• El Huerto de Edén

    [Génesis 2:8-9]

    10-06-2007 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      Génesis 2:8-9

      “Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. 9Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.”

      Queridos hermanos y hermanas en Cristo, miembros de las más de 5,800 iglesias de la familia manmin en Corea y en todo el mundo incluyendo los Estados Unidos, Canadá, Perú, Honduras, Bolivia, El Salvador, Argentina, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, China, Japón, Pakistán, Nepal, Indonesia, Filipinas, Taiwán, Sri Lanka, Malasia, India, Mongolia, Israel, Egipto, Kenia, Uganda, Republica Democrática del Congo, Gabón, Angola, Burundi, Rwanda, Nigeria, Tanzania, Botswana, Swazilandia, Cote d’Ivoire, Sudáfrica, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Países Bajos, Rusia, Belarús, Ucrania, Estonia, Kazajstán, y miembros del santuario local, los que están atentos a este servicio por la Internet y la televisión en todo el mundo,
      Esta es la vigésimo primera sesión de la serie de sermones ‘Cielo’.
      El cielo es el mundo eterno que Dios Padre ha preparado para sus hijos que han pasado por el cultivo humano.
      Es decir, el reino celestial es un lugar que Dios Padre lo hizo para aquellos hijos de Dios que han aceptado a Jesucristo, que han recibido el Espíritu Santo, y han ganado la vida eterna durante su vida en esta tierra, así que ellos podrán vivir allí para siempre.
      También es un hecho que en la medida en la que los hijos de Dios comprendan el amor de Dios y muestren la evidencia que aman a Dios en la acción y de verdad, Dio les dará a cada uno de ellos un lugar de morada y recompensas según su cabal justicia.
      Pero hay también algunos seres espirituales que viven para siempre, aunque no hayan pasado por el cultivo humano.
      Ellos son los descendientes de Adán a quienes Adán y Eva tuvieron mientras vivían en el Huerto de Edén, antes de que pequen.
      Yo les dije en la quinta sesión de esta serie de sermones, que el Huerto de Edén no está en esta tierra sino en el espacio del segundo cielo.
      También les expliqué en los sermones de Génesis que Adán y Eva se multiplicaron y tuvieron muchos descendientes en el Huerto de Edén, y que sólo Adán y Eva pecaron y fueron expulsados del Huerto.
      Por lo tanto hay innumerables descendientes de Adán que todavía están viviendo en el Huerto de Edén hoy. En esta sesión, les hablaré sobre la vida en el Huerto. A través de este mensaje, oro en el nombre del Señor que ustedes comprendan cuán feliz cosa es pasar por el cultivo humano y llegar al reino celestial, así que vivan su vida con un corazón más agradecido hacia Dios.

