• Deficiencias del cuerpo (1)

    [Filipenses 4:8-9]

    25-09-2011 | Rev. Jaerock Lee

    • [Pasaje]

      [Filipenses 4:8-9]
      "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros".


      [Introducción]

      Dios quiere que Sus hijos lleguen a ser perfectos como Él es perfecto.
      Además quiere que se adornen a sí mismos como novias del Cristo sin mancha alguna, simplemente como las novias del mundo que se adornan a sí mismas de forma hermosa para encontrarse con su novio.
      Filipenses 4:8 dice: "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad".
      Para poder convertirnos en novias perfectas del Señor, debemos ser hermosos en todas nuestras obras y palabras. Debemos ser dignos de ser elogiados por los demás.
      Pero en algunas ocasiones, incluso aquellos que al parecer llevan una vida cristiana fiel tienen algunas manchas en las actitudes del corazón o en sus palabras o acciones.
      Algunos de ellos no tienen las maneras del Señor por falta de conocimiento o experiencia.
      En otras palabras, estas son deficiencias del cuerpo que he explicado en la serie de estudios titulada 'Espíritu, alma y cuerpo'.
      Si esta deficiencia es seria, quizá no dispongan de la habilidad de entender la Palabra de Dios que escuchan.
      Aunque la entiendan mentalmente, quizá carecen de la fuerza para llevarlo a la práctica.
      Quizá intenten sumergirse en el espíritu, pero su crecimiento espiritual es lento. En muchos casos esto se debe a las deficiencias del cuerpo.
      En la pasada conferencia de liderazgo expliqué que una de las razones principales por las que no pueden adentrarse en el espíritu, a pesar de haber alcanzado más del 80% del tercer nivel de fe, constituyen en las deficiencias del cuerpo.
      (Tres razones principales: auto-engaño, deficiencias del cuerpo y arrogancia)
      Incluso algunos hombres de espíritu no pueden sumergirse al espíritu completo lo suficientemente rápido por causa de las restantes deficiencias del cuerpo.
      Ahora, ¿cómo se forman las deficiencias del cuerpo y de qué manera se demuestran en lo externo?
      Asimismo, ¿cómo podemos superar las deficiencias del cuerpo y sumergirnos pronto en el espíritu y espíritu completo?
      Ruego en el nombre del Señor que ustedes sean novias del Señor e hijos de Dios sin mancha y perfectos para que puedan emitir la luz.


      [Mensaje principal]

