[1 Corintios 13:3]
06-10-2008 | Rev. Jaerock Lee
Lectura Bíblica
1 Corintios 13:3
"Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve".
Amados
Hermanos en Cristo y Estimado Público Televidente
Este es la 6o prédica de la serie "Amor Espiritual".
En el mes de mayo en Corea se celebra el Día de los Padres y en ese día los hijos muestran su agradecimiento hacia ellos. En muchos países se obsequian ramilletes de flores a los padres en ese día tan especial.
¿Recuerda usted la primera vez que su hijo le regaló un ramo de flores? Ese día posiblemente le pareció que su hijo había crecido y se sintió feliz. Y aunque las flores hubieran sido de papel, seguramente le hubieran parecido bellas.
Por eso, los padres sienten un inmenso gozo no sólo cuando sus hijos nacen, a pesar de los dolores del parto, sino también cuando el niño manifiesta su amor hacia ellos y expresa su agradecimiento.
De la misma manera, nuestro Dios y Padre se complace mucho cuando las almas aceptan al Señor y nacen de nuevo como hijos Suyos. Y se agrada aún más cuando la fe de Sus hijos crece y cuando aumenta su amor. Es entonces cuando pueden sentir el amor de Dios y también cuando pueden manifestar su agradecimiento hacia Él. El corazón de un hijo que ama a Dios Padre, es considerado por Él como lo más valioso que hay. Por eso, no importa lo bien que usted pueda expresarse en cualquier idioma, ni tampoco si puede hablar en lenguas angelicales; no interesa lo grande que sea su fe, su habilidad y su conocimiento, si usted no tiene amor, todo eso no vale nada para Dios.
Hoy compartiré con ustedes la segunda parte del versículo de hoy. Que cita, "...Si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve".
Es mi deseo que, a través de este mensaje, lleguen a tener ese amor espiritual que nuestro Dios y Padre anhela que todos tengamos.
Oro en el nombre de Jesucristo para que cuando vea al Señor en el cielo, cada uno sea como un inmenso ramillete de gozo a Dios que no podrá compararse ni con las más bellas flores de esta tierra.
Queridos Amigos y Hermanos:
En la última prédica les dije que toda obra social benéfica o de caridad no tiene valor si no se hace con amor. La acción social sin amor es aquella que hace para ser alabado por otros y para presumir de usted mismo. Cuando hace obras benéficas con esa intención, aún si entrega todo lo que posee a los necesitados, si no lo elogian se lamentará y se quejará de haberlo hecho. Con esa falsa bondad no podrá ser bendecido en esta tierra, ni tampoco podrá recibir recompensas en el cielo. Por eso, esta clase de obras no tienen valor.
Cuando practica la verdadera caridad, aun si nadie reconoce su acción, continuará haciéndolo con gozo y agradecimiento de corazón. Dios se complace con esta obra de verdadera compasión y promete recompensarle con extraordinarias bendiciones.
Este principio también se aplica al tema que vamos a tratar hoy día, que es "El Sacrificio".
La escritura de hoy la encontramos en 1 Corintios 13:3 que dice: "Si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve". En este pasaje "entregar mi cuerpo para ser quemado" significa "sacrificarse completamente uno mismo." Ahora bien. ¿Es posible que una persona que entrega su cuerpo para ser quemado por otro no tenga amor?
Antes de explicar que cosa significa este verdadero sacrificio que proviene del amor, permítanme hablar sobre el otro tipo de sacrificio que no es hecho con amor, aun cuando llegue a entregar su cuerpo para ser quemado por otra persona. Es mi deseo que a través de este mensaje, usted examine su corazón y se consagre más enteramente al Señor.
En primer lugar, el sacrificio que se hace sin amor es cuando uno se queja y reniega de palabra después de haber hecho algún servicio en el templo o en la obra de Dios.