      Cuerpo

      Amados hermanos y hermanas en Cristo, el pasaje de lectura de hoy, Génesis 2:8-9 dice: “Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. 9Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.”
      El Huerto de Edén en el Segundo cielo pertenece al reino espiritual, sin embargo, no es un mundo completamente espiritual como el reino celestial en el tercer cielo.
      Para hacerlo más fácil, el Huerto de Edén es como la fase intermedia del mundo espiritual y el mundo físico. No es un mundo completamente espiritual, y puede coexistir con el mundo físico. El primer hombre Adán era un espíritu viviente, pero tenía un cuerpo que estaba hecho del polvo de la tierra.
      Por eso es que Adán y Eva tuvieron hijos y se multiplicaron como lo hacemos aquí en la tierra.
      Podemos entenderlo de Génesis 3:16 Dios dijo a Eva, después que ella comió del árbol de la ciencia del bien y del mal, “Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.”
      Dice que Dios multiplicará sus dolores en sus preñeces. Esto nos dice que ella también tenía dolores en sus partos mientras vivía en el Huerto de Edén.
      Solo que cuando ella era un espíritu viviente, tenía un pequeño dolor en sus partos, pero después de la maldición el dolor se multiplicó. En otras palabras, esto significa que Adán y Eva tuvieron hijos mientras vivían en el Huerto de Edén, antes de pecar. Después, solo Adán y Eva comieron del árbol de la ciencia del bien y del mal y fueron echados del Huerto, y sus descendientes permanecen en el Huerto.
      Como los hijos que Adán tuvo son espíritus vivientes, todavía viven y no mueren y continúan multiplicándose.
      Por consiguiente el número de los descendientes de Adán en el Huerto de Edén es mucho mayor al número de las personas en este mundo. Ello es porque una vez que ellos nacen, nunca mueren sino sólo se multiplican.
      Por lo tanto, debemos entender que el tamaño del Huerto de Edén es algunos billones de veces más grande, o realmente inimaginablemente más grande que esta tierra.
      También, las personas en el Huerto de Edén adquirieron el conocimiento de Adán, que le fue enseñado por Dios mismo, y desarrollaron su civilización, así que disfrutan de una civilización mucho más desarrollada que la de la tierra. Ahora, ¿Cómo es el ambiente natural del Huerto de Edén? En el Huerto de Edén, no hay muerte, y es un lugar tan pacífico.
      El lugar entero es controlado por el poder de Dios, incluso sin el sol y la luna, opera según el orden establecido por Dios.
      Hay luz todo el tiempo, sin noche, pero ellos saben naturalmente el tiempo para estar activos y el tiempo para descansar.
      El Huerto de Edén tiene algo de similitud al ambiente de esta tierra, así que hay muchas clases de plantas y animales, y la belleza natural se extiende interminablemente.
      Pero a diferencia de esta tierra, no hay altas montañas sino sólo llanuras cubiertas de césped y pequeñas colinas.
      Hay algunos edificios pero no son casas para que la gente viva allí, sino que sólo son edificaciones para que la gente descanse allí de vez en cuando.
      Sobre el llano lleno de árboles y plantas frescas, ellos reciben luz que abraza suavemente todo su cuerpo. Cuando se recuestan cómodamente sobre el césped y alzan sus ojos al cielo, las nubes blancas hacen varias figuras en el cielo.
      Un lago hermoso y resplandeciente se extiende hasta donde puedan ver, y el viento que contiene la suave fragancia de las flores les toca su rostro al pasar.
      Ellos pueden tener conversaciones agradables con los que aman y también pueden pasear.
      A veces, pueden estar sobre los campos cubiertos de césped o sobre un haz de flores para tocar los pétalos y oler las suaves fragancias.
      También pueden estar bajo la sombra de los árboles -que tienen muchos frutos- para descansar y comer de sus frutos.
      En el lago y en el mar, hay tantos peces diferentes con diversos colores, y si ellos quieren, pueden ir cerca a la orilla del mar y caminar en la playa que brilla con luz blanca.
      También pueden surfear sobre las olas azules transparentes, y nadar como peces.
      Lindos y simpáticos animales que tienen ojos grandes llegan y hacen algunos trucos divertidos, y sobre la amplia llanura de césped, muchas clases de animales juegan placidamente entre ellos.
      El Huerto de Edén está lleno de este tipo de paz y alegría.
      Esta es una clase de vida que a las personas de este mundo les gustaría disfrutar de vez en cuando. Está tan llena de comodidad y felicidad, y deja atrás todas las ocupaciones rutinarias de la vida diaria
      Ahora, ¿Cómo es la vida en el Huerto de Edén?
      Las personas en el Huerto de Edén pueden comer y también divertirse tanto como quieran sin sudar ni trabajar duro como en la vida terrenal. Ellos no tienen ninguna preocupación, sino que sólo están llenos de alegría, felicidad y paz.
      Debido a que todo es controlado por el poder y el orden de Dios, pueden vivir eternamente sin tener que trabajar en absoluto.
      El Huerto de Edén también tiene un ambiente similar al de esta tierra, y la mayoría de las cosas que hay en esta tierra existen allá también.
      Pero desde la creación hasta ahora, nunca se han contaminado o deteriorado en absoluto, al contrario de esta tierra ha mantenido la pureza y limpieza original.
      Además, la mayoría de las personas en el Huerto de Edén viven naturalmente sin usar ninguna ropa.
      Pero debido a que no hay mal, ellos no tienen ningún sentimiento vergonzoso o lascivo.
      Es como los bebes recién nacidos que no saben nada y pueden libremente jugar desnudos.
      El ambiente y el clima del Huerto de Edén, incluyendo la temperatura y la humedad, son los más apropiados para la comodidad, así que ellos no tienen que ponerse ninguna ropa. De modo que estar desnudos no les incomoda.
      No hay espinas ni insectos dañinos.
      Pero ocasionalmente, puede verse personas usando ropa, ellos son líderes de grupo de ciertas unidades que han sido formadas.
      También hay orden y reglas en el Huerto de Edén, así que hay un líder en cada grupo, y la gente seguirá sus instrucciones.
      Y estos líderes usan ropa para ser diferenciados de las personas ordinarias.
      Asimismo, el vestirse es solo un medio para identificar sus posiciones; ellos no se visten para cubrirse, protegerse o adornarse.
      Génesis 3:8 dice “Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día,” También podemos ver que hay un ‘aire’ que se siente en el Huerto de Edén.
      Pero esto no significa que ellos sudan debido al calor o se estremecen debido al frío.
      El Huerto de Edén tiene la temperatura, la humedad y la brisa más apropiada para que vivan las personas, así que ellos no tienen ninguna incomodidad de cambios en el clima.
      También, en el Huerto de Edén, no hay noche o día. Está rodeado por la luz de Dios Padre, así que siempre está como de día.
      Sin embargo, incluso las personas en el Huerto de Edén tienen que tomar un tiempo para descansar. Ellos sienten el paso del tiempo para la actividad y el tiempo para descansar a través de los cambios en la temperatura.
      Como ustedes ven, en el Huerto de Edén, ya que ellos no tienen ni día o noche para regular el paso del tiempo, ellos diferencian los cambios de tiempo por los cambios correspondientes en la temperatura.
      Pero aún cuando la temperatura cambia, no baja tanto como para hacerlos sentir frío, sino que solo sienten frescura del clima en el viento suave. Es la condición más conveniente para que ellos descansen.
      Queridos hermanos y hermanas en Cristo, como les he estado explicando hasta ahora, el Huerto de Edén es un lugar muy pacifico lleno de alegría y felicidad, pero de hecho, las personas que viven allí no conocen la verdadera alegría y felicidad.
      ¿Qué significa esto?
      La razón por la que podemos sentir que estamos alegres, contentos o felices, es porque hemos experimentado las cosas opuestas, tales como, aflicciones, dolores e infelicidad.
      También, entendemos que es lo bueno, que es la bondad, la verdad, y la luz porque hemos experimentado las cosas opuestas, que son, el mal, la falsedad, y las tinieblas que están consideradas como ‘malas’.
      Si no hubiésemos experimentado esta relatividad, no podríamos sentir desde el fondo de nuestro corazón que la bondad, el amor y la felicidad son verdaderamente cosas buenas, aunque hayamos oído hablar de ellas y las sepamos como un simple conocimiento.
      Por ejemplo, si ustedes nunca han estado enfermos y nunca han visto a nadie enfermo ¿Podrían sentir el dolor y el sufrimiento de la enfermedad?
      Si ven a alguien que está enfermo por primera vez, podrían pensar, “Debe ser muy doloroso” pero no podrían realmente entender perfectamente el dolor de aquella persona. Por lo tanto, no podrán entender cuan bueno es estar sano, y tampoco sentirán el verdadero valor de la salud.
      Además, si nunca han experimentado insuficiencias o deficiencias y nunca han visto a nadie que está experimentando necesidades horribles, entonces ¿Cuánto pueden saber sobre la pobreza?
      Así, una persona muy adinerada, sin importar cuán rico pueda ser, no entenderá cuán bueno es ser rico.
      Así que, pueden ver ahora que si no tienen ninguna experiencia dolorosa, o enfermedad y pobreza, realmente no podrían tener un corazón verdaderamente agradecido -desde su corazón- por la riqueza y la salud que disfrutan.

