• Hemos estado corriendo con Fe - Devocional del Colegio y la Misión Canaán

    [Hebreos 11: 6]

    01-05-2011 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      Hebreos 11: 6
      "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan".


      Introducción

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      Demos toda la gloria y el agradecimiento a Dios Padre quien nos ha bendecido para realizar este Servicio Devocional del Colegio y la Misión Canaán.
      También agradezco a todos los devotos que se han preparado para este servicio devocional con todo su corazón, mente y alma.
      Amados devotos, muchos de ustedes han estado en esta carrera de la fe durante muchos años, quizá diez y más de veinte años.
      Ustedes no tomaron lo que querían tomar. No descansaron cuando querían descansar. Se controlaron a sí mismos con auto-disciplina.
      Mientras sus amigos del mundo y sus colegas estaban buscando los placeres del mundo, ustedes se abstuvieron.
      Durante los días feriados, no se quedaron simplemente a relajarse y descansar; sino que vinieron a la iglesia para realizar trabajos voluntarios e invirtieron su tiempo en evangelismo y visitando a los miembros de la iglesia.
      En lugar de gastar o ahorrar para ustedes mismos, se deleitaron en darle más a Dios.
      En la Biblia podemos encontrar a aquellos patriarcas que también ofrecieron sus cosas preciosas. Ellos no solamente renunciaron al honor, la riqueza, y a una vida confortable; también soportaron persecuciones y torturas brutales, e incluso el martirio.
      Ellos ofrecieron sus cosas más valiosas con gozo, e incluso aceptaron persecuciones y la muerte con agradecimiento.
      Esto era porque creían en el Dios viviente el Creador, y en que Él les recompensaría con gloria celestial de acuerdo a sus obras.
      Tal como creyeron, ellos recibieron una gloria celestial indescriptible así como la vida eterna.
      Dios también desea darles, a ustedes miembros del Colegio y la Misión Canaán, la vida eterna y el Cielo que ellos obtuvieron.
      La lectura de este día en Hebreos 11:6 dice, "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan".
      Por todo aquello que ustedes han estado haciendo con fe, Dios les ha recompensado con bendiciones.
      Y no solamente bendiciones visibles sino que también hay muchas bendiciones que son invisibles. Y Él no solamente les bendecirá con recompensas en esta tierra sino también en el Cielo.
      Ahora, permítanme hablarles de tres aspectos sobre qué clase de bendiciones Dios le da a los que corren su carrera de la fe.
      Por medio de este mensaje, yo oro en el nombre del Señor para que ustedes se aferren a la promesa de Dios y disfruten todas las bendiciones de las promesas


