• Ayúdanos Espíritu Santo

    [Juan 14:16]

    23-05-2010 | Rev. Jaerock Lee

    • [Pasaje]

      Juan 14:16
      "Y yo rogaré al Padre, y El os dará otro Consolador para que esté con vosotros para siempre".

      Hoy celebramos el Domingo de Pentecostés.
      Es el domingo en el cual celebramos el momento en el que el Espíritu Santo descendió sobre los creyentes por primera vez.
      En la Última Cena, Jesús dijo que en poco tiempo Él iría a la casa de Su Padre a preparar un lugar de morada para los discípulos.
      Los discípulos se afligieron.
      Les era difícil entender a dónde se iba a ir Jesús.
      También estaban preocupados porque su maestro, quien había estado con ellos y les había enseñado continuamente, los iba a dejar.
      Al entender los sentimientos de los discípulos, Jesús les dijo que no los dejaría como "huérfanos".
      También, en Juan 14:16 les dijo: "Y yo rogaré al Padre, y El os dará otro Consolador para que esté con vosotros para siempre".
      Juan 16:7 también dice: "Pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré". Él les quería explicar que sería de mayor beneficio para ellos que Él se fuera.
      El Consolador se refiere al Espíritu Santo, quien protege y ayuda a los creyentes.
      Jesús también les enseñó a los discípulos las reglas del Espíritu Santo y les dijo en detalle cómo el Espíritu Santo les ayudaría.
      Al principio no podían entender, pero ellos comenzaron a comprender las palabras de Jesús poco a poco desde el momento que el Espíritu Santo descendió sobre ellos.
      El Espíritu Santo descendió inicialmente sobre el fruto del evangelio que Jesús produjo, es decir los discípulos y los demás creyentes.
      El Espíritu Santo descendió sobre aproximadamente 120 creyentes cuando estaban orando en el aposento alto en la casa de Marcos en Jerusalén.
      Luego de que el Espíritu Santo descendiera, los creyentes llegaron a ser más vigorosos y valientes en su fe, y por eso hubo un gran avivamiento en la iglesia primitiva.
      Hechos 2:46-47 dice: "Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día al número de ellos los que iban siendo salvos".
      Los obreros de la iglesia primitiva, incluyendo a los apóstoles, esparcieron el evangelio activamente en la fortaleza y la delicada guía del Espíritu Santo.
      Dios el Padre envió al Espíritu Santo no sólo por los discípulos de Jesús y los miembros de la iglesia primitiva, sino para todos los hijos de Dios.
      Él fue enviado para ayudarnos a usted y a mí.
      Si nosotros llevamos una vida de fe con la ayuda del Espíritu Santo, podemos llevar una vida de fe enérgica al igual que los miembros de la iglesia primitiva.
      Pero a veces veo algunas personas que están llevando vidas cristianas con dificultad aunque el Espíritu Santo esté en ellos.
      En este mensaje les hablaré acerca de lo que tenemos que hacer para recibir la ayuda del Espíritu Santo en nuestras vidas cristianas.
      Ruego en el nombre del Señor que cada uno de ustedes pueda recibir la ayuda del Espíritu Santo para que puedan llevar vidas felices en fe.

      [Mensaje principal]

