• Deficiencias del cuerpo (6)

    [Filipenses 4:8-9]

    18-12-2011 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      [Filipenses 4:8-9]
      "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros".


      Esta es la 6ta sesión de la serie 'Deficiencias del cuerpo'.
      Por varias sesiones hemos considerado las deficiencias comunes que podemos encontrar en nuestro diario vivir.
      Muchos creyentes dicen que son bendecidos con estos mensajes y que están descubriendo sus deficiencias.
      Los contenidos concernientes a las costumbres generalmente aceptadas y a la cortesía son un tanto extensos y les ayudarán a alcanzar la santificación si los aprenden por completo.
      ¿De qué manera se relaciona el cumplimiento y desarrollo de estas deficiencias del cuerpo con la santificación?
      Después de aceptar al Señor, mientras los creyentes empiezan a incrementar su fe, hasta cierto punto comienzan a abstenerse primero de falsedades evidentes.
      Cada vez que características como la ira, el odio, el adulterio, la envidia y los celos se manifiestan de manera externa, oramos y ayunamos para ser transformados.
      Nos despojamos de las cosas que afloran, pero una vez que la fe ha crecido hasta cierto punto, su crecimiento se detiene y no progresamos a niveles superiores del espíritu.
      En momentos así, una de las maneras fáciles es la comprensión de uno mismo al analizar a nuestros padres o miembros de la familia.
      Por ejemplo: si los miembros de nuestra familia eran en el pasado personas inconstantes, que descargaban sus culpas sobre los demás por las dificultades que sufrían, o que divulgaban chismes, podemos examinar si tenemos la misma naturaleza.
      Pueden verse a sí mismos como si estuviesen viendo en un espejo si oran por el entendimiento otorgado por el Espíritu Santo.
      Podrán comprender que ustedes también tienen las mismas características. Es decir, aunque la frecuencia no sea la misma que la de sus familiares que no son creyentes, ustedes tienen la tendencia a divulgar rumores o a cambiar de parecer con facilidad.
      Si uno de sus hermanos tiene un carácter que se irrita con facilidad o si se jacta de su éxito financiero, conocimiento o amigos de influencia, entonces ustedes deben examinar si tienen el mismo tipo de carácter o tendencia a presumir o jactarse.
      Otra manera de descubrir fácilmente los efectos o deficiencias en el proceso de santificación implica no tomar a la ligera las deficiencias triviales.
      Estas cosas también están relacionadas con las deficiencias del cuerpo.
      No deben simplemente ignorar los pequeños defectos. Si logran entender la naturaleza carnal fundamental de esos defectos, les será más fácil sumergirse en el espíritu.
      Por ejemplo: con respecto a mantener las cosas en orden, quizás piensen simplemente: "Yo no mantengo las cosas con orden estricto, pero en verdad no es un gran problema, a menos que cause un gran desorden".
      No obstante, si quieren sumergirse en el espíritu, no deberían pensar así.
      Aquellos que son ordenados y limpios de corazón naturalmente limpiarán su entorno también.
      Si mantienen las cosas a su alrededor de manera desordenada y sucia, significa que su mente y pensamientos no están en orden. Significa además que ustedes tienen muchos pensamientos carnales o que no tienen una manera ordenada de vivir.
      Algunas personas son diferentes. Mantienen sus cosas de manera muy ordenada, pero si los demás causan desorden, se frustran y enojan con ellos.
      O los ignoran afirmando que son personas que no han sido educadas adecuadamente.
      Esto tampoco concuerda con el corazón del Señor.
      Ustedes pueden aconsejarles, enseñarles e incluso ordenar las cosas por ellos, pero esto tampoco se debe hacer dentro de su propia arrogancia y criterios personales. Jamás se lo debe hacer con iras o condenación. Deben aceptarlos con bondad y amor.
      Permítanme darles otro ejemplo: hay alguno que piense: "¿Qué problema hay si soy exigente con el tipo de comida que como? ¿en qué se relaciona esto con la santificación?"
      Aquellas personas deben examinar si tienen una naturaleza parcial, no solo respecto a la comida, pero en otros asuntos también.
      ¿Acaso una persona con esa naturaleza no tiende a tener mayor afinidad con aquellos que concuerda consigo, pero le desagradan y evita a quienes no lo hacen?
      ¿Han cultivado ustedes el fruto de la paz, y les parece que cualquier opción es buena? ¿Han cultivado una mentalidad imparcial, sin favoritismos en palabras o acciones?
      También deben examinar si, antes de tomar del plato primero, lo pasan a los demás.
      Pueden examinar si han cultivado un corazón sacrificial y de servicio con el que pueden permitir las cosas buenas para los demás aunque ustedes mismos no puedan disfrutar de ellas.
      Si usted tira de un pequeño hilo de la costura, los hilos seguirán saliendo sin parar. Así mismo, pueden descubrir la naturaleza pecaminosa en el fondo de su corazón por medio de las pequeñas deficiencias del cuerpo.
      Estoy predicando mensajes sobre las deficiencias del cuerpo en muchas sesiones para que aquellos entre ustedes quienes anhelan el espíritu y espíritu completo puedan descubrir las partes que deben completar y mejorar para llegar a la perfección.
      Expliqué que las personas desarrollan deficiencias del cuerpo cuando carecen del conocimiento, sentimientos o experiencias de los hechos concretos en su aprendizaje.
      Continuando con la sesión anterior, seguiré hablando acerca de casos específicos de deficiencias del cuerpo.
