• Mi Fe - Servicio Devocional para Líderes de Células, de Distrito y de Grupo

    [Hebreos 11:1- 3]

    27-02-2011 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      [Hebreos 11:1- 3]
      "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía."


      [Introducción]

      Demos toda la gloria y el agradecimiento a Dios Padre quien nos ha bendecido para realizar este servicio devocional para los líderes de distrito, sub-distrito y células.
      También agradezco a todos los devotos que se han preparado para este servicio con todo su corazón, mente y alma.
      Amados devotos, cuando la economía es inestable, el precio del oro generalmente se incrementa. Esto se debe a que aun cuando el valor del dinero desciende a causa de la inflación, el oro continúa siendo valioso.
      Sin embargo la pureza del oro varía. Algunos son 99.9% puros, mientras otros son menos puros. A veces, ponen enchapado de oro en una pieza de metal, pero esto no es considerado como oro.
      ¿Saben por qué repentinamente estoy hablando del oro?
      La Biblia con frecuencia compara nuestra fe con el oro puro. Los puntos en común con el oro y la fe son sus características inalterables.
      La lectura de este día en Hebreos 11:1-3 dice, "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía".
      Solamente con fe podemos creer en un Cielo invisible y en el Infierno como si realmente los viéramos y llevar nuestra vida cristiana de una forma adecuada. Además, solamente con fe podemos manifestar las cosas espirituales en este mundo físico para darle gloria a Dios.
      Es más, ustedes que están ofreciendo este servicio devocional son custodios que están al cuidado de las almas y las guían hacia el reino de los cielos. Pueden guiar las almas confiadas a ustedes por el camino de una fe verdadera, solamente cuando ustedes mismos tienen una fe verdadera.
      Ahora, ¿qué clase de fe realmente tienen? ¿Tienen una fe como el oro puro que agrada a Dios? O, ¿tienen una fe que externamente parece genuina, pero es como una pieza de metal con cubierta de oro?
      A través de este servicio devocional, yo les insto a que revisen si su fe es una fe verdadera.
      Oro en el nombre del Señor para que al hacer esto ustedes tengan una fe verdadera con la cual puedan llegar a la Nueva Jerusalén junto con las numerosas almas de cada una de las células, sub-distritos y distritos.


      [Mensaje Principal]

