• Estudio basado en Génesis (67)

    [Génesis 2:25]

    03-06-2011 | Rev. Jaerock Lee

    • Escritura

      Génesis 2:25
      "Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban."


      Este es el estudio No. 67 de Génesis.
      Génesis 2:25 dice: "Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban".
      Este verso nos dice qué tipo de lugar era el Huerto del Edén donde Adán y Eva solían vivir.
      También implica qué tipo de corazón tenía el hombre antes de que el pecado entrará en él.
      Adán y Eva fueron creados como seres vivientes, y solo tenían el conocimiento del espíritu, el cual es la Verdad.
      No tenían la naturaleza pecaminosa en sus corazones en lo absoluto.
      Lo mismo pasa con todos los descendientes que Adán y Eva tuvieron en el Huerto del Edén.
      Por lo tanto, aunque todos estuvieran desnudos, no sentían vergüenza.
      Aun cuando veían a una persona del sexo opuesto, no cometían adulterio en sus pensamientos o corazón.
      Supongamos que ustedes tienen bebés que gatean y están desnudos y juegan juntos.
      Son niños y niñas.
      Aunque ellos se toquen no tienen ningún tipo de sentimiento.
      Aunque ellos tengan lujuria por naturaleza, no cometen adulterio.
      Esto se debe a que sus almas no están en completo funcionamiento.
      Aunque ellos vean a otros niños, no sienten vergüenza, y tampoco cometen adulterio.
      Si las personas sienten vergüenza al ser vistos desnudos, es en realidad una obra del alma.
      Cuando son niños pequeños y sus almas no están en su completo funcionamiento, no sienten vergüenza ni ofuscación.
      Sin embargo, cuando crecen llegan a entender que es 'normal ponerse ropa', y que 'no es correcto estar sin ropa'.
      Al mismo tiempo, el conocimiento de la falsedad ingresa junto con los sentimientos; la lascivia crece en su naturaleza.
      Cuando ven a otras personas desnudas, su lasciva crece y comienzan a tener pensamientos y corazones adúlteros.
      Luego de que Adán y Eva comieron del árbol del conocimiento del bien y del mal, sus almas comenzaron a trabajar y sintieron vergüenza al verse desnudos.
      Por lo tanto, se cosieron hojas de higuera y cubrieron sus cuerpos.
      El tercer capítulo de Génesis explica muy bien cómo las obras de la carne del alma comenzaron a suceder.
      Cuando lleguemos a ese capítulo les explicaré esto detalladamente.
      Por ahora ustedes deben conocer el estado del corazón de Adán y Eva antes de cometer pecado y acerca de la vida en el Huerto del Edén.
      Es decir que no tuvieron ningún problema aunque vivieron sin ropa ya que no tenían naturaleza pecaminosa, menos aún la característica pecaminosa del adulterio.
      Ya que no tenían odio ni envidia, no discutían ni peleaban.
      Debido a que no tenían ambición o motivos egoístas, no había ladrones o estafadores.
      En vista de que no había ninguna clase de mal, la violencia o asesinatos nunca sucedían.

