• Dios mide nuestra fe (1)

    [Ezequiel 47:1-5]

    08-05-2011 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      Ezequiel 47:1-5
      "[1] Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar. [2] Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente; y vi que las aguas salían del lado derecho. [3] Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. [4] Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. [5] Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado".


      (Introducción)

      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      A partir de hoy, les compartiré la serie de sermones titulada 'Dios mide nuestra fe'.
      Medir es estimar o evaluar por un criterio o estándar para tomar una decisión o juzgar algo.
      Pero la fe no es un objeto visible.
      Entonces, ¿cómo podemos medir la fe?
      Podemos medirla con el criterio que conocemos como 'la Palabra de Dios'.
      En el Día del Juicio, cada persona recibirá el veredicto acerca de la salvación y las recompensas.
      ¿Qué sucedería y ustedes reciben el veredicto de que no tienen la suficiente fe para recibir la salvación?
      Por lo tanto, deberíamos medir nuestra fe de manera precisa para que no tengamos falta de fe para recibir la salvación en la Corte Judicial.
      El tener una noción vaga y pensar: "Creo que recibiré la salvación", no es la manera correcta de llegar a ese día.
      Lucas 18:8 nos dice: "Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?"
      Ahora es el tiempo en el que la venida del Señor está más cerca que nunca.
      Es muy difícil hallar fe que esté en acuerdo con la Palabra de Dios.
      Ahora, ¿pueden ustedes mostrar con toda confianza su fe delante del Señor, y decir que tienen cierta cantidad de fe?
      No solo deberían tener la fe suficiente para recibir la salvación.
      Deberían poseer el tipo de fe con la que, de manera valiente, puedan decir que anhelan la hermosa Nueva Jerusalén.
      Por esta razón, no deberían tener una actitud ambigua acerca de su vida de fe.
      Muchas partes de la Biblia nos hablan acerca de los estándares de la salvación.
      Nos hablan acerca del tipo de fe que nos salvará.
      A partir de hoy, hablaremos de esto una vez más y anhelo que ustedes examinen su fe.
      Ruego en el nombre del Señor, que al hacer esto puedan tener una fe segura para que logren ir por el camino que va al Cielo con esperanza y expectativa, y no con miedo o preocupaciones.


      (Mensaje principal)