      Amados devotos,
      Para poder revisar su fe una vez más, permítanme hablarles sobre tres cosas.
      En primer lugar, se trata de mantener una protección en sus labios.
      Para esto, pensemos en David y en Simei.
      David era muy amado por Dios y se convirtió en el rey de Israel.
      Pero para cubrir sus faltas, él cometió el pecado de provocar la muerte de un hombre que le era fiel. Por esto tuvo que recibir el castigo de Dios.
      Uno de los castigos fue que su hijo Absalón se rebeló contra él.
      Cuando David huía de su hijo quien buscaba matarle, un benjamita llamados Simei pronunció palabra de maldición y desprecio contra David.
      Él dijo, "¡Fuera, fuera, hombre sanguinario y perverso! Jehová te ha dado el pago de toda la sangre de la casa de Saúl, en lugar del cual tú has reinado, y Jehová ha entregado el reino en mano de tu hijo Absalón; y hete aquí sorprendido en tu maldad, porque eres hombre sanguinario".
      Pero esto no es para nada verdadero.
      El rey Saúl murió a causa de su propio pecado, y esto no tuvo nada que ver con David. Además, David no estaba sufriendo porque había sido olvidado y maldecido por Dios. Él ya se había arrepentido y había sido perdonado, pero sus pruebas fueron permitidas en la justicia de Dios.
      Es más, cuando Simei maldijo al rey quien estaba ungido por Dios, fue un pecado que estuvo sujeto a muerte. Además, había muchas personas y guerreros alrededor de David, y Simei pudo haber sido castigado en cualquier momento.
      Sin embargo, David no respondió para nada a las maldiciones de Simei. Él también detuvo a los guerreros que querían matar a Simei. Les dijo que esto había sido permitido por Dios y que lo dejaran maldecir.
      David reconoció que todos sus sufrimientos llegaron a él como una prueba por parte de Dios. Así que, aceptó las pruebas y se humilló completamente delante de Dios en esa situación.
      2 Samuel 16:12 dice, "Quizá mirará Jehová mi aflicción, y me dará Jehová bien por sus maldiciones de hoy".
      Además, cuando el sacerdote quiso traer el arca del pacto y seguir a David quien estaba huyendo, David le dijo que regresara el arca.
      2 Samuel 15:25-26 dice, "Pero dijo el rey a Sadoc: Vuelve el arca de Dios a la ciudad. Si yo hallare gracia ante los ojos de Jehová, él hará que vuelva, y me dejará verla y a su tabernáculo. Y si dijere: No me complazco en ti; aquí estoy, haga de mí lo que bien le pareciere".
      Si David hubiera llevado el arca de Dios con él, la gente hubiera pensado que Dios estaba con David. Esto también hubiera elevado el espíritu de los soldados. Sin embargo, él dejó todo en las manos de Dios. No trató de usar el arca de Dios para su propio beneficio.
      Él era lo suficientemente humilde para confiar todo, incluso si debía vivir o morir, en las manos de Dios.
      A propósito, Simei quien maldijo a David era un benjamita, la familia de Saúl. Y después que Saúl murió, él pensó que había sido culpa de David y estaba resentido con David por ello.
      Cuando David estaba en una situación tan difícil, Simei empezó pronunciar sus quejas. Él incluso pronunció el nombre de Dios en vano derramando su ira sobre David con tantas palabras como llegaron a su mente.
      En lugar de tener misericordia por David por sus sufrimientos, él pronunció muchas cosas malas con sus labios.
      Amados devotos, ¿qué clase de labios tienen ustedes? ¿Hacen siempre confesiones de fe y de bondad en cualquier clase de dificultad? ¿Expresan palabras de queja o de resentimiento simplemente porque están sufriendo?
      Aquellos que parecen tener fe podrán incluso derramar palabras de queja y resentimiento en medio de problemas que son difíciles de manejar.
      Ellos podrán decir cosas como, "Me arrepentí de todos mis pecados pasados, y ¿por qué Dios permite que atraviese por una situación tan vergonzosa y difícil?"
      ¿Se quejan y sienten resentimiento pensando, "Fui abandonado por causa de mis pecados? ¿Tengo a caso un corazón indefenso y es todo mi esfuerzo en vano? Me he esforzado y ¿tiene Dios que hacerme sufrir tanto? Me siento avergonzado de ver a los miembros de la iglesia, y esto es una carga y la Nueva Jerusalén parece tan distante para mí. Yo prefiero abandonar mi deber".
      ¿Y qué si alguien infundadamente les critica así como Simei lo hizo con David?
      Entonces, algunas personas externarían su maldad hacia otros en lugar de humillarse y acumular bondad en medio de sus pruebas.
      Ellos muestran su frustración diciendo, "Yo ya estoy sufriendo por muchas cosas, y ¿por qué esta persona me torturaría también?", y podrán dirigir palabras hirientes hacia otros.
      Esto prueba, que a pesar que ellos puedan haber dicho que habían estado tratando de santificarse con fe en Dios, la realidad es que tienen muy poca fe.
      Es más, como Simei, si ustedes mismos juzgan y condenan a otros y los maldicen con labios malvados y en su propia justicia, es difícil decir que tienen alguna fe.
      Proverbios 24:10 dice, "Si eres débil en día de angustia, tu fuerza es limitada". LBLA
      Aquellos que son realmente fuertes, es decir aquellos que tienen fe demostrarán su fe en las dificultades.
