• Conferencia sobre 1 Juan (27)

    [1Juan 3:12]

    06-11-2011 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      [1Juan 3:12]
      "No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas".


      [Mensaje Principal]

      En la última sesión, les expliqué que los hijos de Dios practican la justicia y el amor por sus hermanos.
      Los verdaderos hijos de Dios aman a sus hermanos y hermanas no solamente de palabra y de labios, sino con obras y con sinceridad así como se aman a sí mismos.
      1 Juan 3:12 dice, "No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas".
      Para comprender este versículo, primero tenemos que comprender a Caín y Abel descritos en Génesis capítulo 4.
      Caín y Abel eran los hijos de Adán y Eva, nacidos después que ellos fueron expulsados del Jardín del Edén.
      El hermano mayor, Caín, labraba la tierra y Abel era un pastor.
      El primer hombre, Adán, fue expulsado a este mundo y perdió toda su autoridad y honor de la cual había disfrutado en el Jardín del Edén. Él no pudo seguir viviendo con el honor que una vez había disfrutado en el Jardín del Edén.
      Sin embargo, antes de pecar, él obtuvo de Dios el conocimiento sobre todas las cosas, y él había gobernado anteriormente el Primer Cielo.
      Él pudo vivir en esta tierra utilizando su conocimiento. También transmitió su conocimiento a sus hijos. Por lo tanto, Caín sabía cómo cultivar y Abel sabía cómo atender el rebaño.
      Con el paso del tiempo, los hijos tuvieron un problema. Este problema consistía en la entrega de ofrendas a Dios.
      Génesis 4:3-5 dice, "Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante".
      De acuerdo a la ley del reino espiritual, los pecadores no pueden comunicarse con Dios quien es luz.
      Debido a que Adán pecó, él no pudo comunicarse más con Dios. Pero esto no significa que su comunicación había sido cortada totalmente de una vez.
      Más bien fue que la gente perdió la comunicación con Dios paulatinamente mientras se manchaban más con pecados.
      Antes que la comunicación fuera completamente cortada, Dios enseñó a Adán sobre las ofrendas.
      Él podía recibir perdón de sus pecados y comunicarse con Dios entregándole ofrendas a Él.
      En el libro de Levítico encontramos muchas clases de ofrendas, pero la más importante es la ofrenda por el pecado.
      Dios enseñó a Adán con detalle acerca de cómo recibir perdón de pecados por medio de las ofrendas, y Adán llevó el mensaje a sus hijos.
      Por lo tanto, Caín y Abel sabían cómo estaban supuestos a hacer las ofrendas delante de Dios.
      Pero con el paso del tiempo, Caín cambió la forma de dar ofrendas a Dios.
      Cada uno de los procedimientos en el proceso de entregar ofrendas está especificado por la ley del reino espiritual.
      Dios no puede aceptar simplemente cualquier clase de ofrendas.
      Especialmente, cuando ustedes dan ofrendas de pecado, tienen que hacer una ofrenda de sangre.
      Hebreos 9:22 dice, "Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión".
      Levíticos 17:11 también dice, "Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona".
      La paga del pecado es muerte, y por consiguiente los pecadores tienen que pagar por sus pecados con la 'vida'.
      Cuando ellos ofrecen sacrificios por la expiación de pecados, tienen que ofrecer sangre, la cual representa la vida, y así pueden pagar por sus pecados.
      Cuando Adán pecó y fue expulsado del Jardín, Dios le hizo ropas con pieles de animales. Este acto de Dios contiene un significado espiritual sobre el perdón de los pecados.
      Adán ciertamente aprendió sobre la ley espiritual y los reglamentos para entregar ofrendas, y él enseñó esto a sus hijos.
      Abel obedeció lo que había aprendido, pero Caín no.
      Caín entregó ofrendas con los frutos de la tierra según él creyó conveniente.
      Como resultado, Dios no aceptó las ofrendas de Caín, las cuales fueron entregadas a la manera que Caín vio más conveniente.
      En la actualidad, nosotros aun tenemos que ofrecer a Dios sacrificio de sangre que sea apropiado y pueda ser aceptado por Dios.
      Pero nosotros no matamos animales ahora. Más bien, venimos a la iglesia y asistimos a los servicios de adoración.
      Si adoramos en espíritu y en verdad con toda nuestra mente y corazón, esto es espiritualmente ofrecer a Dios el sacrifico de sangre.
      Aquellos que adoran en espíritu y en verdad, obviamente cultivarán justicia y amor, los cuales deben tener los cristianos.
