• La justicia, la misericordia y la fidelidad (1)

    [Mateo 23:23]

    11-09-2011 | Rev. Jaerock Lee

    • [Pasaje]

      [Mateo 23:23 (LBLA)]
      "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, y habéis descuidado los preceptos de más peso de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad; y éstas son las cosas que debíais haber hecho, sin descuidar aquéllas".


      [Introducción]

      Este año ha habido una cantidad excepcional de lluvias.
      Muchos granjeros dueños de huertos están preocupados por la cosecha.
      Afortunadamente los frutos han madurado y podemos disfrutar de las fiestas de Chuseok.
      Esto se debe a que Dios nos ha dado la luz del sol.
      Dios el Padre está lleno de misericordia y compasión.
      Además, Él ama mucho a la humanidad.
      Ustedes creyentes que se encuentran en este lugar también aman a Dios e intentan retribuirle por Su amor.
      Sin embargo, ¿saben lo que Dios más quiere de ustedes?
      En este mensaje quiero hablarles de cómo ser verdaderamente fieles en mostrar respeto a Dios el Padre de manera cortés.
      Para hacerles saber de antemano, se trata de cultivar justicia, misericordia y fidelidad.
      En otras palabras, es cultivar un corazón verdadero.
      ¿Acaso no nos es más fácil el hecho de que Él quiera un corazón verdadero más que cualquier otra cosa?
      Hoy ustedes pueden descubrir el secreto y darle gozo a Dios.
      Espero que podamos pasar una próspera fiesta de Chuseok en las bendiciones que Dios nos ha dado como respuesta a nuestras obras.


      [Mensaje principal]

      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      Quizás muchos de ustedes regresen a sus ciudades natales, pero antes de explicarles acerca del pasaje de este día, permítanme contarles una historia acerca de una familia.
      Había una madre que cumplía 60 años.
      Sus hijos se reunieron después de mucho tiempo de no haberse reunido como familia.
      La fiesta de cumpleaños por sus 60 años fue muy especial.
      La mujer había perdido a su marido cuando era una joven, pero crió a sus hijos de manera maravillosa a pesar de haber atravesado muchas situaciones difíciles.
      Y sus hijos hicieron esta fiesta de cumpleaños especial por sus 60 años.
      Cada uno de sus hijos le dio un regalo; algo que ellos consideraban muy precioso.
      Uno de ellos le dio mucho dinero, otro le dio un gran collar y un anillo de oro, un boleto para viajar al extranjero y también comida saludable.
      Sin embargo, la madre vio todos estos regalos en silencio.
      Luego, ella tomó una presa del estofado de pollo que estaba sobre la mesa.
      Esta fue la comida que preparó el último de sus hijos con su esposa, cuyas condiciones económicas eran las peores.
      Todos sus hijos se sorprendieron.
      Ese regalo era el menos agradable debido a que a la madre por lo general no le gustaba comer pollo.
      Pero la verdad del asunto era diferente.
      ¡A ella le encantaba el pollo!
      Antes, para permitirles comer más pollo a sus hijos, les había dicho una mentira piadosa: que si ella comía pollo le daría sarpullido.
