• Estudio basado en Génesis (62)

    [Génesis 2:16-17]

    08-04-2011 | Rev. Jaerock Lee

    • Escritura

      Génesis 2:16-17
      [16] Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
      [17] mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.


      Amados hermanos y hermanas en Cristo:

      Este es el 62º estudio de Génesis.
      En la escritura de esta noche vemos que Dios está dando una ordenanza a Adán. Le dice: "De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás".
      No obstante, Dios el Padre conocía de antemano que Adán comería del árbol de la ciencia del bien y del mal.
      Dios amó a Adán, pero si es así ¿por qué puso en el Huerto del Edén el árbol que podía causar la muerte de la gente que lo comía y ordenó a Adán que no comiera de él?
      Les hablaré de la razón por la que Dios puso el árbol del conocimiento del bien y del mal en el Huerto del Edén.
      En pocas palabras, Él lo hizo para otorgar verdadera felicidad a Adán.
      Se trató también de la profunda Providencia de Dios para adquirir hijos verdaderos mediante el cultivo de la humanidad.
      Permítanme explicarles ahora lo que esto significa.
      Existen muchos árboles frutales en el Huerto del Edén.
      Hay una gran variedad de frutas, todas diversas en tamaños y colores.
      En el centro del Huerto del Edén hay dos árboles frutales que son muy singulares.
      Estos son: el Árbol de Vida y el Árbol de la ciencia del bien y del mal.
      El fruto de estos dos árboles es ciertamente diferente, tanto en forma como en color.
      Por un lado, el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal es similar al durazno que tenemos en la Tierra, de color rosa.
      Por otro lado, el fruto de árbol de vida es similar a una manzana de color rojo.
      Pero no es completamente roja; tiene un color hermoso con un poco de color rojizo.
      Los frutos del Huerto del Edén saben mucho mejor que los frutos de este mundo.
      Adán podía comer de ellos según deseaba.
      Excepto por un fruto: el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal.
      ¿Por qué? Porque Dios le había ordenado que no comiera de él.
      El hecho de que Dios haya dado una ordenanza a Adán es muy importante.
      Dios no daba ningún tipo de orden a Adán referente a otros asuntos.
      Más bien le dio potestad para gobernar sobre todo, así como libre albedrío para hacer lo que quisiera.
      A pesar de ello, con respecto al fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, Dios ordenó estrictamente a Adán diciendo: "...mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás".
      Él estableció el área central del Huerto del Edén como un 'área restringida' y estaba resguardada por querubines.
      Aquí se puede ver claramente que Dios no expuso el árbol del conocimiento del bien y del mal a una situación desatendida, a pesar de conocer de antemano que Adán eventualmente comería de él.
      No solo restringió el área, sino que la puso al resguardo de los querubines.
      También mostró un ejemplo de los resultados de la violación mediante el caso de los dinosaurios.
      Dios advirtió a Adán de diversas maneras para que pudiera ponerlas en su corazón.
      Algunas personas malentienden a Dios.
      Dicen que Él probó a Adán para ver si era capaz de comer del árbol de la ciencia del bien y del mal.
      Sin embargo, en Santiago 1:13 leemos: "Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie".
      Dios no prueba ni tienta a nadie.
      Él no se aprovecha de la debilidad de alguien para causar su caída.
      Por el contrario, conoce las fortalezas de todos y otorga a cada individuo la oportunidad de hacer pleno uso de ellas.
      Esta es la prueba de bendición.
      Por ejemplo: Dios ordenó a Abraham que ofreciera a Isaac en holocausto.
      Dios no estaba probando a Abraham.
      Ya que sabía que Abraham creía perfectamente en Él, le dio la oportunidad de poner su fe en acción.
      Hizo que la fe de Abraham se perfeccionara mediante su obra.
      En consecuencia, Abraham pasó esta prueba de bendición con una calificación sobresaliente y fue reconocido como el 'Padre de la fe' y como 'amigo de Dios'.