      Mensaje Principal

      Amados devotos, aquellos que corren la carrera de la fe, en primer lugar, reciben tanto bendiciones espirituales como materiales.
      Una vez que aceptan al Señor y reciben al Espíritu Santo, ustedes empiezan a amar a Dios.
      Si ustedes aman a Dios, desearán obedecer Su voluntad.
      Cuando yo me encontré con Dios por primera vez, mi agradecimiento y amor no podían ser expresados con palabras.
      Yo había sido abandonado por todos en este mundo, y no tenía esperanza de recuperarme incluso después de usar toda clase de métodos.
      Cuando Dios vino y se encontró con una persona como yo, mi agradecimiento y amor cambió totalmente todo el propósito de mi vida.
      Yo solamente quería vivir para Dios. Quería saber lo que Dios quería y deseaba ardientemente obedecer Su voluntad.
      Aprendí la palabra asistiendo a muchas reuniones de avivamiento y diligentemente leí la Biblia.
      Obedecía toda palabra de Dios que aprendía, y si no podía obedecer algo inmediatamente, lo escribía en una libreta de notas y oraba para lograrlo con oraciones.
      Yo simplemente estaba tan agradecido por la gracia de Dios al haberme salvado, y la Biblia dice que entre más obedezcamos la palabra, más seremos amados por Dios y mejor será el lugar que podremos recibir en el Cielo.
      Debido a que Dios sanó de una sola vez todas mis enfermedades por las cuales había sufrido durante siete años, yo ciertamente pude creer en Dios y en que todas las palabras de Dios son verdaderas.
      Al grado en que yo obedecía, mi alma prosperaba y obtenía confianza en mi corazón.
      Como dice 3 Juan 1:2, "Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma", todas las cosas salían bien y yo me volvía más saludable.
      Recibía respuesta a todas mis oraciones, y no carecía de nada en mi vida.
      Las obras de Dios empezaron a mostrarse cuando yo oraba por otras almas.
      Y debido a que yo experimenté tales cosas primero, también enseñé a otros a que siempre obedecieran la palabra de Dios con fe.
      Hay muchas ocasiones donde las palabras de Dios no están de acuerdo con los pensamientos de los hombres carnales.
      Parecería que ustedes tendrían que enfrentar pérdidas si obedecen la palabra.
      Pero ustedes que creen en el Dios viviente han estado obedeciendo la palabra de acuerdo a la medida de su fe.
      Al grado en que desecharon y guardaron ciertas cosas, su espíritu creció.
      Ahora ustedes tienen desbordantes testimonios de bendiciones recibidas en sus finanzas, su salud, bendiciones en sus lugares de trabajo y sus hogares, y de haber recibido respuestas a diversos deseos de su corazón.
      Ahora, yo deseo que afirmen su fe aún más.
      Espero que obedezcan no solamente el 50% o el 80% sino que obedezcan todos los mandamientos de Dios al 100% con fe. A ese grado, ustedes experimentarán cuánto Dios les ama.
      Podrán testificar cada día las obras de Dios quien responde todos los deseos ocultos de su corazón y quien hace que lo imposible sea posible.
      Amados devotos, aquellos que corren la carrera de la fe, en segundo lugar, desbordan con esperanza por el Cielo.
      Aquellos que tienen fe no buscan las cosas de este mundo.
      Ellos no invierten su tiempo en obtener las riquezas y el honor del mundo ni en satisfacer su lujuria, sino que invierten en las cosas y las recompensas celestiales.
      Y esto se debe a que ellos conocen lo que tiene verdadero valor.
      En la actualidad aun con el desarrollo de la ciencia médica, no muchas personas viven más de 100 años.
      Aun cuando disfruten de muchas cosas buenas durante esta corta vida terrenal, esta es solamente como un sueño cuando todo ha pasado.
      Así como un castillo de arena desaparece sin dejar marca en medio de las olas, no habrá nada que permanezca sin importar cuánto ustedes hayan acumulado.
      ¿Hay algún pecado que ustedes encuentren difícil de desechar porque es muy valioso, aun cuando Dios les dice que lo desechen y ustedes saben que lo tienen que desechar?
      O, ¿hay alguno que piense, "Yo aún soy joven, y quiero disfrutar mi vida. Hay muchas cosas buenas para aprovechar en este mundo y siento que es un poco difícil abstenerme de esas cosas"?
      Entonces, piensen en cuál opción es más sabia: ¿la vida terrenal o la vida celestial?
      Muchas personas malgastan mucho de su tiempo y su dinero en verse bien. Además, ellos desean salir con una persona que tenga una buena apariencia.
      Pero, sin importar cuán bellas sean sus apariencias, su belleza no puede durar por siempre.
      Con el paso del tiempo, ellos tendrán arrugas en sus rostros y la piel suave se volverá áspera y flácida. La postura recta se volverá torcida y doblada.
      Así como las flores se marchitan, la belleza física eventualmente se extinguirá.
      Especialmente, el cuerpo sin el espíritu es simplemente un cadáver.
      Aun cuando un cuerpo haya estado saludable y bello hasta ahora, si la persona muere, este se vuelve frío y rígido.
      Todos los órganos internos se corromperán y los fluidos saldrán.
      La figura también desaparecerá y regresará al polvo. La belleza física que muchas personas buscan también desaparecerá en un momento.
      Esto es igual con todas las otras cosas físicas, incluyendo la riqueza y el honor que las personas tratan de obtener invirtiendo su tiempo, dinero y esfuerzo.
      Todas ellas son perecederas, pestilentes e insignificantes.
      Sin embargo, el reino celestial que estamos esperando es eterno.
      La vida en el cielo es mucho más feliz y más gloriosa que cualquier clase de vida que las personas puedan soñar.
      Solamente la belleza del cuerpo espiritual va más allá de la imaginación de las personas.
      Los rostros y cuerpos son muchos más bellos que aquellos de los ángeles, y también habrá un resplandor espiritual.
      Incluso los cuerpos discapacitados en esta tierra serán hechos perfectos.
      Ustedes estarán fascinados con solo verse a ustedes mismos en el espejo; y esta apariencia nunca envejecerá ni se extinguirá.
      Y no se trata solamente de la belleza del cuerpo espiritual; todo es igual en el reino celestial.
      La mayor felicidad, gozo y más grande gloria y belleza que los hombres no pueden expresar, será eterna.
