• Estudio basado en Génesis (74)

    [Génesis 3:9-11]

    23-09-2011 | Rev. Jaerock Lee

    • Escritura

      Génesis 3:9-11
      "Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?"


      Este es el estudio No. 74 de Génesis.
      En el estudio anterior vimos que Adán y Eva se escondieron cuando la entidad separada de Dios el Padre fue al Huerto del Edén.
      Anteriormente ellos daban a Dios una grata bienvenida.
      Sin embargo, después de comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, se escondieron de la presencia de Dios.
      Ahora examinemos Génesis 3:9.
      Dice: "Y el Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás?"
      Dios el Padre buscó a Adán.
      Dios es omnisciente y omnipotente. ¿Buscó Él a Adán porque no sabía dónde estaba?
      ¡Por supuesto que no! ¡Él lo sabe todo!
      Él sabía que Adán y Eva comieron del árbol de la ciencia del bien y el mal, y que se escondieron por causa de ello.
      Aun así, Él buscó a Adán porque quería una confirmación directamente de él.
      Dios deseaba que Adán se presentara ante Él y confesara todo con honestidad.
      Dios dio a Adán una oportunidad para que se arrepintiera.
      Intentó escuchar de parte de Adán, poniéndose en su lugar, la razón por la que había cometido aquel pecado.
      Dios el Padre sabe todo con precisión.
      Por lo tanto, no necesitaba preguntarle a Adán.
      Dios pudo haber dicho a Adán y Eva: "Ya que han cometido este tipo de pecado, serán castigados..." y pudo juzgarlos en ese mismo instante.
      ¡Pero no lo hizo! Primero buscó a Adán.
      Esto se debe a que Él quería darle una oportunidad a Adán para que se arrepintiera y cambiara.

      Amados hermanos y hermanas:
      Otra cosa que deben recordar del pasaje de esta noche es el hecho de que Dios buscó primero a Adán.
      En términos generales, la gente no quiere ver o encontrarse con quienes los han traicionado o les han causado dificultades.
      Al ver a esas personas, nuevamente sienten dolor en las cicatrices que quedaron al ser traicionados.
      Quizá incluso estallen en cólera.
      Esto es aún peor cuando han sido traicionados por alguien a quien amaban o en quien confiaban.
      La mayoría de personas se enojan con alguien así y los aborrecen con ira.
      Es algo raro que alguien que haya sido traicionado busque al traidor y pregunte la razón por la que le ha parecido que no ha habido otra salida más que la traición.
      No obstante, Dios el Creador, nuestro Padre, buscó primero a Adán, una criatura.
      Desde el principio Dios el Padre le dio mucho amor a Adán.
      Adán no tenía necesidad de nada y Dios le dio la mayor autoridad que una criatura podía tener.
      Adán disfrutó de todas estas cosas por innumerables eras, pero fue tentado por Satanás y traicionó a Dios.
      A pesar de que Adán hizo esto, Dios lo buscó.
      Podemos ver cuán misericordioso es Dios el Padre y cuán lleno de gracia es Él.
      En este punto podemos sentir la humanidad de Dios el Padre.
      Si Dios el Padre hubiera revelado divinidad más que humanidad, es posible que hubiera castigado a Adán y Eva ese mismo instante.
      Esto es posible porque Dios gobierna todo con justicia y debido a que Él es el único Juez.
      Sin embargo, en ese instante, Dios buscó a Adán para tener misericordia de Él como un Padre misericordioso.