      Nuestro Dios puede dar este tipo de prueba de bendición, pero Él no tienta a las personas para causar su caída.
      La tentación que causa la caída de la gente es conducida por el enemigo diablo y Satanás.
      Ahora, Dios colocó el árbol de la ciencia del bien y del mal en el Huerto del Edén y Adán comió de él, por lo que fue expulsado a la Tierra. ¿Cómo pudo esto convertirse en una bendición para Adán?
      ¿Cómo podría Adán obtener felicidad verdadera de todo lo ocurrido?
      Les explicaré con mayores detalles acerca de cómo comió Adán del árbol de la ciencia del bien y del mal cuando lleguemos al tercer capítulo de Génesis.
      Les dije que antes de que Adán comiera del árbol de la ciencia del bien y del mal, él disfrutaba de todo en el Huerto del Edén y además sojuzgaba y gobernaba sobre la Tierra.
      El Huerto del Edén es muy hermoso y pacífico; todo está siempre bien.
      Ya que Adán vivía en un lugar así, tuvo que haber sido feliz. ¿No es así?
      ¡No, no lo era! Él no era feliz.
      Para ser más específico debo decir que Adán no podía sentir la felicidad verdadera.
      ¿Por qué? Porque no experimentó la infelicidad, que es lo contrario a la felicidad.
      En el Huerto del Edén no existe la enfermedad o muerte causada por accidente. Esto no ocurre en el Huerto del Edén y ahí no existe la muerte para ningún ser vivo.
      Por lo tanto, no hay necesidad de sentir dolor, tristeza o pesar.
      Cuando la gente enfrenta un evento que los hace sentir dolor, tristeza o pesar, simplemente dicen que es lamentable.
      Adán conocía sobre la emoción sólo en teoría.
      Pero su corazón no la podía comprender.
      Esto se debía a que no había experimentado algo 'lamentable' en lo personal.
      Su corazón no podía concebir lo que era sentir adversidad de cualquier tipo; él no tenía entendimiento de lo que era la angustia, el dolor o el remordimiento.
      Al vivir el incidente de los dinosaurios pensó profundamente acerca de la 'muerte', por supuesto.
      Aun así, solo confirmó un concepto que constituía un mínimo conocimiento en su corazón.
      Cuando los dinosaurios murieron durante el juicio del fuego, Adán no sintió el terror que ellos deben haber sentido.
      De hecho, la Tierra que fue devastada por los dinosaurios pronto se restableció y recuperó la paz.
      De este modo, Adán no sintió infelicidad en su corazón, que es lo opuesto a felicidad.
      Para percibir el valor verdadero de algo es necesario vivir lo opuesto y comprender la relatividad.
      Es decir, solo cuando una persona enferme, podrá entender la importancia de la salud.
      Digamos que hay una persona mayor que jamás en su vida ha enfermado.
      Esta persona no podrá entender lo que es el dolor, la tristeza y el sufrimiento del corazón que siente un enfermo.
      Aunque se le explique con muchos detalles, solo lo aceptará como conocimiento, pero no podrá identificarse con estos sentimientos.
      Cuando los demás gimen de dolor, quizá siente lástima por ellos, pero no podrá ser parte del dolor que sienten.
      Al no poder sentir el dolor de los demás, no podrá entender cuán agradecido debería estar por el hecho de haber sido siempre una persona saludable.
      Al compararse con los demás, quizás diga: "Soy realmente afortunado por ser saludable".
      Sin embargo, no podrá sentir gratitud sincera por su buena salud.
      Por otro lado, supongamos que hay alguien que ha tenido una enfermedad incurable y ha sufrido mucho por ella durante un largo tiempo.
      De pronto un día recupera su salud de alguna manera y entonces puede sentir gratitud sincera por haber recobrado su salud.
      Esto es tan cierto, incluso con enfermedades leves.