      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      Para poder entender las deficiencias del cuerpo, primeramente examinemos la definición de los términos.
      Las deficiencias del cuerpo hacen referencia al estado en el que se carece de las habilidades básicas porque no se ha pasado por las fases necesarias en el proceso de crecimiento.
      Esto quizá suene difícil; permítanme dar más detalles al respecto.
      Una vez que ha nacido una persona, atraviesa muchas fases en su crecimiento hasta convertirse en un adulto maduro.
      Pasa por la infancia, la niñez y la adolescencia; en cada fase hay cosas generales que debe aprender.
      Si no pasa por una de estas fases con normalidad, quizá carezca de la habilidad de pensar o actuar apropiadamente. Sus emociones quizá sean diferentes a las de las demás personas.
      Por ejemplo: cuando muchas otras personas se conmueven y derraman lágrimas, ella tal vez no sienta nada y no logre llorar.
      Esta persona posiblemente haga algo por lo que los demás se sentirían avergonzados y culpables, pero ella no sentirá nada.
      A lo mejor no tenga consideración por la situación o condiciones de las personas a su alrededor. No podrá identificarse con los pensamientos y emociones de los demás, por lo que pensarán que no es fácil comunicarse con ella.
      Es muy egoísta en todo aspecto y difícilmente puede reconocer los sentimientos o pensamientos de la gente.
      Cuando se requiere que siga ciertas reglas en un grupo, no puede adaptarse a aquella situación, mientras que los demás lo hacen con facilidad.
      Posiblemente carezca de paciencia, determinación o fuerza de voluntad y no logrará terminar nada de lo que debe hacer.
      Claro está que puede haber muchas razones para todos estos casos, pero una de las principales es que este tipo de persona no pasó por las cosas que uno debe experimentar en el proceso de crecimiento.
      Por eso desarrolla una deficiencia en sus pensamientos, emociones o habilidad para desarrollar una tarea.
      En los estudios de 'Espíritu, alma y cuerpo' expliqué las tres fases del proceso por el que se debe atravesar en el crecimiento.
      Estas son: ver, sentir y actuar.
      La fase en la que se 've' no implica solo ver con los ojos. Se entra en contacto con las cosas externas por medio de los cinco sentidos.
      La siguiente es la fase de 'sentir'.
      En esta fase se desarrolla ciertos tipos de sentimientos respecto a lo que se ve, escucha y experimenta y se almacena esa experiencia y sentimiento en la memoria.
      En la fase relativa al 'actuar' se utiliza los pensamientos y fuerza de voluntad para decidir algo y hacerlo.
      Si se saltan cualquiera de estas fases o si las experimentan de manera anormal, quizá tengan problemas más adelante, una vez que han madurado.
      A esto se le llama 'deficiencias del cuerpo'.
      En otras palabras, si no han visto lo que debían ver, si no han sentido lo que debían sentir y si no han hecho lo que debían hacer en cierta fase del crecimiento, se desarrolla una deficiencia.
      Por supuesto que cada fase no se puede dividir con claridad como si se la cortara con un cuchillo.
      Deben ver, escuchar y aprender en la fase del 'sentir' y también deben ver y sentir en la fase de 'actuar'.
      Lo importante es que deben experimentar las cosas que tienen que ver, sentir y hacer en cada fase del crecimiento del hombre.
      Para poder entender acerca de las fases de ver, sentir y actuar permítanme darles un ejemplo de lo que es poner las cosas en orden.
      Quienes han sido educados en un ambiente de orden desde su temprana infancia, naturalmente aprenderán a poner las cosas en orden.
      Se les enseña que no deben dejar desordenados sus alrededores, y quizá sean elogiados cuando ponen las cosas con orden en el lugar correspondiente.
      Así que llegan a tener el sentimiento de que es sucio e incómodo el hecho de no dejar las cosas en su lugar correcto, pero es ordenado y conveniente dejar las cosas en orden.
      No consideran la limpieza como algo aburrido, sino como natural y algo que deben hacer.
      Asimismo, ya que lo hacen por sí mismos, desarrollan la habilidad de mantener limpio su entorno.
      Cuando limpian su armario o los cajones del escritorio, aprenden a poner adecuadamente las cosas en su lugar correcto de acuerdo a su uso, tamaño o color.
      Por el contrario, ¿qué tal si se educan en ambientes que no son limpios ni ordenados?
      Tienen un problema en la fase de 'ver'.
      Desde su niñez las cosas han estado desparramadas por todo lado, pero nadie las levanta. Así que ni siquiera saben que sus habitaciones están desordenadas y que deben ordenarlas.
      Además, ya que no experimentan la fase de 'sentir', no aprenden a pensar que les desagrada el desorden y que vivir en ese entorno es difícil.
      Simplemente se adaptan a su entorno.
      Es más, si alguien les dice que pongan las cosas en su lugar correcto y que mantengan limpios los alrededores, les es difícil hacerlo.
      Aunque han pasado por las fases de 'ver' y 'sentir', quizá desarrollen una deficiencia del cuerpo si no pasan por la fase de 'actuar'.
      Supongamos que la madre limpia siempre la habitación de su niño.
      El niño se educa en un ambiente limpio, pero ya que jamás lo ha hecho por sí mismo, no tiene la habilidad para mantener limpias las cosas.
      Con regularidad deja cosas en cualquier lugar después de usarlas. Amontona las cosas en los cajones, sobre el escritorio y en cada rincón vacío.
      Desea poner todas las cosas en orden, pero no sabe por dónde empezar. No sabe dónde poner ciertas cosas para limpiarlas.
      Pero si alguien limpia su habitación, se siente bien al respecto.
      Quizá incluso decida no permitir que las cosas se desordenen, sino mantenerlas en orden.
      Pero ya que no ha desarrollado el hábito de poner las cosas en su lugar, pronto su habitación está desordenada otra vez.
      Es solo un ejemplo sobre el hecho de mantener limpias las cosas, pero muchas deficiencias del cuerpo no son así de sencillas.
      Pueden tornarse evidentes en varios aspectos de nuestra vida y tienen gran influencia sobre ellos.
      Pueden afectarnos no solo en nuestra vida diaria, sino también en los asuntos espirituales, es decir en nuestra fe.
      Hay algunas deficiencias que se pueden cambiar fácilmente, mientras que otras son difíciles de cambiar y pueden causar graves problemas.
