• Estudio basado en Génesis (78)

    [Génesis 3:17-19]

    18-11-2011 | Rev. Jaerock Lee

    • Escritura

      Génesis 3:17-19
      [17] Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.
      [18] Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.
      [19] Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.


      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      Este el estudio No. 78 de Génesis.
      En el estudio anterior terminé de explicar las maldiciones que Dios declaró sobre Eva y la serpiente.
      Por último, hablemos acerca de Adán.
      La palabra que Dios le dio a Adán se encuentra en Génesis 3:17-19.
      En Génesis 3:17 leemos: "Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida".
      Este verso demuestra que Dios entendió con exactitud qué tipo de pecado cometió Adán y cómo lo hizo.
      Primero Dios confirmó que Adán había cometido el pecado al decir "...y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él..."
      Mencionó además el hecho de que 'obedeció a la voz de su mujer'.
      ¡Nuestro Dios es muy preciso!
      Él conoce con claridad todos los corazones, pensamientos, palabras y comportamiento de cada alma al mirar Sus propias manos.
      Por ende, nadie sentirá que es tratado injustamente ante el juicio de Dios.
      Dios juzga todas las cosas con precisión de acuerdo a Su justicia.
      Nuestro Señor Jesús conoce bien este atributo de Dios el Padre.
      Por eso, en Mateo 6:4 dijo lo siguiente: "Para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público".
      Dijo también en Mateo 12:36-37: "Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado".
      En consecuencia, sin importar en dónde se encuentren en un momento dado, siempre deben ir en pos de la bondad.
      Les animo a creer que Dios les recompensará incluso por una pequeña obra, y les insto a practicar la verdad, no con temor o resistencia, sino con gozo.
      Ahora, en Génesis 3:17, Dios continuó diciendo: "...maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida".
      Por causa del pecado de Adán, no solo él sino también la tierra, que es el espacio del Primer Cielo, fue maldecida.
      Al explicar Génesis 3:14 mencioné algunos de los resultados de la maldición de la tierra.
      Recordemos brevemente:
      Primero empezaron a revelarse todos los atributos escondidos de las criaturas.
      Al mismo tiempo llegaron a existir los animales y plantas venenosas.
      En el caso de algunas especies, su apariencia externa se tornó desagradable y algunas plantas llegaron a tener espinas.
      En ese momento surgieron los microbios patógenos.
      Hasta entonces no habían existido los animales que lastimaban a otros animales a propósito.
      Todo se daba y funcionaba de manera hermosa y con armonía.
      Sin embargo, una vez que la tierra fue maldecida, se estableció una ley carnal en la naturaleza.
      Esta era la ley de la selva: los fuertes hacen presa de los débiles.
      No obstante, la población de los débiles llegó a ser mayor que la de los fuertes.
      Cuando la tierra fue maldecida, también las plantas cambiaron.
      Una explicación más detallada de esto se proporcionará al llegar a Génesis 3:18.
      Una vez que la tierra fue maldecida por causa de Adán, él fue el más afectado por los resultados.
      Tal como Dios dijo que 'comería de la tierra con dolor todos los días de su vida', Adán no podía conseguir alimentos si no se esforzaba por ellos.
      En el Huerto del Edén él jamás necesitó esforzarse para obtener alimentos.
      En calidad de ser vivo, él nunca experimentó el hambre en verdad.
      Aun así, cuando quería comer algún fruto para saciarse, todo lo que tenía que hacer era tomarlo y comerlo.
      Esto era posible ya que en cada rincón del Huerto del Edén se encuentra frutos hermosos y dulces.
      Hay muchos tipos diferentes de frutos; es fácil obtener cualquier tipo de fruto que sea agradable.
      Adán vivió una vez en un ambiente donde los alimentos abundaban, pero cayó en una situación en la que no podía conseguir alimentos si no se esforzaba por ellos.
      Sin el trabajo de sembrar y cultivar, no podía conseguir alimentos en lo absoluto.
      Por lo tanto, cuando Dios dijo que 'comería de la tierra con dolor todos los días de su vida', significó que inició el verdadero cultivo de la humanidad.
      Todos los descendientes de Adán que nacen en este mundo pueden comer de la tierra todos los días de sus vidas, pero con dolor.
      Por cierto, cuando los agricultores cosechan sus campos, cada cosecha es distinta entre sí.
      Para algunos agricultores todo sale bien y sus cosechas son grandiosas.
      Pero por otro lado, otros agricultores cosechan poco por causa de los desastres naturales, a pesar de haber trabajado mucho.
      Esta escena se aplica también a todas las demás áreas.
      Mientras viven en este mundo, todos ustedes pueden obtener ingresos si es que trabajan.
      Pero algunos pueden trabajar menos mientras que otros en realidad se esfuerzan para obtener algunos ingresos.
      Entre la gente del mundo, algunos tienen una visión excepcional respecto a la situación económica y obtienen grandes ingresos.
      Sin embargo, en el Señor, existe un secreto: cualquiera puede recibir bendiciones financieras incluso con poco trabajo.
      Esto implica recuperar la condición que tuvo Adán antes de cometer pecado.
      Se debe a que la maldición de 'comer de la tierra con dolor' sobrevino por causa del pecado de Adán.