      Ustedes posiblemente han tenido la nariz tapada al resfriarse. Entonces logran comprender cuán agradecidos deben estar por el hecho de que su nariz esté descongestionada y pueden respirar bien.
      Asimismo, el principio mediante el cual se comprende el valor verdadero de algo solo ocurre cuando se experimenta la relatividad, esto se puede aplicar a cualquier cosa.
      Permítanme darles otro ejemplo.
      Aquellos que vivieron durante la guerra de Corea quizá tengan recuerdos de esos días de pobreza.
      En especial durante el período conocido como 'los atados de cebada'; fueron tiempos muy difíciles.
      Este era el tiempo en el que se acababa el grano de la cosecha anterior y la cebada aún no había madurado.
      Entonces había que reunir todo tipo de verduras silvestres para mezclarlas con un poco de harina o arroz, ponerles abundante agua y hacer una papilla para compartir con la familia.
      Algunas veces se sacaba la corteza de un árbol y se comía la parte suave.
      Aquellos que sufrieron hambre de ese modo entienden la importancia de los alimentos y cuidan hasta un grano de arroz.
      Consideran el desperdicio de alimentos como un grave pecado.
      Ahora, ¿qué pasa con los jóvenes de hoy?
      Es raro que no coman una comida por falta de alimentos.
      Desde su niñez siempre han tenido suficiente comida. En lugar de preocuparse por la falta de comida, les preocupa subir de peso por comer demasiado.
      Estos jóvenes piensan que es mejor arrojar la comida antes que comerla o guardarla.
      Cuando los mayores insisten en la importancia de la comida, lo consideran una queja excesiva de parte de ellos.
      Esto se debe a que jamás han experimentado cuán miserable se puede sentir uno al no encontrar alimentos en momento de hambre extrema.
      Dicho esto, es importante experimentar la relatividad de las cosas.
      La gente entenderá la importancia de la bondad cuando hay maldad; comprenderán cuán preciosa es la luz en medio de las tinieblas.
      No apreciarán la riqueza sin haber vivido la pobreza; no sabrán cuán bueno es ser amado sin haber sentido el odio.
      Adán, quien vivió en el Huerto del Edén donde no existe la infelicidad, no podía comprender cuán feliz era.
      Ya que no había sentido el dolor de la muerte, a pesar de que Dios le había dicho que moriría si comía del árbol de la ciencia del bien y del mal, no podía comprender a fondo lo que eso significaba.
      Mientras presenciaba el incidente de los dinosaurios, pensaba: "De modo que cosas así pueden ocurrir...", mas esto no causó una impresión profunda y no quedó grabado en su corazón con sentimientos.
      Aquellos que no experimentan el infortunio no podrán apreciar lo afortunados que son.
      Adán no era verdaderamente grato por las cosas que Dios le daba gracias a Su amor por él.
      Al ser expulsado a la Tierra tras comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, la situación cambió.
      Mientras vivía en la Tierra, que es un mundo material, enfrentó muchas cosas.
      Experimentó el clima frío y el caliente, sintió hambre, cansancio y dolor.
      También sintió el pesar e inquietud resultantes de la desconexión espiritual de Dios.
      Él vio la discordia entre sus hijos e incluso enfrentó la miseria del asesinato de su hijo por parte de otro hijo.
      Él sintió su corazón destrozado y derramó lágrimas sin fin al ser golpeado por un dolor que apesadumbra el corazón.
      A veces estallaba en ira como si hubiera tenido fuego ardiente en su corazón.
      Él suspiraba profundamente con gran desesperación.
      Después de todo esto, Adán se dio cuenta finalmente cuán feliz había sido su vida en el Huerto del Edén.
      Adán vivió en este mundo por 930 años y por último enfrentó la muerte humana.
      Adán y Eva vivirán en el Paraíso del Cielo por siempre.
      El Paraíso es el lugar más inferior entre las muchas moradas celestiales en el Cielo.
      Ya que pertenece al tercer cielo, es mucho mejor que el Huerto del Edén, que pertenece al segundo cielo.
