[1 Juan 3: 12-13]
25-12-2011 | Rev. Jaerock Lee
Pasaje
[1 Juan 3: 12-13]
"No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece".
Esta es la 28a sesión sobre las conferencias de 1 Juan.
En la última sesión, les entregaba el mensaje sobre Caín y Abel.
La evidencia de haberse convertido en hijos de Dios es que practicamos la justicia y el amor por nuestros hermanos.
Los hijos de Dios no tienen que actuar como Caín.
Caín aprendió de sus padres sobre el sacrificio de sangre pero no obedeció.
Dios no aceptó la ofrenda de Caín sino solamente aquella de Abel porque él ofreció el sacrificio de sangre.
Caín estaba celoso de Abel y se quejó en contra de Dios, pero Dios con amor le permitió reconocer su falta.
Génesis 4:6-7 dice, "Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él".
Debido a que tenía maldad en su corazón, Caín no pudo levantar su rostro delante de Dios.
Juan 3:20 también dice, "Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas".
Cuando los hombres almacenan maldad en sus corazones, ellos no pueden estar confiados delante de Dios. Debido a que tienen maldad en ellos tratarán de evitar a Dios quien es luz.
No se trata de que Dios abandonara a Caín primero, sino que Caín corrompió la ofrenda y la hizo inaceptable para Dios.
Incluso entonces, Caín no pensó que esto era su falta. Más bien, dejó que sus malos sentimientos y su celo se desarrollaran, eventualmente llevándolo a cometer un grave pecado.
Génesis 4:8 dice, "Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató".
Él se quejaba frecuentemente con celos y envidia, ocasionándole dificultades a su hermano Abel, y finalmente lo mató.
Cuando Dios lo reprendió a causa de su hermano, Caín simplemente trató de esconderlo en lugar de arrepentirse.
Como resultado, una gran maldición cayó sobre él.
El pasaje de este día en 1 Juan 3:12 dice, "No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas".
Caín conocía muy bien de Dios.
Pero él no era de Dios.
La Biblia dice que los hijos de Dios que pertenecen a Dios tienen que practicar la justicia y el amor por sus hermanos.
Caín no practicaba la justicia ni amaba a su hermano.
Siguiendo la instigación del maligno, es decir el enemigo el diablo y Satanás, él odiaba a su hermano y eventualmente lo mató. Escogió el camino para no convertirse en un hijo de Dios sino del diablo y se dirigió por el camino de muerte.
Hermanos y hermanas, por medio de Caín y Abel, nosotros debemos recordar dos cosas.
Primero, nuestras ofrendas entregadas a Dios tienen que ser ofrendas espirituales.
Nosotros no debemos simplemente asistir a los servicios de adoración, sino que tenemos que adorara en espíritu y en verdad bajo la inspiración del Espíritu Santo.
No debemos seguir una vida Cristiana según creamos conveniente, sino de acuerdo a la palabra de Dios y siguiendo la voz del Espíritu Santo.
Segundo, los hijos de Dios tienen que cultivar la justicia y el amor del que habla la lectura de este día.
Aun cuando, como conocimiento, nosotros conocemos de Dios así como conocía Caín, no podemos ser reconocidos como hijos de Dios si practicamos lo malo, guiados por nuestra maldad.
Aun cuando continuamos teniendo algo de maldad que aun no hemos desechado, no tenemos que cometer pecados obedeciendo esa maldad, sino más bien tenemos que elegir la verdad estando siempre alertas.
Incluso cuando hay una tentación, tenemos que echar fuera las obras de Satanás y oponernos al enemigo.
Solamente entonces, podemos tener la evidencia que somos hijos de Dios.
Cuando las semillas pequeñas de la envidia y los celos fueron sembradas en su corazón, Caín debió haberlas removido inmediatamente.
Pero él dejó que crecieran, y esta semilla de pecado se desarrolló en un pecado mucho más grave, pecado de muerte.
Incluso si ustedes cometieron un grave pecado guiados por su maldad, no tienen que tratar de esconderlo ni de dar excusas. Si lo hacen, esto solamente los distanciará cada vez más de Dios, y los llevará por camino de muerte.
Tan pronto como reconozcan su falta, tienen que arrepentirse y apartarse para que puedan encontrar el camino de perdón y recibir la misericordia de Dios.
Yo espero que todos ustedes creyentes aquí presentes adoren en espíritu, moren en la luz y lleven una vida de fe en las obras del Espíritu Santo.
Al hacer esto, oro en el nombre del Señor para que puedan mostrar la evidencia de ser hijos de Dios con justicia y amor.
Amados hermanos y hermanas en Cristo, así como Caín odiaba a Abel, aquel que es injusto odia a los que practican la justicia.
1 Juan 3:13 dice, "Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece".
Aquí, el mundo se refiere a las personas que son controladas por el enemigo el diablo y Satanás, el gobernador de este mundo.
El aceite y el agua no pueden mezclarse, y la luz y las tinieblas no pueden coexistir.
Aquellos hijos del diablo que practican maldad y los hijos de Dios que practican la verdad no pueden volverse uno solo.
El enemigo el diablo y Satanás incita a la gente del mundo para que odie a los creyentes y los persiga. Tratan de hacer que los creyentes se aparten de la verdad, y que eventualmente se aparten de la salvación persiguiéndolos.
