• La Creación - El Sexto Día - Parte III

    [Génesis 1:26-31]

    06-08-2010 | Rev. Jaerock Lee

    • Escritura:

      Génesis 1:26-31
      [26] Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
      [27] Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
      [28] Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
      [29] Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.
      [30] Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así.
      [31] Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo:

      Este es el estudio 43º del libro de Génesis.

      En el estudio anterior analizamos cómo Dios la Trinidad creó al hombre a Su propia imagen y semejanza.

      En Salmos 139:14 está escrito: "Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien".

      Tal como lo dice el Salmista, les hablaré de algunas cosas para explicar cuán formidable y maravillosamente hizo Dios el cuerpo del hombre.

      Se ha dicho que un automóvil consiste de alrededor de 13.000 piezas, y que se requiere cerca de tres millones de piezas para ensamblar un avión Boeing 747.

      Se dice también que para construir un cohete espacial se necesitan alrededor de cinco millones de piezas.

      No obstante, el cuerpo de un hombre contiene más de 60 trillones de células (60.000.000.000.000).

      Un adulto tiene 206 huesos.

      Los huesos humanos son más sólidos que el granito.

      Un hueso del tamaño de una pequeña caja de fósforos puede soportar 10 toneladas; esto es más fuerte que el concreto.

      La estructura ósea cambia constantemente de modo que todo el sistema esquelético del cuerpo humano es renovado cada siete años.

      La superficie de la piel para un hombre promedio es de 1,9 metros cuadrados, y de 1,6 metros cuadrados para la mujer.

      La piel constantemente se descama y renueva; esta se renueva por completo cada cuatro semanas.

      Es semejante a vestir un nuevo traje de piel natural y resistente al agua cada mes.

      La longitud total del sistema circulatorio de los vasos sanguíneos es de aproximadamente 120.000 kilómetros.

      Esta longitud podría rodear la tierra tres veces.


      Amados hermanos y hermanas,

      ¿Saben ustedes cuán rápido es un abrir y cerrar de ojos?

      Pues este se da en 1/40 de segundo (400 milisegundos).

      En promedio, una persona parpadea 15 veces por minuto, o aproximadamente 900 veces por hora.

      Este parpadeo protege los ojos y además suaviza y lubrica la córnea.

      En Deuteronomio 32:10 leemos que Dios "guarda a Su pueblo como a la niña de Sus ojos".

      En Salmos 17:8 leemos que David oró a Dios pidiendo que lo guardara como a la niña de Sus ojos".

      Dios protege a los hijos de fe al igual que el párpado que protege la pupila al descender rápidamente cuando ingresa el polvo en el ojo.

      Incluso en situaciones muy urgentes y peligrosas, tales como los accidentes automovilísticos, por ejemplo, Dios obra de manera inmediata por medio de ángeles.

      Aquellos entre ustedes que ya han experimentado esto, saben con cuánta rapidez obra Dios para protegerlos.

      Ahora, en Proverbios 7:2 dice: "Guarda mis mandamientos y vivirás, y mi ley como las niñas de tus ojos".

      Nos dice que guardemos los mandamientos de Dios como las niñas de nuestros ojos.

      Cuando se aproxime algo que ustedes consideren como injusto, deben retroceder rápidamente. Cuando las cosas engañosas de este mundo se les acerquen como partículas de polvo, deben bajar con prontitud los párpados del corazón para que estas no puedan ingresar en él.

      Al hacer esto ustedes deben vivir siempre en la Palabra de Dios, de modo que las cosas de este mundo no puedan entrar sutilmente, ni por un minuto, un segundo, o siquiera 1/40 de segundo.

      Ahora hablemos acerca de la nariz.

      Cada 3 o 4 horas, las dos fosas nasales se turnan para hacer su trabajo.

      A medida que la nariz respira el aire, una de las fosas detecta los olores mientras la otra simplemente permite el paso del aire.

      En la lengua de una persona hay aproximadamente 9.000 papilas gustativas que pueden detectar los gustos.

      Dentro de un oído hay un tímpano que puede recibir las vibraciones de las ondas sonoras.

      El tímpano generalmente tiene muy mal olor.

      Esto es para prevenir que los insectos o lombrices diminutas lastimen el interior del oído en caso de que ingresen en él.

      Bien, observemos la parte interior del cuerpo humano.

