[1 Juan 3: 13- 14]
19-02-2012 | Rev. Jaerock Lee
Pasaje
[1 Juan 3: 13- 14]
"Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece. Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte"
Amados hermanos y hermanas en Cristo,
Demos un vistazo a 1 Juan 3:13, continuando con la última sesión.
Este dice, "no os extrañéis si el mundo os aborrece".
El 'mundo' aquí hace referencia a la gente del mundo que no son hijos de Dios, es decir, aquellas personas mundanas que son controladas por el enemigo el diablo y Satanás, el gobernador de las tinieblas.
En ocasiones, la gente del mundo odia a las personas que creen en Dios y se oponen a ellos sin razón alguna.
Esto es cuando el enemigo el diablo y Satanás incita a las personas a perseguir a los creyentes para que se aparten de la salvación.
Otra razón por la cual el mundo odia a los creyentes es porque sus tinieblas son reveladas por medio de la luz que los creyentes emanan cuando practican la justicia.
Es por eso que el versículo dice, "no os extrañéis si el mundo os aborrece". Es una bendición ser perseguidos a causa de la justicia, así que nosotros podemos regocijarnos y dar gracias aun cuando estamos sufriendo a causa de la verdad.
El Dios de justicia trabajará entonces de forma que mayores bendiciones lleguen a Sus hijos.
Cuando ustedes son perseguidos en su familia, si simplemente se regocijan, dan gracias y actúan en bondad, eventualmente producirán el fruto de la evangelización familiar.
Esto es igual en su lugar de trabajo.
Incluso si son perseguidos por asistir a la iglesia, todas esas persecuciones se convertirán en bendiciones si ustedes se regocijan y dan gracias y actúan en bondad, honestidad y servicio.
Si se regocijan en la Ley de Dios y lo agradan a Él, Dios les permitirá tener paz incluso con sus enemigos.
Incluso aquellos que solían perseguirlos, eventualmente tendrán mayor amor por ustedes y confiarán en ustedes más que en otras personas.
Por supuesto, en algunos casos algunas personas continúan odiando a los creyentes y tratan de dañarlos sin importar cuán buenos sean con ellos.
Pero incluso en estos casos, ustedes pueden simplemente depender de Dios actuando en bondad. Dios resolverá sus problemas y recompensará de acuerdo a la bondad o a la maldad.
Ese fue el caso de Daniel. Como Daniel fue favorecido grandemente por el rey, aquellas personas que estaban celosas de él se confabularon para matarlo.
Ellos proclamaron una ordenanza que prohibía que cualquiera en el espacio de treinta días demandara petición de cualquier dios u hombre que no fuera del rey.
Daniel sabía que esta ordenanza había sido hecha para matarlo, sin embargo, él simplemente oró a Dios cada día. Eventualmente fue arrestado y lanzado al pozo de los leones.
Ustedes conocen muy bien el resultado. Dios protegió a Daniel, y ni un solo cabello de su cuerpo fue dañado a pesar que permaneció con los leones durante toda la noche.
Por medio de este incidente, el rey confió y favoreció a Daniel aun más.
Por otro lado, aquellas personas que habían confabulado este plan para matar a Daniel fueron lanzados al pozo de los leones y fueron brutalmente aniquilados.
Hermanos y hermanas, Daniel no sabía que él sobreviviría y que disfrutaría de gran honor después de ser lanzado al pozo de los leones.
Él sabía que iba a ser sentenciado a muerte por orar, pero no tuvo cuidado por su vida. Y más bien confió en Dios, por lo cual no tenía temor.
Debido a que él no quebrantó ninguna ley de Dios, se sentía muy seguro espiritualmente.
Creía que Dios obraría para bien en todo, y creía en el Dios de amor que da las mejores cosas, incluso en las pruebas que eran más duras que el pozo de los leones.
Debido a que él tenía tal confianza, estaba lleno de paz aun antes de una gran crisis y solamente podía ofrecer oraciones de agradecimiento.
Amados hermanos y hermanas en Cristo, ¿pueden ustedes también hacer lo mismo?
Sí, afortunadamente muchos de ustedes pueden.
Pero algunos otros pueden decir sí ahora, pero realmente no pueden dar gracias cuando están enfrentando pruebas.
Ustedes dicen que aman a Dios y que pueden incluso dar su vida por el Señor, pero pierden su paz frente a las pruebas.
Al grado en que tengan carne en ustedes, tienen las ondas de los pensamientos carnales llegando a ustedes, y sufren debido a diversas inquietudes y preocupaciones.
Ustedes no saben qué hacer y su tolerancia está a la baja pensando, "yo practiqué la verdad, y ¿por qué Dios me da esta dificultad? ¿Debí haberme comprometido un poco sin ser tan testarudo en cuanto a mantener el camino correcto? ¿Debería usar otro método ahora? ¿Me ayudará Dios? ¿Puedo escapar de esta crisis? Yo traté de conservar mi fe y dar gloria a Dios, pero si el resultado no es bueno, es solamente una deshonra para Dios. ¿Qué debo hacer ahora en esta situación?".
Especialmente, si esa prueba continúa por mucho más tiempo de lo anticipado, ustedes podrían también reconocer algunos de sus atributos que no pudieron reconocer antes.
Ustedes también se cansan de continuar su esfuerzo para santificarse o de cumplir con sus deberes.
Podrán incluso quejarse delante de Dios diciendo, "Me esforcé tanto, trabajé más duro que otros, amé a Dios más que otros, y ahora ¿cómo es que Dios no me bendice?".
Podrán incluso tener resentimiento delante de Dios diciendo, "Dios, hice mi mejor esfuerzo, pero ahora, ya no me importa".
O, al menos ustedes tienen fe como conocimiento así que no pueden quejarse directamente contra Dios, pero hablan palabras sintiéndose desilusionados diciendo, "Yo no puedo ser amado sin importar cuánto me esfuerce. Mi corazón no es la clase de corazón que puede ser reconocido por Dios".
Si este es el caso, esto significa que no confían en el amor de Dios.
Se han olvidado que Dios está viendo y escuchando todo sin perderse un solo momento.
Simplemente piensen en la situación de Daniel una vez más.
Qué si él tuviera alguna clase de resentimiento o hubiera pronunciado palabras de resentimiento diciendo, "Dios, yo realmente viví de acuerdo a Tu palabra, y ¿cómo puedes permitir que esto me suceda?".
Por supuesto, con su fe Daniel nunca hubiera hecho eso, pero simplemente imagínense se lo hubiera hecho.
Entonces, después que Dios lo salvo del pozo de los leones y lo exaltó más y colocó en una posición más honorable, él se habría sentido avergonzado delante de Dios recordando lo que había dicho.
Él ciertamente se habría arrepentido mucho diciendo, "¿Cómo pude decir tal cosa delante del Dios de amor que preparó cosas tan buenas para mí? ¿Por qué no pude confiar en Él completamente?".