• Estudio basado en Génesis (81)

    [Génesis 3:21-22]

    24-02-2012 | Rev. Jaerock Lee

    • Escritura

      Génesis 3:21-22
      [21] Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.
      [22] Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.


      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      Este es el 81o estudio de Génesis.
      Ya que Adán y Eva debían abandonar el Huerto del Edén, Dios el Padre les hizo túnicas de pieles y los vistió.
      Estas túnicas de pieles representaban una expresión de la consideración amorosa de Dios Padre, y fue el vínculo de unión de Su gracia y salvación con Adán.
      Dios el Padre dio esta 'muestra de amor' a Adán y Eva quienes estaban a punto de partir para someterse al cultivo de la humanidad.
      Esto es lo que les expliqué en el último estudio.
      Desde ese entonces, Dios el Padre ha demostrado Sus muestras de amor también a los descendientes de Adán.
      Aunque Israel cometió pecado y olvidó a Dios, Él no se olvidó de Israel.
      Aunque Dios tenía un amor no correspondido por Israel, Él se mantuvo enviando Su mensaje de amor por medio de los profetas.
      Me gustaría hablarles acerca de algunos de ellos:
      En Isaías 49:15-16 dice: "¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros".
      Jeremías 31:3 expresa: "Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia".
      Más adelante, en Jeremías 31:20 leemos: "¿No es Efraín (se refiere al norte de Israel) hijo precioso para mí? ¿no es niño en quien me deleito? pues desde que hablé de él, me he acordado de él constantemente. Por eso mis entrañas se conmovieron por él; ciertamente tendré de él misericordia, dice Jehová".
      Oseas 11:1 declara: "Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo".
      Y Oseas 11:4 dice: "Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida".
      Dios no amó únicamente a los israelitas;
      Él tuvo misericordia también de los gentiles y mostró Su amor incluso a los asirios que eran enemigos de los israelitas.
      Es decir, en Jonás 4:11, Dios declaró: "¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?"
      Nuestro Señor Jesús declaró también cuánto amaba Dios el Padre a los israelitas.
      En Mateo 23:37, Él dijo: "¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!"
      ¿Han recibido ustedes la muestra de amor de parte de Dios el Padre?
      Dios el Padre ha dado a la humanidad una muestra grande y definitiva de amor.
      Romanos 5:8 declara: "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros".
      Jesús, quien vino a este mundo como Salvador hace más de dos mil años atrás, es la muestra del amor de Dios por nosotros.
      El Espíritu Santo confirma continuamente este gran amor de Dios por nosotros.
      Es decir, en Romanos 5:5 dice: "...y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado".
      Esto significa que Dios derramó Su amor en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que Dios nos dio.
      De hecho, Dios el Padre dio a la humanidad un amor no merecido.
      Los miembros de Manmin, de manera especial, han recibido gracia increíble e inimaginable este año, al igual que el año anterior.
      Todos ustedes han sido muy bendecidos al recibir la muestra de amor de parte de Dios el Padre y del Señor.
      Ese amor no debe apagarse; más bien debe arder cada vez más hasta el día del regreso del Señor.
      Ruego en el nombre del Señor Jesucristo, que ustedes sean llenos del amor que no pueden obtener en ningún otro lugar del mundo y que no pueden cambiar por nada en este mundo.
      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      Continuemos ahora analizando Génesis 3:22.
      "Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre".
      Este verso empieza diciendo: "Y dijo Jehová Dios...", pero a continuación está la expresión que dice: "He aquí el hombre es como uno de nosotros..."
      En base a esto entendemos que Dios el Padre no era el único ahí;
      Él habló con Dios el Hijo y el Espíritu Santo acerca de Adán.
      Dios el Padre sabía bien qué tipo de castigo recibiría Adán en justicia como precio a ser pagado por su pecado.
      No obstante, Dios no expulsó a Adán a la Tierra de manera inmediata.
      Dios la Trinidad, estando juntos, profundamente meditaron en esto una vez más.
      Asimismo, Dios la Trinidad posee la humanidad para comprender el corazón de los seres humanos.
      Claro está que posee también divinidad absoluta.
      Es más, Dios la Trinidad lleva a cabo las obras estando siempre juntos.