      Respecto a la cortesía común, si usted visita la casa de alguien o su lugar de trabajo sin previo aviso, es un acto que muestra falta de consideración hacia los demás.
      Al visitar la casa de otras personas, no es de buena educación observar los alrededores a nuestro antojo. y abrir la puerta de un dormitorio se considera como comportamiento totalmente inaceptable.
      Si arrojan su basura en lugares públicos, si dejan manchas sucias o marcas en los inodoros, no se estarán comportando como una hermosa novia del Señor.
      Cuando me hospedo en un hotel u otras formas de alojamiento, procuro no dejar rastro de haber utilizado la habitación.
      Sé que los empleados del hotel limpiarán la habitación, pero me siento mal si dejo rastros de desorden para ellos.
      No obstante, no intento limpiar la habitación con mucho esfuerzo.
      Siempre tiendo mi cama y uso la habitación y el baño de manera muy limpia, como si estuviera en mi casa, de modo que no se torna algo difícil.
      Pero algunas personas no limpian sus propias casas de manera adecuada, y en lugares como hoteles ensucian aún más porque hay personas que limpiarán.
      Es más, por el hecho de no tener que pagar la electricidad, el agua y las toallas, las usan todavía más.
      Aquellos que tienen este tipo de deficiencias las muestran sin distinguirlas al venir a la iglesia ante Dios.
      Por ejemplo: no utilizan el baño o el comedor con limpieza, y dejan basura por todo lado.
      Incluso permiten que sus hijos hagan desorden, derramen y dejen caer alimentos, o cambian los pañales de sus bebés y los dejan en las habitaciones de cuidado infantil.
      Incluso en el mundo, cuando van a las montañas o a zonas turísticas, se supone que las personas deben encargarse de su propia basura.
      Por tanto, ¿acaso no deberían levantar la basura que otras personas han dejado en los santuarios, sin siquiera mencionar que jamás deben dejar su basura aquí?
      Aunque no intenten actuar de manera grosera ante Dios, no se dan cuenta que lo están haciendo porque no tienen un sentido adecuado de la etiqueta social.
      Quizás estén bloqueando el camino para otras personas o vehículos cuando muchos de ustedes van por un camino angosto o uno a lado del otro.
      Si tienen consideración por los demás, naturalmente deben crear espacio para que pasen los demás.
      Si no son lo suficientemente cuidadosos al caminar en un pasaje angosto y chocan contra los demás, y si además ni siquiera piden perdón, o si simplemente empujan a los demás para abrirse camino porque están ocupados, o si estacionan sus vehículos en cualquier lado de la calle o interrumpen el tráfico, todas estas son acciones muy alejadas de la santidad.
      Algunas personas estacionan sus vehículos junto a los de otras personas a los lados de la calle, bloqueando así la movilidad de los automóviles.
      A pesar de que dejan sus números para que los demás los llamen, están tomando del tiempo de esas personas y luego van lentamente a sus automóviles y se alejan sin pedir disculpas.
      ¡Cuán frustradas se sentirán aquellas personas!
      Si anhelan la bondad no pueden hacer ese tipo de cosas.
      Lo que tienen que recordar en especial es que el comportamiento de cada uno de ustedes alrededor de la iglesia y de mi residencia afectará directamente la gloria de Dios y la imagen de la iglesia.
      Es importante no actuar con rudeza ante Dios, y tampoco debemos ser groseros con los no creyentes.
      Debemos glorificar a Dios al hacer el bien en lugar de causar momentos difíciles a los demás a nuestro alrededor.
      En restaurantes o lugares públicos, escucho que algunos miembros se llaman entre sí diciendo 'Pastor, Anciano, Diácono, Diaconisa' con fuerte voz.
      Entonces los no creyentes inmediatamente se dan cuenta de que ustedes son creyentes.
      Pero cuán vergonzoso será si luego ustedes muestran algún comportamiento desfavorable.
      Les mencioné antes que yo solía usar una insignia en forma de cruz, pero dejé de hacerlo.
      Porque cuando empecé a usarla, muchos más empezaron a usar la misma insignia.
      Pero aun con la insignia, hacían cosas que no mostraban gracia en lo absoluto.
      Los no creyentes esperan que los creyentes sean buenos y hermosos, a pesar de que ellos mismos no viven ese tipo de vidas.
      Por lo tanto, ustedes deben convertirse en la 'luz y la sal' del mundo.
      Sus palabras y comportamiento deben ser dignos de ser alabados incluso por la gente del mundo, para que reconozcan que son nobles y diferentes a la gente del mundo.
      De hecho, muchas de las cosas que estoy explicando no conciernen en realidad a nuestra fe o las maneras del Señor, más bien son modales públicos básicos y aceptados socialmente.
      Algunos de ustedes quizás se pregunten por qué estoy explicando estas cosas en un sermón.
      Pero como les mencioné, las maneras del Señor y las maneras del mundo no son del todo diferentes.
      Las novias del Señor que no tienen manchas también deben tener las maneras apropiadas del mundo.
      El concepto básico de etiqueta y modales públicos implica la búsqueda del beneficio de los demás.
      Los detalles específicos de los modales apropiados quizá varíe de acuerdo a la época y región, pero lo que no cambia es el respeto a los demás.
      Es el anhelo de evitar causar cualquier daño o alteración del orden público, y es más, buscar el beneficio de los demás primero.
      Aquellos creyentes que anhelan el espíritu y espíritu completo obviamente deben poseer también estos modales.