Cuando se ha esforzado invirtiendo su tiempo y dinero en la obra de Dios, pero nadie se lo reconoce ni lo elogia, se siente triste y se queja. Incluso podría llegar a decir, "He trabajado tan duro y me he esforzado por hacer todo esto, ¿Y ni siquiera me lo agradecen? O ¿Por qué los otros sólo me miran y no hacen nada? Esto lo pueden decir los que están aún en el 2do o empezando el Tercer nivel de fe. Hay personas que incluso dicen: "Cómo es posible que esos hermanos estén con los brazos cruzados en vez de ayudarme. Yo tengo que hacerlo todo"
A manera de anécdota: En el último retiro de verano de la iglesia, los adultos apoyaron a otras personas. Cocinaron bajo un sol abrasador. Hicieron de todo. Sin embargo, luego se quejaron, y por eso, su recompensa en el cielo disminuyó. Saben lo que decían. Decían: ¿Por qué los otros sólo miran y no ayudan? Y aun cuando se esforzaron al máximo, su recompensa en el cielo se redujo debido a sus constantes quejas.
Volviendo a la prédica. O cuando ve que otros hermanos no son tan cuidadosos ni dedicados como usted, diría que -aun cuando proclaman a los 4 vientos que aman a Dios y a su pastor- son una tira de ociosos. Al final de cuentas, los estará juzgando y condenando. Esta actitud veladamente encubre el deseo de que sus meritos sean conocidos por otros para ser elogiados por ellos y así presumir con arrogancia de su fidelidad.
Si el superior o el de mayor jerarquía le halaga por la labor hecha, se derretirá como la nieve. Sin embargo, si no oye ningún cumplido se entristecerá y desanimará. Debido a esto, se quejará porque nadie ha reconocido su labor. Esta clase de servicio sin amor puede romper la paz entre los hermanos y también romperá el corazón de nuestro Dios. Por eso, un sacrificio sin amor no vale nada.
En segundo lugar: Un sacrificio sin amor lleva al desánimo.
Tal vez no se queje abiertamente de palabra. Pero si nadie reconoce su fidelidad en el servicio, se desanimará, su autoestima estará por los suelos y su entusiasmo por el Señor se enfriará. Si alguien le señala algunas fallas en el trabajo que ha realizado con tanto esfuerzo, incluso llegando a sacrificarse usted mismo, se desalentará y culpará a los que lo han criticado.
Cuando alguien da mas fruto que usted y es reconocido por los demás, se pondrá celoso y lo envidiará. Entonces, no importará lo fiel y lo entusiasta que haya sido, no tendrá verdadero gozo dentro de usted.
Y aunque usted acostumbraba servir con mucho entusiasmo en la iglesia como miembro del coro o como líder de grupo, ahora abandonará sus obligaciones.
He oído el testimonio de una familia. Su hijo se había preparado con mucho entusiasmo para el retiro de verano. Había practicado mucho específicamente para la competencia de la TORRE HUMANA. Sin embargo, al momento de la competencia cuando los estudiantes estaban subiéndose uno sobre el otro formado la TORRE HUMANA, este muchacho se cayó. Y por eso no pudieron ganar el premio mayor. Ahora bien, debido a este incidente, el joven se deprimió y dejó de venir a la iglesia. Esto prueba que se había preparado esperando ganar algo y deseando ser reconocido por los demás.
Si se ha quejado luego de haber realizado una tarea con mucho esfuerzo, Dios no aceptará con gozo su labor. Por otra parte, si se ha esforzado mucho en cumplir bien una tarea, pero ha cometido una falla, entonces se propondrá no volver a equivocarse. Si tiene esta clase de corazón, progresará en su vida espiritual. En el caso del muchacho, tal vez debió haber pensado que debido a su error simplemente otro equipo obtuvo el primer premio, o que probablemente otros equipos se habían preparado mejor que el suyo. Si reconoce y acepta esto de buen grado. Se imaginan el corazón tan bondadoso y bueno que tendrán. Dios dirá: "Hijo. En el futuro tu vas a ser un vaso de honra para el reino de Dios."
En tercer lugar: si se sacrifica sin amor, será diligente y cuidadoso sólo cuando otros lo estén observando.
Cuando ninguno lo observa, entonces nadie podrá darse cuenta de lo perezoso que es, ni de la forma tan descuidada e incorrecta en la que hace su trabajo. Estará poco dispuesto a hacer tareas que no sean vistas por los demás, sino que procurará sólo cumplir con los trabajos que son obviamente visibles a otros. Y es por qué desea llamar la atención de sus superiores y de otros hermanos y ser alabado por ellos. Por ejemplo: Algunos ayunan para que los demás los vean.