      Nunca una sola Entidad del Dios la Trinidad procede a realizar una obra de modo arbitrario. Sino que siempre obran juntos.
      Dios la Trinidad se separó del Dios Original, pero no son tres personas simplemente en su apariencia externa.
      De esta manera uniforme se separó el poder, la divinidad y la humanidad.
      Sin embargo, dependiendo de su propio rol, la proporción entre divinidad y humanidad manifestada quizás varía entre las Tres entidades.
      Dios el Hijo tiene más divinidad que humanidad si se lo compara con el Espíritu Santo.
      Esto también implica que el Espíritu Santo tiene más humanidad que la de Dios el Hijo.
      Por cierto, Dios el Hijo y el Espíritu Santo son Hijos de Dios el Padre y sus posiciones son distintas a las de Dios el Padre.
      Dios el Padre, sin embargo, considera y trata a los dos como entidades iguales a Dios.
      Permítanme presentar una alegoría:
      Digamos que ustedes son jefes de una compañía, y tienen dos hijos.
      Estos dos hijos crecieron y ganaron experiencia; ahora están listos para administrar la compañía junto a su padre.
      Luego estos hijos se convierten en funcionarios ejecutivos que administran la empresa.
      Y entonces un incidente importante se presenta en la compañía.
      Ustedes, en calidad de jefes, podrían convocar a una reunión de directorio y pedir su opinión.
      Ya que son jefes de la empresa, tratarán a sus hijos de modo equitativo como ejecutivos del directorio.
      Si en verdad desean tratarlos con equidad, aunque tengan una opinión diferente a la suya, tendrán que prestarles atención.
      "Tú eres mi hijo, así que solo sigue mi voluntad"; pues no los obligarán a estar de acuerdo con ustedes de manera incondicional.
      Deberán respetarlos y aceptar el hecho de que sus ideas podrían ser correctas.
      Nuestro Dios el Padre también trató a Dios el Hijo y el Espíritu Santo como entidades iguales al Dios Original.
      Él no hace discriminación o diferencia entre ellos.
      No estoy diciendo que Dios la Trinidad difiere en sus opiniones de vez en cuando.
      Dios el Padre, Dios el Hijo y el Espíritu Santo siempre comparten la misma opinión respecto a un mismo asunto.
      Dios la Trinidad es Uno en corazón y voluntad dentro de la bondad, amor y justicia.
      Es por eso que Jesús ofreció la siguiente oración a Dios el Padre antes de ser arrestado:
      "Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros" (Juan 17:11).
      En este caso, al hablar de "ellos" Jesús se refiere a Sus discípulos a quienes iba a dejar; esto en un sentido limitado. Pero un sentido más amplio se refiere a todos los que creen en Jesucristo y llegan a ser hijos de Dios.
      Al igual que Dios la Trinidad que es una entidad en perfecta unidad, Jesús clamó desesperadamente para que los hijos de Dios también se convirtieran en uno con Dios.
      Ya que Dios es espíritu, si ustedes alcanzan el corazón del espíritu, podrán también llegar a ser uno con Dios.
      Ya que Dios es santo, en calidad de hijos de Dios, ustedes también deberían ser santos.
      Jesús dijo en Mateo 5:48: "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto".
      En la medida en que alcancen la santidad y perfección, podrán llegar a ser uno con Dios; cada uno de ustedes puede alcanzar esa unidad unos a otros.
      Si alguno no está en la verdad y siente que debe estar en paz con alguien solo por obligación, entonces no está en unidad con aquel en la verdad.
      Ambos, al permanecer en la verdad, deben unificarse de manera natural.
      Muchos de ustedes han superado el nivel de la Roca de la fe, y se han sumergido en el espíritu.
      El número de aquellos que se unifican en la verdad está en incremento.
      Al igual que una cuerda que se ensancha y cobra fuerza, ustedes se están fortaleciendo en lo espiritual en unidad.
      Nadie puede separarlos; nadie tiene la fuerza para desviarlos del camino.
      Con esta fortaleza espiritual en unidad, se levantarán en contra del anticristo hasta el fin del mundo y cumplirán con la visión que Dios el Padre les ha encomendado.
