• La voz y guía del Espíritu Santo (3)

    [Romanos 8:12-16]

    11-07-2010 | Rev. Jaerock Lee

    • [Pasaje]

      [Romanos 8:12-16]
      [12] Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne;
      [13] porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.
      [14] Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
      [15] Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre!
      [16] El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios".

      [Introducción]

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,

      Desde el establecimiento del pueblo de Israel en la tierra de Canaán, hasta el momento en el cual tuvieron reyes, atravesaron por un período de confusión por algunos cientos de años.
      Luego de que toda la segunda generación del Éxodo muriera, ellos se olvidaron de la Palabra de Dios.
      El último verso del libro de los Jueces, esto es Jueces 21:25, explica el tiempo de los jueces de la siguiente manera:
      "En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía". Esto significa que cada persona simplemente vivía de acuerdo a lo que pensaba que era correcto y apropiado.
      Entonces, ¿se sentían libres y cómodos porque vivían como ellos querían? ¡De ninguna manera!
      Tuvieron que sufrir muchos dolores debido a que fueron invadidos por numerosos vecinos que eran enemigos, tales como los mesopotámicos, los madianitas, moabitas, filisteos y los amalecitas.
      Ellos se causaron a sí mismos muchas adversidades debido a que no guardaban la Ley y los mandamientos de Dios. Incluso adoraban a los ídolos que los gentiles adoraban.
      Durante el tiempo de los jueces, algunos pecados sucios fueron cometidos; tales eran sólo posibles en lugares como Sodoma y Gomorra.
      En las guerras que no eran con los enemigos extranjeros, sino entre las tribus de Israel, se perdieron varias decenas de miles de vidas.
      Pero cuando la gente clamó en su sufrimiento, Dios designó a los jueces y los salvó de las dificultades.
      Pero no todos los jueces entendieron la voluntad de Dios con claridad.
      En la medida en que los jueces no siguieron la voluntad de Dios, el pueblo volvió a caer en dificultades.

      Hermanos y hermanas,
      Como ya les he explicado, si los hijos de Dios no tienen la Palabra de Dios, es decir la verdad, no podrán tener paz o alivio.
      Sus vidas sólo serán de continuo sufrimiento.
      Dios el Padre nos ha enviado a cada uno de nosotros el Consolador, el Espíritu Santo.
      El Consolador, el Espíritu Santo, conoce la voluntad de Dios tan claramente al punto que Él no puede ser comparado con ninguno de los jueces del Antiguo Testamento.
      Si tan sólo escuchamos con claridad la voz y recibimos el llamado urgente y la guía del Espíritu Santo, podremos comprender muy bien la voluntad de Dios.
      Entonces podremos vivir por la Palabra de Dios e ir por el camino de la paz y las bendiciones.
      Este es el tercer estudio sobre cómo escuchar la voz, el llamado urgente y la guía del Espíritu Santo.
      A partir de ahora, voy a explicarles con todo detalle lo que tenemos que hacer para oír la voz y recibir el llamado urgente y la guía del Espíritu Santo.
      Ruego en el nombre del Señor que ustedes siempre disfruten de paz y vayan por el camino de la vida al vivir de acuerdo a la voluntad de Dios, la Palabra de verdad, por medio de la guía del Consolador, el Espíritu Santo.

      [Mensaje principal]