Jesús dice en Mateo 6:16 "Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa". Cuando ayune debe tener una sonrisa de oreja a oreja, para que los demás digan: "Oye. Qué bien te ves cuando ayunas." ¿No es mejor oír esta clase de comentarios? En vez de que digan: "¿Por qué estás tan triste? Seguro que estás ayunando." Si está así cuando ayuna es porque todavía está en el 1er nivel de fe. Y agrega en los versículos subsiguiente 17-18: "Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto (Esto quiere decir, que Dios sabe cuando ayuna. Prosigue la cita); y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público". La pregunta es entonces: ¿Por qué se sacrificaría usted mismo si no tiene amor aun teniendo fe y conociendo la palabra de Dios?
Comparemos el trabajo que realiza un granjero en su propio campo, con el que realiza un campesino por un determinado salario en la viña de otro. Cuando un granjero labra su propia huerta, trabaja arduamente de buena gana desde que amanece hasta que anochece. No deja de hacer ninguna tarea. Hace todo sin fallar. Y aún si se queda hasta la noche trabajando, lo hará lo mejor posible. Incluso cuando ya está por anochecer, no dejará el campo sin terminar la faena. A pesar que su familia lo esté esperando para cenar, se quedará en el campo mientras haya un rayo de luz que le permita labrar. Y hace esto porque es su propio terreno. Su propio huerto o granja.
Sin embargo, cuando un campesino contratado trabaja en un campo que le pertenece a otro, no se esfuerza al máximo, sino más bien quiere que la jornada termine lo más pronto posible para poder recibir su paga y regresar a casa. Y por eso, deja de hacer muchas tareas. Aun si esto no se aplica a todos los casos, la mayoría de la gente se apega a lo que le pertenece.
De forma similar, en la medida en que los hijos de Dios sean en verdad agradecidos por la gracia y el amor que han recibido de Dios, entonces, considerarán toda tarea y deber en el servicio de Dios como suyo y lo harán de todo su corazón. Lo harán lo mejor posible, como si se tratase de algo suyo, sin importarle si otros lo reconozcan o no.
Pero, si no tienen el amor por Dios en su corazón, lo harán de mala gana y sin voluntad; es decir, superficialmente, como un empleado que sólo desea su salario. Y luego se quejarán y protestarán cuando no reciban el pago que esperaban.
Este tipo de persona lo encontramos en la parábola del Hijo Pródigo, en el capítulo 15 del Evangelio de Lucas. Luego de haber malgastado toda la herencia que el Padre le había adelantado, un buen día el hijo menor regresa a casa pobre y en la total miseria. El padre le recibe con gozo y le da lo mejor que tiene y hace una fiesta en su honor. En ese momento, el primogénito quien regresaba a casa luego de trabajar, se entera del regreso de su hermano.
En Lucas 15:28, se nos narra que el hermano mayor se enoja con su padre y no quiere entrar al banquete. ¿Cómo hubiera reaccionado usted en la misma situación? Hace mucho tiempo, probablemente hubiera reaccionado de la misma manera. Desde luego, ahora ha cambiado y es una nueva criatura y no se hubiera comportado así.
Volviendo al pasaje: El padre se le acerca y le suplica que participe del banquete.
Los siguientes versículos 29-30, registran la respuesta del hijo mayor a su Padre. Y cita la Palabra: "Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo"
El hermano mayor le reclamó a su padre. Como no habían sacrificado ni siquiera un cabrito para él, y cuando regresa el hijo menor luego de haber gastado todo su dinero con prostitutas, el padre ordena matar un becerro engordado y ofrece un banquete en su honor. Se sentía mal y no podía entender a su padre. Por eso se quejó. Si aún hay algo de maldad en ustedes, no podrán comprender el corazón del Padre. En cambio si hay bondad en su corazón, inmediatamente podrán entenderlo. Si el hijo mayor hubiera comprendido a su padre, se hubiera dado cuenta que lo que hizo, era lo más correcto y lo que se debía de hacer. Pero el hermano mayor no era bueno y más bien reaccionó en contra de su padre.
De la misma forma, los pensamientos del hombre carnal y del hombre espiritual se oponen entre sí. Y no sólo la manera de pensar, también el carácter del corazón y el comportamiento de cada uno son opuestos. Por tanto, el hombre carnal no podrá entender al hombre espiritual, y también sucede lo opuesto. Por eso, es un gran pecado si un hombre carnal juzga a un hombre espiritual. Aquellos que son malvados juzgan a un hombre de espíritu que es bueno. Y eso, repito, es un gran pecado.
