• Dios mide nuestra fe (2)

    [Ezequiel 47:1-5]

    15-05-2011 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      Ezequiel 47:1-5
      "[1] Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar. [2] Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente; y vi que las aguas salían del lado derecho. [3] Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. [4] Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. [5] Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado".


      [Introducción]

      Este es el segundo estudio de la serie 'Dios mide nuestra fe'.
      Daniel 12:10 dice: "Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán".
      Vivimos en un tiempo en el que estamos cada vez más cerca del fin.
      Por esta razón Dios ha estado guiando a nuestra iglesia en el rápido fluir del espíritu.
      Permite que nos demos cuenta de nuestros pecados para poder ingresar al espíritu rápidamente, y también nos muestra nuestros pecados fundamentales.
      Él también derrama sobre nuestras vidas Su amor extremo y gracia infinita.
      Nos da la esperanza por el Cielo para que podamos ser fieles de manera ardiente.
      Si nosotros simplemente nos condujéramos en el fluir del espíritu que Dios ha creado, no sería difícil entrar al espíritu.
      Mientras el Día del Señor se acerca cada vez más, este fluir del espíritu se incrementará rápidamente.
      Al mismo tiempo, el fluir de la carne en el mundo también se incrementará fuertemente.
      Hay muchas personas que asisten a la iglesia pero que aún no han desechado la maldad.
      Siguen siendo amigos del mundo, aun después de escuchar tantos mensajes.
      Estas personas deben saber que están en el fluir de la carne.
      Mientras más carnalidad reciba, más se sumergirá en la carne.
      Es probable que comentan gran variedad de pecados, por lo tanto, el muro de pecado entre ustedes y Dios solo se hará cada vez más alto.
      Debido a que no tendrán la fortaleza para controlar sus vidas, serán arrastrados por la fuerte corriente carnal.
      Pero desde este altar se predican constantemente mensajes acerca de los pecados que guían a la muerte, el juicio y el Infierno.
      Entonces, ¿ siente alguno de ustedes el remordimiento de conciencia?
      Si es así, nunca deberían dejar de escuchar la Palabra de Dios.
      Si la Palabra atraviesa su corazón, son las manos de Dios que se extienden hacia ustedes.
      Si están intentando llevar a la salvación a una persona que ha sido arrastrada por una corriente fuerte, ¿podrá apenas tocar sus manos?
      ¿Podrá halarlo suavemente de sus brazos? ¡Por supuesto que no!
      Debe halarlo con tanta fuerza que se lastimará sus manos y brazos.
      Y solo porque sus manos le están doliendo, ¿podrá esa persona decir: "¡Suelta mis manos, me causas dolor!"?
      No podrá hacerlo, sino que sujetará su mano con todas sus fuerzas.
      Debe intentar salir de la corriente fuerte y sujetar fuertemente sus manos.
      Es decir, si ustedes escuchan la Palabra, deben obedecerla y ponerla en práctica.
      Deben cambiar y conducirse por el fluir del espíritu.
      Aquellas personas que ya están en el fluir del espíritu deben seguir habitando en la Palabra de Dios para que no sean arrastrados por el fluir de la carne.
      Además, ruego en el nombre del Señor que ustedes puedan cultivar la plenitud de Cristo en fe, para poder llevar a la salvación a las almas que han sido arrastradas por la corriente de la carne.


      [Mensaje principal]