      Cada pulmón tiene alrededor de 37.500 millones de alvéolos. Si los estirásemos ocuparían alrededor de unos 70 a 100 metros cuadrados.

      Esta área corresponde aproximadamente a la mitad de una cancha de baloncesto.

      Estas cosas tan extensas están dobladas de modo muy intrincado dentro del cuerpo.

      ¿Qué hay con respecto al estómago?

      El ácido gástrico que segrega el estómago tiene un nivel tan alto de acidez que hasta puede disolver el zinc.

      Si el estómago segregara solamente este ácido gástrico, sus paredes serían lastimadas de gravedad.

      No obstante, el estómago cuenta con una capa epitelial llamada "membrana mucosa", la cual produce moco a fin de evitar los daños. Además se produce una secreción alcalina que neutraliza el ácido gástrico y previene la disolución de las paredes.

      Al mismo tiempo, las células de las paredes estomacales se reemplazan continuamente con células nuevas; esto es, cada tres días.

      Ahora, 4,7 litros de sangre pasan por el corazón cada minuto.

      Si ustedes piensan en el tamaño de una botella de dos litros, pueden comprender cuán rápido bombea la sangre el corazón.

      La sangre bombeada desde el corazón recorre por todo el cuerpo y regresa al corazón en aproximadamente 46 segundos.

      Y la cantidad de sangre de cada persona es proporcional a su peso corporal.

      Son alrededor de 80 mililitros por cada kilogramo de peso corporal; si usted pesa 60 kilogramos, quizá tenga 4,8 litros de sangre.

      El componente principal de la sangre son los eritrocitos (glóbulos rojos) que se producen en la médula ósea a un ritmo de 20.000 por segundo.

      Observemos el sistema digestivo. Empezando desde la boca, mide cerca de 8,5 metros desde el un extremo al otro.

      El intestino grueso mide 1,5 metros de longitud, y el intestino delgado mide 6 metros de longitud; esta es la parte más larga del sistema digestivo.

      Una persona puede sobrevivir aunque pierda la mitad de su estómago, o con tan solo un pulmón o riñón.

      Si sus uñas son normales, estas crecen tres milímetros por mes; las uñas de los dedos centrales crecen con mayor rapidez que las uñas de los dedos pequeños.

      Existen más datos sorprendentes sobre el cuerpo humano.

      Cuando Dios creó al hombre, Él lo hizo de manera formidable y maravillosa.


      Amados hermanos y hermanas en Cristo,

      Génesis 1:26 indica que, una vez que Dios creó al hombre, Él dijo: "Y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra".

      Dios la Trinidad creó al hombre, y dijo que permitiría que el hombre señoree sobre los peces del mar, las aves, las bestias y otros animales, así como sobre toda la tierra.

      En este verso, al decir "toda la tierra" se refiere también al Huerto del Edén, el cual pertenece al 2º cielo, además de la Tierra, que pertenece al 1º cielo.

      Aunque Adán fue creado del polvo de la tierra, él llegó a ser una criatura viviente cuando se le otorgó el aliento de vida.

      Él no estaba en el mismo nivel de dimensión que las plantas y animales de la tierra, los cuales pertenecen a la dimensión natural, sino que fue creado como un ser que corresponde a la dimensión espiritual.

      Con el espacio como estándar, el 1º cielo está en la 1ª dimensión, y el 2º cielo está en la 2ª dimensión.

      La ley del reino espiritual dicta que los seres de las dimensiones superiores pueden gobernar sobre los seres de las dimensiones inferiores.

      Dios creó al 1º hombre, Adán, con el polvo de la tierra que pertenece a la 1ª dimensión, pero Él sopló Su aliento de vida en su nariz para que pudiera convertirse en un ser viviente que pertenece a la 2ª dimensión.

      Ya que Adán era un ser viviente que pertenecía a la 2ª dimensión, él podía señorear sobre las cosas que están no sólo en el Huerto del Edén en la 2ª dimensión, sino también sobre toda la Tierra, que está en la 1ª dimensión.

      Por lo tanto, aunque Adán vivió en el Huerto del Edén, él podía recorrer libremente la Tierra.

      Dios le dio a Adán, el primer hombre, gran nivel de autoridad.

      Ustedes pueden darse cuenta de cuán grandes eran las expectativas de Dios para Adán.

