• Conferencia sobre 1 Juan (4)

    [1 Juan 1:9-10]

    06-06-2010 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      1 Juan 1:9-10
      "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros".

      [Introducción]

      Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

      En la última sesión, estuve hablando sobre 1 Juan 1:9 cuando terminé el sermón. Se dijo que nosotros tenemos comunión con Dios y podemos recibir perdón de nuestros pecados por la sangre de Jesús cuando moramos en la luz así como Dios es luz. Pero si nosotros no confesamos nuestros pecados, sino más bien los negamos, entonces no podemos ser perdonados ni recibir salvación.
      Aquí, nosotros debemos tener un entendimiento correcto del significado de "confesar sus pecados".
      Hablando literalmente esto significa que nosotros tenemos que admitir abiertamente los pecados que hemos cometido. Pero la confesión a la vista de Dios no se hace solamente con palabras. Ésta tiene que ser seguida por las obras que demuestren que nos hemos apartado del pecado.
      Después de confesar, nosotros no tenemos que cometer el mismo pecado de nuevo y también tenemos que desechar la raíz misma de la naturaleza pecaminosa.
      Algunas personas asisten a la iglesia pero pecan libremente cometiendo los mismos pecados y al mismo grado de la gente del mundo. Ellos engañan, pelean, se enojan con otros, y viven en la oscuridad del pecado buscando su propio beneficio.
      Entonces cuando se arrepienten de todo eso el día Domingo, piensan que pueden ser perdonados de todos sus pecados. Pero, cuando nosotros simplemente nos arrepentimos solo con nuestros labios después de pecar deliberadamente, éste no es un verdadero arrepentimiento. Así como un perro regresa a su vómito y una puerca lavada, regresa a revolcarse en el cieno, esto es algo que Dios considera detestable.
      2 Pedro 2:20-22 dice, "Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su último estado viene a ser peor que el primero. Mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia que, después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido lo que con verdad dice el proverbio: "El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno"".
      Si nosotros simplemente confesamos con los labios y pecamos de nuevo, no es solamente que no somos perdonados, también es cometer un pecado aun mayor llamado 'tomar el nombre de Dios en vano'.
      El verdadero arrepentimiento no se hace solamente con los labios. El verdadero arrepentimiento es desgarrar nuestro corazón en lamento. Diciendo que nosotros amamos a Dios y creemos en Él, cometemos un pecado, el cual Dios Padre aborrece mucho, por lo tanto desgarramos el corazón del amado Padre. Así que, ¡cuán arrepentidos y avergonzados estamos! Así que, decidimos no cometer ese pecado de nuevo y nosotros no tenemos que cometer ese mismo pecado de nuevo.
      Cuando nosotros verdaderamente nos arrepentimos de esta forma, entonces, Dios no recordará ese pecado y lo pondrá tan lejos como está el oriente del occidente.
      Pero si nosotros decimos que estamos arrepentidos con nuestros labios pero continuamos viviendo en las tinieblas, Dios no aceptará nuestro arrepentimiento y finalmente no recibiremos salvación.
      Hermanos y hermanas, veamos el siguiente versículo, versículo 10.
      Éste dice, "Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros".
      Este versículo reafirma la palabra en los versículos anteriores 6-8. Toda la humanidad es pecadora, tienen el pecado original y los pecados propios. Aun cuando tratan de vivir en rectitud, ellos reconocen que no eran más que patéticos pecadores si se ven reflejados con la Ley de Dios.
      Así que, cuando la gente dice, "yo no tengo pecado", esto quiere decir que ellos consideran que la palabra de Dios que nos dice 'por cuanto todos pecaron' es una mentira. Es olvidar el amor de Dios que nos dio a Su único Hijo Jesucristo. Después de todo, es profanar a Dios, y así como blasfemar contra el Espíritu Santo, este pecado es uno de los que no son perdonados.
      En la última sesión, les expliqué que nosotros podemos reconocer las falsedades en nosotros si tenemos la verdad en nosotros. Así como la suciedad es revelada por el resplandor de la luz, nosotros podemos reconocer la maldad en nosotros que antes no podía ser reconocida. Al grado en que asimilemos la palabra de Dios como nuestro pan espiritual, nosotros podremos reconocer la maldad en nosotros cuando nos veamos reflejados con la verdad.
      Si nosotros decimos que no tenemos pecado a pesar que no hemos desechado los pecados completamente y no hemos entrado al espíritu, entonces, esto quiere decir que no tenemos la palabra de Dios en nosotros.
      Amados hermanos y hermanas en Cristo, la mayoría de ustedes aquí, han confesado sus pecados y han aceptado al Señor Jesús. Ustedes han recibido perdón de pecados, han recibido al Espíritu Santo y se han convertido en hijos de Dios. Pero esto no es todo. Aun cuando hemos sido salvados, nosotros necesitamos continuar esforzándonos para alcanzar la medida completa de Cristo.
