• Estudio basado en Génesis (66)

    [Génesis 2:24-25]

    27-05-2011 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      Génesis 2:24-25
      "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban".


      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      Este es el 66º estudio de Génesis.
      En el estudio anterior les expliqué cómo creó Dios a la mujer con una costilla que tomó de Adán.
      Génesis 2:24 dice: "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne".
      Quizás las personas piensen que este verso habla acerca del matrimonio entre un hombre y una mujer.
      No obstante, este verso se menciona en Efesios 5:31.
      Efesios 5:31-32 dice: "POR ESTO DEJARÁ EL HOMBRE A SU PADRE Y A SU MADRE, Y SE UNIRÁ A SU MUJER, Y LOS DOS SERÁN UNA SOLA CARNE. Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia".
      En profunda inspiración el Apóstol Pablo entendió el significado espiritual del verso y confesó que 'grande es este misterio'.
      ¿Cuál es el misterio que el Apóstol Pablo entendió?
      Es el misterio acerca del secreto para alcanzar la salvación.
      "El hombre y la mujer" que Dios menciona en Génesis 2:24 no se refiere solamente al esposo y la esposa en un sentido carnal.
      En un sentido espiritual, se refiere a nuestro Señor Jesucristo y los hijos de Dios que son salvos.
      La Biblia llama a nuestro Señor 'el novio', y a los hijos salvos 'la novia'.
      Los Siete Años de la Fiesta de las Bodas del Señor y las almas salvas, la cual sucederá luego de que el Señor venga en el aire, es también conocida como 'La Cena de las Bodas del Cordero'.
      Apocalipsis 19:9 dice: "Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios".
      El Apóstol Pablo describe el novio y la novia espiritual como 'Cristo y la iglesia'.
      'Cristo' es el Señor, nuestro novio.
      Y la 'iglesia' hace referencia a los hijos salvos de Dios.
      'La iglesia' no significa solo el edificio físico que podemos ver.
      El núcleo verdaderamente importante de la iglesia son los que adoran a Dios en el santuario.
      Todos y cada uno de ellos forman la iglesia, y la congregación es también la iglesia.
      1 Corintios 3:16 dice: "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?"
      Tal como podemos leer, la persona en la que mora el Espíritu Santo es el templo de Dios, que en un sentido espiritual es la iglesia.
      Es por esta razón que 1 Corintios 1:2 dice: "A la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro".
      Es decir que aquellos que han llegado a ser santos (que han sido santificados) en Jesucristo, aquellos llamados santos y aquellos que invocan el nombre del Señor Jesucristo, en otras palabras, los hijos salvos de Dios, ellos son la iglesia de Dios.
      Por lo tanto, cuando Génesis 2:24 dice: "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne", no solo hace referencia al matrimonio entre un hombre y una mujer.
      Deben darse cuenta que este verso contiene el secreto espiritual de la relación entre Jesucristo y aquellos que son las almas salvas.
      Ahora, ¿cuál es el secreto de la relación entre Jesucristo y los hijos salvos de Dios?
      Antes de conocer a Jesucristo, éramos esclavos del pecado.
      Es así como Jesús dijo en Juan 8:34: "De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado".
      Ahora, el padre de aquellos que son esclavos del pecado es el enemigo diablo el cual gobierna el mundo.
      Jesús también dijo en Juan 8:44: "Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer".
      1 Juan 3:8 también dice: "El que practica el pecado es del diablo...".
      Antes de que el pecado sea perdonado por parte de Jesucristo, todos son pecadores que pertenecen al diablo, el amo de las tinieblas.
      Cuando las personas aceptan a Jesucristo y son perdonadas de sus pecados, entonces dejan de pertenecer al diablo.
      Ya no son hijos del diablo y tampoco son pecadores.
      De la misma manera que un hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, ellos dejan al amo de las tinieblas y se unen para convertirse en uno con el Señor, el novio.
      Y reciben el derecho de convertirse en hijos de Dios.
      Es como dice Juan 1:12: "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios".
      Además, Gálatas 4:6 dice: "Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!"
      Dios ha enviado al Espíritu Santo a aquellos que han aceptado al Señor como su Salvador y les ha permitido llamarlo '¡Abba, Padre!'
      Es de esta manera que se convierten en hijos de Dios y son herederos de Su Reino.
      Como continúa diciendo Gálatas 4:7: "Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo".
      Antes de aceptar al Señor, mientras viven en pecado, son hijos del diablo que eventualmente heredan el Infierno por medio de su padre, el diablo.
      Por otra parte, si ellos aceptan al Señor y se convierten en hijos de Dios, podrán heredar el Cielo de parte de Él.
      Por consiguiente, el verso que dice: "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne", contiene el secreto del 'cultivo de la humanidad y la salvación'.
      Así como Dios el Padre creó a la mujer como ayuda idónea para Adán, Él albergó el secreto del cultivo de la humanidad en Su corazón.
      El Apóstol Pablo se dio cuenta de eso, por lo tanto dijo que 'el misterio era grande'.
      Nosotros podemos recordar los días, desde el momento en que nacimos hasta hoy, en tan solo un instante.
      Podemos dar un vistazo a través de ellos incluso en un minuto.
      Cuando Dios creó a la mujer se dio algo muy similar: Él fue capaz de pensar sobre la Providencia del cultivo de la humanidad y la salvación que dirigiría en el futuro, en un instante.
      Claro está que toda la Providencia ya había sido puesta en el corazón de Dios el Padre incluso antes de comenzar con la obra de la Creación.
      Él ya conocía de antemano que Adán cometería pecado y sería sacado del Huerto del Edén, y que los seres humanos necesitarían un Salvador, y así Él preparó de antemano el camino de la salvación.
      En un sentido literal esta oración es muy sencilla, pero en realidad contiene el más asombroso y hermoso secreto de bendición para los hijos de Dios.
      Por lo tanto, ustedes deberían dar gracias y cantar alabanzas por siempre y para siempre a Dios quien los bendijo para que puedan escuchar este secreto asombroso y alcanzar la salvación.

