• El Amor

    [1 Juan 4:16]

    27-05-2007 | Rev. Jaerock Lee

    • Lectura de la Escritura

      1 Juan 4:16

      Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.
      Queridos hermanos y hermanas en Cristo, miembros de las más de 5,800 iglesias de la familia manmin en Corea y en todo el mundo incluyendo los Estados Unidos, Canadá, Perú, Honduras, Bolivia, El Salvador, Argentina, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, China, Japón, Pakistán, Nepal, Indonesia, Filipinas, Taiwán, India, Mongolia, Malasia, Sri Lanka, Singapur, Israel, Egipto, Kenya, Uganda, Republica Democrática del Congo, Gabón, Angola, Burundi, Rwanda, Nigeria, Tanzania, Botswana, Swazilandia, Cote d’Ivoire, Sudáfrica, Reino Unido, Alemania, Francia, Rusia, Italia, Bélgica, Países Bajos, Belarús, Ucrania, Estonia, Kazajstán, y miembros del santuario local, y aquellos que están atentos a este servicio por Internet y la televisión en todo el mundo.
      Hoy es Domingo de Pentecostés que conmemora el día de Pentecostés.
      Nuestro Señor resucitado prometió a sus discípulos en Hechos 1:4-5. Como los versículos dicen, “Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mi. 5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.”
      Según esta promesa, sus discípulos y los creyentes se juntaron en el aposento alto en la ciudad de Jerusalén, concentrándose en las oraciones cada día.
      Cuando llegó el día de Pentecostés, de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, sobre cada uno de ellos. Y todos fueron llenos del Espíritu Santo.
      El Domingo de Pentecostés conmemora la venida del Espíritu Santo que nuestro Señor Jesús prometió. Cuando el séptimo domingo después de la pascua llega, recibimos el domingo de Pentecostés.
      ¡Oro en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que a través de este mensaje, pueda cada uno ustedes producir el amor de nuestro Dios Padre que nos envió el Espíritu Santo en su memoria, y que entren en el espíritu entero lo más pronto posible con la ayuda del Espíritu Santo, que trabaja profundamente dentro de su corazón!
      Estimados hermanos y hermanas en Cristo
      Pedro dijo en Hechos 2:38 “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”
      ¿Por qué Dios da el don del Espíritu Santo a todos los que han aceptado a Jesucristo como su salvador y han sido perdonados?
      La primera razón se debe al amor de Dios.
      Dios ama tanto a sus hijos que aceptan a Jesucristo en su corazón, de modo que les da el don del Espíritu Santo.
      ¿Por qué nuestro Dios Padre empezó a cultivar a la humanidad?
      Lo hizo porque quiso ganar verdaderos hijos que lo amen con corazón sincero y sean dignos de ser amados por él.
      Pero la humanidad abandonó esta voluntad de Dios y no tuvo a bien reconocer más a Dios. Por lo que dice en Romanos 1:21 “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.”
      Y ellos pecaron según sus deseos pecaminosos y cometieron males, e incluso se apartaron de Dios.
      Adoraron y sirvieron a imágenes en forma de criaturas corruptibles más que al Dios incorruptible.
      Dios vio todos estos hechos pecaminosos, la mente y los deseos de la humanidad, pero él nunca dejó de cultivar a la humanidad. Tampoco les dejó ser destruidos por sus pecados.
      Si Dios no hubiera podido soportar a la humanidad y hubiera cesado su cultivo a la mitad, todavía seríamos esclavos del diablo y tendríamos que ser lanzados al fuego del infierno para ser severamente atormentada por siempre.
      Pero nuestro Dios supo que esto habría de ser así e hizo un asombroso plan para salvarnos en el tiempo apropiado.
      Él envió a su unigénito Hijo Jesús y permitió que sea colgado en un madero y que muera derramando toda su sangre como un sacrificio expiatorio por los pecadores.
      Así es como Dios demostró su gran amor por los pecadores.
      Romanos 5:8 dice: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”
      Como resultado, todos los que creen en su corazón que Jesús es nuestro único Salvador y que él se levantó de los muertos, son perdonados de todos sus pecados y han ganado el derecho de llegar a ser hijos de Dios.
      Pero 1 Pedro 5:8 nos advierte diciendo, “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.”
      El enemigo Diablo y Satanás está buscando a alguien, incluso a creyentes, para arrastrarlos a la muerte y devorarlos como un león rugiente.
      Aunque hayan aceptado a Jesucristo, y hayan sido perdonados, y hayan llegado a ser hijos de Dios, hay naturalezas pecaminosas que permanecen en su corazón. Es decir, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida permanecen dentro de ustedes.
      El enemigo diablo y Satanás sabe muy bien esto, por eso siempre está intentando tentar a los hijos de Dios con placeres mundanos, dinero y fama y se esfuerza para activar las naturalezas pecaminosas dentro de ustedes para que pequen otra vez.
      Después de que ustedes han llegado a ser hijos de Dios, si cometen los mismos pecados repetidamente, y no se arrepiente de ellos, morirán.
      Nuestro Dios conocía este pensamiento e intención de Satanás por ello hizo preparativos por adelantado.
      Así como profetizó en Joel 2:28 “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestro ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.” Dios planeó enviar el Espíritu Santo dentro de los corazones de los hijos de Dios que crean en el Señor.
      Aunque ustedes sean hijos de Dios, mientras vivan en esta tierra, el enemigo Diablo y Satanás gobierna sobre este mundo donde ustedes tienen que vivir.
      Jesús dijo en Juan 14:16 “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre.”

