[Ezequiel 47:1-5, Éxodo 20:8, Malaquías 3:8]
19-06-2011 | Rev. Jaerock Lee
Pasajes
Ezequiel 47:1-5
"Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar. Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente; y vi que las aguas salían del lado derecho.Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado".
Éxodo 20:8
"Acuérdate del día de reposo para santificarlo".
Malaquías 3:8
"¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas".
[Introducción]
Este es el 6º estudio de la serie 'Dios mide nuestra fe'.
Como ustedes ya saben, los asuntos de la carne constituyen los pecados que se cometen con los pensamientos, tales como el odio, el juzgar a los demás, la envidia y los celos.
Las obras de la carne conciernen los pecados cometidos con las acciones.
Se necesita un período relativamente significativo de tiempo y cierta cantidad de esfuerzo para despojarse de los asuntos de la carne, pero se puede desechar las obras de la carne fácilmente si se intenta hacerlo con determinación.
Además, si ustedes no se despojan sino que continúan cometiendo obras de la carne, quizás se distancien de la salvación.
Aun más, si ustedes cometen las obras de la carne que están directamente relacionadas con la salvación, no podrán recibir la salvación.
Estas son las cosas que los despojan de la salvación.
Entre las obras de la carne, existen pecados que no pueden ser perdonados, estos son los pecados que llevan a la muerte.
No pueden recibir un espíritu de arrepentimiento por estos pecados, por lo que no podrán arrepentirse de ellos.
Por lo tanto, deben rápidamente desechar las obras de la carne.
Desde el estudio anterior, entre estas obras de la carne, estamos viendo uno por uno los pecados que despojan de la salvación.
En la última enseñanza les hablé primeramente acerca de la idolatría.
En este estudio, entre los pecados que los despojan de la salvación, hablaré acerca del pecado de quebrantar el Día de Reposo y el no diezmar apropiadamente.
Ruego en el nombre del Señor, que cada uno de ustedes pueda examinarse a sí mismo para ver si alguna parte del mensaje aplica a su vida, y si es así, que puedan alejarse de su mala conducta.
[Mensaje principal]
Hermanos y hermanas:
El segundo pecado que despoja de la salvación del cual les voy a hablar, es el de quebrantar el Día de Reposo.
Éxodo 20:8-10 dice: "Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas".
Este es el cuarto de los Diez Mandamientos.
En el Antiguo Testamento, aquellas personas que quebrantaban el Día de Reposo eran ejecutados inmediatamente.
La última parte de Éxodo 31:15 dice: "...cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente morirá".
Podemos comprender con esto que el quebrantar el Día de Reposo recae sobre los pecados que despojan de la salvación.
¿Cuál es la razón?
Quebrantar el Día de Reposo es lo mismo que admitir que ustedes no son parte del pueblo de Dios.
Éxodo 31:13 dice: "Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico". Como menciona el verso, guardar el Día de Reposo como día santo es la señal que muestra que nosotros somos hijos de Dios.
Pensemos en el por qué de esta razón.
En el año 2009 expliqué acerca de esto detalladamente en la serie de mensajes titulada 'Guardar el Día de Reposo como día santo'. Ahora permítanme brevemente tocar una vez más el tema.
Guardar el Día de Reposo como día santo es reconocer la autoridad espiritual de Dios.
Dios creó los Cielos y la Tierra y todas las cosas en ellos y descansó en el séptimo día.
Génesis 2:3 dice: "Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación".
Por consiguiente, guardar el Día de Reposo es mostrar que nuestra fe dice: "Dios creó los Cielos y la Tierra y todas las cosas en ellos, incluyendo a los seres humanos, y Él es el Señor que gobierna sobre todas las cosas".
Por esta razón, el quebrantar el Día de Reposo es igual que admitir que no tenemos relación alguna con Dios.
Pero hoy, aun aquellos que dicen creer en Dios, consideran el guardar el Día de Reposo de manera muy casual.
Algunas personas piensan que en estos tiempos modernos es imposible guardar el Día de Reposo.