      Entre más crezca su fe, mayor será su esperanza por el reino celestial.
      Ustedes comprenderán cuán insignificante es la lujuria del mundo, por lo tanto llegarán a detestar tener algo en su corazón que pertenezca al pecado y a las tinieblas.
      Aquellos que viven con esta clase de fe sentirán el gozo del Cielo incluso en esta tierra.
      Lucas 17:21 dice, "porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros".
      Por ejemplo, si ustedes alcanzan la fe par ir al tercer reino de los cielos, el tercer reino de los cielos estará en su corazón.
      Debido a que no tienen maldad, no tendrán ira, envidia, ni odio, sino solamente gozo y paz en todo tiempo.
      Su corazón siempre estará lleno con el Señor, el Padre y el Cielo, por lo tanto su rostro brillará con un resplandor espiritual.
      Recibirán cualquier cosa que pidan, y caminarán con el Señor, por lo cual sus labios estarán llenos con alabanzas y testimonios.
      Aun cuando no hayan llegado al espíritu todavía, si están haciendo su mejor esfuerzo en la fe desde el arrepentimiento del año pasado, yo creo que ustedes comprenderán lo que esto significa.
      La pesada carga del pecado es levantada.
      Su espíritu estaba adolorido a causa del temor pero ustedes han obtenido fortaleza. Ahora, su corazón se siente liviano y está desbordando de gozo.
      Ustedes pensarán, "Se siente tan bien haberlo desechado, y ¿por qué no lo hice antes? ¡Nunca más pecaré de nuevo!". Y tendrán más y más esperanza por el Cielo.
      Yo espero que su esperanza por el Cielo nunca disminuya, sino que solamente continúe incrementando hasta llenar su corazón completamente.
      Amados devotos, aquellos que corren la carrera de la fe, en tercer lugar, recibirán recompensas en el Cielo.
      Todo aquello que hagan por el Señor en esta tierra será devuelto a ustedes como recompensas en el Cielo.
      Las oraciones y las peticiones por el reino de Dios; los esfuerzos por el evangelismo y el cuidado de las almas; los trabajos voluntarios; las ofrendas monetarias entregadas para el santuario y las obras misioneras; e incluso el recoger un poco de basura en la iglesia, Dios no se olvida de nada.
      Con frecuencia les he explicado sobre las recompensas en el Cielo.
      Por ejemplo, a cierta persona le agrada ejercitarse mucho, pero él trabaja para Dios tan fielmente que no tiene tiempo para hacerlo.
      Por lo tanto, él recibirá equipo de ejercicios decorado con piedras preciosas en su casa en la Nueva Jerusalén.
      Aquellos que dan gloria a Dios con alabanzas e instrumentos musicales tendrán un espléndido salón que tiene un piano de cristal y otros instrumentos decorados con joyas en sus casas.
      También tendrán partituras de alabanzas para que todos sepan que ellos glorificaron a Dios con alabanzas.
      Para aquellos que trabajaron fielmente sin tener tiempo de descanso para observar el florecer de las flores, tendrán calles de flores en sus casas donde los pétalos caerán como nieve.
      Cuando entreguen alguna joya preciosa al Señor, ellos obtendrán una enorme, brillante pieza de alguna gema preciosa en el portón principal de su casa celestial.
      Para aquellos que hacen trabajo voluntario en la iglesia, zapatos maravillosos, hombreras, o broches que conmemoren esos trabajos voluntarios serán otorgados.
      ¿Cómo puedo hablar sobre todas las recompensas que serán entregadas por cada acción?
      Yo no puedo hacer una lista de todas ellas incluyendo las coronas, decoraciones para el cabello, decoraciones para los hombros, broches, ropas magníficas y automóviles como de nubes, todas las instalaciones y decoraciones en la grandiosa mansión, incluso si me pasara toda la noche hablando de ellas.
      Ustedes se han estado dedicando hasta el día de hoy porque creen en Dios quien les galardonará con tales recompensas.
      Y en cada servicio devocional, muchos de ustedes entregaron ofrendas mucho más grandes de lo que sus fuerzas les podían permitir.
      Cortaron sus propios gastos de comida y de lo que vestían, pero nunca pensaron, "Entregué lo mejor este año, y me lo tomaré con calme el próximo año".
      Con el gozo que pudieron alcanzar el reino de Dios y que pudieron convertirse en fortaleza para la iglesia y el pastor, se han esforzado con el paso del año.
      Algunas personas se ocuparon de las tareas difíciles y no muy populares durante muchos años sin cambiar.
      Otros practicaron duramente y cantaron cada semana las alabanzas para Dios con todo su corazón.
      Ustedes trataron de reunirse, conservar sus lugares, y cuidar de otras almas.
      Oraron por el reino de Dios, por el evangelismo mundial, por la construcción del santuario y por las obras de caridad.
      Ustedes no se olvidan simplemente de la más pequeña gracia que reciben en su vida diaria.
      Comparten el testimonio para dar felicidad a otros hermanos y hermanas en la fe y para darle gloria a Dios.
      Dios nunca olvida todas estas cosas y les galardonará con recompensas en el Cielo.
      Pero lo que tienen que recordar una vez más es que tienen que circuncidar su corazón.
      Desechar los pecados y circuncidar su corazón no será su recompensa.
      Sino que de acuerdo al grado en el cual circunciden su corazón, la dimensión de la recompensa entregada será diferente, aun cuando hagan el mismo trabajo.
      El resplandor de las piedras preciosas y de la gloria será diferente.
      Y esto se debe a que el fruto producido a través del aroma de su corazón al hacer el trabajo será diferente.
      Además, si ustedes hacen algo para Dios pero se quejan y pelean, esto no puede ser recompensado. Esto es porque esto significa que no lo hicieron con fe.
      Por lo tanto, yo espero que ustedes circunciden diligentemente su corazón, y sean más fieles con fe mirando hacia Dios el galardonador.
      Cuando hagan el trabajo de Dios, si tienen esperanza y piensan así, "¿Cuánto me recompensará el Padre por lo que estoy haciendo ahora?", entonces, su gozo y su felicidad serán mayores.
      Ustedes también se esforzarán con todo su corazón y su mente, para que su recompensa se aun mayor.
      Yo espero que corran la carrera de la fe apasionadamente mirando hacia las recompensas que Dios el galardonador les dará.


