• Conferencia sobre 1 Juan (5)

    [1 Juan 2:1-5 RV95]

    18-07-2010 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      1 Juan 2:1-5 RV95
      (1) Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis. Pero si alguno ha pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo, el justo.
      (2) Él es la propiciación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
      (3) En esto sabemos que nosotros lo conocemos, si guardamos sus mandamientos.
      (4) El que dice: "Yo lo conozco", pero no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso y la verdad no está en él.
      (5) Pero el que guarda su palabra, en ese verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.

      [Introducción]

      Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

      Esta es la quinta sesión de la serie de conferencias de 1 Juan.
      El capítulo 1 presenta a Dios quien es luz y al Salvador Jesucristo, y nos dice que nosotros tenemos que morar en la luz como hijos de Dios. También nos dice que la razón por la cual Juan está escribiendo esto, es para hacernos morar en la luz y para que tengamos comunión con Dios quien es la luz.
      Pero la lectura de este día en 1 Juan 2:1 dice, "Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis".
      Para que nosotros tengamos comunión con Dios quien es la luz, también tenemos que morar en la luz y no tenemos que pecar. Juan está explicando una vez más que nuestra fe tiene que ir más allá de simplemente creer en el Señor y recibir salvación. Nosotros tenemos que apartarnos completamente del pecado. Sin embargo, muchos creyentes piensan que ellos no pueden apartarse del pecado completamente.
      Mateo 26:41 dice, "Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil".
      Incapaces de vencer su fatiga, Pedro y los otros discípulos se durmieron aun después de escuchar estas palabras pronunciadas por Jesús. Algunos citan este versículo y dicen que los hombres que son de carne no pueden practicar toda la palabra de Dios. Pero no hay ningún versículo en la Biblia que diga que nosotros podemos pecar porque nuestra carne es débil.
      Cuando Jesús dijo las palabras citadas arriba, fue cuando los discípulos aún no habían recibido el Espíritu Santo. Pero nosotros podemos hacer las cosas que son imposibles para nosotros, con la ayuda del Espíritu Santo.
      Romanos 8:26 dice, "De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles".
      Nosotros podremos haber estado cayendo en pecados, incapaces de vencer la lujuria con nuestras propias fuerzas, pero con seguridad podemos vencer los pecados, si recibimos el poder del Espíritu Santo. Pero para que esto suceda, tenemos que conservar la llenura del Espíritu Santo a través de orar continuamente.
      Antes de recibir el Espíritu Santo, Pedro no pudo vencer su cansancio e incluso negó a Jesús debido a su temor. Pero después de recibir al Espíritu Santo, manifestó el poder de Dios y valientemente predicó el evangelio. Al final él fue martirizado siendo crucificado cabeza abajo.
      Por supuesto, no todo aquel que ha aceptado a Jesucristo puede echar fuera los pecados de una vez. Ellos no pueden llegar al espíritu inmediatamente, y esto toma tiempo hasta que su fe crece.
      Antes de que alcancemos la santidad, en ocasiones podremos cometer pecados en el corazón o en acción. Afortunadamente, Jesucristo nos redimió de todos los pecados que habíamos cometido antes de que aceptáramos al Señor así como de los pecados que cometimos cuando teníamos poca fe después de aceptar al Señor.
      Así que, la lectura de este día en 1 Juan 2:1 dice, "Pero si alguno ha pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo, el justo".
      El abogado es como aquel defensor que hablará por la persona que cometió un pecado.
      En una corte de este mundo, hay diferentes papeles para el juez, el fiscal y el abogado defensor. El fiscal demandará que el castigo sea aplicado al defendido de acuerdo a la ley. El defensor hablará para defenderlo tratando de mitigar el castigo.
      En un sentido espiritual, nosotros estaremos delante del trono del juicio de Dios en el Juicio del Gran Trono Blanco. Aquellas almas que han sido cultivadas tendrán el papel de defensores, y Moisés jugará el papel de fiscal.