      Hermanos y hermanas:
      En el último estudio les expliqué la razón por la que estoy predicando esta serie de sermones.
      Es para que ustedes examinen si se poseen o no la correcta calificación como hijos de Dios y si están listos para recibir Sus bendiciones antes de ingresar al Santuario Canaán.
      También les expliqué el transfondo del pasaje en la lectura bíblica.
      Ezequiel vio en una visión que el agua salía del Templo y fluía hacia el mundo.
      Esto significa que la Palabra de Dios predicada en el Templo sale hacia el mundo.
      Esta agua se volvió cada vez más profunda y finalmente se convirtió en un río.
      Cuando Ezequiel fue guiado a través del agua por primera vez, le llegó hasta sus tobillos, pero luego llegó hasta sus rodillas y después hasta sus lomos.
      Finalmente se convirtió en un río que no podía cruzar.
      El agua simboliza espiritualmente la Palabra de Dios.
      Por lo tanto, la profundidad del agua simboliza la medida en la cual nosotros ponemos en práctica la Palabra de Dios, es decir, nuestra medida de fe.
      Dios medirá la fe de cada uno en el Juicio del Gran Trono Blanco y dará el veredicto final.
      Aquí, Dios medirá la fe de cada uno con la Palabra de Dios.
      Nadie podrá decir que fue acusado injustamente.
      En la lectura bíblica de hoy, cada vez que Ezequiel era guiado a través del agua, el mensajero del SEÑOR medía mil codos.
      Por medio de esto podemos comprender que Dios mide la fe de cada uno de nosotros con extrema exactitud.
      ¿Por qué el mensajero del Señor medía mil codos cada vez?
      Medir esos mil codos simboliza el corazón inmenso y justo de Dios.
      Antes de decir que una persona está en el primer o segundo nivel de fe, primeramente considera todos los aspectos.
      No simplemente observa un aspecto de la persona sino que de manera exhaustiva considera todos los aspectos.
      No solo considera las obras externas sino también lo profundo del corazón que no se puede ver.
      Él tampoco es parcial.
      No tiene favoritismos hacia nadie.
      Solamente discierne con la medida de la Palabra de Dios.
      Permítanme darles un ejemplo con Su mandamiento de guardar el Día del Señor como día santo.
      Hay dos creyentes, el hermano Kim y el Diácono Lee que asisten al servicio dominical matutino en la iglesia.
      El hermano Kim es un nuevo creyente mientras que el Diácono Lee ha asistido a la iglesia durante 10 años.
      Pero ambos tienen pensamientos ociosos: "Estoy cansado, espero que el servicio termine pronto. Quiero ir a mi casa para descansar".
      El hermano Kim afortunadamente cree que no debería tener esos pensamientos ya que ha decidido llevar una vida en Cristo.
      Por otra parte, el Diácono Lee habitualmente tiene pensamientos ociosos y se siente cansado cada domingo, pero él no es sensible al respecto.
      Aparentemente ninguno de ellos adoró en espíritu y en verdad.
      Ahora, ¿dirá Dios que ambos no guardaron el Día del Señor apropiadamente?
      Dios no mide a todos exactamente con la misma medida, solo al ver su apariencia externa.
      El examina el tiempo de vida cristiana, sus títulos, sus acciones y aún la profundo de sus corazones para emitir un juicio.
      Si una persona posee un título en la iglesia por el tiempo que ha asistido a la misma, Dios aplica un estándar más alto para medir su fe.
      Por lo tanto, Dios quizás diga que el hermano Kim guardó el Día del Señor como día santo mientras que el Diácono Lee no lo hizo.
      No solo en el Día del Juicio, sino en nuestro diario vivir, Dios mide nuestra fe.
      Mientras nuestra fe crece paso a paso, Dios examina todo de acuerdo a la medida de las palabras de la Biblia y el conocimiento que hemos adquirido a un cierto nivel de fe.
      Él nunca dice: "Usted pasó", luego de una consideración informal.
      Por ejemplo: cuando ustedes pasan del segundo al tercer nivel de fe, Él observa si verdaderamente han desechado las obras de la carne.
      Él dice que han pasado solo cuando hay una evidencia clara.
      Asimismo, Él mide nuestra fe con precisión cuando nos da respuestas o bendiciones.
      Por medio de los siete Espíritus, Él mide el gozo, la oración, la gratitud, la observancia de los mandamientos, la fe, la fidelidad y el amor.
      ¿Conocen ustedes su medida de fe con exactitud?
      Algunas personas ni siquiera están seguras de su salvación. Cuestionan si es que son salvos o no.
      Otras personas en cambio dicen estar seguras de su salvación ya que poseen una fe más que suficiente para pasar el primer nivel de fe.
      Otras personas tienen solo un vago concepto acerca de su medida de fe.
      Pero el hecho claro es que Dios mide la fe de cada uno con exactitud.
      Ustedes también deberían medir su fe correctamente.
      Deberían al menos tener la seguridad de su salvación.
      Esto se debe a que no sabemos cuando Dios llamará nuestro espíritu a Su presencia.
      Además, si anhelan la Nueva Jerusalén, deberían medir su fe con mayor precisión.
      Esto es así porque comprenderán qué es lo que deben hacer específicamente para avanzar al siguiente nivel solo cuando entiendan el nivel en el que están al momento.
      Aquí deben medir su fe de acuerdo a la Palabra de Dios y al Espíritu Santo.
      No deben medir su fe con una visión subjetiva basándose en sus sentimientos personales.
      Debe ser obvio que intentan medir su fe solo al reflexionar en sus palabras y acciones de acuerdo a la Palabra de Dios.
      Pero el nivel de fe no se puede determinar solo al observar las apariencias externas y luego dividirlas con el corte de un cuchillo.
      Es por eso que Dios no solo examina las apariencias sino el corazón.
      Por lo tanto, deben reflexionar en sus palabras, acciones y pensamientos, pero tienen que confiar en el Espíritu Santo al hacerlo.
      Es porque solo Dios conoce el corazón de las personas.
      El Espíritu Santo es Dios quien mora en nuestros corazones.
      Él conoce el corazón de cada uno mejor que nadie.
      El Espíritu Santo da la seguridad de la salvación a aquellos que tienen la fe para ser salvos.
      Y da la esperanza por el Cielo así como gozo y confianza espiritual.
      En base a esto los creyentes pueden discernir si es que tienen o no la fe para recibir la salvación y determinar en qué nivel de fe se encuentran.