      No solamente cuando ellos están llenos del Espíritu sino en cualquier clase de dificultad, yo espero que ustedes solamente hagan confesiones de fe y de bondad.
      Amados devotos,
      Para poder revisar su fe, en segundo lugar, ustedes deben revisar su amor por las almas.
      Para esto, hablemos sobre el apóstol Pablo y Eliseo.
      La mayoría de ustedes saben del poder que estaba con el apóstol Pablo, pero también podemos ver que el poder de Eliseo era muy grande.
      Él sanó la lepra de Naamán, y revivió al hijo muerto de la mujer prominente.
      Las guerras y el futuro de cada individuo fueron cumplidos tal como él profetizó. Además, desintoxicó los alimentos contaminados con veneno y provocó que el hacha flotara en el agua. Él hizo muchas cosas sorprendentes.
      Pero este gran poder no fue dado a Eliseo por su propia fortaleza, sino que le fue dado a través de su maestro Elías. Como resultado de seguir a Elías, el gran maestro, hasta el final, él recibió una doble porción de su inspiración. Así que actuó con poder, pero el corazón de Eliseo era muy diferente al corazón de Pablo.
      Un día, muchos niños estaban siguiendo a Eliseo en su camino, burlándose de él y diciéndole sobrenombres.
      Cuando Eliseo no pudo soportarlos más y los maldijo, dos osas salieron del bosque y mataron a 42 de los niños. Eliseo sabía que la autoridad de sus labios era grande, por lo tanto tenía que haber tratado de ignorarlos y evitarlos. Pero cuando un grupo de niños continuó siguiéndolo, mofándose y asediándolo, él finalmente pronunció palabras que trajeron una maldición.
      Pero, ¿qué habría hecho el apóstol Pablo?
      Los sufrimientos en el caso de Eliseo no pueden ser siquiera comparados con los que Pablo tuvo que atravesar mientras estaba predicando el evangelio.
      Hubo algunos judíos que hicieron voto para matar a Pablo y a los que le seguían y escondían a dondequiera que fuera.
      Pablo fue una vez apedreado a punto de muerte pero revivió y fue golpeado muchas veces. Incluso en tales dificultades, Pablo nunca pronunció palabras de maldición.
      Más bien, él dijo en Romanos 9:3, "Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne".
      Sin importar cuánto los judíos lo persiguieran, él estaba dispuesto a caer en el Infierno en lugar de ellos, si solamente ellos pudiesen ser salvos.
      Ahora, ¿cómo es su amor por las almas?
      Cuando ustedes prediquen el evangelio y aconsejen las almas, podrán sufrir persecuciones y dificultades. Pero si su amor por las almas es apasionado, no sentirán que ningún obstáculo sea difícil.
      Ustedes no se sentirán dañados pensando, "¿Por qué debería yo rebajarme delante de otros y escuchar palabras de mofan, menosprecio y que me ridiculizan?".
      Aun cuando las almas que les han confiado desobedezcan y se quejen, ustedes no deben sentirse desilusionados ni desalentados.
      No pueden decir con facilidad cosas sobre esas almas, tales como, "Ella tiene este defecto, y carece de esto, y es por eso que ellos no pueden recibir bendiciones sino solamente pruebas". Ustedes solamente harán confesiones positivas de fe para ellos, y desearán darles solamente cosas buenas con misericordia por ellos. Solamente desearán que sus almas prosperen y reciban salvación.
      Algunas personas tienen naturalezas apasionadas, y podrán hacer muchas obras para Dios así como Eliseo hizo muchas cosas. Pero, esto no significa que ellos tienen fe verdadera.
      Ustedes pueden ser reconocidos como obreros que tienen fe verdadera solamente cuando se vuelven fieles con su verdadero amor por las almas.
      Yo les insto a que revisen la clase de corazón que han tenido hacia las almas y qué clase de amor han tenido para cumplir con su deber.
      Amados devotos,
      Para revisar su fe, en tercer lugar, deben pensar en su obediencia.
      Si ustedes realmente confían en Dios, obedecerán cualquier cosa que Dios les ordene hacer.
      Aun cuando el resultado de esa obediencia no les beneficie, no tienen que tener ningún remordimiento ni cambiar su forma de pensar. Esta clase de fe es verdadera fe.
      En cuanto a la obediencia, permítanme hablarles sobre José y el Rey Saúl.
      Como saben muy bien, José fue vendido como esclavo a Egipto y sufrió diversas cosas durante 13 años. La razón por la cual Dios permitió para él tales sufrimientos fue para su propia bendición, pero José no conocía el plan específico de Dios.
      Dios no le predijo a él Su plan.
      Dios no le dijo nada como, "Después de 13 años, te haré el Primer Ministro de Egipto. Pero antes, dejaré que te vendan como esclavo. Luego, serás acusado erróneamente e irás a prisión. Pero no te alarmes ni te desanimes. Simplemente cree en Mí. Vence con fidelidad".
      Sin embargo, José continuó manteniendo la fe que Dios estaba con él. Es por eso que siempre fue honesto y fiel. Con una fe invariable, obedeció la voluntad y la providencia de Dios.
      Cuando él se convirtió en esclavo, hizo su mejor esfuerzo como esclavo, e incluso cuando fue encarcelado, hizo su mejor esfuerzo dejando todo a Dios.
      Con el paso del tiempo, no había esperanza y parecía que las cosas estaban empeorando, pero José nunca dudó de la providencia de Dios, ni cambió sus pensamientos.