      Pues en Génesis 1:28 leemos cuántas bendiciones otorgó Dios a Adán ya que estaba muy complacido de haber creado al primer hombre, Adán.

      Dice así: "Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra".

      La primera bendición que Dios pronunció sobre Adán fue: "fructificad, multiplicaos y llenad la tierra".

      Junto a Eva, quien Dios dio como esposa a Adán, él llegó a ser fructífero, se multiplicó y llenó la tierra en el Huerto del Edén.

      Esto significa que tuvieron muchos hijos, a fin de que su descendencia pudiera florecer.

      La segunda bendición que Dios pronunció sobre Adán fue: "sojuzgad (la tierra)".

      Les dije anteriormente que "la tierra" en este verso se refiere no sólo a este mundo, sino también al Huerto del Edén.

      Cuando el rey de un país conquista otro país, la tierra conquistada pasa a ser de posesión del rey conquistador.

      Por lo tanto, el hecho de que Dios haya permitido a Adán que sojuzgara el Huerto del Edén y la Tierra, significa que todo lo que había en estos lugares le pertenecía a Adán.

      Dios concedió a Adán el Huerto del Edén y la Tierra como herencia.

      La tercera bendición que Dios pronunció sobre Adán fue: "señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra".

      Como explicaré al estudiar el segundo capítulo, Dios le dio a Adán la sabiduría y el entendimiento para hacer todo esto posible.

      Existen peces, aves y bestias, no sólo en la tierra, sino también en el Huerto del Edén.

      Adán sabía cómo comunicarse con todos estos animales.

      No obstante, esto no significaba que el se comunicaría con los animales de la manera que se comunicaba con otras personas.

      Él señoreaba sobre los animales estando en comunión con ellos.

      Por ejemplo, una mascota bien domada puede sentir incluso la afectividad de su amo.

      Cuando el amo está feliz, la mascota también se siente feliz; cuando el amo está triste, la mascota también se siente triste.

      El amor y la mascota tienen hasta cierto grado una conexión emocional.

      Adán tuvo una comunión clara con los animales, al punto de poder señorear sobre ellos.

      Por cierto, hubo otra razón por la que Dios permitió que Adán sojuzgara la tierra y señoreara sobre todas las cosas.

      En el 2º cielo, al cual pertenece el Huerto del Edén, existe un área donde moran los espíritus de las tinieblas.

      El Huerto del Edén, el cual pertenece al dominio de la luz, se encuentra con el dominio de las tinieblas.

      Cuando Dios le dio a Adán la autoridad para sojuzgar y señorear la tierra, Él deseaba que Adán protegiera el Huerto del Edén y la Tierra de las fuerzas de las tinieblas.

      Cuando Adán era un ser viviente, él protegió y señoreó la Tierra y el Huerto del Edén con la autoridad concedida por Dios.

      Así, el diablo enemigo y Satanás no pudo codiciar ni entrar sutilmente al Huerto del Edén.

      Tampoco podía causar ningún daño a las cosas que estaban bajo la autoridad de Adán.

      Lucifer permaneció al mando de las tinieblas en el 2º cielo, junto con otros espíritus malignos bajo su control, y continuamente hacía planes para engañar a Adán.

      Lucifer estaba atento a las oportunidades para causar que Adán cometiera pecados y hacerlo su presa.

      Con la autoridad otorgada por Dios, sin embargo, Adán señoreó muy bien sobre el Huerto del Edén y la Tierra por un largo tiempo.

      Ya que Adán era un ser viviente libre de pecado, como resultado de su autoridad de luz, las fuerzas de las tinieblas no podían acercarse a él.

      Ahora, Génesis 1:29 dice: "Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer".

      Ejemplos de las plantas que dan semilla son: tomates, pepinos y melones, tales como la sandía.

      Ejemplos de las frutas que dan semilla son: manzanas, peras, duraznos, uvas y otras frutas provenientes de árboles.

      Ya que Adán sería puesto en la Tierra, Dios le habló de antemano acerca de la comida que comería para sobrevivir.

      Desde el principio, Dios le proporcionó a Adán una dieta vegetariana.

      Más tarde se dio un incidente cuyo resultado fue que se permitió la carne en la dieta.

      Fue después del Diluvio que Dios permitió que el hombre comiera carne.

      En Génesis 9:3-4 Dios dice: "Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo. Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis".