      Debido a que Adán experimentó todo tipo de infortunio en el mundo material, ahora está preparado para dar gracias sinceras por todo lo que puede disfrutar en el Paraíso.
      A pesar de haber cometido el pecado de quebrantar el mandato de Dios, Dios el Padre lo salvó y guió al Paraíso. Desde este lugar ofrece gracias de corazón a Dios por siempre.
      Adán finalmente logró comprender y disfrutar de verdadera felicidad.
      La verdadera felicidad que Dios el Padre anhelaba concederle a Adán, finalmente se hizo viva en él.
      Todos los descendientes de Adán nacidos en la Tierra también pasan por el proceso de entendimiento de 'lo VERDADERO' al experimentar la relatividad al igual que Adán.
      Cuando un hombre es cultivado en la Tierra, experimenta varias cosas, tales como las lágrimas, la tristeza, el dolor, el sufrimiento y la muerte.
      Entonces pueden entender cuán agradable es ser felices y cuán precioso es el amor verdadero.
      Cualquiera que de este modo llegue a concebir la verdad en su corazón, puede agradecer por siempre, incluso después de entrar al Cielo.
      Dios el Padre deseaba que Adán y todos sus descendientes disfrutaran de felicidad verdadera.
      Además anhelaba que comprendieran el profundo amor de Dios el Padre y que compartieran con Él su amor con toda sinceridad de corazón.
      Por lo tanto, el hecho de colocar el árbol de la ciencia del bien y del mal refleja el amor de Dios, al igual que el proceso del cultivo de la humanidad.
      Aquellos que tienen hijos pueden entender esto bien.
      Cuando un hombre y una mujer se casan, por lo general tienen hijos.
      Al tenerlos se regocijan, pero al mismo tiempo sienten una gran responsabilidad.
      Los padres deben enfrentar muchas dificultades y hacer sacrificios a fin de educar a sus hijos hasta que hayan crecido plenamente.
      Para poder educarlos bien, a veces deben obligar a los hijos a hacer cosas que les resultan difíciles.
      Saben bien que sus hijos no serán buenos con simplemente alimentarlos y vestirlos por el amor que sienten por ellos.
      Cuando los hijos no desean estudiar sino jugar, los envían a la escuela.
      Si les es posible, harán que sus hijos estudien cada vez más.
      Ya que los padres aman a los hijos, hacen todo esto para permitir que los hijos crezcan bien y lleguen a ser buenas personas.
      Por otro lado, a los hijos les puede parecer que el aprendizaje y capacitación son duros y difíciles.
      No obstante, una vez que superan todo y llegan a ser exitosos, ¿a quién agradecen primero?
      Entre lágrimas agradecen a sus padres por apoyarlos con devoción y a sus maestros por educarlos bien.
      Lo mismo ocurre con el cultivo de la humanidad.
      Dios el Padre conocía de antemano que la gente enfrentaría dolor, pesar, dificultades y sufrimiento durante el período del cultivo de la humanidad.
      Aun así Él permitió que pasaran por el cultivo, ya que hijos verdaderos de Dios pueden provenir de este proceso.
      Por lo tanto, el cultivo de la humanidad por el que usted y yo pasamos en este mundo, es un curso obligatorio para entrar al eterno reino de los Cielos.
      De vez en cuando quizás sientan que es duro y difícil.
      Pero al vencer todo con fe en Dios, con bondad y verdad, y al obtener la victoria, ciertamente recibirán el fruto glorioso.

      Amados hermanos y hermanas:
      Después de que Dios dio inicio al cultivo de la humanidad, no se sentó simplemente a observar cómo se desarrollaban las cosas.
      Dios el Padre también participa en el cultivo de la humanidad.
      No solo los seres humanos sobrellevan lágrimas y pesar por medio del cultivo.
      El corazón de Dios el Padre también sufre con ellos y a veces siente dolor.
      En realidad Él sufrió dolor y pesar aún mayores que lo que sufren los humanos.