      Juan 5:45 dice, "No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre. Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza, es quien os acusa".
      Pero esto no significa que el humilde y amable Moisés revelará los pecados y las iniquidades de cada uno. Él acusará a las personas en el sentido que la Ley, sobre la cual está basado el Gran Juicio, es la Ley de Moisés.
      En la Biblia, los mandamientos de Dios incluyendo los Diez Mandamientos también son conocidos como la Ley de Moisés. Y esto se debe a que Moisés es quien recibió la Ley de parte de Dios.
      Reflejándose en esta Ley de Moisés, cada uno será juzgado. En este momento, nuestro Salvador Jesucristo nos defenderá. Él nos defenderá diciendo, "Yo soy inocente, pero derramé mi sangre para redimirlos de sus pecados. Ellos creyeron en Mí y se arrepintieron, así que el precio de sus pecados ha sido pagado por Mí".
      Debido a que el Señor nos defenderá delante del trono de Dios, los creyentes podrán ser liberados de la condenación.
      Además, Romanos 8:34 dice, "¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros".
      El Señor no come nada hasta que interceda por nosotros en el Juicio Final. Antes que Jesús tomara la cruz, en la Última Cena, Él dijo, "Os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre".
      "No beber el fruto de la vid" no significa simplemente que Él no tomará vino. Esto significa, en un sentido espiritual, que Él no tomará ni comerá nada que sea creado por Jesucristo, la vid verdadera y espiritual.
      Mientras los creyentes están peleando la batalla de la fe sobre esta tierra, donde el enemigo el diablo y Satanás tiene el control, Jesús ayuna y participa en el sufrimiento junto con ellos. Mientras tanto, Él está orando con lágrimas por sus pecados.
      ¡Cuan llenos de vergüenza tenemos que estar porque el precioso Hijo de Dios tomó el sufrimiento de la cruz por mí y por ustedes! Sin embargo, creyendo en este hecho, si nosotros no nos santificamos rápidamente sino que continuamos pecando una y otra vez, haciendo por lo tanto que Él interceda por nosotros cada vez, es una gran vergüenza para nosotros.
      Espero que ustedes alcancen rápidamente la santidad y se aparten completamente del pecado. Yo les insto a que no hagan que el Señor derrame de nuevo Su lágrimas por ustedes a causa de sus pecados.
      1 Juan 2:2 dice, "...Él es la propiciación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo".
      Cuando los hombres pecaban durante el tiempo del Antiguo Testamento, ellos sacrificaban animales para recibir el perdón por sus pecados y para estar en paz con Dios. En el Nuevo Testamento, Jesús se convirtió en el Cordero expiatorio y murió por nosotros para reconciliarnos con Dios.
      Romanos 3:23-23 dice, "por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios, y son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús".
      En 1 Juan 1:9 dice, "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad".
      Nosotros ciertamente éramos pecadores, pero fuimos justificados a través de la fe, y nos fue permitido llamar a Dios "Padre". Este sacrificio de Jesús fue por toda la humanidad. Esto fue para todos sin importar su nacionalidad, raza, ya sea ricos o pobres, bien educados o analfabetos, hombres y mujeres, jóvenes y viejos.
      Todo aquel que cree en el Señor puede recibir perdón de sus pecados y ser reconciliado con Dios.
      Amados hermanos y hermanas en Cristo, a través de estos versículos 1 y 2, yo deseo que ustedes reconozcan el amor de Dios Padre una vez más.
      Dios ya nos dio la Ley a través de Moisés. Si nosotros guardamos la palabra de Dios, obtendremos fe, y si no lo hacemos, caeremos en la muerte. Esta es la ley de la verdad que Dios claramente nos ha mostrado.
      Sin embargo, Dios sabía de antemano que los seres humanos que viven en el espacio físico no podrían guardar Su palabra solamente con sus propias fuerzas. En el espacio físico, ellos están propensos a seguir las naturalezas carnales y a mancharse con la carne. Y con el paso de los días, el mundo está cada vez más lleno de pecados.
      Ellos están borrachos de lujuria y persiguen lo obsceno y la depravación, más sin embargo, ellos no saben lo que es pecado. Para salvar estas almas, Dios envió a Su único Hijo Jesús quien es el secreto que estaba oculto desde el principio de los tiempos.