      Hermanos y hermanas,
      En el último estudio les expliqué lo que es escuchar la voz del Espíritu Santo, y lo que significa recibir el llamado urgente del Espíritu Santo.
      Ahora, ¿qué es recibir la guía del Espíritu Santo?
      El hecho de recibir la guía del Espíritu Santo es para que nosotros obedezcamos cuando escuchamos o recibimos el llamado urgente del Espíritu Santo.
      Por ejemplo, mientras ustedes escuchan este mensaje o en los momentos de oración ferviente o en las alabanzas, quizás ustedes reciben un llamado urgente para hacer cierta cosa.
      O cuando ustedes deben elegir una de dos opciones que tienen, oran con respecto a eso para conocer la voluntad de Dios.
      Entonces ustedes sienten un fuerte llamado por una de las opciones.
      Por lo tanto, se dan cuenta que es el llamado urgente del Espíritu Santo y obedecen.
      De la misma manera, si ustedes obedecen la voz o el llamado urgente que recibieron del Espíritu Santo, esto es ser guiados por el Espíritu Santo.
      Aunque el Espíritu Santo les da a ustedes Su voz o Su llamado urgente para que hagan cierta cosa, ustedes no pueden decir que son guiados por Él si es que no obedecen.
      Aunque el Espíritu Santo primeramente nos ofrece su mano de ayuda, no podemos ser guiados por Él a menos que tomemos su mano.
      O, aunque nosotros obedezcamos, no podremos ser guiados por el Espíritu Santo si cambiamos de actitud a medio camino.
      Por ejemplo, supongamos que ustedes quieren recibir una respuesta a un problema, y sienten el llamado urgente del Espíritu Santo diciendo que pueden recibir la respuesta si es que hacen un voto de oración en la reunión de Oración de Daniel.
      Entonces, ustedes siguen el llamado urgente y asisten diligentemente a la reunión de oración de Daniel.
      Pero a pesar de que el período del voto de oración casi se ha acabado, no ven ningún signo de respuesta.
      Llegan a tener muchos pensamientos tales como: "¿Fue realmente la voz del Espíritu Santo, o simplemente fue mi pensamiento?"
      Si es que ustedes cambian de parecer acerca del voto de oración en este punto, entonces no recibirán la respuesta. Por lo tanto, ¿qué tipo de voz nos da el Espíritu Santo?
      Él nos recordará la Palabra en Lucas 18:1 que dice: "También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar".
      Es decir, Él moverá nuestros corazones para continuar y finalizar nuestro voto de oración.
      Si es que ustedes tienen más de la Palabra de Dios en sus vidas, se acordarán del pasaje en la Biblia donde Daniel recibió la respuesta luego de orar por 21 días.
      Cuando Daniel oró a Dios para recibir algo grandioso, Dios le dio la respuesta en el mismo día.
      El arcángel Gabriel estaba llevando la respuesta pero fue bloqueado por los espíritus malignos, y se requirió de 21 días para llevar la respuesta a Daniel con la ayuda del arcángel Miguel.
      De la misma manera, podemos decir que somos guiados por el Espíritu Santo sólo cuando nosotros seguimos Su llamado urgente.
      Pero en algunos casos, aunque en realidad ustedes no cambian de opinión en el camino, quizás podrían alejarse de la guía del Espíritu Santo porque no tiene suficiente verdad en su corazón.
      Aunque ustedes sigan la voz y el llamado urgente del Espíritu Santo, de repente empiezan a seguir sus propios pensamientos, de un momento a otro.
      Por ejemplo, por el llamado urgente del Espíritu Santo, una persona hace una promesa de darle a Dios cierta cantidad como ofrenda.
      Esta persona hace una promesa de darle a Dios cierta cantidad como ofrenda para la construcción de la iglesia.
      Muy pronto, el terreno que esta persona tenía, el cual no se había vendido durante mucho tiempo fue vendido, por lo que deseó dar la ofrenda prometida con ese dinero.
      Como él obedeció el llamado urgente del Espíritu Santo, Dios le dio la cantidad que quería ofrecer.
      Pero pronto se abre otra puerta para una bendición mayor.
      Se dio cuenta que la cantidad sería mayor que el precio del terreno que se vendió.
      Ahora, él quiere dar más Dios, y decide darle a Dios una cantidad mayor de la que ya había prometido con la nueva bendición.
      Por lo tanto, se gasta el dinero que obtuvo de la venta de su terreno para un nuevo negocio.
      En este caso, no es que él no quiere cumplir con su promesa, pero cambió de opinión.
      En el capítulo 27 de Levítico, encontramos cómo presentar una ofrenda prometida.
      En Levítico 27:9-10 dice: "Y si fuere animal de los que se ofrece ofrenda a Jehová, todo lo que de los tales se diere a Jehová será santo. No será cambiado ni trocado, bueno por malo, ni malo por bueno; y si se permutare un animal por otro, él y el dado en cambio de él serán sagrados".
      Dios nos dice que, aunque tengamos algo mejor, no deberíamos intercambiar la ofrenda ante Dios.
      Si en realidad queremos dar, tenemos que ofrendar ambos.
      Es debido a que lo que sea que hayamos decidido ofrendar a Dios, ya está separado como una ofrenda sagrada para Dios.