      Nosotros no debemos permanecer en el nivel donde fuimos justificados por la fe, sino que tenemos que cambiar para verdaderamente convertirnos en justos. Para que esto suceda, necesitamos continuamente admitir y confesar nuestros pecados.
      Después de escuchar los sermones y el consejo de otros, nosotros podemos cambiar solamente si admitimos nuestros defectos. Si no admitimos con el corazón que nosotros realmente teníamos tales defectos y pecados, realmente no podemos cambiar.
      Por ejemplo, una persona a quien le agrada bromear escucha que él tiene que desechar las bromas para poder tener un corazón verdadero. Al escuchar tales palabras, si él reconoce el hecho que está bromeando porque tiene un corazón lleno de falsedad, entonces podrá tratar de cambiar.
      Mientras continua tratando de hablar todas las palabras dentro de la verdad y así cultivar un corazón verdadero, él también podrá encontrar algo que antes no podía encontrar. No solamente bromear, sino también podrá reconocer su mente astuta que estaba oculta en lo profundo de su corazón.
      Mientras trata de reconocer sus defectos y de poner la verdad en él, esa verdad brillará con más intensidad en él. Al continuar con este proceso, eventualmente podrá desechar las falsedades una por una y podrá volverse perfecto.
      Por otro lado, si nosotros no confesamos nuestros pecados sino que decimos que no tenemos pecados, entonces no podremos desechar las naturalezas carnales.
      Si esta persona mencionada arriba da excusas como, "¿Cómo pueden decir que yo tengo falsedad solamente porque bromeo un poco? Nosotros disfrutamos entre amigos cuando hacemos algunas bromas. ¿Qué triste sería nuestra vida sin ello?". Entonces, él no podrá encontrar su verdadero yo.
      Aquellos que no admiten sus defectos estarán después de todo espiritualmente dormidos. Aun cuando no niegan directamente que han pecado, si ellos dejan de circuncidar su corazón de esta forma, es lo mismo que decir que ellos no tienen pecados.
      Si esta clase de condición continúa, se podrá ver que él está lleno del Espíritu por algún tiempo, pero el Espíritu Santo será apagado poco a poco. Él podrá llegar incluso a una situación donde es difícil ser salvo.
      Amados hermanos y hermanas en Cristo, permítanme darles otros ejemplo de 'no recibir perdón de pecados porque no confesamos nuestros pecados'. Se trata de cuando nos arrepentimos, pero Dios no acepta este arrepentimiento.
      Por ejemplo, algunas personas cometen pecados tan graves como la blasfemia en contra del Espíritu Santo y dicen que se arrepienten. Pero a la vista de Dios, Él podrá señalar que esa persona continúa blasfemando al Espíritu Santo aun después de arrepentirse y que no circuncidó su corazón, así que esta persona no puede ser salvada.
      La razón por la cual continúo hablando sobre los pecados que llevan a la muerte es por tales casos. Porque yo no puedo decirles directamente a ellos, estoy tratando de aconsejarlos en el sermón para que puedan reconocer esto y así recibir salvación. Pero, si les digo directamente, ellos probablemente dirán que realmente no hicieron eso.
      Ellos podrán decir, "Yo no hice esto a propósito. Yo simplemente dije casualmente un par de cosas y esto fue un error. No fue realmente un pecado grave". Ellos se arrepienten reluctantemente porque hay personas que han escuchado lo que dijeron, pero su arrepentimiento no fue el arrepentimiento donde rasgaron su corazón. Podrán incluso pensar, "¿Por qué él está hablando de cosas pasadas de las cuales ya me arrepentí?".
      Por supuesto, si ustedes se arrepienten verdaderamente, Dios no recordará incluso si han cometido pecados graves. Pero lo que Dios está señalando en este caso, es que ellos dicen haber hecho mal, pero su arrepentimiento no fue arrepentimiento de corazón.
      Las blasfemia en sí misma es un pecado grave, pero en la mayoría de los casos ellos acumulan muchos más pecados antes de cometer un pecado tan grave.
      Por ejemplo, hay un hijo que maldijo y escupió a su padre. Si este hijo puede hacer esto, ¿cómo habrá tratado generalmente a sus padres? ¿Podrá haber maldecido y escupido a su padre 'por error' si él siempre había sido respetuoso y amoroso con ellos?
      ¡Por supuesto que no!
      Esto quiere decir que él carece de respeto por sus padres y que normalmente los desprecia.
      De igual forma, en el caso de la blasfemia en contra del Espíritu Santo, ustedes no deberían simplemente pensar en su error momentáneo, sino en el corazón y las obras que tenían antes de que eso sucediera. Ustedes llegaron a decir algo que no tenían que haber dicho porque tenían una mente arrogante y egoísta, y no estaban despiertos espiritualmente.
      Pero ustedes no reconocen ese corazón suyo y dicen, "Yo no lo hice a propósito, y esto no fue algo importante". De esta forma, no admiten sus pecados. La persona dice que él realmente se arrepintió y que ahora está perdonado, pero Dios continúa diciendo que él está lleno de pecado.
      Hermanos y hermanas, si ustedes tienen la verdad en ustedes, entonces incluso si se encuentran en una gran dificultad, no dirán nada con ligereza, que pueda quebrantar el corazón de Dios.