      Les animo en el nombre del Señor para que más de ustedes se sumerjan en el espíritu y espíritu completo, y que así añadan más fortaleza espiritual.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      Hasta ahora les he dicho que Dios la Trinidad meditó profundamente en el asunto relacionado con Adán.
      Dios el Padre dijo al momento: "He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal..."
      En este sentido, al hablar del 'hombre' se refiere a Adán, e incluye también a Eva.
      Ya que Adán también representa a Eva, lo que Dios le dijo a Adán le corresponde de igual manera a Eva.
      Adán fue creado como el primer hombre, y Eva fue creada de una parte del cuerpo de Adán.
      Adán fue quien recibió el poder y la autoridad de parte de Dios el Padre.
      Entonces, ¿qué significa el hecho de que Adán habría llegado a ser como uno de Dios la Trinidad, sabiendo el bien y el mal?
      Significa que, aunque Adán solía conocer solo el bien, ese momento llegó también a conocer el mal.
      Dios la Trinidad es la bondad en sí, no obstante, puede comprender incluso las profundidades de la maldad.
      El mundo de los espíritus malignos no puede evadir el control de Dios.
      Por tanto, así como Dios conoce lo bueno y lo malo, Adán había llegado a conocer ambos ámbitos también.
      Sin embargo, el nivel de comprensión de lo bueno y lo malo era muy distinto.
      Para ayudarles a comprender mejor, permítanme explicarles la situación de Adán.
      Después que Adán fue creado con el polvo de la tierra de este mundo, llegó a ser un ser viviente por medio del aliento de vida que Dios el Padre sopló en él.
      El ser viviente es un espíritu incompleto que no posee divinidad ni humanidad al igual que Dios el Padre.
      La humanidad que tuvo Adán, un ser viviente, también fue diferente a la humanidad que posee un hombre carnal.
      Esto se debió a que él adquirió su humanidad por medio del conocimiento que Dios le dio sin comprender nada a través de la relatividad.
      Adán tenía el conocimiento y la capacidad que pertenecían al espíritu, pero una fracción extremadamente pequeña si se compara con lo que Dios la Trinidad poseía.
      Este fue el Adán que comió del árbol de la ciencia del bien y del mal y que luego se dio cuenta de la existencia de un nuevo mundo que no había conocido antes.
      Llegó a saber que existe la maldad, no solo la bondad, y que hay un mundo de falsedades, no solo de verdad.
      El hecho en sí de adquirir nuevos conocimientos no es un pecado.
      Sin embargo, se tornó pecado para él el hecho de entrar en el nuevo mundo de maldad y falsedad en lugar de haber permanecido en el mundo de bondad y verdad.
      Al comer el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, Adán había entrado en el mundo de las tinieblas.
      Esto se debió a que cometió el evidente pecado de desobediencia de la Palabra de Dios.
      En consecuencia, Adán dejó de ser un espíritu viviente y pasó a ser un hombre carnal.
      Un hombre de la carne no puede vivir en el Huerto del Edén, que es un espacio espiritual.
      El lugar apropiado para que viva un hombre carnal es este mundo, que es un espacio carnal.
      Considerando todas estas cosas, Dios la Trinidad decidió trasladar a Adán y Eva desde el Huerto del Edén hasta este mundo.
      Es por eso que dijo: "...ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre".
      Esta afirmación nos habla también del efecto del fruto del árbol de la vida.
      Incluso Adán, quien había pecado, podía vivir para siempre si comía del árbol de la vida.
      Aun así, hay una razón más importante por la que Dios dijo eso en medio de esta situación:
      Al decirlo, Dios llegó a la conclusión de que para Adán, quien había caído y se había convertido en un hombre carnal, no había otra opción más que ser expulsado del Huerto del Edén.
      Significa que Adán pudo haber disfrutado de una vida eterna en Huerto del Edén, pero al momento era apremiante que siguiera el orden de la carne en el mundo carnal.
      Por eso Dios preparó todo para expulsar a Adán y Eva.
      Pero, ¿fue este el fin para Adán? ¡No, claro que no!
      Dios el Padre sabía de antemano que Adán eventualmente se arrepentiría y recibiría salvación aunque viviría en el mundo carnal.