Volviendo al pasaje: El padre le contesta al hijo mayor de esta manera en Lucas 15:31-32: Y dice la cita: "Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas (Es decir, todas las propiedades del Padre. Continúa la cita) son tuyas. Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado" ¿Acaso no era lo correcto hacer esto? Claro que si. El padre amaba al hijo mayor e iba a entregarle todas sus posesiones. Pero no supo valorar el corazón del padre. No pudo darse cuenta que todo lo que tenía el padre era suyo, y más bien pensó que se había sacrificado en vano por él. Finalmente, creyó que su padre no reconocería todo su trabajo y esfuerzo, y entonces se quejó. Más aún, tuvo celos de su hermano menor, quien había vuelto a casa medio muerto.
Por eso, creo que el hermano mayor nunca extraño a su hermano menor. Él debía de haberlo extrañado e incluso debía haberse preguntado que había sido de él durante todos esos años. Pero el hijo mayor tenía celos del menor. Y le dijo al Padre: "He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás". Ese mismo día, cuando su padre celebraba la fiesta en honor de su hijo menor, el hermano mayor estaba en el campo y oyó todo esto de regreso a casa. Quiere decir que el hijo mayor había sido fiel y que había trabajado duro por su Padre. Si no hubiera vuelto el hermano menor a casa, el otro hermano hubiera sido el hijo perfecto para el padre pero no hubiera conocido su corazón.
Esto confirma que el primogénito había obedecido fielmente los mandamientos de su padre y le había servido bien. Sin embargo, cuando se quejó, eso demostró que no había trabajado por amor a su padre. Hermanos: Les pido en este momento a todos ustedes que se examinen a sí mismos para ver si han vivido una vida como la del hijo mayor. Entre los siervos que han servido por propia voluntad a la iglesia, algunos se lamentan y se desaniman porque piensan que nadie reconoce lo que han hecho por la iglesia, todo lo que han sacrificado, y cómo han respaldado y apoyado al pastor durante las pruebas.
Se desaniman porque piensan que otros que llegaron después a la iglesia, ahora son más apreciados y favorecidos. Piensan que es mejor dar un paso al costado porque no hay ninguna labor o tarea para ellos. Si tiene está clase de actitud, debe examinarse a ver si ha servido y ha sido fiel al Señor en verdad y en amor.
En este momento, los animo a creer que todo lo que han hecho hasta ahora por Dios con seguridad les será recompensado. Si es un siervo que tiene muchos años en la fe y ocupa además una posición en la iglesia, debe servir a los demás como el maestro sirvió a Sus discípulos. Más aún, si aprende lo que tiene que aprender con una mente humilde, llegará a ser un trabajador fiel íntegro y amable, que transmita amor a los demás. Y resultado de ello será que su sacrificio y su fidelidad producirán frutos más abundantes.
Colosenses 3:23-24 señala, "Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres (Es decir: Todo lo que hagan, deben hacerlo como si lo hicieran para el Señor; esto es, de todo corazón. Finaliza la escritura); sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís" Es mi deseo que ustedes recuerden este pasaje y que hagan todo como para el Señor y así puedan recibir la recompensa de heredar el reino de los cielos.
Estimados Amigos y Hermanos:
Si desea de todo corazón consagrarse al Señor, primero deberá tener amor espiritual en su corazón. Si su corazón está lleno de ese verdadero amor, perseverará dedicando completamente su vida al Señor, ya sea que otros lo reconozcan o no.
Así como la luz de una vela brilla en la oscuridad, usted podrá dar al Señor todo lo que posee. Y del mismo modo como el fuego consume la vela en forma silenciosa; no presumirá de sí mismo por ello. Nuestro Señor Jesús ha sido y es el ejemplo perfecto de verdadero sacrificio.
Muchos pasajes del Antiguo Testamento profetizan a Jesús, nuestro Salvador, quien vendría como sacrificio expiatorio, y es comparado con un cordero. En el Antiguo Testamento, cuando el sacerdote sacrificaba un animal para ofrecerlo a Dios como sacrificio expiatorio, se vertía su sangre y se quemaba su grasa en el fuego del altar. Nuestro Señor Jesús, como propiciación por nuestro pecado, derramó hasta la última gota de sangre y de agua para redimir a toda la humanidad de sus pecados.
