del trabajo de cada día, hay una expresión: "Dios vio que era bueno".
Por otro lado, en el 1er día dice: "Y dijo Dios: Sea la luz. Y hubo luz. Y vio Dios que la luz era buena...
...y separó Dios la luz de las tinieblas".
En otras palabras, en el primer día Dios vio que solamente la luz era buena.
Asimismo, la Palabra de Dios es precisa, y nada se ha escrito sin una razón.
Al examinar las obras del 1er día y del 2do día de la Creación, se observa cuánto ama Dios la luz, y cuando aborrece las tinieblas.
Santiago 1:17 llama a Dios "el Padre de las luces" y dice: "con el cual no hay cambio ni sombra de variación".
Ustedes son hijos de Dios, quien es la luz en Sí mismo.
Por lo tanto, por favor cultiven sus corazones de modo que no haya tinieblas en lo absoluto, sino que esté lleno con la luz.
Yo ruego en el nombre del Señor Jesucristo, que no haya obra alguna de las fuerzas de las tinieblas en sus vidas, y que ustedes puedan glorificar a Dios el Padre con el fruto de la luz.
[Amén]