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      Para poder llevar vidas en fe con la ayuda del Espíritu Santo, primeramente, debemos creer en el Espíritu Santo, que está en nosotros.
      Primero debemos creer que tenemos el Espíritu Santo en nosotros.
      El libro de Hechos 2:38 dice: "Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo".
      Como está escrito, Dios da el Espíritu Santo a todas las personas que se dan cuenta de sus pecados, se bautizan en el nombre de Jesucristo y aceptan a Jesucristo como su salvador personal.
      El no hace acepción de personas al dar el Espíritu Santo.
      Por supuesto que no se lo puede ver al Espíritu Santo en ustedes con los ojos naturales.
      Pero Dios nos ha mostrado muchas evidencias que demuestran que el Espíritu Santo existe.
      Por ejemplo, en Juan 1:32, él testifica y dice: "Juan dio también testimonio, diciendo: He visto al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y se posó sobre Él (Jesús)".
      El Espíritu Santo que descendió sobre usted no tiene forma alguna.
      Pero Dios abrió los ojos espirituales de Juan el Bautista para permitirle darse cuenta de la existencia del Espíritu Santo.
      Hechos 2:1-4 registra que los miembros de la iglesia primitiva "vieron" el Espíritu Santo descender sobre ellos y experimentaron Su poder.
      Dice lo siguiente: [1] Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en un mismo lugar. [2] De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaban sentados, [3] y se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos. [4] Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba habilidad para expresarse".
      En ese entonces los apóstoles predicaban la Palabra con autoridad por la llenura del Espíritu, y traían a miles de personas al arrepentimiento y a postrarse delante del nombre del Señor Jesús.
      También realizaron muchos milagros, incluyendo la sanidad de un hombre paralítico que volvió a caminar.
      Todo esto es evidencia de que el Espíritu Santo en realidad existe.
      Ustedes no deben tener ojos espirituales para entender que el Espíritu Santo está en ustedes.
      Para ustedes es posible llamar a Jesucristo su Señor y a Dios su Padre, debido a que el Espíritu Santo está en ustedes.
      Es posible para ustedes que puedan venir al santuario de Dios, adorarlo y orar ante Él, porque el Espíritu Santo que está en ustedes les da fe.
      Pero algunas personas dudan si el Espíritu Santo está realmente en ellos.
      También, usan sus pensamientos carnales y dicen: "He cometido este pecado y no estoy viviendo en la Palabra de Dios. Entonces, ¿no se ha extinguido en mí el Espíritu Santo?
      Por supuesto, quizás haya nuevos creyentes que aún no han recibido el Espíritu Santo.
      Pero a menos que ustedes tengan muy dura la tierra de sus corazones, como la tierra junto al camino, la cual no acepta la Palabra de Dios en lo absoluto, la mayoría de ustedes han recibido el Espíritu Santo.
      También, aunque hayan cometido algún pecado, en la mayoría de casos, Dios los perdona si es que ustedes se arrepienten e intentan vivir por la Palabra de Dios.
      El Espíritu Santo no se extingue fácilmente sólo porque ustedes cometan algunos pecados.
      Por supuesto, hay pecados que causarán que el Espíritu Santo se apague.
      Ustedes nunca deben cometer pecados que llevan a la muerte, como de manera deliberada cometer pecados o crucificar al Señor de nuevo.
      Si siguen cometiendo estos pecados entonces el Espíritu Santo se extinguirá en ustedes.
      Pero Dios tiene abundante compasión y misericordia. Por lo tanto, aunque ustedes cometan pecados que son difíciles de perdonar, Dios les da gracia nuevamente si es que ustedes intentan cambiar y vivir por la Palabra.
      Pero si el Espíritu Santo se extingue en una persona, entonces, en la mayoría de casos, ellos se apartan de Dios.
      O pueden ir a la iglesia, pero no tienen ni siquiera punzadas en la conciencia a pesar de que cometen pecados graves.
      Algunos incluso viven como esclavos de Satanás, ya que sus conciencias están selladas como con un hierro caliente.
      A menos que sus casos sean algo parecido a esto, ustedes no tienen que dudar o preocuparse usando sus pensamientos carnales.
      Deben creer firmemente que tienen el Espíritu Santo dentro de ustedes.
      No deben creer que está con ustedes simplemente, sino que deben confiar en Él.
      Tienen que creer que Él es el Consolador y deben confiar en Él todo el tiempo.
      Cuando nosotros aceptamos al Señor, debemos poner a un lado nuestra vieja manera de ser y vivir por la voluntad de Dios. Esa es una verdadera vida cristiana.
      Pero en nuestras vidas cristianas, quizás nos encontremos con algunas cosas que en realidad no podremos vencer.
      Quizás haya cosas que no entendamos.
      En ese momento tenemos que creer que el Espíritu Santo nos permite hacer cosas que no somos capaces de hacer, y comprender lo que somos incapaces de entender.
      Pero la mayoría de creyentes no hacen esto. Ellos simplemente confían en sí mismos. Por ejemplo, hay momentos en los cuales debemos tomar decisiones muy importantes.
      Aquellos que tienen fe, orarán antes de tomar una decisión. Pero otros dicen que creen y también oran, pero eventualmente, ellos simplemente deciden las cosas según su criterio propio.
      Si nosotros oramos, debemos esperar por la guía del Espíritu Santo, pero algunos simplemente toman la decisión de acuerdo a su propia voluntad.
      Entonces, su comportamiento no tiene ninguna diferencia al de los no creyentes. Viven de la manera que solían vivir anteriormente.
      Si seguimos confiando en nosotros mismos, entonces no estaremos luego capacitados para escuchar la voz del Espíritu Santo.
      Si tomamos decisiones por nuestra propia voluntad y hacemos lo que queremos, no produciremos los frutos del Espíritu Santo, sino que en vez de eso, produciremos los frutos del pensamiento humano.
      Será muy difícil producir buenos frutos.
      Tal vez tengamos que ir por el camino que es más difícil, cuando hubiéramos podido ir por un camino más fácil.
      Por lo tanto, hagamos lo que hagamos, siempre tenemos que pedir al Espíritu Santo en nosotros que nos guíe.
      Efesios 6:18 nos dice: "Con toda oración y súplica orad en todo tiempo en el Espíritu". Como está escrito, no debemos pedir la voluntad de Dios en todo lo que hagamos, no solamente cuando venimos a orar en la iglesia.