      Apreciados hermanos y hermanas en Cristo:
      ¿Hay alguien que piensa lo siguiente?
      "Pastor Principal, el año pasado muchos de los creyentes se arrepintieron de los pecados fundamentales y obtuvieron la fe para recibir la salvación. Además, es un tiempo de bendición en el que el Santuario Canaán está justo en frente de nosotros. Entonces, ¿por qué ahora está predicando este mensaje?"
      Podemos encontrar la respuesta en el libro de Deuteronomio.
      Moisés proclamó la Palabra de Dios en frente del Pueblo de Israel justo antes de hacer su entrada a la tierra de Canaán.
      Deuteronomio 1:5 dice: "De este lado del Jordán, en tierra de Moab, resolvió Moisés declarar esta ley, diciendo:", él predicó la Palabra de Dios en la tierra de Moab".
      El registro de lo que él predicó es el contenido del libro de Deuteronomio.
      Esto fue dos meses antes de ir a la tierra de Canaán, justo después de que el ejército de Israel derrotara a dos reyes llamados Hesbón, de la tierra de Sehón, y Basán, de la tierra de Og.
      Los soldados tenía una moral muy alta y el pueblo estaba lleno de expectativas.
      En ese momento, ¿qué tipo de mensaje les predicó Moisés?
      ¿Acaso proclamó bendiciones diciendo: "Ustedes poseerán la tierra de Canaán y disfrutarán de las bendiciones de Dios"?
      ¡No, él no lo hizo!
      Al contrario, él con claridad les enseñó la manera de disfrutar las bendiciones y la manera en la cual ellos recibirían maldiciones al entrar en la tierra de Canaán.
      Al dar un vistazo hacia atrás en el proceso del Éxodo, él les explicó acerca de los mandamientos de Dios.
      Lo más importante en ese entonces fue que todas las personas cumplían con todos los requisitos necesarios para ser el pueblo santo y elegido de Dios.
      Israel es una nación que se estableció sobre un pacto con Dios.
      Dios les prometió que los guiaría a la tierra de Canaán, la cual está 'llena de leche y miel'.
      Dios verdaderamente cumple Sus promesas.
      Pero Él podía cumplirlas solo cuando el pueblo guardaba la ley de Dios, es decir, Sus mandamientos.
      Solo así Dios podía reconocerlos como el pueblo escogido y cumplir Sus promesas.
      Es decir que Él podía darles la tierra de Canaán como su herencia y permitirles residir en ese lugar y disfrutar de bendiciones.
      Moisés conocía este hecho muy bien, y con todo su corazón, una vez más enseñó al pueblo los estatutos principales, incluyendo los Diez Mandamientos.
      Deuteronomio 4:40 dice: "Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre".
      El pueblo aceptó el mensaje con un 'amén' y eventualmente conquistaron la tierra de Canaán por medio de la ayuda de Dios.
      Y mientras guardaron la Ley de Dios, disfrutaron de estabilidad y riquezas en ese lugar.
      Nuestra iglesia también está entrando en un tiempo de bendición en el que las bases del Santuario Canaán se están colocando.
      Por lo tanto, anhelo que ustedes examinen sus vidas una vez más estando en alerta.
      Cuando ingresemos al Santuario Canaán, nuestra iglesia salvará una gran cantidad de almas como una miríada de estrellas, y de manera grandiosa cumplirá con el reino de Dios.
      También recibiremos abundantes bendiciones dadas por Dios.
      Así como el pueblo de Israel recibió su tierra de acuerdo a cada tribu y familia, las bendiciones irán no solo a la iglesia como grupo, sino también a cada individuo.
      Dios ciertamente les retribuirá de acuerdo a cómo prospera su alma y cuánto ustedes han sembrado y actuado delante de Él.
      Pero si no tienen la señal de ser hijos de Dios, es decir, la fe para recibir la salvación, ¿qué significado tendrá para ustedes esta bendición?
      En este caso, tampoco Dios podrá bendecirlos, mas si lo hace, sería solo como una maldición sobre aquellas personas.
      Quizás de manera incorrecta piensen que tienen la fe para recibir bendiciones, y luego, sin hacer nada, conduce su vida de fe sin continuar trabajando en ella.
      Además, si ustedes reciben bendiciones financieras cuando no tienen fe, quizás cometan pecados en lugar de darle gracias a Dios y ser fieles con Él.
      Ninguno de los miembros de esta iglesia tendría que entrar en esta categoría.
      El año pasado, muchos de ustedes fueron perdonados de pecados que eran imperdonables por la misericordia ilimitada y la compasión de Dios.
      Para mi asombro hubo muchas personas, incluyendo bastantes estudiantes que dijeron que no sabían que lo que estaban haciendo era pecado que guiaba a la muerte.
      Dijeron que mientras cometían pecados, no lograban escuchar la Palabra de Dios que estaba siendo predicada, pero ahora pueden escucharla, desde el momento que fueron perdonados de sus pecados por la gracia de Dios.
      Por lo tanto, en calidad de su pastor, he sentido fuertemente la necesidad de enseñarles sobre un criterio para la salvación.
      Anhelo que ustedes entiendan claramente los requisitos de la salvación por medio de esta oportunidad.
      Y anhelo también que todos ustedes puedan desechar todas las obras que no están en acuerdo con la Palabra de Dios en este momento, antes de ingresar al Santuario Canaán.
      Les insto a que desechen la poca voluntad de obedecer los mandamientos.
      Por supuesto, mientras nos preparábamos para el Santuario Canaán, su fe aumentó en gran manera.
      Ahora, al tener fe, no es difícil para nosotros construir el Santuario Canaán y, además, construir el Gran Santuario.
      Podemos simplemente seguir marchando hacia delante.
      Pero no se relajen, más bien tengan en ustedes la señal de ser hijos de Dios.
      ¡Esa señal es la fe!
      Deseo que cada uno de ustedes guarde los mandamientos con fe y que disfruten completamente de bendiciones mientras nos dirigimos hacia el Santuario Canaán.
      Adicionalmente, ruego en el nombre del Señor que ustedes puedan disfrutar bendiciones eternas en el reino celestial en la Nueva Jerusalén.