      Amados hermanos, hermanas y en especial obreros y pastores:
      ¿Con qué tipo de corazón tratan ustedes a aquellos que les causan dificultades o se levantan en su contra?
      ¿Tratan de discernir primero quién está en lo correcto y quién está equivocado?
      ¿Dicen que aquella persona parece conocer la Palabra de Dios, cuestionan cómo pudo cometer tal pecado y luego juzgan y condenan según el estándar de justicia?
      Aunque quizá nunca logren comprender a aquella persona, ¿intentan comprenderla con bondad poniéndose en su lugar?
      Anhelo que puedan tener el corazón de Dios el Padre quien sintió pesar por Adán mientras lo buscaba.
      Si tienen este tipo de corazón podrán albergar cualquier alma con amor sin importar el tipo de pecado que cometan.
      Nuestro Señor Jesús también tiene una copia exacta del corazón del Padre.
      Él no lastimó ni una sola alma semejante a una caña cascada ni extinguió ninguna alma que era como el pábilo que humea.
      Él las dejó en manos de Dios el Padre quien juzga solo con justicia y amor.
      Yo he tratado a las almas con este corazón de Dios el Padre y el Señor.
      En los últimos 29 años, desde que inicié esta iglesia, he conocido varios tipos de personas.
      Quienes olvidaron la confianza y el amor y me traicionaron, aquellos que a menudo se arrepienten y otra vez caen en pecado, los que han hecho maldad por causa de sus motivos egoístas y han causado problemas graves a la iglesia, y la lista continúa...
      No importa cuán obvio haya sido su pecado, yo jamás he juzgado ni condenado con arbitrariedad.
      Ciertamente les di la oportunidad de expresarse y me puse en su lugar.
      No critiqué ni dije: "¿Por qué hizo eso?", más bien traté de entender la situación y la razón por la que aquel había sentido que no había salida aparte de lo que hizo.
      No los obligué a arrepentirse con temor, pero los guié a comprender su falta con sinceridad y a arrepentirse.
      Y oré por ellos con sinceridad.
      Le clamé a Dios el Padre que tuviera misericordia de ellos y que les diera espíritu de arrepentimiento.
      Hasta que fueron perdonados sufrí con ellos por la carga del pecado e intenté fortalecerlos por todos los medios.
      Intenté hacer contacto visual con ellos y les di la mano con más firmeza.
      Luego miré que muchas almas sintieron el amor de Dios el Padre en su corazón, se arrepintieron y cambiaron.
      Jamás he odiado a quienes me han lastimado y abandonado.
      Sentí lástima por aquellos que van por el camino de muerte y esperé hasta que pudieran arrepentirse con el tiempo.
      Dios el Padre desea que todas las almas alcancen salvación.
      Él desea que cada alma se aleje del camino de pecado y muerte y que regrese al camino de salvación y eternidad.
      Les animo a tratar a su familia y vecinos con ese tipo de corazón de Dios el Padre.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      Dios el Padre no fue al Huerto del Edén para reprender a Adán.
      Fue para mostrarle Su misericordia como Padre amoroso y cuidadoso.
      Sin darse cuenta de que Dios tenía ese tipo de corazón, Adán continuó usando incluso más pensamientos carnales.
      En Génesis 3:10, cuando Dios lo buscaba, Adán dijo: "Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí".
      Pueden ver cuánta carnalidad se había apoderado de él.
      Antes de que Adán comiera del árbol de la ciencia del bien y del mal, tenía solo pensamientos espirituales.
      Anteriormente, cuando Dios lo llamaba, él sentía solo que Dios era el Padre de amor y un buen Dios ya que tenía únicamente pensamientos espirituales que venían a su mente.
      No obstante, después de comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, sintió que Dios era un 'Dios temible' y llegó a pensar que debía evitarlo y esconderse de Él.
      Hay un proverbio que dice: "Aquel que ha hecho algo malo piensa que todos hablan de ello".
      Esto significa que aquel que comete pecado, de manera natural se pone nervioso en su corazón.
      Después que Adán cometió pecado, se sintió nervioso e incómodo concerniente al momento en que Dios le preguntaría al respecto.
      Los pensamientos carnales tienden a proceder con anticipación en aquellos que cometen pecado.
      Y los pensamientos carnales están seguidos por la ansiedad, nerviosismo y temor.
      Cuando las personas no se despojan de los pensamientos carnales en esta situación, es difícil cambiar del camino de los pecadores.
      Esto se debe a que los pensamientos carnales conciben otro pecado.
      Quizá inventen una mentira para evitar la situación o quizá hagan algo para engañar a los demás.
      Eventualmente terminan sin poder cambiar jamás.
      Respecto a esto, Romanos 8:6 dice: "Porque el ocuparse de la carnes es muerte..."
      Por lo tanto, apenas vengan los pensamientos carnales a su mente, debe cortar su 'vínculo' para que no se desarrolle más.
      Y luego debe cambiarlo por un pensamiento espiritual.