      Amados hermanos y hermanas:
      Ustedes deben comprender con mayor profundidad acerca del hecho que, al haber aceptado al Señor, se han unido con Él para llegar a ser uno.
      Hay muchos esposos y esposas en el mundo, pero el grado en que sus corazones están unidos es muy diferente entre ellos.
      De la misma manera, el grado en que ustedes sean uno con el Señor es también diferente al de otra persona.
      No pueden llegar a ser uno plenamente con el Señor solo porque quizás hayan confesado con sus labios que creen en el Señor.
      Desde el instante que han aceptado a Jesucristo como Salvador, comienzan a ser 'uno con el Señor'.
      Al punto que su corazón cambie en la verdad, podrán ser uno con el Señor de manera más perfecta.
      Jesús dijo en Juan 17:23: "Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad...".
      El 'Yo' mencionado en este verso hace referencia a Jesús, quien es la Palabra hecha carne que vino al mundo.
      'Yo en ellos' significa que la Palabra está en ellos.
      Para permitir que la Palabra de Dios 'esté dentro de ustedes', no deben hacer de ella un mero conocimiento, sino que también deben cultivarla en espíritu en su corazón.
      Cuando ustedes hacen de la Palabra de Dios su pan espiritual, podrán llegar a ser perfectos y uno con el Señor.
      Si ustedes cultivan la Palabra de Dios en sus corazones el 30%, llegan a ser uno con el Señor en un 30%.
      Si hacen de la Palabra de Dios su pan en un 50%, llegan a ser uno con el Señor a ese punto.
      Si de la Palabra hacen su pan al 100%, son uno con el Señor al 100%.
      Por supuesto, el hecho de que ustedes lleguen a ser uno con el Señor al 100% no significa que son iguales a Él.
      Más bien significa que no tienen en ustedes maldad, sino que poseen solo bondad y amor en sus corazones, y a este nivel ustedes se asemejan de manera perfecta al Señor.
      Este tipo de persona es aquella que está en perfecta unidad con el Señor.
      Ahora, Jesús dijo en Juan 15:7: "Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho".
      Si alguien que ha llegado a ser uno con el Señor pide algo que desea, obtendrá una respuesta de parte de Dios.
      Yo experimento estas palabras todo el tiempo.
      No importa lo que yo pida, siempre obtengo una respuesta de parte de Dios.
      En muchas ocasiones, aún antes de pedir, Dios conoce de antemano lo que necesito y me lo da.
      Ruego en el nombre del Señor que cada uno de ustedes pueda disfrutar este tipo de gozo y bendición.


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