      Mientras Adán vivía en el Huerto del Edén, los animales de la Tierra comían solamente plantas y bebían agua.

      Con respecto a esto, en Génesis 1:30 Dios dice: "Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así".

      Antes de que la tierra fuera maldecida, los animales no tenían maldad alguna. Ellos no peleaban entre sí, ni se lastimaban unos a otros.

      Todos los animales podían sobrevivir alimentándose con plantas y bebiendo agua; ellos vivían en paz de acuerdo a la ley natural.


      Amados hermanos y hermanas en Cristo,

      En Génesis 1:31 leemos: "Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera".

      Durante los seis días de la Creación, Dios vio que todo era sencillamente "bueno", hasta que creó los animales en ese 6º día.

      Por supuesto, en el 2º día, cuando el lugar de morada de los espíritus malignos fue preparado, no hubo aquella exclamación: "Y vio Dios que era bueno".

      No obstante, después de crear al hombre en el 6º día, Él vio que era "bueno en gran manera".

      Dios exclamó esto ya que creía que Él obtendría hijos verdaderos por medio de Adán.

      Pero hasta recibir esos hijos verdaderos, tuvo que pasar por mucho sufrimiento, como por ejemplo el pecado cometido por Adán y su expulsión a la Tierra.

      Sin embargo Él creyó que muchos hijos verdaderos nacerían en el amor de Dios la Trinidad, y por eso se regocijó.

      ¿Qué hizo Dios cuando Enoc resultó ser el primer fruto que alcanzó un espíritu completo por medio de la cultivación humana?

      En Génesis 5:24 leemos: "Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios".

      Con respecto a esto, en Hebreos 11:5 dice: "Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, Y NO FUE HALLADO, PORQUE LO TRASPUSO DIOS; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios".

      Cuando Enoc entró en el espíritu completo, Dios se regocijó mucho, y siempre caminó con Enoc.

      Además, Él anheló tenerlo siempre cerca de Sí, y lo llevó al Cielo con vida estando aún en edad de hombre joven de aquellos días.

      Del mismo modo, Dios se complace siempre con los hijos verdaderos que alcanzan el espíritu completo.

      Por lo tanto, anhelo que ustedes alcancen ciertamente el espíritu completo y que se unan al grupo de los hijos verdaderos.

      Dios el Padre desea que todos ustedes sean así, y Él espera por ustedes en Su perfecto amor.

      Él derrama de Su gracia y fortaleza sobre aquellos que lo buscan, y les ayuda a alcanzar el espíritu y el espíritu completo.

      Si ustedes llegan a ser hijos verdaderos al alcanzar el espíritu completo, recibirán mayor autoridad y poder que la autoridad y poder que se le otorgó a Adán, un ser viviente.

      Adán, quien era un ser viviente, era un ser de la 2ª dimensión que pertenece al 2º cielo. Pero si ustedes alcanzan el espíritu completo llegarán a ser seres de la 3ª dimensión, que pertenece al 3º cielo.

      Esto significa que ustedes pueden señorear sobre todas las cosas, tanto de la segunda como de la primera dimensión, siempre y cuando no excedan el límite de la justicia.

      Cuando un hombre de espíritu completo da una orden al espíritu de las tinieblas, este no tiene otra alternativa que obedecer.

      Cuando el hombre dice "¡vete!", el espíritu debe irse.

      Ustedes pueden ver que cuando Jesús ordenaba a los demonios que se fueran, estos obedecían.

      Además, cuando Él ordenaba a vientos y mares que se calmaran, estos también obedecían.

      No solamente Jesús, sino también el Apóstol Pablo, el Apóstol Pedro, el Diácono Felipe, y el Diácono Esteban manifestaron muchas señales y prodigios.

      A medida que alcanzaron el espíritu completo, a estos se les dio la autoridad para señorear sobre las cosas que pertenecían a la carne, así como sobre las fuerzas de las tinieblas.

      Ustedes quizá tuvieron experiencias con libélulas durante el retiro de verano.

      La aparición y desaparición de libélulas, así como el número de ellas, se puede controlar si así se lo desea.

      Se obedece la autoridad para señorear sobre la dimensión natural.

      Si ustedes llegan al espíritu completo, también podrán recibir esta autoridad y poder espirituales.