      Ustedes podrán experimentar en ocasiones, algo que realmente no comprenden o algo abrumador para ustedes. En estas situaciones, si reniegan o expresan resentimiento, esto quiere decir que su fe es pequeña. Si conocen aunque sea un poco de la verdad, mejor cerrarán su boca para no levantar muros de pecado delante de Dios.
      Si ustedes dicen algo injusto, aun cuando pueda ser algo trivial, su corazón se sentirá muy angustiado. Su corazón dolerá cada vez que recuerden el asunto, y decidirán una y otra vez no volver a cometer tal cosa de nuevo.
      Y ustedes no pueden simplemente considerar esto ligeramente si dijeron algo para blasfemar al Espíritu Santo. No pueden simplemente decir que fue un error o que ya se arrepintieron y que eso es historia.
      Si realmente se arrepintieron, tiene que haber habido un total arrepentimiento y desgarramiento del corazón. Entonces, ustedes tuvieron la oportunidad de cambiar completamente y producir fruto de arrepentimiento en su vida diaria.
      Pero aquellos que caen en los casos que ahora les estoy explicando, dicen que ellos se arrepienten, pero no desechan sus motivos egoístas y arrogantes. Si a ellos no les gusta algo, también tienen resentimiento contra su pastor o contra la iglesia. Con facilidad pronuncian palabras de queja por las cosas que son hechas por la voluntad de Dios.
      Ellos quieren ser servidos teniendo codicia y una mente de falsedad. De esta forma les provocan dificultades a otros pero continúan sin reconocer su maldad. Frecuentemente pasan por alto las oraciones, pero no consideran que esto sea serio pensando que no es un gran pecado. Es por eso que Dios dice, que si ellos continúan actuando de esta forma, será incluso difícil que reciban salvación.
      También existe un caso opuesto.
      Él ha sido fiel toda su vida, y cuando yo le aconsejo sobre la 'arrogancia', inmediatamente se arrepiente con lágrimas. No se trata de que inmediatamente reconozca cual es su arrogancia.
      Aun cuando él no reconozca lo que es su arrogancia, confía en su pastor y simplemente acepta su palabra. Entonces trata de reconocer de qué tiene que arrepentirse. Él no da excusas tales como, "Yo no quise hacer eso. Creo que algunas personas mal interpretaron mi intensión e hicieron un informe erróneo para usted, pastor general".
      Él no tuvo resentimiento pensando, "Yo me esforcé muchos siendo fiel toda mi vida, y ¿cómo puede él regañarme de esta forma?". Él simplemente trata de reconocer lo que es su arrogancia y me dice entre lágrimas, "Gracias por reprenderme. Yo voy a cambiar rápidamente".
      En realidad, yo no le dije eso directamente. Pero él acepta todos los sermones semanales como palabras entregada a él personalmente.
      Así que, si él encuentre algún defecto, se arrepiente inmediatamente. Él no considera las cosas triviales como triviales, sino que reconoce sus defectos y busca cambiar, por lo tanto se dirige rápidamente hacia el espíritu.
      Hermanos y hermanas, ustedes han me ha escuchado muchas veces alabando a esta clase de personas. Así que, ¿Qué deberían hacer ustedes?
      Imagínense que yo los estoy regañando frente a muchas personas, por algo que ustedes ni siquiera comprenden, y ¿cómo se sentirían en esa situación?
      Podrían decir algo como, "Yo puedo reconocer mis faltas y cambiarlas. Recibiré esto con agradecimiento y gozo sin sentirme molesto o desalentado".
      Ustedes pueden hacer esto al grado en que amen a Dios, que tengan la verdad en ustedes y que confíen en su pastor quien ha sido confirmado por Dios.
      1 Timoteo 1:15 dice, "Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero".
      Incluso antes que él se encontrara con el Señor, el apóstol Pablo vivía de acuerdo a la palabra de Dios y era irreprensible ante la Ley. Desde que él conoció al Señor, vivió un estilo de vida aún más irreprensible y perfecto. Y sin embargo, él dice que es el primero de los pecadores.
      Él olvidó lo que quedaba atrás y prosiguió hacia la meta, la cual es la perfección de Jesucristo. Yo espero que ustedes también se reflejen en la palabra de Dios la cual es luz.
      Si ustedes reciben algún consejo o regaño, no dicen que no es así, sino que aceptan con gozo para poder así volverse irreprensibles y perfectos.
      Si ustedes encuentran alguna forma de carnalidad en ustedes, yo les insto a que lo confiesen y que lo desechen, aunque sea algo trivial. Al continuar actuando de esta forma, serán llenos de Espíritu Santo y serán guiados por el camino de la santificación. Se convertirán en hijos de la luz que tienen un corazón verdadero y una fe perfecta, los verdaderos hijos de Dios.
      Amados hermanos y hermanas en Cristo, yo les dije que 1 Juan capítulo 1 dice que Dios quien es luz planificó la cultivación humana y envió a su único Hijo Jesucristo. Jesucristo vino a esta tierra para salvar a los pecadores y para darles vida verdadera.
      Nosotros vivíamos antes en las tinieblas, pero cuando confesamos nuestros pecados y caminamos en la luz, podemos ser perdonados de nuestros pecados y recibir salvación a través de la sangre de Jesús. Cuando reconocemos nuestro viejo hombre y tratamos de cambiar, Dios nos da la fortaleza y nos hace hijos de luz que están santificados.
      En la siguiente sesión empezaré a hablarles sobre el capítulo 2.