      El Espíritu Santo es parte de la Trinidad de Dios. Como un Hijo, el Espíritu Santo es lo mismo en Corazón, Voluntad y Poder con Dios, así que cuando los hijos de Dios reciben el Espíritu Santo, es lo mismo que si Dios estuviera con ellos.
      Al principio, los discípulos de Jesús tuvieron miedo a las persecuciones y pruebas, y antes que reciban el Espíritu Santo huían. Pero después de recibir el Espíritu Santo ¿Cómo cambiaron?
      En el 4º (Cuarto) Capítulo de los Hechos de los Apóstoles, ellos estaban llenos del Espíritu Santo y predicaron audazmente ante amenaza de su vida a los sumos sacerdotes y ancianos, que en ningún otro nombre sino en Jesucristo podemos ser salvos.
      La razón por la que predicaron el evangelio con sus vidas sin rendirse ante ninguna amenaza y persecución, era porque el Espíritu Santo moraba en sus corazones.
      Así que, los hijos de Dios que reciben el Espíritu Santo no son vencidos por el diablo, sino que vencen al diablo con el poder y la autoridad que el Espíritu Santo les da.
      Romanos 5:5 dice, “Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” De modo, que yo deseo que todos ustedes recuerden que es debido al amor de nuestro Dios Padre que el Espíritu Santo mora en sus corazones y les da su fuerza y gracia.
      Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
      La segunda razón por la que Dios envió el Espíritu Santo a sus corazones es porque Dios desea fortalecerlos y animarlos a vivir por la palabra de Dios.
      Uno de los deberes fundamentales del Espíritu Santo es mover y cambiar los corazones de los hombres como el ayudador y permitirles amar a nuestro Dios Padre.
      Anteriormente les dije que el don del Espíritu Santo les fue dado por el asombroso y gran amor de Dios.
      Debido al gran amor de nuestro Dios Padre, él envió y sacrificó completamente a su único Hijo Jesús por los pecadores que estábamos condenados a la muerte, y luego nos envió nuestro Ayudador, el Espíritu Santo.
      Muchos hijos de Dios pierden su primer amor y la gracia aún cuando han recibido la gracia de la redención y el don del Espíritu Santo por el asombroso amor de Dios.
      Ellos comienzan a buscar y a amar al mundo otra vez, así que no pueden vencer los deseos de las tentaciones y cometen diversos pecados.
      Cuando ellos fallan en vivir según la palabra de Dios y pecan, el Espíritu Santo que mora dentro de ellos intercede por ellos gimiendo con palabras que no pueden expresarse.
      Cuando el Espíritu Santo gime por ellos, los hijos de Dios se sienten inquietos en sus corazones.
      Y lamentan no haber vivido según la palabra de Dios y haber pecado otra vez abandonando su gracia.
      ¿Qué si ellos se dan cuenta de sus maldades?
      Ellos pueden sentirse tan afligidos y oprimidos que no tienen la confianza para arrepentirse de sus pecados y apartarse de ellos. Finalmente retroceden en el espíritu.
      En esta situación el Espíritu Santo primeramente ora por ellos para que otra vez puedan recibir la gracia de nuestro Dios Padre.
      Romanos 8:26-27 dice, “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27 Mas el que escudriña los corazones sabe cual es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos”
      El Espíritu Santo no quiere perder una sola alma, así que él siempre ora a Dios Padre que le permita venir a vivir otra vez en los espíritus de los que están como una mecha a fuego lento.
      El Espíritu Santo pide misericordia, amor y perdón de Dios para las almas que están en crisis espiritual; gimiendo y pidiendo mucho más que las mismas almas.
      Y él derrama espíritu de arrepentimiento sobre las almas y las ayuda a arrepentirse de sus pecados y a morar otra vez en el amor de Dios.
      Entonces ¿Cómo da el Espíritu Santo fuerza y poder a los hijos de Dios?
      Es probable que los hijos de Dios sufran varias pruebas quieran o no. Si están seguros del amor de Dios en cualquier circunstancia, pueden vencer todas las pruebas.
      El Espíritu Santo que mora en sus corazones les da seguridad del amor de Dios, y los anima a no caer sino a levantarse de nuevo sin importar cuan apenados y agotados estén.
      Permítanme darles una ilustración para su mejor entendimiento. Supónganse que un padre castiga a su hijo para guiarlo a un correcto desarrollo. Entonces, la madre consuela al niño e intenta explicarle detalladamente por qué el padre lo castigó:
      “Tu Padre no te castigó porque te odia sino porque te ama. Si repites los mismos errores, no lograrás tus sueños. Entonces ¿Cuán decepcionado estarás? Tu padre piensa en eso y te castigó para que no te descuides y para que continúes yendo por el camino recto. No olvides cuanto te ama tu padre”
      De la misma forma, el Espíritu Santo permite comprender a los hijos de Dios por que es que están sufriendo pruebas y les ayuda a entender el amor de Dios contenido en esas pruebas.
      Si ustedes no oyen la voz del Espíritu Santo e ignoran sus obras, entonces el Espíritu Santo se apagará dentro de ustedes.
      Luego, el Espíritu Santo dejará de hablarles y finalmente desaparecerá de ustedes.