      Hermanos y hermanas:
      El libro de Ezequiel es el libro de profecía que él escribió luego de ver visiones y escuchar asuntos espirituales.
      Dios le mostró a Ezequiel las cosas que sucederían a Israel y a sus países vecinos.
      De esta manera, Ezequiel profetizó el castigo que recaería sobre Israel y los países vecinos por sus pecados.
      También él profetizó la restauración de Israel.
      A partir del capítulo 40 de Ezequiel, se escribe detalladamente acerca del templo que Ezequiel vio en una visión.
      El pasaje bíblico de hoy menciona el agua fluyendo de debajo del umbral del templo.
      Él vio el agua que salía de debajo del umbral del templo hacia el oriente y salían del lado derecho de la casa, al sur del altar.
      Y fue sacado por el camino de la puerta del norte, y le hicieron dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta de la que mira al oriente; y vio que las aguas salían del lado derecho.
      El agua simboliza espiritualmente la Palabra de Dios.
      Por lo tanto, el agua que salía del templo significa que la Palabra de Dios predicada en el templo salía del mismo hacia todo el mundo.
      En la actualidad, el templo es la iglesia que es el cuerpo del Señor.
      La Palabra de Dios es predicada en la iglesia.
      Los hijos de Dios se reúnen en el santuario, escuchan la Palabra y adoran a Dios.
      Cuando la Palabra de Dios no se queda solo en la iglesia, sino que fluye hacia todo el mundo, suceden cambios en el mundo.
      En consecuencia, los creyentes no deben guardar la palabra solo para ellos como conocimiento sino compartirla a todo el mundo.
      Además, no solo deben poner en práctica la Palabra dentro de la iglesia, sino también en el mundo, es decir, en sus hogares, lugares de estudio o sus trabajos.
      Entonces la vida podrá esparcirse en el mundo que es como un desierto seco.
      La Palabra predicada por los creyentes es como la luz en un mundo oscuro.
      Para poder cumplir con lo escrito en Isaías 11:9 que dice: "...porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar", los creyentes deben cubrir el mundo con el agua de vida, es decir, la Palabra de Dios.
      Para poder lograr esto, primeramente deben estar inmersos por completo en el agua de vida: la Palabra de Dios.
      Luego les explicaré el significado de esto detalladamente, pero significa que nuestra fe debe crecer a la medida completa de Cristo.
      A partir del tercer verso del pasaje bíblico de hoy, vemos que el agua se va haciendo más profunda y finalmente se convierte en un río.
      Vemos que alguien está llevando un cordel en su mano, y mide mil codos y guía a Ezequiel por medio del agua.
      Cuando Ezequiel cruza por primera vez, el agua le llegaba hasta los tobillos.
      Luego el hombre midió otros mil codos más y guío a Ezequiel a través del agua, y esta vez le llegaba a las rodillas.
      Luego, el agua le llegó a los lomos y finalmente, se convirtió en un río que Ezequiel no podía cruzar.
      ¿Cuál es el significado de este suceso?
      Esto simboliza el Juicio del Gran Trono Blanco donde el Señor medirá la fe de cada uno y juzgará a cada individuo.
      Aquí, el varón con un cordel en su mano, hace referencia a un mensajero del Señor.
      Medir mil codos con un cordel es el acto de medir la fe de cada creyente.
      El mensajero del Señor medirá la fe de cada uno con exactitud sin cometer ningún error.
      La profundidad del agua que Ezequiel tuvo que cruzar luego de que el mensajero del Señor midiera, simboliza la medida de fe.
      El nivel de los tobillos es el primer nivel, las rodillas es el segundo nivel y el de los lomos es el tercer nivel de fe. El río que se levantó por encima de la cabeza es el nivel del espíritu, el cuarto nivel o nivel superior de fe.
      ¿Por qué Dios clasifica los niveles de fe de acuerdo a la profundidad del agua?
      Podemos tener una pista en el hecho de que el agua espiritualmente simboliza la Palabra de Dios.
      Esto se debe a que la Palabra de Dios es el estándar de medida con el que se medirá la fe de cada uno.