      Esto se debe a que Romanos 8:6 continúa diciendo: "...pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz".
      Entonces, ¿cómo pueden cortar en vínculo de los pensamientos carnales y cambiarlos por pensamientos espirituales?
      ¿Sienten que es algo difícil porque los pensamientos carnales siguen llegando a sus mentes aunque no los deseen?
      ¡Sí existe una salida!
      Esta es: simplemente cambien el sentimiento que tienen cuando el pensamiento carnal llega a sus mentes.
      Una vez que el conocimiento de la falsedad ingresa junto con el sentimiento o emoción, este se convierte en pensamiento por medio de la obra del alma.
      El conocimiento que ingresa sin ningún sentimiento se borra fácilmente de la memoria, por ende no surge como un pensamiento.
      En el caso de Adán, cuando se dio cuenta que había cometido un pecado, tuvo el sentir de que Dios era temible.
      Es por eso que cuando Dios lo buscaba, Adán pensó que debía esconderse y lo hizo junto a Eva.
      Si Adán hubiera desechado el sentimiento de que Dios era temible, sus reacciones posteriores hubieran sido diferentes.
      Si Adán hubiera sentido que Dios es el Padre de amor cuando escuchó el sonido de Dios que lo buscaba, no habría sentido temor de Dios ni se habría escondido.
      Aunque estaba avergonzado y apenado, se hubiera presentado ante Dios.
      1 Juan 4:18 dice: "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor".
      Como está escrito, Adán tendría que haber recordado el amor del Padre quien compartió amor con él por innumerables eras, y tendría que haberse aferrado a aquel amor.
      No obstante, Adán no había experimentado la relatividad, así que no pudo sentir el amor de Dios el Padre con su corazón interior.
      Ya que había recibido aquel enorme amor de parte de Dios desde el principio, no sabía cuán precioso era el amor de Dios.
      Pero gracias al inmenso amor de Dios recibimos la gracia de la salvación después de haber estado destinados a la muerte.
      Dios permitió que Su Hijo unigénito, Jesús, asumiera el castigo de la muerte en nuestro lugar.
      Ustedes deberían tener este amor grabado profundamente en sus corazones.
      Al igual que un automóvil que necesita combustible para funcionar, este amor es el motor que nos ayuda a vivir de acuerdo a la Palabra de Dios.
      Es la fuerza que permite cortar el vínculo de los pensamientos carnales.
      Durante el proceso de lograr la santificación, es natural encontrar maldad en el corazón.
      Cuando se tiene pensamientos carnales durante este proceso, quizá uno se sienta desalentado y caiga en desesperación.
      "¿Por qué aún tengo esta maldad? Estoy tan lejos de la santidad...". Si ustedes tienen pensamientos como estos, quizás pierdan sus fuerzas.
      Más bien recuerden el amor del Padre.
      Hagan un recuento de cada recuerdo de cuán grandes son el amor y la gracia que han recibido de Él.
      Ayer y hoy también, Dios el Padre todavía está anhelando ver que Sus hijos lleguen a ser perfectos. ¡Él está esperando!
      Si piensan en Dios el Padre quien ha soportado tanto en Su amor, podrán cambiar los pensamientos carnales en espirituales.
      "Yo puedo lograrlo con la gracia y amor del Padre. De hecho, es Su amor el que me ayuda a descubrir la maldad en mí. Si no supiera que tengo esta maldad, ¿cómo podría ir al Cielo? Es la guía amorosa de Dios el Padre quien desea conducirme a la Nueva Jerusalén".
      Si piensan en el espíritu de esta manera, ganarán fuerzas para abstenerse de la maldad.
      Tendrán un corazón preparado para la oración ferviente.
      Y podrán marchar hacia la santificación con prontitud.
      No obstante, en la escritura de esta noche, Adán continuó hablando y actuando con pensamientos carnales.
      Les expliqué que, a pesar de haber recibido tanto amor, sus pensamientos carnales resultaron del hecho de no haber sentido todavía el amor de Dios desde su corazón interior ya que todavía no había vivido la relatividad.
      No obstante, pueden notar aquí que Dios el Padre continúa tratando a Adán, quien había actuado de esta manera, con Su amor que no cambia.
      Ahora, en Génesis 3:11, Dios le dijo a Adán: "¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?"
      Como les dije anteriormente, Dios el Padre sabía todo lo que Adán hizo.
      Cuando Adán dijo que tuvo miedo porque estaba desnudo y que por eso se había escondido, Él sabía que era porque Adán había comido del árbol.
      Por lo tanto, Dios habría podido cuestionar directamente a Adán diciendo: "¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?"
      Aunque Dios el Padre sabía que Adán cometió pecado, deseaba confiar en él.
      No le preguntó directamente a Adán: "¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?"
      Primeramente le dijo: "¿Quién te enseñó que estabas desnudo?"
      La pregunta fue: "¿Quién te explicó que estabas desnudo?"
      Dios confió en Adán hasta el final y le dio una oportunidad para expresarse.