      Por el contrario, si ellos no adoran con todo su corazón, sino simplemente pasan el tiempo en la iglesia, estos son aquellos que ofrecen el 'sacrifico de Caín'.
      Aquellos que adoran de esta forma también vivirán vidas intempestivas que no son diferentes a esa de los incrédulos.
      Ellos dicen que viven en el Señor, pero en sus vidas no podemos encontrar ninguna evidencia espiritual que son hijos de Dios que han sido salvados.
      Hermanos y hermanas, algunas personas tienen un malentendido sobre este incidente con Caín y Abel.
      Ellos piensan así, "Caín era un agricultor y es por eso que él entregó ofrenda con el fruto de la tierra, y Abel dio la oveja porque él era un pastor, entonces, ¿Qué es lo que está mal con la ofrenda de Caín?".
      Ellos piensan que Caín no tenía que saber realmente la ley espiritual y que le entregó a Dios las buenas cosas que tenía, pero Dios mostró su favoritismo hacia Abel, y que es por eso que Caín tuvo resentimiento.
      Pero esto no es correcto.
      Si Dios no hubiera enseñado a Adán la forma apropiada de entregar ofrendas y Adán no hubiera enseñado a ambos hijos, tampoco habría sido fácil para Abel entregar el sacrificio de sangre.
      Supongan que ustedes tienen que dar una ofrenda al Dios santo sin saber nada sobre esto. ¿Qué preferirían hacer, matar a un animal como el sacrificio u ofrecer frutas aromáticas y granos?
      Si ustedes piensan con sentido común, no es algo deseable matar cruelmente a un animal y hacer una ofrenda de sangre a Dios.
      Especialmente en ese tiempo, la maldad no prevalecía tanto como ahora, y las personas no mataban animales ni se alimentaban de ellos aún.
      La gente empezó a matar animales y a comer la carne muchos tiempo después de esto. Esto sucedió después del diluvio de Noé.
      Por lo tanto, si Dios no les hubiera enseñado cómo ofrecer sacrificios espirituales, no habría sido fácil para Abel matar un animal y ofrecerlo a Dios.
      Hebreos 11:4 dice, "Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella".
      Abel escuchó la palabra de Dios, y cuando entregó las ofrendas de sangre obedeciendo con fe, este acto se convirtió en la justicia de Abel.
      Él fue perdonado de pecados y pudo agradar a Dios.
      Pero a pesar que Caín escuchó la misma cosa, él simplemente entregó ofrendas del fruto de la tierra como a él le pareció.
      Esta clase de ofrenda carnal no puede hacernos justos delante de Dios ni puede ser aceptable para Dios.
      Así que, ¿qué hizo Caín entonces?
      ¿Acaso se arrepintió diciendo, "yo no guardé las palabra de mis padres. Debí haber entregado a Dios un sacrificio que fuera agradable para Él"?
      En lugar de reconocer su falta, él tuvo resentimiento en contra de Dios. Como no tenía nadie hacia quien dirigir su enojo, se puso celoso de su hermano.
      De hecho, hay muchas personas que son como Caín ahora.
      La voluntad de Dios está claramente mostrada en la Biblia, pero ellos cambian la palabra de Dios de acuerdo a sus pensamientos.
      Ellos juzgan a aquellos que se aferran a la palabra de Dios tal cual es, en lugar de aceptarla. También se vuelven celosos de aquellos que son amados por Dios.
      Por ejemplo, aquellos que desechan los pecados, oran fervientemente y viven por la palabra de Dios, pueden tener experiencias espirituales.
      Ellos pueden comunicarse con Dios en las obras del Espíritu Santo, y pueden incluso manifestar señales y maravillas.
      Pero algunos dicen que creen en Dios, pero cuando ven tales cosas dicen que es algo extraño o incluso que están equivocados, aun cuando tales cosas están claramente escritas en la Biblia.
      Sobre tales personas, 2 Timoteo 3:5 dice, "que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita".
      Incluso si ustedes llevan una vida de apariencia en la fe, si cambian la palabra de Dios de acuerdo a los pensamientos humanos, esto no tiene nada que ver con Dios.
      Ustedes pueden encontrarse y experimentar a Dios solamente cuando disciernen la voluntad de Dios y hacen lo que a Él le agrada.
      Ustedes no deberían simplemente pensar así, "Yo no puedo escuchar la voz del Espíritu Santo, y mis ojos espirituales no están abiertos. No he experimentado ninguna sanidad divina tampoco. ¿Por qué es que ellos son los únicos que experimentan tales cosas? Hay algo malo con esto".
      Ustedes deberían mirar atrás sobre ustedes mismos con humildad, pensando así, "¿De qué carezco que no puedo comunicarme con Dios y no experimento las obras de Dios?", y entonces cambiar ustedes mismos.
      Regresemos a Caín y Abel.


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