      Juan 12:48 dice: "El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero".
      Todo lo que Jesús dijo en la Tierra, es la Palabra de Dios.
      En Juan 12:49 leemos: "Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar". Como está escrito, Él proclamó únicamente la Palabra que Dios le dio que hablara.
      El compartió con las personas solo la voluntad de Dios.
      En el Día del Juicio, todos serán juzgados de acuerdo a la Palabra de Dios.
      El Día del Juicio es el día para establecer la cantidad de la medida de fe de cada individuo.
      Y el estándar para medir la fe de cada persona es la Palabra de Dios.
      Una buena consciencia, moral u otras teorías de la filosofía no pueden convertirse en el estándar de medida.
      Debemos ser muy claros en esto.
      Debemos examinar nuestra fe únicamente en base a la Palabra de Dios.
      Entonces, ¿qué fue lo que Jesús nos predicó mientras estaba en la Tierra?
      Juan 12:50 dice: "Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho".
      Como está registrado, Él nos habló acerca del camino de la vida eterna, el camino de la salvación.
      Afirmó claramente que habría el Juicio Final, el Cielo y el Infierno.
      Nos enseñó exactamente cómo podemos ser salvos de acuerdo a la Palabra de Dios.
      Nos enseñó en detalle acerca de lo que es el pecado, y que debemos despojarnos del pecado y convertirnos en hijos santos que se asemejan a Dios.
      Él proclamó solo palabras de verdad y bondad.
      Aquellos que creen en el Señor también creen que todas Sus palabras son la verdad.
      También siguen estas palabras porque creen que son ciertas.
      Tal como Santiago 2:22 dice: "¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?"; la fe es acompañada por las obras.
      Por esta razón, para el Juicio Final, Dios mide cuánto cada persona ha vivido de acuerdo a Su palabra.
      La medida en que cada uno ha puesto en práctica la Palabra de Dios y ha cultivado el corazón de Dios es el estándar por el cual se medirá la fe.
      La escena que acontece en el pasaje bíblico de hoy nos dice que la Palabra de Dios es el estándar para medir nuestra fe.
      El río es el nivel de fe para vivir por la Palabra de Dios de manera completa, que es la plena medida de Cristo.
      Cada uno recibirá el juicio de la salvación como el de la muerte, y también recompensas o castigos.
      Dios mide la fe de cada uno con exactitud.
      Podemos ver esto en el hecho de que el mensajero del Señor midió mil codos antes de que Ezequiel pasara por el agua.
      Les explicaré el significado de esto en el próximo estudio.


      (Conclusión)

      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      Filipenses 2:12 dice: "Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido,... ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor".
      Por lo tanto, hasta que lleguemos al Cielo, constantemente debemos ocuparnos en nuestra salvación.
      Por supuesto, si ustedes entran al espíritu y tienen una fe como el oro puro, no deben ocuparse por su salvación con temor y temblor.
      Pero hasta que ese momento llegue, el enemigo diablo y Satanás intentará detener a los creyentes que están marchando hacia el reino celestial.
      Intentará llevarlos por el camino de la muerte, y no por el de la salvación.
      Ahora, ¿están ustedes en el camino correcto que es el camino de la salvación?
      Tal como Salmos 119:105 dice: "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino", solo la Palabra de Dios puede convertirse en la lámpara y luz que los guiará al Cielo.
      Por lo tanto, anhelo que ustedes escuchen la Palabra de Dios fielmente y corran su carrera de la fe confiando en la Palabra.
      Entonces, ustedes superarán la medida para recibir salvación y rápidamente alcanzarán la plenitud de Cristo.
      Ruego en el nombre del Señor que puedan alcanzar la Nueva Jerusalén con fe perfecta, que reciban gloria y recompensas en la medida completa.


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