      Hermanos y hermanas:
      Si yo quisiera visitar sus casas justo después de este servicio, ¿podrían darme una cálida bienvenida?
      ¿O acaso dirían: "Pastor Principal, ahora no, por favor espere un momento"... y entonces se apresurarían a limpiar la casa?
      ¿En qué condiciones está no solo su escritorio, sino su peinadora, sus aparadores o sus estantes?
      Hasta ahora han escuchado mucho por medio de varios mensajes sobre cómo tener sus cosas en orden, así que creo que al momento ya tienen el hábito de ordenarlo todo.
      Algunas personas beben algo y dejan las botellas o vasos sobre la mesa.
      Después de comer no cierras las tapas de los recipientes y dejan platos sobre la mesa; algunos no lavan sus platos durante varios días.
      Al abrir los armarios o cajones, no los cierran de modo adecuado y los dejan parcialmente abiertos.
      Después de lavarse la cara dejan agua por todo el baño; después de lavarse el cabello, hay cabello en todo el piso.
      Las toallas usadas, la ropa interior que se cambian e incluso el abrigo usado el día anterior hacen un montón sobre la cama, el sofá o en el piso.
      Los armarios deben tener la ropa arreglada de acuerdo a la estación o al uso, sin embargo todos los tipos de ropa están mezclados y es difícil hacer coincidir las chaquetas con los pantalones.
      Si su casa está tan desordenada, ¿cómo podrá limpiar la habitación de su corazón?
      Aunque ore diciendo que desea sumergirse en el espíritu y cultivar la santidad, debe sentir algún tipo de reparo al respecto.
      Algunas personas olvidan sus cosas, tales como paraguas, prendas de vestir y mochilas; estos también olvidan sus compromisos con los demás.
      Además es probable que olviden sus promesas a Dios elevadas en oración.
      ¡Dios no puede confiar en este tipo de personas!
      ¿Acaso los hombres de espíritu olvidan sus pertenencias en cualquier lado, así como las cosas que deben recordar?
      Si siguen olvidándose de las cosas, no deben culpar a la memoria; pueden cambiarlo si lo intentan con oración.
      Aunque estén ocupados con mucho trabajo, deben tener una mente en paz y prestar atención a la voz del Espíritu Santo que habla e indica lo más importante.
      Algunas personas quebrantan sus promesas a pesar de no haberlas olvidado.
      La otra persona quizás esté esperando y preparándose sin ningún otro compromiso durante días, pero estas personas simplemente llaman a reuniones inmediatas sin aviso previo.
      Ellos quieren aplazar la reunión por razones triviales, como por ejemplo porque no se sienten bien, porque tienen que ocuparse de otros asuntos o porque no tienen deseos de reunirse.
      Hay personas que llaman después de la hora del compromiso y dicen que lamentan no haber podido asistir.
      Claro está que quizás existan razones inevitables.
      Pero si ocurre no solo una vez sino muchas, la gente alrededor no confiarán más en ustedes.
      Considerarán sus palabras a la ligera porque sentirán que cambian de parecer a menudo, y quizás también cambien lo que les han prometido.


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