      Amados hermanos adultos:
      ¿Qué hacen ustedes cuando disciplinan a sus hijos?
      ¿Los juzgan y condenan inmediatamente cuando hacen algo sospechoso?
      "¡Me estás ocultando algo! ¿Hiciste algo que te dije que no hicieras?"
      Si pasan a conclusiones y cuestionan a sus hijos de este modo, aunque hayan hecho algo malo cerrarán las puertas de su corazón.
      Piensan que sus padres no les creerán y terminan perdiendo su propia disposición a corregir sus faltas.
      Los expertos en 'comportamiento infantil' dicen que cuando los padres usan tácticas opresivas para tratar con sus hijos, estos se atemorizan antes de comprender sus faltas.
      Además, sin importar lo que hagan, no tendrán confianza en ello; son solo intimidados.
      En el peor de los casos esto puede convertirse en depresión infantil.
      Entonces, ¿qué deben hacer?
      Todo lo que tienen que hacer es lo que hizo Dios el Padre con Adán.
      Antes de reprimirlos por sus faltas, deben darles una oportunidad para que se expresen y expliquen por qué no hicieron otra cosa sino que cayeron en el error.
      Digamos que su hijo pequeño llega a casa y dice: "¡Nunca más jugaré con el niño del vecino!".
      Por lo general los padres tienen instintivamente a decir a manera de regaño: "¡No digas eso! Debes jugar bien con tus amigos".
      En este caso, el hijo no deseaba que sus padres juzgaran lo bueno o lo malo.
      El hijo sabe lo que es bueno y lo que es malo.
      La razón por la que lo dijo es para ser consolado por sus padres.
      Deseaba que sus padres entendieran cuán heridos fueron sus sentimientos por parte de su amigo.
      No obstante, si sus padres simplemente dicen: "Claro que no. No debes comportarte así", y le hablan solo de principios, su corazón no será consolado.
      En este caso, los padres deberían entender su corazón y calmar sus sentimientos.
      La cálida consolación de sus padres hará que el corazón del niño se sienta cómodo y le ayudará a resolver el problema por sí mismo.
      Siempre he tratado a los siervos de Dios, los obreros y los miembros de la iglesia con amor espiritual.
      No importa cuán grande sea su falta y cuán grave sea su error, ya que los amo, he confiado en ellos, he tenido esperanza y he soportado por ellos.
      Una vez que llego a saber que alguien ha caído en pecado, ciertamente lo escucho.
      Trato de comprender por qué pensó que no podía hacer ninguna otra cosa en su nivel de fe.
      Y me arrepiento en su lugar ante Dios el Padre e intercedo por su transgresión.
      Además, no he sido rápido para juzgar al escuchar solo un lado de la historia, sino que discierno todo luego de escuchar a ambas partes.
      La razón por la que cuestiono a los obreros relacionados para comprender el panorama completo no es porque quiero distinguir entre lo correcto e incorrecto y hacerlos responsables.
      Es para ayudarles a arrepentirse ante Dios y a ser perdonados de sus pecados.
      Solo así podrán escapar de las pruebas y aflicciones causadas por sus errores.
      Sin embargo, de acuerdo a lo que he experimentado hasta ahora, cuando hago la pregunta, me dan primero una excusa.
      O culpan a los demás.
      De hecho, en muchas ocasiones me dan una respuesta incorrecta.
      Por temor a sufrir desventajas si se revela su falta, no pueden proporcionar una respuesta con honestidad.
      Lo mismo sucedió con Adán.
      Él no comprendió el corazón de Dios el Padre. Por el contrario, tuvo temor y terminó culpando a otra persona.
      Continuaremos esto en el siguiente estudio.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      En este estudio hemos visto que Dios el Padre buscó a Adán y Eva después de que comieron del árbol de la ciencia del bien y del mal.
      Dios el Padre buscó a Adán con un corazón lleno de misericordia y deseó escuchar una respuesta honesta de parte de él.
      Adán primero se escondió de la presencia de Dios, pero luego se presentó ante Él.
      Luego, al escuchar el sonido de Dios, dijo que se había escondido porque tenía temor.
      ¡Cuán dolido habrá estado el corazón de Dios al verlos!
      El hijo que solía darle la bienvenida con gozo ahora se estaba escondiendo de Él por temor.
      Dios el Padre deseaba darle una oportunidad, pero él no se dio cuenta de ese corazón de Dios Padre.
      La mayoría de personas que cometen pecado generalmente muestran tener el carácter demostrado por Adán y Eva.
      Algo que deben intentar recordar es el corazón de Dios el Padre quien fue a buscar a Adán quien había cometido pecado.
      En Jeremías 29:11 dice: "Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis".
      En Ezequiel 18:23 leemos: "¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?"
      Anhelo que ustedes puedan sentir aquel amor de Dios Padre y caminar perfectamente en la luz.
      Ruego en el nombre de nuestro Señor Jesucristo que ustedes puedan buscar con valentía el rostro de Dios y que vivan con la gracia de Su presencia con ustedes en todo tiempo.


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