Argumentan que la situación en la actualidad es muy diferente a los días del Antiguo Testamento, y que por lo tanto solo podemos guardarlo de acuerdo a la situación actual.
Claro está que no podemos guardar el Día de Reposo de manera exacta como lo hacía el pueblo de Israel en los tiempos del Antiguo Testamento.
Pero si no guardamos las cosas que sí podemos guardar, no lo estaríamos haciendo de acuerdo a las circunstancias actuales; esto es una transigencia.
¿De qué manera nos dice Dios que debemos guardar el Día de Reposo?
Isaías 58:13-14 nos indica: "Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado".
Debemos guardar el Día de Reposo tal como la Palabra de Dios lo menciona, aun en la actualidad.
¡Y ciertamente podemos hacerlo!
Pero, ¿cuál es la situación hoy?
Dios nos dice que debemos desistir de andar en nuestros propios caminos, pero las personas siguen trabajando en el Día de Reposo para su beneficio personal.
Algunos asisten al servicio por un tiempo y luego se van al trabajo.
O se van a un picnic a las montañas o a un parque, o sino van a ver una película o un evento deportivo.
Incluso se complacen con los placeres mundanos con sus hermanos y hermanas de la iglesia.
Luego, obviamente, también compran y venden cosas.
Quizás incluso practican la iniquidad al seguir sus propios deseos.
Hacen todas estas cosas, pero piensan que ellos sí guardan el Día de Reposo por el simple hecho de haber asistido al servicio.
¿Pensará Dios de la misma manera?
Isaías 1:13 nos dice: "No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes".
Aunque vengan a la iglesia y asistan al servicio de adoración, si es que trabajan y disfrutan de las cosas mundanas antes de la iglesia, ya han quebrantado el Día de Reposo.
También están llenos de pensamientos de trabajo o sobre disfrutar y divertirse luego del servicio, entonces, ¿cómo podrán adorar en espíritu y en verdad?
Pienso que ustedes tienen discernimiento con relación a estos casos.
Si aquellos que se reúnen en el nombre del Señor disfrutan de los placeres del mundo en el Día de Reposo, ¿estará Dios con ellos?
Él simplemente apartará de ellos Su rostro, sin mencionar el estar con ellos.
Si de esta manera pasan el Día de Reposo, ¿cómo podrán decir que guardan el Día de Reposo y que tienen fe para recibir la salvación?
En la actualidad incluso las iglesias han tomado la delantera en abolir el Día de Reposo.
Por ejemplo: ya que trabajan 5 días a la semana y descansan el sábado y el domingo, realizan su servicio de adoración los días viernes y dejan que los miembros hagan lo que quieran el fin de semana.
No guardan el Día de Reposo de acuerdo a la voluntad de Dios, sino que pretenden guardarlo de acuerdo a la voluntad de las personas y para su propia conveniencia.
Pero, independientemente de la época y el tiempo, debemos guardar el Día de Reposo como día santo de acuerdo a la Palabra de Dios.
El mandato de guardar el Día de Reposo no fue solo para el pueblo de Israel, quien salió de Egipto, sino para todos los hijos de Dios.
Es un estatuto que debe guardarse independientemente de las épocas.
Por supuesto que en la actualidad Dios no nos castiga como en el Antiguo Testamento solo por haber quebrantado el Día de Reposo.
Aquellos que se encuentran en el primer o segundo nivel de fe, algunas veces lo quebrantan debido a que no comprenden la importancia de guardar el Día de Reposo como día santo o porque tienen una fe débil.
Dios no los castiga inmediatamente.
En los tiempos del Nuevo Testamento guardamos la Ley con nuestros corazones en vez de hacerlo con nuestras propias acciones.
Esto se debe a que nuestro Señor cumplió la Ley con amor.
Por lo tanto, aunque nuestras obras no sean perfectas aún, Dios nos da oportunidades con compasión si tenemos la disposición para guardar el Día de Reposo.
Pero si sobrepasamos el límite del perdón, deben saber que no podremos recibir la salvación.