      De esta manera, debemos recibir la guía del Espíritu Santo antes de actuar.
      Así es como nos fiamos y confiamos en el Espíritu Santo en nosotros.
      Al principio debemos pedir en cada ocasión, pero si seguimos haciendo esto, naturalmente llegaremos a actuar de acuerdo a la guía del Espíritu Santo.
      No será difícil en lo absoluto discernir la guía del Espíritu Santo.
      Por lo tanto, anhelo que ustedes no vayan por un camino difícil, confiando en ustedes mismos, sino que confíen en el Consolador, el Espíritu Santo, y que vayan por el camino fácil.
      Ruego en el nombre del Señor que, al hacer esto, ustedes prosperen en todas las cosas.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      Para poder llevar vidas en la fe con la ayuda del Espíritu Santo, en segundo lugar, no debemos ignorar las palabras de bondad que el Espíritu Santo nos está dando.
      El Espíritu Santo nos permite darnos cuenta de la bondad por medio de los mensajes predicados o a través de Su voz.
      Pero a pesar de que Él nos ayuda a comprender, en realidad no podemos entenderlo si cerramos nuestro corazón pensando que no se aplica a nosotros.
      Con un corazón cerrado no podemos cultivar buenos corazones o aumentar nuestra fe. Por lo tanto, simplemente nos quedaremos donde estamos.
      Por ejemplo, ustedes han escuchado muchos mensajes acerca del carácter espiritual que deberían poseer tal como el amor espiritual, la bondad, y los frutos del Espíritu Santo.
      El Espíritu Santo siempre nos da la manera de alcanzar el nivel más alto de bondad y la medida de fe de un adulto.
      Nos guía al camino de la Nueva Jerusalén, el lugar más hermoso en el Cielo.
      Entonces, ¿aceptan ustedes personalmente todo lo que les he dicho?
      O, ¿pasan a hacer conclusiones precipitadas y piensan que no pueden cultivar un nivel tan alto de bondad, y que no pueden hacer mucho con la medida de la fe que tienen?"
      Pero Dios el Padre siempre los está viendo con ojos de fe y de bondad.
      Él los mira con ojos de fe y cree que ustedes pueden cultivar el nivel más alto de bondad y la gran medida de fe, al igual que los patriarcas.
      Luego Él les enseña lo que deben conocer y lo que deben hacer a través del Espíritu Santo.
      También el los guía delicadamente con ternura para que ustedes puedan poner en práctica lo que han aprendido.
      Pero aunque el Espíritu Santo les enseña mucho, algunas personas simplemente lo ignoran.
      Por ejemplo, el Espíritu Santo siempre permite que nos demos cuenta de la grandeza del amor de Dios.
      Además Él nos dice que, a su vez nosotros también debemos amar a Dios el Padre.
      Romanos 5:5 dice: "...el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado".
      Creer en el amor de Dios siguiendo estas obras del Espíritu Santo, representa bondad.
      Pero algunas personas simplemente ignoran la Palabra y piensan: "En realidad nunca he sentido el amor del Padre, y por lo tanto no puedo amarlo a Él".
      En este caso, podemos ver que usan pensamientos carnales que van en contra de Dios e ignoran las palabras de bondad.
      Si ellos continúan ignorando las enseñanzas del Espíritu Santo, no podrán aceptar ninguno de los pensamientos de bondad que el Espíritu Santo les da.
      No pueden sentir el amor de Dios, ni recibir la gracia que Él está derramando.
      Entonces, empiezan a sentirse muy afligidos en sus corazones.
      Permítanme darles otro ejemplo. El Espíritu Santo nos enseña el camino para ir a la Nueva Jerusalén a través de la Palabra.
      Pero algunas personas piensan que esas palabras no tienen que ver con ellos porque han cometido ciertos pecados.
      El Espíritu Santo les dice que pueden arrepentirse por completo y simplemente marchar hacia la Nueva Jerusalén, pero ellos no quieren renunciar a sus pensamientos negativos.
      De esta manera, tampoco aceptan el amor de Dios.
      Cuando el Espíritu Santo les de las palabras de bondad, anhelo que ustedes las acepten como suyas con un "Amén".
      Anhelo que ustedes sientan la bondad de Dios y Su amor por medio de la ayuda del Espíritu Santo, para que así puedan ser felices en sus vidas cristianas.
      Ruego en el nombre del Señor que ustedes puedan cultivar la bondad en cada uno, para que el Espíritu Santo siempre pueda estar feliz debido al aroma de esa bondad en ustedes.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      Para poder llevar una vida de fe con la ayuda del Espíritu Santo, en tercer lugar, debemos intentar vivir según la voluntad de Dios por medio de la guía del Espíritu Santo.
      El Espíritu Santo siempre guía a los hijos de Dios a vivir por la voluntad de Dios el Padre.
      Cuando Él nos guía de esta manera, deberíamos tener el deseo de vivir por la voluntad de Dios.
      No deberíamos simplemente cargar toda la responsabilidad sobre el Espíritu Santo al decir: "Yo creo que el Espíritu Santo está en mí. Él me ha enseñado la bondad que hay en mí. Él hace todo por mí".
      También deberíamos intentar entender qué es lo que Él nos está enseñando, y poner en práctica lo que hemos sido capaces de entender.
      Si decimos que el Espíritu Santo en nosotros nos estás guiando por todo el camino, aunque nosotros en realidad no hagamos nada, en realidad esto no es fe verdadera.
      Esto es simplemente fe carnal que sabe que el Espíritu Santo está en nosotros.
      Si en realidad creemos que el Espíritu Santo está en nosotros, anhelaríamos escuchar la Palabra y orar para recibir la guía del Espíritu Santo.
      También llevaríamos nuestras vidas a la obediencia para acatar las enseñanzas del Espíritu Santo.
      Por supuesto, en ciertas ocasiones quizás sea difícil obedecer todas las enseñanzas del Espíritu Santo.
      Pero a aquellos que creen en el Consolador, el Espíritu Santo les dirá que sí pueden hacerlo porque el Espíritu Santo está en ellos.
      Se esfuerzan al máximo al confiar en el Espíritu Santo, quien les ayuda.
      Primeramente debemos intentar esta manera.
      Pero mientras transcurre el tiempo, y mientras estos esfuerzos son acumulados, llega a ser más y más fácil escuchar la voz y recibir la guía del Espíritu Santo.
      De esta manera, siempre podemos recibir la ayuda del Espíritu Santo. Entonces, no sentiremos que la vida cristiana es difícil.
      Sentimos que la vida cristiana es difícil cuando confiamos en nosotros mismos.
      Anhelo que cada uno de ustedes diga que su vida no es difícil debido a que tiene el Espíritu Santo.