      [Conclusión]

      Amados hermanos y hermanas en Cristo, Mateo 5:14 dice, "Vosotros sois la luz del mundo". Y Mateo 5:16 dice, "Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos".
      En el Cielo no hay tinieblas sino solamente luz. Pero en este mundo donde nosotros estamos siendo cultivados, hay tanto luz como tinieblas. Los hijos de Dios deben morar en la luz y hacer 'el todo del hombre'. De esta forma, ellos tienen que convertirse en luz en este mundo de tinieblas.
      Mientras ustedes moren en una luz más brillante, tendrán mayor comunión con Dios. Ustedes podrán tener una comunicación más profunda en la inspiración del Espíritu Santo y podrá comprender con mayor claridad el corazón y la voluntad de Dios. Podrán recibir mayores bendiciones en espíritu y cuerpo; y Dios estará con ustedes con todas las cosas y los confirmará.
      Yo creo que ustedes ya están experimentando cuánta bendición y gozo es tener comunión en sus vidas. Aun cuando pueden disfrutar los grandes placeres de este mundo, esto no puede ser comparado con el gozo espiritual que pueden disfrutar en su comunión con Dios.
      Cuando se niegan a ustedes mismos y olvidan su viejo hombre, el gozo y la felicidad que viene de arriba son grandes. Es más, si ustedes pueden tener prosperidad en cada momentos de sus vidas a través de la guía del Espíritu Santo, su vida será muy excitante. Estarán llenos de agradecimiento y de testimonios, y darán gloria a Dios en todo lugar. Prosperarán en su trabajo, y su familia también será evangelizada rápidamente. Al tener una luz brillante, ustedes podrán echar fuera las tinieblas de aquellos con quienes se reúnan.
      Por ejemplo, cuando aconsejan a alguien, su problema será resuelto y él se sentirá liberado. Además, ustedes podrán echar fuera los pensamientos carnales y los sentimientos negativos de otras personas, de forma que podrán motivarlos para actuar dentro de la verdad.
      Especialmente, si ustedes son pastores o líderes, tienen que estar anhelando mucho esta clase de autoridad.
      Entonces, yo les insto a que reflejen a Dios quien es luz tratando esforzadamente de morar completamente en la luz.
      Yo oro en el nombre del Señor para que, al hacer esto, ustedes disfruten de comunión con Dios y con el Señor, así como dice el himno, "¡Es tan dulce caminar con Jesús!".

      [Amén]


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