Si repetidamente quebrantan el Día de Reposo sabiendo que deben guardarlo como día santo y, mientras puedan guardarlo al decidir e intentar hacerlo, entonces esto se convierte en el acto de ignorar la Palabra de Dios.
En este caso, no puede decirse que ustedes creen en Dios o lo veneran.
Anhelo que puedan guardar el Día de Reposo como día santo de acuerdo a la voluntad de Dios y que permanezcan en los límites de la salvación.
¿Hay alguien que siente cada domingo que es difícil guardar todo el día como santo?
Si es así, entonces quizás quiera cambiar su manera de pensar.
Marcos 2:27 dice: "El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo".
Por supuesto que el Día de Reposo es un día en el que servimos a Dios, pero en última instancia está hecho para nosotros.
Es un día que Dios determinó para dar bendiciones a Sus hijos.
Si nosotros creemos en este hecho y lo guardamos santo, Dios nos protege y nos bendice el resto de la semana.
Además el Día de Reposo es un día que Él nos dio para que disfrutemos un verdadero descanso.
Por lo tanto, crea en este hecho y guárdelo santo.
More en el santuario de Dios, tome del pan espiritual, ofrézcale a Dios alabanzas y oraciones y disfrute deleitarse en el Espíritu Santo. ¡Cuán feliz uno puede sentirse con esto!
Ruego en el nombre del Señor que cada uno de ustedes pueda disfrutar este tipo de bendiciones y descanso.
Amados hermanos y hermanas:
En tercer lugar, hablando de los pecados que despojan de la salvación, está el pecado de no diezmar apropiadamente.
En Deuteronomio 14:22 Dios mandó a Sus hijos, el pueblo de Israel, diciéndoles: "Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año".
Malaquías 3:8-9 también menciona cuán serias serán las consecuencias si no se diezma.
"¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado".
Si no damos los diezmos como hijos de Dios, esto es robarle a Él y dice que por esa razón serán maldecidos.
Podemos entender con esto que el no dar los diezmos es un pecado que despoja de la salvación.
Pensemos acerca de por qué es este un pecado que despoja de la salvación en dos aspectos.
Primero: no dar los diezmos, al igual que no guardar el Día del Reposo, es la evidencia de que usted no cree en Dios y, por esta razón, no puede recibir la salvación.
El acto de dar los diezmos implica que reconoce la autoridad material de Dios sobre todas las cosas.
Es decir que reconoce que todas las cosas en este mundo le pertenecen a Dios.
Hageo 2:8 dice: "Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos". Como menciona, todo lo que tenemos y disfrutamos en el mundo le pertenece originalmente a Dios.
En otras palabras, si recibe 10 unidades como ingreso, todas estas 10 unidades en realidad le pertenecen a Dios.
Se reconoce este hecho, ¿por qué sería difícil dar solo una de esas diez unidades?
Es algo muy natural darle a Dios lo que ya le pertenece.
Además Dios no le dice a Sus hijos que den los diezmos porque tenga necesidad de algo.
Él nos ordena que demos los diezmos y las ofrendas para darnos bendiciones y recompensas abundantes en el Cielo.
Malaquías 3:10 nos dice: "Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde".
Esta palabra es tan cierta que incluso nos está diciendo que lo probemos en este asunto.
La razón por la que aún las personas no dan sus diezmos, es porque no creen en Dios o en Su Palabra.
Aquellos que no creen en Dios no pueden entrar a Su reino, el Reino de los Cielos.
Esta es la razón por la que las personas que no diezman no pueden recibir la salvación.
Otra razón por la cual no pueden ser salvos si no diezman, es su avaricia.
El pecado de no dar los diezmos viene originalmente de la avaricia por las cosas materiales.
Algunas personas piensan que no tienen nada o que no tienen lo suficiente para dar los diezmos.
Pero cada persona tiene algún tipo de ingreso económico.
Es más, todos los creyentes tienen algún tipo de ingreso económico.