      [Conclusión]

      Amados hermanos y hermanas en Cristo, en la Biblia podemos encontrar muchos patriarcas quienes hicieron grandes cosas.
      Algunas veces ustedes pueden admirarlos preguntándose cómo hicieron cosas tan grandes.
      Pero si recibimos la ayuda del Espíritu Santo, hacer esas cosas grandes no es difícil en verdad.
      Por ejemplo, las personas espirituales y las personas con plenitud de espíritu, confían en el Espíritu Santo cada momento, por lo tanto, ellos escuchan Su voz a cada instante.
      Comprenden el corazón de Dios el Padre en todas las cosas, por lo que fácilmente pueden hacer las cosas que parecen difíciles a los ojos de las personas carnales.
      Pasan todos los días en felicidad recibiendo el amor y la fortaleza de Dios el Padre.
      Todos ustedes pueden hacer lo mismo.
      Así, yo espero que ninguno de ustedes diga: "Me hace falta esto y aquello, por lo que no puedo escuchar la voz del Espíritu Santo".
      Deberían decir que lo pueden hacer porque tienen al Espíritu Santo en ustedes.
      El Espíritu Santo es el amor de Dios el Padre, quien entiende las debilidades de los seres humanos.
      Si nosotros cometemos pecados, Dios nos ha enviado al Espíritu Santo para hacernos apartar de esos pecados. Él envió al Espíritu Santo para ayudarnos a entender más profundamente el corazón de Dios el Padre.
      Por consiguiente, no usemos nuestros pensamientos carnales para hacer que el Espíritu Santo en nosotros esté quieto, sino permitamos que nos ayude todo lo que pueda.
      Primero: Para poder llevar una vida en fe con la ayuda del Espíritu Santo, debemos creer que el Espíritu Santo está dentro de nosotros.
      Segundo: No debemos ignorar las palabras de bondad que el Espíritu Santo nos enseña.
      Tercero, debemos intentar vivir por la voluntad de Dios cuando el Espíritu Santo nos guía.
      En Romanos 14:17 el Apóstol Pablo dice: "Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo".
      Anhelo que ustedes también reciban la ayuda del Espíritu Santo todo el tiempo y sean llenos con paz y gozo.
      Ruego en el nombre del Señor que ustedes no tengan ningún problema en alcanzar la Nueva Jerusalén, donde está la paz perfecta y el mayor gozo.

      [Amén]


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