      Si no entienden el valor de las cosas buenas que están disfrutando, entonces, esto significa que no entienden el valor de la felicidad.
      Pero si ustedes han experimentado el dolor de la enfermedad y la pobreza, entonces, desde lo profundo de su corazón podrán sentir la felicidad de estar sanos y tener riqueza y podrán estar verdaderamente agradecidos por ello.
      Los descendientes de Adán y Eva que viven en el Huerto de Edén no entienden esta relatividad. La clase de hijos que Dios realmente quiere son aquellos que amen a Dios desde el fondo de sus corazones y puedan de esta manera recibir el amor de Dios.
      Por eso Dios puso el árbol de la ciencia del bien y del mal junto con el árbol de vida en el Huerto de Edén, como dice en el versículo 9 del pasaje de hoy.
      Dios dio autoridad a Adán para gobernar el Huerto de Edén y esta tierra, y le permitió hacer lo que le placía, excepto una cosa que Dios le prohibió.
      Génesis 2:16-17 dice, “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; [17] mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.”
      A través de esto, podemos ver que el Dios omnisciente sabía que Adán comería del árbol de la ciencia, pero no significa que él simplemente dejó a Adán para que coma del árbol.
      Dios le dijo clara y francamente las consecuencias de comer del árbol, y le mando que no coma de él.
      Dios le dio a Adán libre albedrío para que escoja comer o no del árbol de la ciencia del bien y del mal.
      Dios no le obligó a Adán a comer del árbol sólo para ganar verdaderos hijos que lleguen a entender la relatividad del bien y el mal, ni lo refrenó enérgicamente para que no coma del árbol cuando él comió.
      Eso es porque Dios dio a Adán libre albedrío.
      Por lo tanto, por su libre albedrío, Adán, al principio no comió del árbol, pero aunque después lo comió, fue por su propio libre albedrío.
      Y dentro de la justicia de Dios, la maldición de la ley que dicta que “la paga del pecado es muerte” vino sobre Adán, y el proceso del cultivo humano comenzó en este punto. Y a través de este cultivo humano, y como resultado de él, Dios ganaría verdaderos hijos, quienes vivirían junto a él para siempre en el eterno reino celestial.
      Desde el punto de vista humano, pudimos ganar una oportunidad tan valiosa para comprender qué es el amor verdadero y qué es la verdadera felicidad, y para vivir en el hermoso reino celestial para siempre.
      Dios ganaría todas estas cosas a través del cultivo humano, y todo esto comenzó poniendo el árbol de la ciencia del bien y del mal (en el huerto).
      Adán y Eva quienes fueron echados del Huerto de Edén, y sus descendientes a quienes ellos tuvieron en esta tierra pasaron por muchos sufrimientos en lágrimas, penas, dolor, enfermedad, y muerte.
      Pero, hemos llegado a ser capaces de entender que es la verdadera felicidad y podemos disfrutar la bendita vida eterna en el Reino Celestial, así que ¡cuán maravillosamente grato es esto! Incluso en este mundo, los padres tienen a sus hijos y permiten que pasen por un entrenamiento difícil para la vida y por tiempos de resistencia, sólo para que sus hijos puedan llegar a ser exitosos y talvez lleguen a ser grandes hombres en este mundo.
      Además, si los hijos creen en la gloria que se les dará en el futuro, resistirán los tiempos difíciles en el presente y superarán todo.
      De la misma forma, si pensamos en la verdadera felicidad que disfrutaremos en el reino de los cielos, el proceso de cultivo humano en esta tierra nunca será algo duro o difícil.
      Sino más bien, miraremos al honor venidero, nos sentiremos agradecidos con Dios que hemos podido intentar vivir por la palabra de Dios.
      Por tanto, ¿A cuales considerará Dios más encantadores?, ¿A aquellos que han pasado por muchas clases de sentimientos en esta tierra y sienten verdaderamente el amor de Dios en su corazón, o a los que no entienden verdaderamente el amor de Dios ni dan verdaderamente gracias a Dios aún cuando están viviendo en semejante abundancia en el Huerto de Edén?
      En la siguiente sesión, les hablaré sobre el reino celestial donde entrarán aquellos que han pasado por el cultivo humano en esta tierra, comenzando primero con el Paraíso.