      Entonces Adán lograría vivir una vida eterna a un nivel superior al del Huerto del Edén.
      A diferencia de su vida en el Huerto del Edén, mientras Adán recibía el cultivo de la humanidad, desarrolló una diferencia en su humanidad.
      Dije anteriormente que la humanidad de Adán, el ser viviente, era una humanidad a modo de conocimiento.
      Él llegó a poseer la humanidad con la que podía aprender de la experiencia de la relatividad con su corazón y cuerpo.
      Por ejemplo: el gozo de un hombre que ha experimentado la angustia es diferente al gozo de aquel que no comprende lo que es el gozo y la angustia.
      La felicidad de un hombre que ha experimentado sufrimiento es distinta en profundidad y concentración a la felicidad de alguien que jamás ha experimentado felicidad o sufrimiento.
      ¿Qué hay respecto a la humanidad de Dios la Trinidad?
      Vamos a compararla con la humanidad de un hombre carnal...
      La humanidad de Dios es la humanidad espiritual que corresponde a la divinidad, mientras que la humanidad de un hombre es humanidad carnal.
      La humanidad de Dios es la que practica solo lo bueno mientras discierne entre lo bueno y lo malo con perfección.
      Por otro lado, la humanidad que posee un hombre carnal no discierne con perfección entre lo bueno y lo malo, y es manejada por sus sentimientos y emociones.
      Por ejemplo: pensemos en el amor...
      Ya que Dios ama las almas, Él ofreció voluntariamente incluso a Su Hijo unigénito.
      Él mostró amor supremo y máximo que puede sacrificarse y ofrecerse en Su totalidad.
      A diferencia de este amor espiritual de Dios, el hombre ama de manera carnal.
      Dice amar a alguien, pero podría también odiar a aquella persona si no le es de beneficio.
      No pueden soportar algo y se enojan con facilidad; aman hoy, pero odian al siguiente día, dependiendo de sus sentimientos.
      Causan dificultades a la vida de los demás solo para satisfacer sus propia lujuria.
      ...esta es la manera de amar del hombre carnal.
      Aun así, Dios dice que podemos poseer también la humanidad espiritual que Él posee.
      En 2 Pedro 1:4 leemos: "Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia".
      En la medida en que nos abstengamos de los atributos carnales y alcancemos un corazón espiritual, podremos poseer la naturaleza divina.
      Es decir, su humanidad se transforma en humanidad espiritual.
      Esta se asemeja a la humanidad de Dios.
      Sin embargo, no podrán tener la misma humanidad de Dios.
      Porque Dios tiene humanidad, así como también la perfecta divinidad.
      La humanidad perfecta emana de una divinidad perfecta, y viceversa.
      Ya que el hombre no puede poseer la divinidad perfecta, su humanidad puede tornarse idéntica a la de Dios.
      Sin embargo, en la medida en que su corazón se transforme a lo espiritual, podrá recibir la divinidad que pertenece a Dios.
      En la medida de la divinidad que reciba, su humanidad también se tornará diferente.
      Si observan de manera cercana a Jesús tal como está descrito en los cuatro Evangelios, podrán entender la divinidad y la humanidad de Dios.
      Él manifestó poder impresionante, pero no se jactó de ello. Él era gentil, pero no toleraba la injusticia.
      Entre los antepasados de la fe, Elías, Enoc, Abraham y Moisés estaban llenos de la divinidad y humanidad que pertenece a Dios.
      Y así, Elías fue arrebatado vivo, y Enoc pudo caminar con Dios incluso en este mundo.
      Abraham fue llamado 'amigo de Dios' y Moisés habló con Dios como si lo hacía con un amigo.
      Anhelo que muchos de ustedes alcancen el espíritu completo y que posean a plenitud la naturaleza divina.
      Dios el Padre me ha dicho que explicará cómo alcanzar este nivel durante el próximo Seminario para Líderes de Distrito y Célula de este año.
      El objetivo principal del Seminario anterior fue aquellos que se levantarían sobre la roca de la fe, pero este año serán aquellos que se han sumergido en el espíritu.
      Por consiguiente, ruego en el nombre del Señor Jesucristo que todos ustedes ciertamente se sumerjan en el espíritu durante el primer semestre de este año.


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