      El hijo preparó el estofado de pollo pensando: "Mamá, yo conozco tu corazón. Por favor disfruta de comer cuanto quieras del plato que te gusta".
      La madre aceptó el corazón de su hijo mucho más que cualquier otro regalo.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      Esta es solo una historia del mundo, pero podemos aprender una gran lección espiritual de ella.
      Más que solo las acciones externas de hacer una ofrenda, Dios quiere también nuestro corazón inmerso en ellas.
      Es decir, Dios se regocija por nuestra disposición de comprender Su corazón y querer servirle.
      En Marcos 12:30 podemos ver este tipo de corazón de Dios.
      Jesús dijo: "Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento".
      Jesús dijo que este mandamiento era el más importante de entre todos los mandamientos.
      Pero algunas personas parecen guardar todos los mandamientos, excepto por el mayor de todos.
      El joven rico descrito en Marcos 10 es uno de estos casos.
      Este joven se acercó a Jesús y le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?"
      Jesús le respondió que debía guardar todos los mandamientos.
      Entonces el joven le dijo: "Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud".
      Aquí podemos ver cuán estrictamente el guardó la Ley ya que pudo con valentía decir esto delante de Jesús.
      Jesús también sintió amor por él y le dijo: "Anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz".
      Entonces, ¿dijo el joven 'Amén'... y siguió a Jesús?
      Marcos 10:22 dice: "Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones".
      El joven pensó que él amaba a Dios porque guardaba los mandamientos.
      Pero cuando Jesús le pidió completa devoción a Él, se entristeció y se fue afligido.
      A diferencia de Pedro y los demás discípulos, quienes inmediatamente obedecieron la palabra de Jesús y lo siguieron.
      Los discípulos abandonaron sus botes y sus redes, que eran sus medios para ganarse la vida. Incluso ellos dejaron a sus familias para seguir a Jesús.
      Entonces, ¿cuál fue el problema con este joven?
      Por fuera vivía una vida piadosa, pero en su corazón él se amaba a sí mismo más que a Dios.
      Eventualmente perdió la gloria de convertirse en un discípulo de Jesús.
      ¿Y que hay de ustedes?
      Aquellos que siempre asisten a los servicios de adoración, reuniones de oración y otras reuniones y meditan en la Palabra de Dios, quizás piensen que están viviendo por la palabra de Dios.
      Si conocen muy bien la Palabra de Dios y están en posición de enseñar a los demás miembros, son más propensos a pensar de esta manera.
      Pero algunas de estas personas no tienen un amor por el Señor profundamente en sus corazones.
      Al escuchar este mensaje, espero que puedan medir sus corazones confiando en la voz del Espíritu Santo que viene de lo profundo de sus corazones y no solo por sus acciones externas.
      Anhelo que realmente puedan discernir si en verdad guardan la Palabra de Dios con verdadero amor por Él.
      Al hacer esto, ruego en el nombre del Señor que guarden los mandamientos de Dios con su amor por Él desde ahora en adelante.