      Adán, un ser viviente, fue un ser de la 2ª dimensión, y él sojuzgó y señoreó el Huerto del Edén y la Tierra.

      No obstante, si un hombre que ha experimentado la 1ª dimensión mediante la cultivación humana alcanza el espíritu completo, éste se convertirá en un ser de la 3ª dimensión, un ser de una dimensión superior a la 2ª.

      Este llega a ser un hijo verdadero de Dios que refleja no sólo la imagen externa de Dios, sino también Su corazón.

      Dios el Padre desea obtener innumerables hijos verdaderos como este.

      Y por ende, Él va desarrollando el ardiente poder del Espíritu Santo mientras se acerca el fin.

      El lo hace porque la semilla de vida que ha plantado en todos los hombres sólo puede despertar por obra del Espíritu Santo.

      Adicionalmente, una vez que despierta la semilla de vida, el espíritu puede crecer bien espiritualmente sólo si le proporciona el Evangelio de la Santidad.

      Esto es posible porque el Evangelio de la Santidad es la palabra que cultiva el terreno del corazón.

      Cuando ustedes cultivan el terreno del corazón para que sea fértil, es lo mismo que poseer terreno espiritual.

      Ustedes no están sojuzgando su propio corazón si tampoco están cultivando el terreno de su corazón para que sea fértil.

      Es por esto que ustedes no pueden controlarse a sí mismos, a pesar de tratarse de su propio corazón.

      En ese sentido, ustedes son instigados por el diablo enemigo y Satanás, y ustedes llegan a obrar según sus instigaciones.

      Dios le dijo a Adán que sojuzgara la Tierra y señoreara sobre todas las cosas.

      Esto tiene implicaciones con significado espiritual muy profundo.

      La tierra concierne al corazón del hombre que fue creado del polvo de la tierra.

      Cuando Adán era un ser viviente, él podía sojuzgar toda la tierra y señorear sobre ella.

      Ya que su corazón era espíritu en sí, él no necesitaba separar el espíritu del corazón.

      No obstante, cuando él cometió pecado, dio cabida en su corazón al diablo enemigo y Satanás.

      La tierra espiritual fue arrebatada por el diablo enemigo y Satanás.

      Y como resultado, fue privado de la propiedad del Huerto del Edén, y expulsado a este mundo.

      Él ya no podía señorear sobre la tierra como lo había hecho antes; ahora debía esforzarse mucho para obtener el fruto de la tierra.

      Como Adán, quien solía señorear sobre la Tierra, llegó a ser así, todas las cosas que pertenecían a la tierra también se vieron afectadas por el diablo enemigo y Satanás.

      La razón de esto es que Adán no conquistó su corazón, que es la tierra espiritual.

      En otras palabras, cualquiera que conquiste su corazón, que es su tierra espiritual, podrá recuperar la autoridad y poder que poseyó Adán una vez.

      Si ustedes alcanzan el espíritu completo, llegarán a ser seres de la 3ª dimensión, y por ende recibirán mejor autoridad y poder que Adán.

      Por lo tanto, es muy importante conquistar nuestro propio corazón, que es la tierra espiritual.

      En Proverbios 4:23 dice: "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida".

      Pero mientras tengan atributos de la carne en el corazón, no se podrá decir que han conquistado sus corazones por completo.

      Aunque en sus corazones exista tan sólo un poco de atributos de la carne, este cambiará fácilmente y llegará a ser deteriorado.

      Si ustedes saben bien esto, entonces deberían desechar la carne, y poseer el corazón de espíritu.

      Y deben sacar completamente de la tierra de sus corazones la piedra espiritual, que es la lujuria del mundo.

      También deben sacar las espinas espirituales.

      En otras palabras, deben desechar toda la falsedad que obra como pensamientos de la carne debido a las preocupaciones acerca del mundo y la codicia por el dinero, que causa su desobediencia a la Palabra de Dios.

      Al producir frutos abundantes del Espíritu Santo, ustedes deben alcanzar el corazón de espíritu y el espíritu completo.

      Entonces llegarán a ser seres de la 3ª dimensión, que son superiores a Adán, y podrán sojuzgar y señorear sobre todo con justicia.

      En el nombre del Señor Jesucristo, ruego que ustedes alcancen este nivel y den gloria a Dios el Padre, ya sea que beban o coman, o en cualquier cosa que hagan.

      [Amén]


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