      Hermanos y hermanas,
      El asunto importante al recibir la guía del Espíritu Santo es la obediencia. Esto es, obedecer hasta el final sin cambiar de opinión.
      Si ustedes obedecen todo el tiempo la voz y el llamado urgente del Espíritu Santo, esto significa que ustedes siempre son guiados por Él.
      Tales tipos de personas pueden ser llamadas verdaderos hijos de Dios como dice Romanos 8:14: "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios".
      Podemos discernir si es que somos, o no, guiados por el Espíritu Santo al escuchar Su voz y obedecerla por medio del fruto producido.
      Definitivamente produciremos frutos espirituales si en verdad somos guiados por el Espíritu Santo.
      Por medio de este mensaje, anhelo que todos ustedes lleguen a ser verdaderos hijos de Dios, los cuales siempre sean guiados por el Espíritu Santo.
      Además de la voz del llamado urgente y la guía del Espíritu Santo, existe el caso en el que nosotros escuchamos la voz "en inspiración", entre los métodos de comunicación con el Espíritu Santo.
      La voz en inspiración es un poco diferente a la voz del Espíritu Santo que escuchamos en nuestros corazones.
      Se entrega con claridad como una voz, por lo que decimos que es una voz.
      Los contenidos que se imparten a través de la voz en la inspiración varían.
      En la Biblia están registradas algunas revelaciones que recibieron los profetas tales como Isaías, Ezequiel y Oseas.
      Estas revelaciones fueron dadas por medio de voces por la inspiración del Espíritu Santo.
      En los tiempos del Antiguo Testamento, el Espíritu Santo no habitaba en el corazón de las personas, por lo tanto, Él obraba como el Espíritu de Dios desde afuera.
      Permítanme compartirles mi experiencia de haber escuchado la voz por la inspiración. Algunas veces Dios me permitió conocer lo que sucedería en el futuro, como Juan 16:13 dice: "Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir".
      En el año de 1987, Él me permitió conocer de antemano acerca de la declaración del 29 de junio, el cual fue un momento decisivo en la democracia de Corea.
      Me permitió conocer cómo procedería por medio de la inspiración, y me instó a que lo publicara en el boletín semanal de la iglesia.
      Y el hecho en sí tuvo lugar poco después de publicarlo en el boletín semanal, tal como el Espíritu Santo me lo permitió conocer.
      Además, en otras ocasiones, Dios me permitió saber la cantidad exacta de ofrendas que serían entregadas el domingo siguiente.
      A veces, me permitía conocer de antemano que algunas personas importantes se registrarían en la iglesia.
      Los contenidos que me fueron revelados por las voces fueron cumplidos a la perfección, y pude proclamarlos en el altar o decirles a los obreros a mi alrededor.
      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      Hemos aprendidos sobre los métodos de comunicación con el Espíritu Santo.
      Les he explicado cómo escuchamos la voz del Espíritu Santo, y qué es ser instado y guiado por el Espíritu Santo.
      Si nosotros nos arrepentimos y aceptamos a Jesucristo como nuestros salvador personal, Dios nos da el don del Espíritu Santo.
      Por lo tanto, todos los que han recibido el Espíritu Santo deberían estar dispuestos a escuchar Su voz.
      Pero de hecho, no todos los que han recibido al Espíritu Santo pueden en realidad escuchar Su voz o recibir la guía del Espíritu Santo.
      Aunque el Espíritu Santo les hable, no lo pueden escuchar si es que no están listos.
      ¿Entonces, qué debemos hacer para escuchar la voz y recibir la guía del Espíritu Santo?
      Debemos cultivar nuestros corazones con la verdad. Dios en sí es la verdad.
      En Juan 14:17, Jesús dijo que el Espíritu Santo es: "el Espíritu de verdad".
      El Espíritu Santo es el Espíritu de verdad y Él sólo puede obrar a través de la verdad.
      Por esta razón podemos escuchar la voz del Espíritu Santo, tanto como la medida de verdad que tenemos en nuestros corazones.
      Es decir, podemos escuchar la voz del Espíritu Santo al punto del crecimiento de nuestra fe espiritual por medio de la cultivación de nuestro corazón con la verdad.