      Apreciados hermanos y hermanas en Cristo:
      En el tiempo de Jesús los líderes religiosos judíos guardaban la ley de manera estricta.
      Pero ellos fueron reprendidos y advertidos por Jesús.
      En el pasaje bíblico de hoy, en Mateo 23:23, Jesús severamente advirtió al decir: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, y habéis descuidado los preceptos de más peso de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad; y éstas son las cosas que debíais haber hecho, sin descuidar aquéllas".
      Los escribas y fariseos guardaban de manera muy estricta no solo la ley sino también la tradición de los ancianos.
      También estudiaban la ley y la enseñaban a las personas.
      Guardaban la ley de manera tan estricta que, en el caso de los diezmos, contaban las hojas y tallos de los vegetales.
      Dios les había ordenado que diezmen solo de las cosechas principales, es decir de los granos, los frutos, el vino y el aceite.
      La menta, el eneldo y el comino en este pasaje no pertenecía a ninguna de estas categorías.
      Además se jactaban de que ellos guardaban muy bien los mandamientos de Dios.
      Estudiaban la ley para guardarla de manera literal, pero se olvidaban de la justicia, la misericordia y la fidelidad, las mismas que eran el fundamento espiritual de la ley.
      Jesús señaló abiertamente su codicia, libertinaje y desorden escondido en su hipocresía y los exhortó por aquello.
      Él los comparó con un 'generación de víboras' y con 'sepulcros blanqueados'.
      También los exhortó y les dijo: "vienen (los fariseos) a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces".
      Jesús les hizo un llamado al arrepentimiento.
      Pero muchos de ellos eventualmente participaron en el asesinato de Jesús.
      No se arrepintieron sino que se pusieron en contra de Jesús, por consiguiente, fueron por el camino de la destrucción.
      Oraban a Dios y guardaban estrictamente la Ley, pero no eran salvos.
      Conocían muy bien la Ley, pero no comprendían el corazón de Dios al proporcionarles la ley.
      Ahora, ¿qué es la justicia, la misericordia y la fidelidad, de las cuales Jesús dijo que eran más importantes que las obras de guardar la Ley?
      Aquí, la justicia es seguir las cosas que son correctas.
      En este mundo hay normas para discernir entre las buenas y malas acciones, tales como la moral o las normas sociales.
      Algunas personas siempre eligen el lado correcto de acuerdo a sus normas.
      No causan daño a su prójimo, y no hacen nada vergonzoso.
      Por supuesto, los hijos de Dios escogerán el camino correcto de acuerdo a la Ley de Dios y las normas de justicia.
      Esto se debe a que a veces las normas del mundo no están en acuerdo con las de Dios.
      Los fariseos y escribas eran muy justos en lo externo, de acuerdo a las normas de la Ley.
      En su obrar, ellos guardaban los mandamientos de Dios de manera muy estricta.
      Sin embargo, por dentro, ellos siempre pensaban cómo podían recibir reconocimiento y respeto de las personas.
      Eran hipócritas porque solo querían aparentar que eran justos delante de las personas.
      Es decir, sus corazones estaban llenos de injusticia.
      Acerca de esto, en Mateo 23:5-7 Jesús dijo lo siguiente:
      "Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí".
      Las 'filacterias' eran dos cajas pequeñas de cuero usadas por los hombres judíos, que contenían rollos de pergamino con pasajes de las Escrituras escritos en ellos.
      Los fariseo hacían filacterias más grandes y las cargaban en ellos para mostrar que eran piadosos.
      En otras palabras, cargaban 'Biblias más grandes' que las demás personas.
      Además, cuando ayunaban, retorcían sus rostros para que las demás personas lo sepan.
      Por fuera parecía que meditaban en la Palabra de Dios, oraban y ayunaban.
      Sin embargo, en sus corazones no tenían justicia, que es la disposición de seguir lo que es correcto.
      ¿Y qué sucede con los creyentes?
      ¿Sus acciones son para guardar la ley, no es cierto?
      A pesar de ello, les insto a examinar si es que ustedes están guardando la palabra para aparentar justicia a los ojos de las personas sin ustedes darse cuenta.
      Por ejemplo: en la iglesia siempre son amables y gentiles con los creyentes, pero en su hogar se enojan.
      Toman la iniciativa en realizar trabajos voluntarios en la iglesia, pero no quieren limpiar su casa.
      Han escuchado los mensajes acerca de la bondad, el amor, los frutos del Espíritu Santo e incluso toman nota de ellos, pero no los ponen en práctica en sus propias vidas.
      Quebrantan la paz y van en busca de su propio beneficio.
      Pero les gusta ser reconocidos por los demás y que digan de ustedes: "Tienen gran fe".
      Esto no es justicia verdadera.
      Aquellos que practican la justicia delante de Dios obrarán de igual manera independientemente de las situaciones o circunstancias.
      Aunque las personas los vean o no, o aunque estén o no en una posición alta, o aunque sea de beneficio o perjudicial para ustedes en ese momento, simplemente siguen lo que es correcto de acuerdo a la Palabra.
      Esto se debe a que ustedes siempre están consientes de agradar a Dios y no a los hombres.