      Conclusión

      Queridos hermanos y hermanas en Cristo, en esta sesión, les he hablado sobre el Huerto de Edén en el segundo cielo, donde Adán y Eva vivían antes de que pecaran.
      Los descendientes de Adán y Eva todavía viven en el Huerto de Edén. Pero a pesar del hecho de que el Huerto es inimaginablemente mejor y más hermoso que cualquier lugar de esta tierra, ellos no conocen la verdadera felicidad ni la verdadera gratitud debido a que no han experimentado el concepto de la relatividad.
      Y los verdaderos hijos que Dios quiere no son tales personas, sino aquellos que le pueden dar amor y agradecimiento a Dios desde el fondo de su corazón.
      Dios puso el árbol de la ciencia del bien y del mal en el Huerto de Edén para obtener esta clase de hijos verdaderos, y desde el tiempo en que Adán y Eva comieron del árbol por su libre albedrío, el cultivo humano comenzó en toda su escala.
      El reino celestial es el eterno lugar de morada de los hijos de Dios que han pasado por el cultivo humano en esta tierra.
      Es un lugar para aquellos que vivieron en este mundo que es como un desierto, pasando por preocupaciones, ansiedades, lágrimas, dolores, penas, y que estaban separados de Dios, pero alzaron sus ojos al Dios invisible con fe y vivieron por la palabra de Dios y para su gloria como sus hijos.
      En el reino celestial, aún el lugar de morada de más bajo nivel, es incomparablemente más hermoso que el Huerto de Edén.
      Por consiguiente, oro en el nombre del Señor que entiendan la providencia de Dios oculta en el cultivo del ser humano y vivan cada día en la luz más y más completamente de modo que ustedes posean el mejor lugar de morada en el reino celestial, el cual es nuestro eterno hogar.

      Amén.


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