      Por ejemplo: supongamos que cuando ustedes eran niños aprendieron que debían hacer sus tareas primero antes de poder salir a jugar.
      Esto se tornó un hábito: hacer las tareas primero antes que cualquier otra cosa.
      Aunque sus parientes los visiten o sus amigos les pidan que salgan a jugar con ellos, están entrenados para hacer sus tareas primero.
      Una persona así tiene autocontrol y ha desarrollado un sentido de responsabilidad de modo que puede controlarse a sí mismo una vez que llegue a ser adulto.
      Si esta persona toma una decisión, puede hacer las cosas que ha decidido hacer. Aunque se presenten situaciones inesperadas, separa un tiempo para cumplir lo que se ha propuesto hacer.
      Por el contrario, si no ha sido entrenado para actuar así y ha desarrollado una deficiencia respecto a mantener sus decisiones, en realidad no podrá hacer las cosas que se ha propuesto hacer.
      Por ejemplo: algunas personas exitosas dicen que han desarrollado un método de estudio.
      Dicen que al estudiar un idioma extranjero, si aprenden con perfección una frase al día, aprenderán 365 expresiones al año, lo cual les permitirá tener conversaciones básicas.
      Otros dicen que si se dedica tan solo una hora diaria, se puede alcanzar grandes mejorías en un año.
      Cuando las personas escuchan estas cosas, muchos se sienten desafiados.
      Piensan: "Podemos alcanzar mucho con tan poco esfuerzo. Intentaré hacerlo por un año, empezando desde hoy".
      Pero no pueden continuar con su esfuerzo ni siquiera un mes, aún menos un año.
      No tienen la habilidad para hacer planes específicos para llevar a cabo sus decisiones. Quizás tampoco puedan apegarse a sus planes.
      Ahora, ¿afecta esta deficiencia nuestra fe?
      ¡Claro que sí!
      Por ejemplo: ¿cuántas cosas planifican hacer mientras escuchan el mensaje durante el servicio?
      Deciden hacer muchas cosas pensando: "Oraré por lo menos por una hora diariamente, empezando mañana. También leeré un capítulo de la Biblia cada día".
      Pero cuando llega el siguiente día, no hacen las cosas que deseaban hacer y simplemente van a la cama.
      Quizá incluso lleguen a lamentarlo diciendo: "Decidí orar empezando desde hoy... y debía haber leído la Biblia".
      Pero carecen de las fuerzas para llevar a cabo sus planes y para guardarse a sí mismos de distracciones y tentaciones.
      Esto no solo respecto a las oraciones y la lectura de la Biblia.
      Su crecimiento espiritual se retrasa porque no pueden llevar a cabo su determinación de circuncidar el corazón.
      Como expliqué antes, las deficiencias del cuerpo tienen grandes efectos, no solo en los aspectos físicos sino también en los asuntos espirituales.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      Para su información, incluso en el mundo se dice que es importante enseñar a los niños lo necesario en cada paso de su crecimiento.
      Muchos padres piensan que sus hijos pueden sobresalir si les proporcionan mucho conocimiento desde una edad temprana.
      Pero si les enseñan demasiadas cosas, puede ser incluso peor que el no haberles enseñado nada.
      Por ejemplo: los niños tienen que ver, escuchar y experimentar varias cosas en lo social mientras se asocian con sus compañeros en determinadas fases de su crecimiento.
      De este modo pueden alejarse del egoísmo; logran comprender las emociones y perspectivas de los demás y aprenden a comunicarse con ellos.
      Aprenden a considerar todas las situaciones y cómo reaccionar ante situaciones inesperadas.
      Deben adquirir el poder para pensar de varias maneras al experimentar varias cosas en cierto punto. Pero supongamos que se mantienen aislados en casa o asociados solo con adultos.
      Si no experimentan las cosas que otros niños viven, saldrá a relucir como problemas durante el crecimiento.
      No podrán identificarse con otros niños y carecerán de la habilidad de resolver problemas que se presentan en el diario vivir.
      Entonces quizá pierdan la autoconfianza y el entusiasmo. Se sentirán presionados por los demás y se tornarán nerviosos.
      En un caso serio, quizá tengan trastornos emocionales o no podrán adaptarse a las normas sociales.
      Aunque sean inteligentes, quizá pierdan interés en los estudios y sus talentos serán enterrados.
      Por medio de este ejemplo podemos entender que hay cosas que el hombre debe experimentar durante cada fase de su crecimiento.
      Un extremo sería el llamado 'niño lobo' o 'niña lobo' reportados por la prensa; claramente evidencian las deficiencias del cuerpo.
      En este caso, por alguna razón un bebé recién nacido fue supuestamente criado por lobos. El niño aprende entonces las cosas de lobos y actúa como uno de ellos.
      En cierto momento el niño es rescatado por la gente, pero no logra adaptarse a la sociedad humana.
      Tiene serias deficiencias de pensamiento, emociones y en todos sus comportamientos.
      Las personas intentan enseñarle las cosas características de los seres humanos, pero no lograron eliminar su pensamiento de animal y continuó actuando como uno de ellos.
      Permítanme darles otro ejemplo: en los años 60 había un muchacho famoso conocido por ser un verdadero genio.
      Hablaba cuatro idiomas cuando tenía cinco años y a los seis resolvía problemas de cálculo.
      Los padres lo separaron de sus compañeros y lo hicieron estudiar con alumnos en edad de colegio o universidad.
      Fue educado en un ambiente completamente diferente al normal en el que se educan otros niños.
      Este chico simplemente tenía una inteligencia brillante, pero no significaba que superaba a los demás niños en lo emocional o físico.
      Sin embargo, por el hecho de tener un CI alto, se saltó las fases por las que debía pasar a su edad, y en consecuencia no pudo crecer con estabilidad emocional.
      Como resultado de esto, no pudo desarrollar su inteligencia y pronto fue olvidado por la gente.
      Si hubieran considerado no solo su inteligencia sino también sus áreas emocional y física, podría haberse convertido en una persona sobresaliente, pero no fue así.
      Podemos entender cuán importante es ver, sentir y hacer, así como experimentar los elementos que son necesarios en cada fase del crecimiento.


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