      Conclusión

      Amados devotos, y otros miembros, en la antigua Roma, realizaban grandes desfiles para dar la bienvenida a generales y al ejército que había ganado la victoria en batallas.
      Las calles estaban maravillosamente decoradas con flores y llenas del aroma de los incensarios, y el desfile era encabezado por altos oficiales.
      En el largo desfile de carruajes estaba el botín de guerra.
      En el interminable desfile, cientos de carruajes contenían el oro y la plata y las piedras preciosas, y había mucho ganado también.
      Entonces, les seguían los prisioneros de guerra incluyendo a la familia real de enemigo y los generales.
      En la marcha, junto a la música de trompetas, tambores, y otros instrumentos, el general retornante finalmente aparecía sobre un carro de guerra halado por cuatro caballos blancos.
      El general usando una corona de laurel sostenía un cetro de marfil y también uniforme militar color púrpura y un atuendo de general con estrellas doradas.
      La familia del general le seguía orgullosamente, y al final, el ejército del general victorioso marchaba con un grito.
      Cientos de miles de ciudadanos ovacionaban, y tan grande honor y fama, que la gente ordinaria no puede siquiera imaginar, era otorgada al retornante general.
      Amados miembros del Colegio y la Misión Canaán, y otros miembros.
      Cuando ustedes entren por las puertas de perlas de la Nueva Jerusalén, disfrutarán de un honor incluso mayor que este.
      Todo el cielo estará lleno con elogios, e innumerables ángeles y el ejército celestial les dará la bienvenida a ustedes que entren por la Puerta de Perlas.
      A ustedes les harán recordar el tiempo pasado, y les ofrecerán oraciones de agradecimiento llenas de abrumadoras emociones.
      Toda su fidelidad, devoción, y sus lágrimas que ofrecieron al Señor serán recompensadas como el botín de guerra y los harán honorables.
      El tiempo que se les ha dado en esta tierra no es mucho.
      Ustedes han estado corriendo la carrera de la fe, pero yo les insto a que corran más fuertemente sin descansar.
      2 Timoteo 4:7-8 dice, "He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. (8) Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida". Como está escrito, yo espero que ustedes definitivamente ganen la buena batalla.
      Oro en el nombre del Señor para que, al hacer esto, ustedes ofrezcan alabanzas de agradecimiento por la eternidad en su hogar en la Nueva Jerusalén, diciendo, "¡Una persona tan pequeña como yo ha ganado esta gloria únicamente por la gracia del Padre!"


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