      Hermanos y hermanas:
      Así como el mensajero del Señor midió mil codos, antes de que Dios mida la fe de cada uno, primero medirá las obras y el corazón de cada persona.
      Él examina las obras y el corazón de innumerables personas con Su corazón vasto, grandioso y profundo.
      Por ende, Él mide la fe de cada uno sin ningún error.
      Aquellas personas que verdaderamente creen en este hecho no hablan o actúan negligentemente en ningún momento.
      La Biblia testifica que Dios examina todo aspecto de cada individuo.
      Por ejemplo: en el Cielo hay ángeles que registran cada palabra y obra de los hijos de Dios.
      Mateo 18:10 dice: "Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos".
      Los ángeles registran todas las palabras y acciones de las almas a su cargo e informan a Dios.
      Estos registros serán la evidencia en el Juicio Final.
      Pero ante Dios, no solo las palabra y obras, sino también lo profundo del corazón, será revelado claramente.
      Por ejemplo: los Siete Espíritus de Dios y los cuatro seres vivientes examinan aun lo profundo del corazón de las personas.
      En Apocalipsis 5:6, el Apóstol Juan dijo acerca del Cordero, quien es el Señor: "...que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra".
      En este verso se compara los siete Espíritus con los siete ojos, lo que se debe a que su rol es el de examinar y medir.
      Los cuatro seres vivientes no solo escoltan a Dios sino que también buscan las obras y los corazones de las personas.
      En especial el ser viviente con semejanza de águila busca la medida en que cada uno imprime y cultiva en su corazón la Palabra de Dios.
      Las águilas tienen una excelente visión y pueden ver objetos muy pequeños a gran distancia.
      De manera muy semejante, el ser viviente con apariencia de águila examina el corazón de cada individuo sin error alguno.
      Puede discernir clara y exactamente aun lo profundo del corazón.
      Eclesiastés 12:14 dice: "Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala". Y Mateo 12:36 dice: "Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio".
      Aun las cosas que las personas piensan que han sido hechas en secreto, de hecho no lo son.
      Esto se debe a que todo será revelado a su ángel de la guarda y a los ángeles del Cielo que registran todas sus palabras y obras, a los Siete Espíritu de Dios y a los cuatros seres vivientes.
      Aun las palabras y acciones que ustedes no toman en serio serán juzgadas.
      Hay una gran cantidad de ojos que nos están observando, ¿cómo podemos hacer algo fuera de nuestra fe?
      Por eso espero que ustedes estén seguros de sí mismos cuando estén acompañados o cuando estén solos.
      ¿Por qué presta Dios tanta atención a la forma precisa de medir su fe?
      No es para ver nuestras imperfecciones, menospreciar nuestra fe o para castigarnos.
      Él mide de manera precisa para darnos todas las oportunidades posibles. Además es para darnos más recompensas.
      Por supuesto, Él intenta darnos el puntaje más alto posible, pero sin parcialidad o error.
      Por lo tanto debemos esforzarnos mucho.
      1 Corintios 9:24 dice: "¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis".
      Si ustedes quieren alcanzar la medida completa de la fe y recibir el premio, espero que corran hacia la meta de alcanzar la mayor fe.
      En el próximo estudio estaré compartiendo acerca de los pecados que los apartan de la salvación, con ejemplos tanto del Nuevo como del Antiguo Testamento.
      Voy a hacerlo para que ustedes puedan conocer claramente el atajo hacia la salvación.


      [Conclusión]

      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      Con respecto a la razón por la que Dios nos está explicando el pasaje bíblico de Ezequiel a nosotros, Él dijo lo siguiente:
      "En estos tiempos finales, habrá pocos que vean el Cielo con ojos espirituales y que anhelen estar en el Cielo. Es por eso que estos mensajes les son dados, para que puedan dar a conocer el reino celestial y las demás personas puedan anhelarlo".
      Él continuó diciendo: "También les di este mensaje a ustedes para que las personas puedan comprender cuán organizado es el reino celestial y cuántos mensajeros del Señor están cumpliendo con su tarea en cada área para medir su fe y la cantidad de oración de manera precisa, para que de manera anticipada estén alertados".
      Dios también quiere que pongamos nuestra esperanza en el Cielo.
      Es un hecho claro que su fe está siendo medida.
      2 Corintios 5:10 dice: "Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo".
      Solo imagine que el mensajero del Señor está parado frente a usted con un cordel en su mano en el Juicio Final.
      Por un lado, aquellos que tienen fe enfrentarán ese momento con gran gozo.
      Por otro lado, si su medida de fe no llegó al atajo y usted está a punto de ser sentenciado a la muerte eterna, ¡cuán aterrorizado se sentirá!
      ¡Eso sería una tragedia total!
      Tendremos oportunidades para arrepentirnos mientras respiremos en este mundo, pero en ese momento no habrá más oportunidades.
      No podremos decir que el veredicto ha sido incorrecto, y este jamás cambiará.
      Será así porque la sentencia se emitirá sin la mínima posibilidad de error junto a todas las evidencias de apoyo.
      Ninguno de los que está aquí debería enfrentar ese momento con temor.
      De modo que anhelo que incrementen su fe antes de llegar a ese día.
      Muestren a todos los ojos que los observan el tipo de corazón, palabras y obras que pueden darles el galardón celestial.
      Ruego en el nombre del Señor que en el Día del Juicio ustedes tengan fe más que suficiente para pasar el cordel de salvación, así como la fe suficiente para entrar en la Nueva Jerusalén.


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