      Él no se desalentó pensando, "¡Yo creía que Dios me ayudaría, pero simplemente estoy muriendo en esta prisión! He obedecido con oraciones por tanto tiempo, así que, ¿no es tiempo ya para que Dios haga algo por mí? No veo futuro para mí, y ¿qué estoy supuesto a hacer? ¿Cuál es el significado de mi resistencia hasta ahora? No lo soporto más. Simplemente me voy a dar por vencido y buscaré mi beneficio".
      Es más, cuando él se reunió con sus hermanos que una vez quisieron matarlo, simplemente los trató con bondad siguiendo la voluntad de Dios. No fue que él quisiera tomar revancha perdonándolos de mala gana solamente porque sabía que era la voluntad de Dios.
      Él obedeció con verdadera obediencia que provenía de su corazón, y perdonó con el amor de Dios.
      ¿Ustedes también confían en Dios y obedecen de acuerdo a la voluntad de Dios?
      Por ejemplo, cuando hay un evento en la parroquia, ustedes están en una situación donde un distrito o una célula tienen que dar prioridad a otros.
      Así que, la líder del distrito sirvió a otros no buscando beneficio personal porque conocía la verdad. Pero entonces, cuando una situación similar surge en el futuro, sería bueno si otros líderes de distrito hicieran el sacrificio, pero parece poco probable que esto suceda.
      Ellos prefieren pensar que es natural que el primer distrito haga el sacrificio tal como lo hicieron la última vez. Así que, la líder del distrito tiene algo de incomodidad porque siente que no es solamente ella y su distrito los que están supuestos a sufrir pérdidas. Ella trata de servir a otros y de humillarse, pero cuando no obtiene ninguna recompensa por ello, empieza a quejarse.
      Si ustedes realmente obedecen la voluntad de Dios, no solamente servirán y cederán ante otros una vez. Tienen que cultivar el corazón de Dios que pueda agradar a Dios a través de su obediencia.
      Y si su disposición de obedecer cambia a medio camino porque la situación parece difícil para ustedes, esto quiere decir que no han cultivado el corazón de Dios y que no han confiado plenamente en Dios.
      Dios está buscando obreros que puedan obedecer con todo su corazón en cualquier clase de situación, incluso si esto no está de acuerdo con sus ideas.
      Saúl, el primer rey de Israel fue al principio usado como instrumento de Dios, pero fue destruido cuando continuó desobedeciendo.
      Por ejemplo, Dios le dijo que destruyera a Amalec, e incluso a todos sus animales, pero Saúl perdonó el buen ganado y lo llevó con él. Entonces, él audazmente dijo que hizo lo que el SEÑOR le había ordenado que hiciera. Quiso decir que atacó y obtuvo la victoria como Dios le había dicho.
      Dios le dijo que matara incluso a los animales, pero llevó consigo algunos de los animales.
      Cuando este acto fue señalado, él lo explicó con tenacidad.
      Saúl dijo, "De Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó lo mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas a Jehová tu Dios, pero lo demás lo destruimos".
      Esto quiere decir, "¿No puede ser esto una excepción ya que voy a entregarlos a Dios?"
      Especialmente, él pasó la responsabilidad sobre el pueblo al no mencionar nada sobre sí mismo.
      Algunos obreros hacen la misma cosa que Saúl.
      Ellos se justifican a sí mismos, "Yo he hecho estas cosa que agradan a Dios con fidelidad, y está bien salir un día a comer algo o para disfrutar tomando un descanso. Es para hacer mejor el trabajo de Dios, así que va ha estar bien si tomamos un poquito de cosas mundanas o si no guardamos las regulaciones de la iglesia por esta vez. Dios también dirá que todo esto está bien".
      Pero lo que Dios quiere es obediencia completa.
      Él no quiere que ustedes cambien Sus mandatos de acuerdo a sus propios pensamientos y para su beneficio personal. Él desea que guarden los mandamientos tal como les fueron dados.
      Yo deseo que ustedes revisen si están obedeciendo o no la palabra de Dios con todo su corazón como José, o si desean cambiar la palabra de Dios poco a poco como Saúl.
      Yo les insto a que se conviertan en obreros de verdadera fe que puedan incluso ir por el camino del martirio si esto es el mandato de Dios.


      [Conclusión]

      Amados devotos y miembros de la iglesia,
      Este día, para que ustedes pudieran revisar su fe, yo les hablé sobre los aspectos de las palabras de sus labios, el amor por las almas y la obediencia.
      Aquellos que han cultivado una fe verdadera podrán pasar todos estos tres aspectos.
      Pero si ustedes han reconocido algo y piensa de la siguiente forma, "Yo he estado diciendo que amo al Padre y que tengo fe, pero aun necesito alcanzar mucho más", entonces les insto a que afirmen su fe rápidamente.
      Cuando vayamos al Santuario Canaán, ustedes deberán convertirse en líderes de distrito, de sub-distrito y de células que puedan cuidar de innumerables almas que se apresurarán hacia nosotros.
      En este año 2011, yo oro en el nombre del Señor para que ustedes alcancen la fe verdadera que Dios espera que tengan y que den Gloria a Dios abundantemente.


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