¿Por qué fue efectivo Su sacrificio? Porque fue hecho con perfecto amor. Jesús amó a Dios por sobre todas las cosas, y mientras permaneció en esta tierra, se esforzó al máximo por cumplir la voluntad del Padre.
En Juan 19:30 Jesús en el último instante dijo, "¡Consumado es!" y entonces expiró. De esa forma, cumplió la voluntad de Dios llegando a sacrificar Su vida. El Señor cumplió todas las profecías escritas sobre Él en el Antiguo Testamento. La vida de Jesucristo fue un fiel reflejo de las profecías del Antiguo Testamento. No dejó de cumplir ninguna. Vivió de acuerdo a la Palabra de Dios porque sabía que en el Antiguo Testamento los padres de la fe habían profetizado una palabra sobre Él hacía mil o 2 mil años atrás y quería cumplir todo lo que Dios había hablado por medio de sus profetas. Incluso en el último momento de Su crucifixión, oró intercediendo por las almas. Aun, en ese último instante, cuando caía la última gota de sangre, su único propósito era salvar a la humanidad.
Muchos enfermos de cáncer son sanados en esta iglesia. Incluso de cáncer Terminal. Pero no dan su testimonio. Esta mañana, 2 hermanas que fueron sanadas de cáncer vinieron a verme. Ambas habían tenido cáncer de pecho. Y el esposo de una de ellas vino desde China para ver a su esposa. Ahora está muy feliz porque su esposa ya no tiene cáncer. Y le pregunte al marido: ¿Qué piensan hacer ahora? ¿Van a volver a China? Y él me respondió que no querían regresar, sino más bien deseaban quedarse a vivir aquí para aprender la Palabra de Dios. Realmente se veían felices. La esposa había sufrido de cáncer, pero luego que ore por ella, sanó completamente. Y la otra hermana también estaba sana. Por eso aun cuando tenían familia en China, decidieron quedarse. Ahora sirven al Señor. Hay muchos casos de sanidad de cáncer. Sin embargo, el mundo no lo cree.
Volviendo al mensaje: Jesucristo no presumió de Sí mismo ni trató de ser exaltado ni de recibir gloria. Él glorificó SOLAMENTE a Dios.
Por eso, Filipenses 2:9-10 señala, "Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra". Dios mismo exaltó a Jesús y le hizo ocupar una posición de gloria y de altísimo honor.
Si se despoja de toda forma de codicia y de deseos impuros y se consagra con un corazón puro, Dios le exaltará y le guiará a posiciones de honra. Nuestro Señor nos promete en Mateo 5:8, "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios". Así que, podrá ver a Dios con sus ojos.
Algunos dicen que si ven a Dios van a creer. Sin embargo, si les enseño la forma en la que pueden hallar a Dios. Me pregunto: ¿Vivirían de acuerdo a esas enseñanzas? ¿Cambiarían su forma de vida por conocer a Dios? Dios no oye la oración del pecador. Si un pecador ve a Dios, muere. Por eso dice la escritura: Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Así que, si tiene un corazón limpio y puro, podrá ver a Dios cara a cara.
Les animo a que alcancen la medida del corazón de Jesús y se ofrezcan como verdadero sacrificio a Dios, y con seguridad le verán. A muchos hermanos de la iglesia Manmin se les ha dicho que viven una vida cristiana distinta. No sólo guardan santo el Día del Señor; es decir, el domingo, sino también todos los viernes celebran culto de vigilia y, asimismo, oran todas las noches en la reunión de oración de Daniel.
Además, hay otros servicios de adoración, incluyendo el Culto del Miércoles, el Servicio de Alabanza de los Martes, los cultos que se realizan en las Células y muchas otras reuniones de oración. Igualmente, hay numerosos siervos que continuamente cuidan de las almas y visitan periódicamente sus hogares.
Desde luego, no sólo en esta iglesia sino también en muchas otras donde se manifiestan las obras del poder de Dios, hay estos siervos fieles. Pero nosotros tenemos más. AMEN.