      Hermanos y hermanas:
      A veces aprendemos una lección de las tres pruebas que atravesamos en los años 1998 y 1999.
      En aquel entonces, aquellos que dejaron a Dios fueron los que adornaron por fuera su apariencia para ser reconocidos por los demás.
      ¿Y cómo es ahora que muchos miembros de la iglesia se han parado en la roca de la fe y se han sumergido en el espíritu?
      Como hijos verdaderos de Dios y obreros espirituales, han guardado la Palabra de Dios para ser reconocidos por Él y no por los demás.
      Ustedes viven por la Palabra de Dios debido a que aman vivir en la bondad y asemejarse a Dios.
      Anhelo que cultiven justicia en sus corazones y que lleven una verdadera vida en justicia.

      Hermanos y hermanas:
      Luego, la misericordia hace referencia al amor y la generosidad.
      Ustedes pueden guardar la ley de una manera que sea de agrado para Dios solo cuando tienen amor y generosidad en sus corazones.
      Primero, deben tener amor por Dios.
      Por ejemplo: cuando dan sus diezmos y ofrendas, si no aman a Dios solo pueden hacerlo con un sentido de responsabilidad. Dar los diezmos solo se convertirá en una molestia para ustedes.
      O, solo puede convertirse en hipocresía, al igual que los fariseos que pensaban que al dar los diezmos eran confiables.
      El verdadero diezmo solo se puede dar cuando se lo hace con amor proveniente del corazón mientras se agradece a Dios por proveer ingresos.
      Es así como se puede guardar la Ley verdaderamente.
      Jesús lamentaba que los fariseos y los escribas no tuvieran este tipo de amor.
      Para poder guardar completamente la Ley, ustedes deben tener amor por su prójimo así como por Dios.
      En Juan 8 los escribas y fariseos trajeron a una mujer la cual acusaban ante Jesús.
      Juan 8:4-5 dice: "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?"
      Era lo correcto apedrearla de acuerdo a la Ley del Antiguo Testamento.
      Pero en el corazón de ellos solo había la astucia para probar a Jesús y para que ella recibiera condenación.
      Ellos no tenían ningún rastro de misericordia o compasión de Dios hacia los pecadores.
      Por lo tanto, si ustedes guardan la ley con este tipo de corazón, ¿estará complacido Dios con ustedes?
      Cuando los creyentes débiles en la fe que están en los grupos de misiones o zonas cometen pecado, ¿qué tipo de actitudes tienen hacia ellos?
      Yo no creo que ustedes se quejen y digan: "¿Por qué cometen pecados y nos hacen pasar un momento difícil a nuestra misión y zona? Deseo que se vayan a otra zona".
      Yo creo que ustedes desean que ellos se arrepientan y se alejen del pecado y que juntos puedan ingresar a la Nueva Jerusalén.
      Dios quiere salvar hasta la última alma.
      Además, si ustedes tienen este tipo de rastro del amor de Dios, tendrán misericordia con aquellas almas.
      Santiago 2:13 dice: "...la misericordia triunfa sobre el juicio".
      De acuerdo a la ley, los pecadores debían morir.
      Sin embargo, Dios nos perdona de nuestros pecados mediante el sacrificio de Su Hijo unigénito, Jesús.
      Él nos mostró el amor que sobrepasa la justicia.
      Si nosotros cultivamos completamente misericordia en nuestros corazones, guardaremos la ley de Dios y solo seremos bondadosos con nuestro prójimo.
      Es porque amamos a nuestro prójimo.
      Si ustedes piensan de la siguiente manera: "Soy relativamente un buen obrero con buena fe viviendo por la Palabra de Dios", entonces quiero que una vez más examinen sus vidas.
      ¿En realidad aman ustedes a su prójimo?
      En Lucas 10 encontramos la parábola que Jesús habló acerca del buen samaritano.
      Un hombre fue asaltado y dejado casi muerto sobre el camino.
      Algunos sacerdotes y levitas lo vieron, pero simplemente lo ignoraron, ni siquiera lo ayudaron.
      Pero un samaritano tuvo compasión de él y lo cuidó con su propio dinero y tiempo.
      Jesús preguntó cuál de estas tres personas era el verdadero prójimo del hombre que fue asaltado.
      Los sacerdotes y levitas conocían muy bien los mandamientos.
      Pero los samaritanos eran considerados pecadores, y los judíos ni siquiera hablaban con ellos debido a que su sangre se había mezclado con la de los gentiles.
      Mas ante los ojos de Dios, ¿quién pensaría Él que guardó la ley y fue un buen prójimo del hombre que fue asaltado? ¡Obviamente el Samaritano!
      Anhelo que todos ustedes puedan sentir amor en sus corazones de igual manera que el samaritano.
      Ruego en el nombre del Señor que al guardar los mandamientos, Su amor pueda ser entregado a Dios y a su prójimo.


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