      Primeramente fue traicionado por Lucifer, aquel a quien había dado Su máximo amor.
      Luego Adán, el primer hombre, a quien Dios había creado y educado con toda Su mente y corazón, cometió el pecado de desobediencia.
      Para salvar a la humanidad que llegó a ser pecadora, tuvo que enviar a este mundo a Su Hijo Amado Jesús.
      Y tuvo que ver a Su Hijo Jesús sufrir las burlas de los pecadores, ser clavado en la cruz y morir de modo miserable.
      Si el corazón de Dios el Padre hubiera sido como el del hombre, este habría quemado hasta las cenizas.
      Por muchísimos años Él ha soportado con amor y ha vencido todo dolor y pesar.
      Aun así, cuando un hombre comete pecado, el Espíritu Santo gime y sufre.
      Esto seguirá siendo así hasta que culmine el cultivo de la humanidad.
      Cuando Dios el Padre planificó el cultivo de la humanidad, ya sabía que las cosas serían de este modo.
      No solo Dios el Padre, sino también Dios el Santo Hijo y el Espíritu Santo sufrirían dolor, pesar y tristeza.
      No solo a los seres humanos se les permite experimentar el cultivo y vivir la relatividad en este mundo desenfrenado.
      Dios la Trinidad conoce bien cuán débiles son los seres humanos, por ende les proporciona fortaleza y amor por todo medio posible.
      En Isaías 58:9, Dios nos dice: "Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí".
      En Juan 14:13-14, Jesús nos dice: "Todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré".
      Además, Romanos 8:26 expresa: "Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles".
      De este modo, Dios el Padre, el Señor Jesucristo y el Espíritu Santo están ayudando a cada uno de ustedes a ser cultivados.
      No solo lo alientan con palabras.
      Al clamar a Dios el Padre, Él responderá: "Estoy aquí para ti".
      Prometió también que haría todas las cosas si ustedes las piden en el nombre del Señor Jesucristo.
      Además el Espíritu Santo nos ayuda en la debilidad e intercede por nosotros cuando no sabemos por qué orar.
      Al contar con aliados como estos Tres, que se paran a su lado y lo apoyan, ¿es en verdad difícil pasar por el cultivo de la humanidad? ¿En realidad les resulta difícil?
      ¡No! ¡No es difícil en lo absoluto! No es complicado, más bien es fácil. ¡Me siento feliz! ¡Gracias!
      Anhelo que ustedes confiesen lo mismo y que se sumerjan al espíritu y espíritu completo.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      En este estudio les he explicado por qué puso Dios el árbol de la ciencia del bien y del mal.
      No fue para probar a Adán o hacerlo caer, sino para proporcionarle verdadera felicidad.
      Les dije también que Dios puso el árbol de la ciencia del bien y del mal para obtener hijos verdaderos por medio del cultivo de la humanidad.
      Los seres humanos pueden encontrar la felicidad y el amor verdadero al vivir eternamente en el reino celestial únicamente después de pasar por el cultivo de la humanidad.
      Por lo tanto, anhelo que ustedes crean que el hecho de haber puesto el árbol de la ciencia del bien y del mal, así como la carrera del cultivo de la humanidad, están dentro del amor de Dios.
      Les animo a esforzarse continuamente por alcanzar un corazón sincero con plena certidumbre de fe durante el período del cultivo de la humanidad.
      Dios el Padre les proporcionará gracia y fortaleza abundantes para que puedan llegar a ser hijos verdaderos.
      Aunque no lo logren con sus propias fuerzas, lo podrán hacer con la gracia y poder de Dios.
      Filipenses 4:13 nos dice: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece".
      En calidad de su Pastor, ruego siempre a Dios por Su gracia y fortaleza para todos los miembros de Manmin.
      Ruego en el nombre del Señor Jesucristo que obtengan la victoria del cultivo de la humanidad con fe y bondad, y que lleguen a ser frutos agradables para Dios el Padre.


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