Cuando habla con otras personas, por favor, háganlo con sabiduría, especialmente si usted es una cristiana que se considera madura. Tal ve puede hacer esta pregunta: ¿Qué hace usted en su tiempo libre? O decir: "Antes de aceptar a Jesucristo, mi día era cocinar, comer y lavar los platos. Y luego me ponía a ver mis telenovelas. Con las justas atendía a mi esposo cuando regresaba del trabajo porque no quería perderme ni un solo capítulo de mis telenovelas. Por eso muchas veces discutíamos. Y si no estaba viendo televisión, estaba chismoseando con mis amigotas." En ese momento, le puede preguntar: "Amiga: Cuándo piensa en su rutina diaria: ¿No le parece que pierde el tiempo?
Y ahí continúa: "Pero luego de conocer al Señor, ahora empleo mi tiempo en cosas positivas, sirviendo en la iglesia, orando, salvando almas en vez de perder mi tiempo y dinero en cosas inútiles. Y ahora he cambiado y soy una buena esposa y una mejor madre."
Ya no pierde el tiempo en cosas vanas. Ahora acumula tesoros en el cielo. Su alma y su espíritu son prósperos y sus oraciones son respondidas. Sin embargo, observe a la gente del mundo. Si tienen tiempo y dinero, lo que hacen es dormir más y así pierden el tiempo. Algunas mujeres pasan 2 a 3 horas maquillándose. Se imaginan hermanos. Se ponen 7 u 8 diferentes cremas y polvos en la cara. Y luego se demoran otras 2 o 3 horas en sacárselos. Sin embargo, los hermanos de esta iglesia deben estar muy contentos. ¿Verdad? Porque nuestras hermanas no son así.
También muchos otros hermanos trabajan durante el día en su centro laboral y en su tiempo libre sirven fielmente en la obra del Señor. En los días feriados no quieren descansar sino más bien reparten los periódicos de la iglesia y evangelizan a mucha gente. Invierten con todo su corazón y sinceridad, su tiempo y dinero para servir al reino de Dios, de manera que no es exageración decir de ellos lo que cita la escritura: "Que podrían entregar su cuerpo para ser quemado".
A modo de ejemplo tenemos el caso de un Diácono de nuestra Iglesia: Él era muy bueno jugando tenis y otros deportes. Sin embargo, luego que recibió al Señor, dejo todo de lado y trabajo fielmente para el reino de Dios. Dedicó mucho tiempo a la oración y a evangelizar. Por eso Dios puso paz en su familia. Incluso con su hijo que está sirviendo en el ejército y a quien extrañaba mucho, Dios le concedió la gracia de volver a verlo. Por eso, su vida antes y después de conocer al Señor era totalmente distinta. Ahora, en vez de salir con amigos a beber licor o pasar el tiempo haciendo deporte y regresar tarde a casa para discutir con su esposa; más bien ahora es un esposo y padre ejemplar que sirve a Dios.
Hermanos: Tiene que haber una clara diferencia entre la vida que llevaban en el mundo y la vida que ahora viven para el reino de Dios. Y una forma de saberlo, es determinar en que cosas invierte su tiempo y dinero.
¿Quién es el ejemplo para la Iglesia Manmin? Nuestro ejemplo de vida es la Iglesia Primitiva. Ellos hacían todo lo posible por estar juntos. Nosotros nos reunimos todos los días en el santuario. La Iglesia Neo Testamentaria ES COMO LA NUESTRA. Nos reunimos todos los días para orar en la oración de Daniel. La iglesia primitiva hacía lo mismo. Compartían el pan de la palabra de Dios; es decir, leían la Palabra todos los días y oraban constantemente. Vivían solo por el evangelio.
Así que, nuestra iglesia es como la iglesia primitiva, por eso Dios nos encomendó cumplir con Su providencia en estos tiempos finales. Que bendecidos somos porque Dios nos ha comisionado para cumplir con esa preciosa obra. Y cuando lleguemos al cielo, nuestra recompensa será diferente a la de otras iglesias.
La Iglesia Primitiva no solo vivía una vida consagrada sino que también muchos de ellos murieron como mártires. Qué fieles eran en sus vidas que nunca se quejaron ni se lamentaron aun cuando eran crucificados y lanzados a los leones hambrientos. Más bien, oraban al Señor con gozo, ofreciéndole hasta el último instante de sus vidas. Se regocijaban por el solo hecho de tener la ciudadanía del reino de los cielos.