Otra razón por la cual el mundo odia a los hijos de Dios, es porque los hijos de Dios practican la justicia.
Juan 3:20-21 dice, "Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios".
Para la gente mundana, su injusticia e iniquidad son reveladas más claramente cuando los hijos de Dios practican la verdad, así que ellos odian a los creyentes.
Esta clase de cosas es común en la actualidad.
Cuando los creyentes aceptan al Señor, dejan de beber y de vivir en disipación, sus colegas o amigos dicen que ellos han cambiado y no les agradan más.
Si no aceptan el alcohol ofrecido por un jefe, ellos podrán pensar que son arrogantes y les ocasionarán dificultades.
Cuando los creyentes no se inclinan para la adoración ancestral, los miembros incrédulos de la familia o los parientes podrán perseguirlos.
Ellos dicen, "Otro creyente que conozco ha sido cristiano por mucho tiempo, y es un anciano de la iglesia. En ocasiones él toma y también hace lo que las otras personas hacen. ¿Por qué eres tú tan radical?"
Los creyentes podrán encontrarlo difícil cuando se enfrentan con tales dificultades.
Su fe podrá también ser sacudida pensando, "¿por qué tengo que pasar yo por esto? Estoy practicando la palabra de Dios y ¿cómo es que Dios no me ayuda?".
Esto se aplica más para los nuevos creyentes.
Podrán sentirse desalentados y temerosos pensando, "Yo debería recibir bendiciones por ir a la iglesia, y ¿por qué hay una dificultades a causa de eso?".
Pero Jesús dijo en Mateo 5:10-12, "Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados seréis cuando por mi causa os insulten, os persigan y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. "Gozaos y alegraos, porque vuestra recompensa es grande en los cielos, pues así persiguieron a los profetas que vivieron antes de vosotros".
Él está diciéndonos que nos alegremos y nos regocijemos aun cuando somos perseguidos sin causa, simplemente por el nombre del Señor.
Esto debe sonar muy extraño para los que no tienen fe.
Pero para ustedes que ya conocen la verdad, no es para nada extraño. Esto es obviamente verdadero.
Ustedes saben que aquellos que son perseguidos por el nombre del Señor recibirán consuelo y recompensas.
El reino de Dios será engrandecido en gran manera y Dios será glorificado inmensamente a través de la persecución injustificada.
En Hechos5, leemos que los apóstoles realizaron muchas señales y maravillas y que la iglesia primitiva tuvo un gran avivamiento.
Cuando Pedro pasaba, la gente traía a los enfermos esperando que la sombra de Pedro pudiera caer sobre ellos. Nosotros podemos ver cuán grandes eran las obras de poder.
Así que, el sumo sacerdote y sus hombres estaban llenos de envidia. Arrestaron a los apóstoles, los flagelaron y les dijeron que no predicaran el evangelio.
Incluso después de estos sufrimientos, en Hechos 5:41 dice que los apóstoles estaban 'gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre'.
Mientras predicaban el evangelio con más entusiasmo y regocijo, el reino de Dios se volvió cada vez más vigoroso.
Cuando la iglesia de Jerusalén fue destruida por la gran persecución, los creyentes que fueron dispersados predicaron el evangelio en muchos otros lugares.
Exteriormente, esto parece que los creyentes fueron perturbados y dañados por las obras de Satanás, pero de hecho un gran plan de Dios fue cumplido.
Esta es la justicia de Dios.
Cuando el Jesús sin pecado voluntariamente tomó el sufrimiento de la cruz, la puerta de salvación fue abierta para numerosas almas que se encaminaban hacia el infierno.
Es más, el Señor llegó a recibir la gloria eterna como el Rey de reyes y Señor de señores.
Jesús pudo ir gozosamente por el camino del terrible sufrimiento porque esperaba tales frutos con fe.
En la actualidad cuando los hijos de Dios reciben pruebas y persecuciones sin pecados, con seguridad se producirán buenos frutos.
Cuando la iglesia practica la verdad y manifiesta señales y maravillas, el enemigo el diablo y Satanás la perseguirá y perturbará severamente.
Cuando los creyentes oren más fervientemente y practiquen la voluntad de Dios con agradecimiento, verán mayor gloria de Dios que antes.
Continuaré hablando sobre los siguientes versículos en la siguiente sesión.
Amados hermanos y hermanas en Cristo, este día es Navidad y es el último Domingo del 2011.
Demos todo el agradecimiento y la gloria a Dios Padre quien ha protegido a todos los miembros de nuestra iglesia y nos ha bendecido en espíritu y en cuerpo a lo largo de este año.
El amor y la justicia de Dios derramada sobre esta iglesia sostuvieron la fe de muchas personas sobre la roca de la fe, permitiéndoles llegar al espíritu y al espíritu completo.
Pero nosotros no podemos detener nuestra marcha de fe en los días que aun faltan y en el próximo año nuevo.
Hasta que la mayoría de ustedes permanezcan en la roca de la fe y haya muchos guerreros de espíritu y de espíritu completo, el amor y la gracia de Dios continuarán derramándose más inmensamente.
Yo espero que ustedes ofrezcan el profundo aroma de agradecimiento y se preparen para el servicio de Año Nuevo purificando su cuerpo y su mente.
Oro en el nombre del Señor para que las bendiciones sean sobreabundantes en sus familias, lugares de trabajo y negocios en este nuevo año 2012.