      El inocente Jesús salvó a los pecadores derramando Su sangre, y se convirtió en el abogado de los pecadores.
      Aquí, nosotros tenemos que recordar una cosa. Aun cuando Jesús murió por todos los hombres, ya sea que acepten o no esa gracia y disfruten de ella completamente, depende de las decisiones individuales.
      Ellos tienen que creer en Jesucristo por su propia voluntad. Además, esa fe tiene que ser una fe verdadera que muestre evidencias con obras que la acompañen. Aquellos que realmente creen que Jesús tomó el sufrimiento de la cruz por sus pecados con naturalidad se apartarán del pecado.
      1 Juan 3:8 dice, "...El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo".
      Aun cuando las personas puedan decir que ellos creen, mientras vivan en el pecado continuarán perteneciendo al diablo tal como los incrédulos.
      El Señor nos perdonó de nuestros pecados para que nosotros no hagamos más las obras del diablo. Es más, para permitirnos desechar los pecados de nuestro corazón, Dios también nos envió al Espíritu Santo.
      El Espíritu Santo nos da gozo y felicidad cuando practicamos la verdad. Si practicamos la falsedad, Él nos dice que no deberíamos hacerlo. De igual forma, Dios nos dio la Palabra, a Su único Hijo Jesucristo e incluso al Espíritu Santo. Él ha abierto todos los caminos para que nosotros elijamos la verdad y nos santifiquemos.
      Ahora, ustedes solamente tienen que obedecer.
      Guardar los mandamientos y santificarse no es para nada difícil.
      Pero aun cuando nuestro Señor ha abierto el camino de la salvación y el Espíritu Santo trata de ayudarnos, nosotros no heredaremos el reino de Dios mientras no obedezcamos y continuemos viviendo en pecados.
      Los siguientes versículos 1 Juan 2:3-4 dicen, "En esto sabemos que nosotros lo conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: "Yo lo conozco", pero no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso y la verdad no está en él".
      Si realmente conocen al Señor, tienen que conocer Su amor por el cual fue sacrificado, y naturalmente ustedes lo amarán a Él. Entonces, obviamente guardarán Sus mandamientos.
      Incluso cuando los incrédulos están enamorados, cuando su amor es ferviente, ellos tratan de hacer cualquier cosa que le agrada a la otra persona. Averiguan qué clase de ropa, qué colores, o qué clase de alimentos le agradan a la otra persona y tratan de hacer esas cosas.
      Esto es mucho más relevante en el amor espiritual. Si nosotros amamos al Señor, sabemos lo que a Él le agrada y le obedecemos. Es decir, se trata de obedecer Sus mandamientos.
      Nosotros no hacemos lo que Él nos dice que no hagamos. Guardamos lo que nos dice que guardemos y desechamos lo que nos dice que desechemos. Aun cuando antes algo nos podía gustar mucho, una vez el Señor dice que a Él no le agrada, a nosotros también nos desagrada de corazón.
      Pero hay muchas personas que dicen que conocen a Dios y que lo aman, pero no siguen los deseos del Espíritu Santo. Ellos simplemente siguen sus propios deseos y sus pensamientos carnales. Y sin embargo, dicen, "¡Padre Celestial, te amo!". Pero Dios dice que son mentirosos. Aquellos que llaman a Dios 'Padre' tienen que santificarse así como Él es santo.
      Ellos no tienen que pretender solamente que son santos externamente, sino que tienen que desechar la maldad de su corazón. Esta es la única forma para demostrar que ellos aman al Señor. A menos que ellos cambien su corazón de esta forma, nosotros no podemos decir que su fe es genuina.
      Aun si ellos siempre asisten a la iglesia, podrán quebrantar la palabra de Dios buscando su propio beneficio. Podrán descuidar su vida en la fe. Si enfrentan dificultades, ellos podrán quejarse en contra de Dios e incluso oponerse a Él.
      Algunas personas se inclinan hacia las formalidades de la fe así como los Fariseos en el tiempo de Jesús. Aun cuando están en una posición de enseñar al rebaño, ellos mismos están atrapados en las tradiciones de sus antepasados y en sus propios esquemas de pensamiento, así que no experimentan las obras del Espíritu Santo. Y prefieren juzgar y condenar si escuchan sobre algunas obras del Espíritu Santo que se llevan a cabo.
      Sobre estas personas, 2 Timoteo 3:5 dice, "que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella. A esos, evítalos".