Particularmente creo que hasta hoy ustedes han dedicado sus vidas al Señor con todo su corazón y con todas sus fuerzas. Ahora bien, si de sus labios solo salen palabras de alabanza y de agradecimiento. ¿Se imaginan las recompensas y la gloria que tendrán en el cielo? ¿Habrá alguno entonces entre ustedes que ahora desee tomar unas vacaciones porque ha trabajado muy duro sirviendo a Dios o que tal vez se sienta desanimado por el mensaje de hoy que nos dice que todo lo que se hace sin amor no vale nada?
Si ora, alaba y adora al Señor; y evangeliza almas con un corazón gozoso, se sentirá feliz y dichoso. Muchos de nuestros hermanos lo hacen así. Aman evangelizar. Actualmente en Corea cuando uno toca la puerta de una casa, si no conoce a alguien, le tiran la puerta en la cara. Y estos hermanos, en vez de desanimarse y contrariarse, continúan evangelizando con un corazón alegre y positivo. Se imaginan lo contento que estará Dios por ellos. Hermanos: Algunos los recibirán bien y podrán evangelizarlos. Otros, simplemente no querrán escucharlos. Sin embargo, tal vez en un futuro lleguen a recibir al Señor. El punto es que algunos hermanos se desaniman porque toda su dedicación y esmero en su servicio no vale nada si no tiene amor.
Sin embargo, no debemos olvidar que estamos viviendo el fin de los tiempos de este mundo, cuando el pecado y la maldad aumentarán cada vez más. Pero ustedes tienen señalado un destino: Que es el mejor lugar en el reino de los cielos: la Nueva Jerusalén. AMEN
Ahora, les pido que llenen su corazón con la esperanza por el cielo y que hagan todo con verdadera dedicación por amor al Señor y a las almas. Aún si no se ha consagrado con perfecto amor, nuestro Dios tomará en cuenta el esfuerzo que haya hecho para dedicar su vida a Él. Si busca ser reconocido y elogiado por otros por su servicio y sacrificio, por favor en este mismo momento, eche fuera ese deseo y alcance la medida del nivel del sacrificio y del amor de nuestro Señor.
Oro en el nombre del Señor para que cuando lleguen a la Nueva Jerusalén cada uno de ustedes pueda recibir las más grandes recompensas de nuestro Señor y sean vasos de honra y de gozo para nuestro Padre Dios.
Amigos y Hermanos en Cristo:
El hijo del quinto hombre más rico del mundo estaba volando sobre el desierto. De pronto, el avión se estrelló. El padre envió equipos de rescate de emergencia a esa zona e hizo revisar minuciosamente el área.
El padre oró para saber la forma en que debía rescatar a su hijo y planeó arrojar desde una avioneta millones de volantes en el desierto hasta que su hijo fuera rescatado. Pero no sabía que poner en el volante. Al principio pensó que debía escribirle a su hijo qué cosas podría comer en el desierto, cómo escapar de las bestias salvajes y cómo sobrevivir en esa región, pero finalmente escribió, "¡Hijo, te amo!".
Unos días después el hijo, exhausto, medio muerto de hambre y de sed y sin ninguna esperanza para sobrevivir, halló uno de esos volantes. El hijo lo leyó y en ese momento comprendió cuanto lo amaba su padre y creyó que lo iba a rescatar. El hijo recobró el ánimo y pudo superar ese momento de prueba. Y más tarde fue rescatado. La clave para que el hijo sobreviviera no fue su fortaleza física, sino el verdadero amor de su padre.
Hermanos:
Ustedes han recibido la misión de esparcir los volantes de amor de Cristo a muchas almas que están vagando y que están muriendo en este mundo de terror.
Hoy he compartido con ustedes el significado del amor. Espero que graben en su mente que el amor es lo más grande que hay en el mundo y que si se hace algo sin amor, de nada sirve.
Oro en el nombre de nuestro Señor Jesucristo para que cada uno de ustedes llegue a ser una carta de amor de Cristo y, de esa forma, pueda difundir el amor de nuestro Dios y Padre a las muchas almas que están muriendo.
[Amen]