      Si el Espíritu Santo se marcha de ustedes, volverán a ser esclavos del diablo otra vez. Luego no tendrán nada que ver con la salvación.
      1 Tesalonicenses 5:19 nos advierte, “No apaguéis al Espíritu” y 2 Timoteo 1:14 nos impulsa a “Guardar, por medio del Espíritu Santo que mora en nosotros, el tesoro que se nos ha confiado”
      Deseo que obedezcan totalmente la dirección y la voz del Espíritu Santo todo el tiempo.
      El Espíritu Santo los ama más de lo que ustedes mismos se aman.
      El quiere que vivan según la palabra de Dios más de lo que lo hacen, e intenta darles su gracia y fuerza cueste lo que cueste.
      ¡Oro en el nombre de nuestro Señor Jesucristo que cada uno de ustedes pueda desechar la falsedad escondida en ustedes con la ayuda y el amor del Espíritu Santo y que caminen completamente en la luz!
      Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
      La tercera razón por la que Dios ha enviado el Espíritu Santo es porque él desea confirmar que el poder de Dios, con el poder del Espíritu Santo, puede romper los pensamientos carnales que no pueden ser destruidos por la capacidad humana.
      En Hechos 1:8 Jesús dijo, “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”
      Este versículo dice que pueden llegar a ser verdaderos testigos del Señor sólo cuando reciban el poder del Espíritu Santo.
      ¿Por qué? Porque el enemigo Diablo y Satanás gobierna el mundo. Mueve las personas carnales y los ha llevado a levantar muchas teorías y un vasto conocimiento.
      Con esas teorías y argumentos ha restringido a las personas a creer en Dios y también ha hecho que se opongan a Dios. El Darwinismo Evolutivo es un gran ejemplo de esto.
      El mundo está lleno de conocimiento erróneo y teorías incorrectas, así que si predican el evangelio sólo con sus labios, pocos lo aceptarán.
      Además, para muchos, el evangelio no pueda entrar en sus corazones debido a sus pensamientos carnales y a la estructura de sus pensamientos fuertemente arraigada en sus corazones.
      Por lo tanto, tienen que demoler los pensamientos carnales para plantar la verdadera fe dentro de sus corazones como verdaderos testigos del Señor.
      Si les muestran lo que es imposible con pensamientos humanos, métodos y capacidades, a través del poder del Espíritu Santo y les permiten experimentar las obras del Espíritu Santo, sus pensamientos carnales serán demolidos y creerán en el Dios invisible. Y creerán en la autenticidad de la Biblia.
      Esto es posible por el Poder del Espíritu Santo.
      El Apóstol Pablo dijo en Romanos 15:18-19, “Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mi para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, 19 con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo.”
      Y enfatizó en 2 Corintios 10:4-5, “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para destrucción de fortalezas, 5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.”
      El poder del Espíritu Santo no puede ser manifestado por todos.
      Las señales milagrosas y maravillas manifestadas por el poder del Espíritu Santo trascienden la justicia del segundo cielo donde gobierna el enemigo diablo y Satanás así como la del primer cielo de este mundo.
      En el reino espiritual la justicia del cielo inferior está bajo el mando del cielo superior.
      Cuando hayan logrado la justicia perteneciente al tercer cielo y más, en otras palabras, cuando hayan llegado a ser hombres de espíritu o de espíritu entero, el Espíritu Santo puede actuar con poder a través de ustedes.
      Por eso el Espíritu Santo continuamente ayuda a los hijos de Dios a comprender y los impulsa a entrar en el espíritu y en el espíritu entero.
      Él no está satisfecho cuando ustedes están de pie sobre la roca de la fe, sino que los anima a descubrir y a lanzar la más insignificante y diminuta forma de mal de dentro de su corazón.
      Cuando a través de este proceso llegan a ser vasos apropiados, el Espíritu Santo les da poder que puede actuar con autoridad para controlar al enemigo diablo y Satanás, y les da fuerza para hacer posible lo imposible.
      Las señales y maravillas realizadas por el poder del Espíritu Santo nos dan seguridad de la fe en el Dios invisible.
      Jesús dijo en Juan 4:48, “Si no viereis señales y prodigios, no creeréis”
      Y preguntó en la segunda parte de Lucas 18:8, “Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿Hallará fe en la tierra?”
      Los pecados y males son más desenfrenados en estos tiempos del fin del mundo que en cualquier otro tiempo, así que mayores y asombrosas obras del poder del Espíritu Santo son esenciales porque no es fácil para las personas tener verdadera fe.
      Nuestro Dios Padre de amor ha preparado el Más Alto Poder de Creación así como el poder del Espíritu Santo para cosechar muchos frutos en el momento que termine la cultivación humana.
      Eso es porque Dios ha querido permitir a las personas creer que Dios vive y que Jesús es nuestro único salvador y que alcancen la salvación al mostrarles señales y maravillas innegables a través del más alto poder de creación.