      Amados hermanos y hermanas en Cristo, a menos que ustedes guarden los mandamientos y se santifiquen, su fe espiritual no crece aun si han asistido a la iglesia durante mucho tiempo. Así que, en las dificultades, simplemente seguirán los métodos mundanos, e incluso a pesar que oran, dependen de los hombres.
      Marcos 11:24 dice, "Por tanto, os digo que todo lo que pidáis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá".
      Aun cuando hay muchos versículos como este en la Biblia, ellos no pueden estar confiados delante de Dios porque no tienen la verdad en ellos. No pueden obtener la fe para creer con el corazón. Así que, si se enferman, no dependen de Dios sino que van a los hospitales, toman medicinas, y son sometidos a cirugías.
      Generalmente, toman muchos alimentos saludables y tratan de ejercitarse, buscando las cosas que son buenas para la salud. Yo no estoy diciendo que ustedes no tienen que hacer ejercicios o que no deban comer alimentos buenos.
      Es bueno ejercitarse de vez en cuando y es bueno tener comida que es más saludable que aquellos alimentos grasosos y dañinos. Pero si ustedes aman a Dios y dependen de Él, su primera prioridad será enfocarse en la prosperidad de su alma y en agradar a Dios.
      Si no es así, y si sus mentes siempre están en cosas carnales, ¿qué dirá Dios de ustedes?
      Cuando Jesús cumplió con las obras del Padre en esta tierra, ¿dónde estaba Su atención a cada momento? Además, cuando los apóstoles y los profetas realizaron sus ministerios, ¿qué creen ustedes que ellos pensaron cada día?
      "¿Cuál es la comida más saludable en estos días? ¿Dónde está un buen gimnasio? He escuchado que hay un buen suplemento alimenticio, y puedo obtenerlo a un precio más bajo en esta tienda. ¡Este ejercicio en particular es muy bueno para la salud!".
      ¿Habrán estado ellos interesados en estas cosas?
      Si Dios no nos protege, nosotros no podemos conservar nuestra salud simplemente porque nos alimentamos bien y porque hacemos buenos ejercicios.
      Yo espero que ustedes pastores y Levitas revisen sus corazones. ¿En qué están enfocados y cuál es su prioridad en la vida?
      Cuando ustedes dicen, "¡Padre, yo te amo! ¡Señor, yo te amo!" ¿Aceptará esto Dios con agrado?
      ¿Podrá Dios decir, "¡Si, Yo conozco tu amor, y también te amo!"? Por supuesto, todos los miembros de la iglesia deberían ser capaces de escuchar un comentario como este, pero los pastores y Levitas son aquellos que han dedicado sus vidas a Dios. Entonces, ellos tienen que enfocarse en el reino de Dios y a salvar almas con toda su vida.
      Ellos tienen que llegar al espíritu y esforzarse con todo su corazón, mente y alma para glorificar a Dios. Ellos no tienen que hacer simplemente el trabajo que les ha sido asignado y continuar en la carne como hacen los empleados seculares.
      Ustedes no tienen que ser asalariados que reciben la paga por su trabajo sino verdaderos siervos y obreros de Dios.
      Yo espero que ustedes revisen una vez más si se están justificando a ustedes mismos y si están dando excusas diciendo, "Yo estoy haciendo todo esto", mientras verdaderamente están siguiendo su propio beneficio.
      Yo espero que su primera prioridad sea guardar los mandamientos y retener la verdad en ustedes.

      [Conclusión]

      Amados hermanos y hermanas en Cristo, 1 Juan 2:5 dice, "Pero el que guarda su palabra, en ese verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él".
      Aquellos que aman a Dios tratarán de guardar y practicar la palabra de Dios. Mientras ellos tratan, podrán finalmente santificarse, y mientras almacenan sus fervientes oraciones, también pueden manifestar el poder de Dios. Entonces, muchas personas experimentarán el poder de Dios y podrán convertirse en hijos de Dios que lo aman.
      Esta es la forma de retribuir el amor de Dios: alcanzar la santidad y producir muchos frutos.
      Esta es la forma en que el amor de Dios se perfecciona en ustedes.
      Yo espero que ustedes surjan como frutos de santidad y que a través de ustedes que son santos, espero, que muchas personas reconozcan el amor de Dios.
      Yo oro en el nombre del Señor para que ustedes retribuyan el gran amor y la gracia de Dios.

      [Amén]


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