Si sus necesidades son satisfechas, es decir, si es que tienen algo para comer y para vestirse, significa que Dios les da algún tipo de ingreso.
La verdadera razón por la cual no pueden dar los diezmos es porque tienen avaricia y egoísmo.
Si están dispuestos a dar, entonces orarán a Dios para que puedan dar los diezmos.
Dios también les responderá para que puedan dar.
Algunas personas dicen que darán cuando su situación mejore, debido a que sienten que es un derroche el dar los diezmos en ese momento.
Pero si piensan acerca de esto, en realidad es un pensamiento necio.
Lucas 12:19-20 dice: "Y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?"
Si alguien considera que el dinero es más valioso que la Palabra de Dios, significa que considera que el dinero tiene más valor que Dios y su propia alma.
Si Dios llama el espíritu de esa persona en este momento, a pesar de tener boca, enmudecerá.
Por consiguiente, desechen la avaricia por el dinero y con alegría den ofrendas a Dios.
Ruego en el nombre del Señor para que ustedes puedan estar frente al Señor cuando Él regrese sin tener vergüenza.
Hermanos y hermanas:
Cuando damos los diezmos, tenemos que darlos completos de acuerdo a la voluntad de Dios.
Algunas personas enseñan que dar los diezmos es una condición no para la salvación, sino para la bendición.
Enseñan que pueden diezmar si es que desean recibir bendiciones, pero si es que no quieren hacerlo, esto no afecta su salvación.
Algunas personas malinterpretan la verdad, pero en otros casos conocen la verdad pero temen que los miembros de la iglesia dejen la misma si enseñan la verdad tal como debe ser.
Pero por ninguna razón debemos comprometer nuestros diezmos.
Podemos recibir las bendiciones de Dios solo cuando comprendemos y practicamos apropiadamente la Palabra de Dios.
De esta manera podemos tener una fe viva, es decir, la fe para recibir salvación.
Además algunas personas dicen que al poner énfasis en las obras somos legalistas y que no es correcto.
Dicen que creer en el corazón es importante, y que solo cuenta el corazón.
Pero ¿es esto verdaderamente cierto?
Mateo 6:21 dice: "Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón".
El dar ofrendas a Dios es mostrar que tienen su corazón en dirección a Dios.
También, en Mateo 23:23 Jesús dijo: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello".
Note que en la última parte del verso 23 Él dijo: "Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello". Es decir, el corazón tiene una parte muy importante en guardar la ley, pero no debemos tampoco abolir las obras.
La mayoría de ustedes diezman con gozo que proviene de lo más profundo de sus corazones.
Ustedes apartan sus diezmos en primer lugar cada vez que tienen algún ingreso económico.
También, para dar los diezmos de manera apropiada, no calculan hasta el último centavo para dar exactamente la décima parte de sus ingresos siendo tacaños.
Consideran obsequios y otros tipos de regalos que han recibido y dan más de lo necesario.
De esta manera pueden dar todos los diezmos sin tener que omitir ningún ingreso.
¿Hay alguien que no diezma de esta manera aún?
Incluso si ustedes no lo hacen, en realidad no tienen que preocuparse de que no puedan recibir la salvación mientras están orando y tratando de hacerlo.
Pero si han escuchado la Palabra de Dios por un largo tiempo, y se supone que deben tener una medida de fe significativa, pero aún no han determinado hacerlo, espero que sean alertados con este mensaje.
[Conclusión]
Apreciados hermanos y hermanas:
¿En dónde están poniendo sus corazones?
Espero que no lo estén poniendo en esta Tierra sino en el Cielo.
Las señales más significativas de esto son guardar el Día de Reposo como día santo y dar los diezmos.
Estos dos mandamientos son las medidas más básicas al medir la fe para recibir la salvación.
Por consiguiente, posean la fe para ser capaces de anhelar el Día de Reposo, y con alegría dar los diezmos con agradecimiento a Dios por suplir sus necesidades.
Al hacer esto, ruego en el nombre del Señor que ustedes moren con seguridad y cómodamente dentro de los límites de la salvación.