      La fe del espíritu, es decir, el cuarto nivel de la fe, o el nivel más alto, se logra al desechar toda la falsedad de nuestros corazones.
      Entonces nuestros corazones son cultivados completamente con la verdad. Por lo tanto, podemos escuchar la voz del Espíritu Santo con claridad.
      Pero por supuesto, algunos nuevos creyentes que se encuentran en el 1er o 2do nivel de la fe, escuchan la voz del Espíritu Santo con claridad.
      Aunque la medida de fe de ellos es pequeña, pueden escuchar la voz cuando están llenos del Espíritu Santo.
      Pero en estos casos, no podrán escuchar con claridad si es que pierden la llenura del Espíritu.
      Podrán escuchar la voz permanentemente sólo cuando continúen cultivando sus corazones con la verdad, y la fe espiritual de ellos se incremente.
      Podrán escuchar la voz con mayor claridad y profundidad al punto que ellos cultiven sus corazones con la verdad.
      Por otra parte, aunque nosotros hayamos aceptado al Señor y recibido el Espíritu Santo, no podremos escuchar la voz del Espíritu Santo si es que no cultivamos nuestros corazones con la verdad.
      Por lo tanto, para poder escuchar la voz del Espíritu Santo, y para escucharla con mayor claridad, debemos desechar toda la falsedad de nuestros corazones.
      Entonces debemos llenar nuestros corazones con la verdad.
      Debemos hacer ambas cosas al mismo tiempo: desechar la falsedad y llenar nuestros corazones con la verdad.
      Pero llenar nuestros corazones con la verdad no significa que acumulemos el conocimiento de la verdad en nuestra mente.
      Es en realidad cultivar nuestros corazones con la verdad.
      Por ejemplo Jesús, en Lucas 6:27, dijo: "Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen".
      La mayoría de ustedes han escuchado este verso y lo conocen muy bien. Incluso muchos de ustedes lo han memorizado.
      Pero el tan solo hecho de que tengamos el conocimiento en nuestras mentes no significa que lo hemos cultivado en nuestros corazones.
      Podemos decir que esta palabra de verdad es cultivada en nuestros corazones, sólo cuando en realidad amamos a nuestros enemigos.
      Ahora, quiero que ustedes examinen si es que han cultivado esta verdad en sus corazones.
      Supongamos que alguien lo golpea en la calle y simplemente se aleja.
      Entonces habrá respuestas diferentes. Algunos comprenderán y pensarán: "Ciertamente él debe haber perdido el equilibrio" o "¡él debe tener prisa!" Y no tienen ningún tipo molestia por eso.
      Es más, incluso podrían preocuparse de la otra persona y pensar: "Espero que no le haya dolido...".
      O, algunas personas se molestarían en el momento en el cual aquellas personas los golpean y piensan: "¡Esta persona es tan imprudente! ¿Cómo puede alejarse sin ni siquiera decir que lo siente?"
      Estos pensamientos que surgen en ese momento no pueden ser pensados con anterioridad, por lo tanto, así podrá ver su corazón por medio de esta situación.
      Aquellos que han cultivado la verdad y nos dicen que amemos a nuestros enemigos, sólo tendrán pensamientos pacíficos y buenos en las situaciones antes mencionadas.
      Es debido a que están llenos de perdón y entendimiento.
      Por el contrario, aquellos que no han cultivado la verdad y nos dicen que amemos a nuestros enemigos, tendrán odio y rencor, lo cual es opuesto al amor.
      Si ustedes sacuden un balde lleno de agua sucia, el agua sucia se derramará. De la misma manera, las cosas que contengan sus corazones saldrán a la luz.
      ¿Han examinado si es que están, o no, cultivando sus corazones con la verdad?
      Para desechar la falsedad del corazón y remplazarla con la verdad, primeramente debemos desechar la falsedad que es tan obvia, y luego debemos desechar la maldad de nuestras conciencias y nuestra naturaleza.
      De esta manera, ustedes no tienen tiempo para perder si en realidad quieren convertirse en obreros de Dios que escuchan la voz del Espíritu Santo con claridad.
      Pero por si acaso, ¿se encuentran todavía en la etapa en la que ni siquiera han desechado falsedades obvias como el odio, la envidia, los celos y la mentira?
      En el próximo estudio les explicaré cómo la verdad y la falsedad en nuestros corazones juegan un rol importante al escuchar la voz del Espíritu Santo.