      Por lo tanto, una vez que ustedes son perdonados de sus pecados, en la medida en que se conviertan en hijos santos que se asemejan a Dios, podrán comer con menor esfuerzo.
      Esto no significa que no deben trabajar con diligencia.
      Más bien significa que pueden trabajar menos para obtener la misma cantidad que antes.
      Entonces, ¿cuánto más pueden disfrutar si trabajan con más diligencia?
      En 2 Corintios 8:9 se nos dice: "Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos".
      Y en 3 Juan 1:2 dice también: "Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma".
      En la medida en la que uno prospera, el espíritu se torna el amo y gobierna mejor sobre el alma y cuerpo como era el caso de Adán antes de caer en pecado.
      En consecuencia, se prosperará en todas las cosas y se tendrá buena salud.
      Muchos de nuestros miembros son testigos de esto.
      Algunos sufrían mucho porque sus negocios no prosperaban cuando no creían en Dios.
      Pero la situación cambió por completo una vez que aceptaron a Jesucristo, fueron perdonados de sus pecados y llegaron a ser hijos de Dios.
      Al vivir según la Palabra de Dios, en la plenitud del Espíritu Santo, recibieron bendiciones sobreabundantes en el trabajo y los negocios.
      Al ser bendecidos docenas de veces más que lo que trabajaron antes, glorificaron a Dios por medio de ello.
      Anhelo que todos ustedes puedan entender este principio de bendición.
      Ruego en el nombre del Señor Jesucristo que ustedes no sufran o se preocupen por sus vestidos, alimentos o vivienda, sino que vivan una vida abundante mientras son cultivados en este mundo.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      Observemos lo que dice Génesis 3:18.
      Dios dijo: "Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo".
      Los 'espinos y cardos' mencionados simbolizan dos cosas.
      Primero se refieren a las plantas de las que el hombre no tiene necesidad.
      Cuando se declaró la maldición sobre la tierra por causa del pecado de Adán, el suelo que solía ser fértil, poco a poco se hizo malo.
      Las plantas innecesarias también empezaron a crecer.
      Mientras Adán cultivaba la tierra y sembraba plantas para comer, la maleza salió una y otra vez.
      Adán tuvo que desarraigarla para poder obtener el producto deseado.
      Si Adán hubiera plantado un campo antes de haber sido maldecido, aunque no hubiera cuidado de las semillas en particular, habría cosechado 30, 60 o 100 veces más de lo sembrado.
      Claro está que en ese entonces no había necesidad de cultivar.
      Es decir, la tierra habrá sido muy fértil y seguramente no había maleza.
      No obstante, una vez que la tierra fue maldecida creció la maleza y llegaron a existir las malas hierbas.
      Para poder alimentarse, Adán necesitaba cultivar la tierra.
      Los 'espinos y cardos' simbolizan estas malezas y hierbas que se convirtieron en obstáculos para la agricultura.
      En lo espiritual, los 'espinos y cardos' simbolizan la 'maldad' que empezó a crecer en el corazón de Adán.
      Antes de que él cometiera pecado, no tenía maldad ni falsedad en su corazón. Solo había el conocimiento del espíritu.
      No obstante, después de cometer pecado, la maldad se plantó en su corazón y creció al igual que 'espinos y cardos'.
      En una parábola de los campos que relató Jesús, una semilla cayó entre espinos; estos crecieron con ella y la ahogaron.
      Asimismo, cuando la maldad que es similar a espinos y cardos se plantó en su corazón, ahogó su espíritu.
      Cuando Adán fue expulsado a este mundo, Dios arrebató la mayor parte de la semilla de vida de él y dejó tan solo un rastro.
      Luego, con el crecimiento de formas de maldad como cardos y espinos en su corazón, el aliento de vida no pudo funcionar adecuadamente.
      Sucede lo mismo con sus descendientes que han nacido en este mundo.
      A pesar de que han nacido con la semilla de vida, están rodeados por una fuerza carnal y no logran continuar la obra de la vida espiritual.
      Solo tras aceptar a Jesucristo podemos ser perdonados del pecado y entonces la semilla de vida puede despertar y brotar, y nosotros podemos nacer de nuevo gracias al Espíritu Santo.
      Para que el espíritu pueda continuar creciendo y produciendo fruto, es necesario que nos despojemos de todos los 'espinos y cardos' de la tierra del corazón.
      En otras palabras, se debe eliminar toda forma de maldad.
      Solo así podrá surgir el fruto del espíritu de manera abundante.
      Como he explicado, el proceso de eliminación de los espinos y cardos espirituales constituye el 'cultivo espiritual'.
      Y esta es la verdadera vida del creyente.
      No importa cuán vasto sea un campo, no tendrá valor alguno si está lleno de maleza.
      Lo mismo sucede con la tierra del corazón del hombre.
      No importa cuán grande sea el poder, honor o riquezas que posea un hombre, mientras la tierra de su corazón esté llena de falsedad y maldad, será un ser sin valor ante Dios.
      Por lo tanto, les animo a cultivar con diligencia la tierra de su corazón.
      Oseas 10:12 sostiene: "Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia".
      Anhelo que ustedes posean una tierra del corazón bendecida y que produzca los nueve frutos del Espíritu Santo en abundancia, en lugar de producir espinos y cardos.


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