      Dios ha estado cumpliendo su providencia para los últimos días a través de las obras ardientes del Espíritu Santo.

      Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
      En la conmemoración de este Domingo de Pentecostés les he explicado sobre las razones por la que Dios les ha dado el don del Espíritu Santo a los hijos de Dios que han aceptado a Jesucristo.
      La primera razón es porque Dios ama a sus hijos y la segunda razón es porque él desea fortalecer y animar a sus hijos a vivir según la Palabra de Dios.
      La última y tercera razón es porque Dios quiere confirmar que el poder del Espíritu Santo puede demoler los pensamientos carnales y las estructuras de pensamientos que no pueden ser rotas con la capacidad humana.
      Por el poder del Espíritu Santo pueden creer en el Dios invisible y por la ayuda de nuestro ayudador, el Espíritu Santo, pueden cambiar a espíritu y espíritu entero.
      La última razón por la que Dios nos ha dado el don del Espíritu Santo es para permitirnos venir delante como sus verdaderos hijos.
      Los verdaderos hijos de Dios se parecen al corazón y la fuerza de nuestro Dios Padre.
      ¡Por lo tanto, oro en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que lo más pronto posible puedan lograr la santificación con la ayuda y la fuerza del Espíritu Santo que mora dentro de ustedes, que puedan ser usados como instrumentos apropiados del Espíritu Santo en los últimos días y puedan magnificar grandemente el nombre de nuestro Dios Padre!

      Amén.


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