      Amados hermanos y hermanas:
      Los hijos de Dios deben retornar al corazón puro y limpio que Adán y Eva solían tener en el Huerto del Edén.
      Al desechar completamente la naturaleza pecaminosa de sus corazones, no deberían cometer adulterio, no solo en acción sino también en sus corazones.
      Es debido a que Mateo 5:28 dice: "Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón".
      En los días del Antiguo Testamento, solo cuando las personas cometían pecado con sus acciones podían ser acusadas de adulterio.
      Desde el momento que el Espíritu Santo entra al corazón de cada persona, cuando ve a otra persona con deseos de lujuria, ya ha cometido adulterio en su corazón.
      Por medio de la ayuda del Espíritu Santo, los hijos de Dios pueden sacar la raíz de la naturaleza pecaminosa de sus corazones.
      Pueden ser completamente libres de la lascivia de la carne, la lujuria de los ojos y la vanagloria de esta vida.
      De hecho, la lascivia, el deseo por el dinero y la arrogancia son las raices más profundas de las naturalezas pecaminosas.
      No importa cuán profunda sea la raíz, los hijos de Dios deben arrancarla, y esto es solo posible con la ayuda del Espíritu Santo.
      Deben hacer un esfuerzo por sí mismos.
      Deben primeramente apartarse de la fuente de lujuria de sus ojos.
      Yo les conté del incidente que sucedió cuando era un cristiano recién convertido.
      En 1974, cuando conocí al Señor, tenía muchos pósters de mujeres sexualmente atractivas pegados en la pared.
      Sin embargo, luego de conocer al Señor me deshice de todos.
      Luego de conversar con mi familia, tomamos la decisión de ya no ver televisión.
      Deseé llegar a ser santo por medio de la Palabra y de la oración.
      Corté por completo toda falsedad que pertenecía al mundo y aprendí solo las cosas que correspondían a la Verdad. También acumulé oraciones fervientes.
      En consecuencia, entré al espíritu en solo tres años.
      Si ustedes obedecen la Palabra predicada desde este altar, rápidamente pueden entrar al espíritu.
      Desde el inicio de esta iglesia les he hablado sobre las reglas básicas que debemos seguir entre hombres y mujeres.
      Por ejemplo: un hombre y una mujer que no son esposos, no deben ir solos en el mismo automóvil ni permanecer en una habitación cerrada.
      Un hombre y una mujer no deben cometer ninguna obra de la carne antes de casarse.
      No deben darse a la pornografía.
      Esto se debe a que la lujuria puede nacer debido a la lujuria de los ojos.
      Jamás deben hacer lo que la Palabra dice que no hagan.
      Más bien deben orar fervientemente para despojarse del conocimiento de falsedad y los sentimientos carnales previamente aprendidos.
      Si ustedes se ven envueltos en un ambiente desfavorable en contra de su voluntad, deben controlar la obra del alma para que esta obre de manera espiritual.
      Los hijos de Dios pueden controlar la obra del alma con su espíritu con la ayuda del Espíritu Santo.
      Si se esfuerzan por desechar la carne mientras aman a Dios y ejercen dominio propio, podrán vencer el deseo de la carne.
      Por la gracia de Dios el Padre y el amor del Señor, ciertamente podrán cambiar.
      Aunque desechen solo la lujuria, el amor espiritual puede llenar sus corazones.
      Ya sea que las almas sean o no del sexo opuesto, simplemente se verán como almas preciosas.
      1 Timoteo 5:2 dice: "[Consideren] a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza".
      Tal como lo indica el verso, pueden tratar a cualquier alma con un corazón completamente puro.
      Actualmente muchos de ustedes están alcanzando el espíritu.
      Sin embargo, no deben sentirse a gusto hasta que hayan desechado la carne totalmente.
      No se sientan confiados ni digan: "¡He desechado todo!"
      No deben sentirse confiados hasta que Dios los reconozca.
      Esto se debe a que Dios examina el corazón del hombre con precisión.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      Permítanme hablarles sobre una escena de la vida en el Huerto del Edén.
      ¿Cómo se conciben los bebés en el Huerto del Edén?
      Un hombre y una mujer hacen el amor y así se concibe un niño en el Huerto del Edén.
      No obstante, hay una diferencia con este mundo.
      En la Tierra, el período fértil es limitado de acuerdo al ciclo de menstruación de la mujer.
      En el Huerto del Edén no existe aquel límite.
      Esto se debe a que la condición del cuerpo se puede ajustar de acuerdo a la voluntad del hombre.
      Asimismo, en el Huerto del Edén se concibe un bebé con la unión del espermatozoide del hombre y el óvulo de la mujer.
      Un espermatozoide y un óvulo se producen en los cuerpos únicamente cuando se desea tener un bebé.
      Después de hacer el amor se concibe el niño.
      Por lo tanto no existe el período de fertilidad, pues pueden tener bebés en cualquier momento que deseen.
      Por cierto, no es que un bebé se concibe cada vez que un hombre y una mujer hacen el amor.
      Un niño se concibe únicamente cuando el esposo y la esposa lo desean.
      Además, una vez que nace el bebé, todas las impurezas del cuerpo de la madre se disuelven y desaparecen.
      Como dije antes, el cuerpo obedece perfectamente al corazón en el Huerto del Edén.
      Por otro lado, en este mundo es probable que el cuerpo no siga los deseos del corazón.
      Esto se da ya que el cuerpo está controlado en el nivel de la carne.
      ¿Han pensado alguna vez cuán bueno sería que nuestro cuerpo no se agote sino que se mantenga activo todo el tiempo?
      ¿Acaso no han pensado cuán maravilloso sería que nuestro cuerpo se refrescara con solo un corto descanso?
      Los seres vivientes que no están en el espíritu o espíritu completo pueden controlar sus cuerpos según deseen.
      Los hijos de Dios que reciben el Espíritu Santo también pueden superar el límite de la carne.
      Claro está que esto ocurre solo después de entrar al espíritu cuando se puede controlar el cuerpo en el nivel de espíritu.
      Aun así, incluso después de esto, si se recibe la llenura del Espíritu Santo, se podrá controlar el cuerpo en el nivel del espíritu.
      Les expliqué sobre esto cuando prediqué el mensaje sobre 'la semilla de vida'.
      Además de eso, si el espacio espiritual es colocado en su cuerpo físico por la gracia especial de Dios, pueden tomar lugar las cosas que van más allá de la justicia de la carne.
      Los nervios, órganos y sistemas del cuerpo pueden funcionar activamente.
      Las partes enfermas pueden ser sanadas y las partes débiles o dañadas también pueden normalizarse.
      Ustedes podrán ver este tipo de obras en las próximas reuniones de sanidad divina.
      Si ustedes desean ser sanados de enfermedades, prepárense para ello con corazón y oraciones llenas de anhelo.
      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      En base a Génesis 2:25, les expliqué sobre la mente de Adán y Eva antes de cometer pecado.
      Las personas en el Huerto del Edén no tienen maldad en el corazón en lo absoluto.
      Sin embargo, un hijo de Dios que recibe el Espíritu Santo puede tener un corazón aun mejor.
      Pueden llenar su corazón, que es puro y sin maldad en lo absoluto, con bondad y amor espiritual.
      En otras palabras, pueden tener el corazón del espíritu completo.
      Ruego en el nombre del Señor Jesucristo que ustedes lleguen a ser aquellos hijos de espíritu completo, así como de agrado a Dios el Padre.


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