• Conferencia sobre 1 Juan (24)

    [1 Juan 3: 5-8]

    14-08-2011 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      1 Juan 3: 5-8
      "Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo".


      [Introducción]

      Esta es la 24a sesión sobre la Serie de Conferencias sobre 1 Juan.
      El siguiente versículo 5 dice, "Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él".
      Jesús vino a este mundo hecho hombre para perdonarnos de nuestros pecados.
      Para que alguien perdone los pecados de otro, esa persona no tiene que tener pecado.
      Por ejemplo, supongan que una persona cayó en bancarrota y fue encarcelado.
      Para que alguien pague su deuda, esa persona no tiene que tener deudas.
      Alguien que tiene deudas y está a punto de ir a la cárcel no tiene la capacidad de pagar la deuda de otras personas.
      En la misma forma para pagar el precio de los pecados de otras personas, uno mismo no tiene que tener ningún pecado.
      Pero todos los descendientes de Adán desde su caída son todos pecadores.
      Ellos nacen con el pecado original, y cometen muchos pecados en sus vidas.
      Ellos no pueden redimir a otras personas de sus pecados sin mencionar sus propios pecados. Todos estaban destinados a recibir el castigo del Infierno.
      Dios sabía que esto iba a suceder. Por eso, Él creó un plan de salvación y preparó a Jesucristo desde antes del principio de los tiempos.
      Jesús fue concebido por el Espíritu Santo en el cuerpo de una virgen, por lo tanto Él no es un descendiente de Adán. De esta forma Él no tiene pecado original.
      Él guardó toda la Ley estrictamente desde Su nacimiento, así que no cometió ningún pecado.
      Jesús no tenía pecado y era el Hijo santo de Dios. Pero el enemigo el diablo y Satanás instigó a las personas malas para que lo crucificaran.
      De acuerdo a la ley del reino espiritual, la muerte es el resultado del pecado. Por consiguiente, sin pecados, uno no está supuesto a recibir el castigo de la muerte.
      Pero el enemigo el Diablo y Satanás quebrantó esta ley del reino espiritual al matar a Jesús.
      Como resultado, todas aquellas almas que están unidas con Jesucristo por medio de la fe en Él, son liberadas de la autoridad de la muerte.
      Pero simplemente conociendo el camino de la salvación como conocimiento o simplemente profesando con los labios no significa que ellos están unidos con el Señor.
      Si ellos realmente creen en el Señor y son salvos, tienen que mostrar la evidencia.
      Si ellos realmente creen que Jesús murió a causa de sus pecados, tienen que dejar de pecar.
      Permítanme darles una parábola.
      Hay un niño pequeño criado por una madre soltera.
      Este hijo se relacionaba con malas amistades y empezó a robar algunas golosinas y juguetes. Finalmente fue capturado en acción.
      El dueño de la tienda tenía mal temperamento y empezó a golpear a este niño diciendo que él era el responsable de todos los artículos perdidos en la tienda.
      La madre escuchó estas noticias y corrió hacia la tienda. Ella le imploró al dueño pero él no se detenía. Así que ella tomó la paliza en lugar del niño, cargando a su hijo en sus brazos.
      El dueño de la tienda dijo que pondría al hijo en la cárcel, y la madre pudo finalmente llevar a su hijo a casa después que prometió que ella pagaría por cualquier cosa que se hubiera perdido.
      Ella estaba lastimada en todo su cuerpo pero se llevó a su hijo sin decir una palabra.
      El niño estaba esperando el regaño o el castigo de su madre, pero ella simplemente le preparó una cena caliente sin decir nada.
      Esa noche, el muchacho fingió estar durmiendo, pero escuchó el llanto reprimido de su madre.
      Hermanos y hermanas, si este niño ama a su madre, él nunca robará de nuevo.
      Su madre siempre trabajó duro para criarlo, y él vio como ella fue insultada y golpeada, y como arrodillada rogaba a favor de él. La escuchó llorar toda la noche por causa de él. Y ahora, ¿cómo podría él hacer tal cosa de nuevo?
      ¿Podría él decirle, "Lamento mucho haberte puesto en esa situación. ¡Gracias, te amo mamá!" y luego darse la vuelta y robar de nuevo?
      Si este hijo continua robando incluso después de haber pasado por todo eso y la pone de nuevo en vergüenza, esta madre no tendría esperanza para vivir.
      Incluso los niños inmaduros no harían eso.
      Y hay algunos adultos que deben conocer el deber de los hombres pero continúan cometiendo pecados.
      Ellos derraman lágrimas y oran con agradecimiento diciendo, "Jesús derramó Su sangre y agua y murió en la cruz a causa de mis pecados". Pero cuando vuelven al mundo, simplemente viven en pecado como lo hacían antes.
      Esto significa que ellos no tienen fe.
      Si ellos tienen fe tienen que apartarse de los pecados.
      Al menos tienen que dejar de pecar en acción, las obras de la carne.
      De lo contrario, ¿Donde podemos encontrar la evidencia que ellos aman al Señor quien murió por ellos cargando sus pecados?
      Esto es más bien vituperar la cruz del Señor en lugar de evidenciar amor.
      Por supuesto, aquellos en el 1er o 2o nivel de fe que no conocen la verdad y tienen una fe débil, continúan teniendo obras de la carne.
      Aun cuando luchan para desecharlos, ellos podrán cometer algunos pecados.
      Pero estos niveles son solamente un peldaño para pasar.
      Ellos no han desechado todos los pecados, pero ciertamente conocen que tienen que desecharlos. Y continúan en el proceso de desecharlos, por lo tanto Dios reconoce su fe.
      Pero si ustedes continúan permaneciendo en el 1er o 2o nivel de fe incluso después de mucho tiempo, no podemos decir que tienen fe.
      Si ustedes han llegado al 3er nivel de fe después de haber experimentado la gracia de Dios y deliberadamente cometen pecados siguiendo su lujuria, no pueden recibir salvación.
      El siguiente versículo 6 lo dice también.
      Este dice, "Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido".
      Si ustedes dicen que creen en el Señor y moran en Su gracia pero cometen pecados, esto quiere decir que están mintiendo.
      Mateo 7:21-24 dice, "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. (24) Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca".
      Aun cuando ustedes dicen que creen en el Señor y realizan muchas tareas en la iglesia, continúan sin tener nada que ver con el Señor si moran en pecados y practican la maldad.
      Si el Señor dice en el Juicio, "No te conozco", ¡que cosa tan triste sería!
      Y lamentarse allí en ese momento, será completamente insignificante.
      Yo espero que ustedes conserven en su corazón la gracia del Señor quien sufrió por nosotros y que siempre caminen en la luz.
      Al hacer esto, oro en el nombre del Señor para que ustedes se paren en el trono del juicio de Dios no con miedo y temblor, sino con gozo y confianza.


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