      [Conclusión]

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      Durante el tiempo de los jueces, los madianitas en cierta ocasión, durante siete años, les hicieron pasar por momentos duros a los israelitas.
      Al final, llegaron a invadir a Israel junto con los amalecitas y los hijos del oriente.
      Venían en número como langostas, tanto ellos como sus camellos eran innumerables.
      32.000 hombres se reunieron con el juez Gedeón para luchar contra estos enemigos.
      Pero Dios dijo que el número de los soldados era demasiado, y aquellos que tuvieron miedo se regresaron.
      Así, 22.000 hombres volvieron y sólo se quedaron 10.000.
      Pero Dios dijo que aún estos 10.000 eran demasiados, y dio instrucciones para escoger a ciertos soldados.
      Es decir, Él hizo que Gedeón escogiera a sus soldados al ver cómo tomaban agua.
      Finalmente, sólo aquellos que se inclinaban, llevando sus manos hacia sus bocas, fueron elegidos.
      El número de soldados que hicieron esto fue de 300. Dios les permitió vencer al ejército madianita por medio de 300 hombres.

      Hermanos y hermanas,
      Luego que los que tenían miedo se fueron, sólo quedaron 10.000 hombres, y todos ellos se ofrecieron para sacrificarse a sí mismos.
      Pero aún entre estas personas, Dios eligió solamente a 300 hombres.
      ¿Cuál era la norma para hacer algo así?
      Era si sentían la voluntad de Dios en el momento, o no.
      Los 300 hombres bebían el agua de la misma manera, como si estuvieran de acuerdo para hacerlo.
      Este fue el resultado de recibir la inspiración de Dios.
      Muchos de ustedes se han ofrecido voluntariamente a sí mismos para el Reino de Dios.
      Pero Dios dice que hay aquellos que son sólo obreros y hay aquellos que también son obreros de fe.
      Los que pueden ser enviados a la guerra espiritual son los obreros que pueden recibir con precisión la voluntad de Dios y obedecerla.
      Para lograr hacer esto, ustedes tienen que desechar la falsedad de sus corazones.
      Sólo entonces pueden llegar a ser verdaderos obreros de la fe, que escuchan claramente la voz del Espíritu Santo y la obedecen.
      Ruego en el nombre del Señor que muchos de ustedes se puedan convertirse en guerreros espirituales, que puedan dirigir las guerras espirituales venideras a la victoria.

      [Amén]


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