[Filipenses 4:8-9]
11-03-2012 | Rev. Jaerock Lee
Pasaje
[Filipenses 4:8-9]
"Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros".
Esta es la décima sesión de la serie 'Deficiencias del cuerpo'.
Al hablar de 'Deficiencias del cuerpo' nos referimos a la condición en la que se carece de la habilidad mental o física básica, o el estado en el que se tienen emociones significativamente diferentes a las de las demás personas porque no se ha pasado por el proceso que se debió haber vivido a través de las fases de ver, sentir y actuar.
Ustedes pueden sumergirse al espíritu y espíritu completo únicamente cuando comprendan estas cosas, una por una, y se abstengan de ellas.
Hay cosas que pueden comprender bien al escuchar el mensaje al respecto, pero todavía no están dispuestos en verdad a ponerlas en práctica en sus vidas cotidianas.
Esto se debe a que en realidad no han comprendido que lo que tienen son deficiencias, o porque en verdad no desean poner en práctica lo que han decidido hacer.
En tales casos, carecen de fuerza de voluntad, paciencia, dominio propio y concentración. Hoy voy a hablar acerca de estas cosas.
Continuemos examinando las deficiencias del cuerpo.
[Mensaje principal]
Amados hermanos y hermanas en Cristo:
Para sumergirse en el espíritu deben compensar sus deficiencias en su fuerza de voluntad, paciencia, dominio propio y concentración.
Cosas tales como hacer mañana lo que deben hacer hoy, no poder concentrarse en algo importante, y no poder hacer lo que se ha decidido hacer son obstáculos que les impiden sumergirse al espíritu.
Por ejemplo: supongamos que hay una persona quien fracasa con frecuencia en su dieta.
¿Cuál es la razón por la que no logran bajar de peso a pesar de que sienten la necesidad y toman la decisión de hacerlo?
En muchos casos, quebrantan su propia decisión de comer menos ya que no pueden superar la tentación de las comidas que les agradan.
Dicen: "Primero comeré esta comida que me gusta", o "comeré solo un poco hoy, y mañana empezaré mi dieta otra vez".
O también, empiezan su dieta con una determinación muy firme, pero pronto se debilita.
Renuncian a su dieta, pensando: "¿En verdad debo bajar de peso? Es mejor vivir de manera cómoda..."
O presentan muchos tipos de excusas.
Se consuelan a sí mismos pensando: "Yo no como mucho, pero básicamente tengo una constitución que gana peso con facilidad".
Además posponen su dieta, diciendo: "No se trata de no poder bajar de peso. Puedo hacerlo cuando quiera, así que no tengo que hacerlo justamente ahora".
Pero la gente que fracasa en asuntos cotidianos como estos, tiene patrones similares en sus vidas cristianas.
Por ejemplo: digamos que una persona de estas decide ir a la iglesia después del trabajo cada día para orar por una hora.
Pero al finalizar el día se siente muy cansado y quiere recostarse por un momento en casa.
Se apresura hasta su casa y se recuesta. Se siente muy cómodo en sus cálidas frazadas.
Sus ojos se cierran y no logra levantarse otra vez.
¿Qué sucede entonces?
Lo mismo que sucede cuando fracasa en su dieta.
Dice: "Puedo hacerlo otro día si así lo deseo, pero hoy no me siento bien y sé que necesito descansar para estar en buenas condiciones físicas. En realidad no debo comenzar a hacerlo hoy. Simplemente voy a empezar a orar desde mañana".
Continúa postergando las cosas 'hasta mañana', y lo hace una y otra vez.
Ya que esto continúa por un tiempo, luego simplemente descansa en casa todo el tiempo sin siquiera poner excusas.
Algunas personas escuchan la Palabra de Dios y deciden cambiar sus malos hábitos, pero en el transcurso del tiempo cambian de parecer.
Por ejemplo: una persona que con frecuencia llega tarde a los servicios de adoración u otras reuniones, decide cambiar su corazón luego de escuchar acerca de la impuntualidad.
Después de escuchar el mensaje siente remordimiento de consciencia, y piensa también en lo que los demás posiblemente piensan de ella. Por tanto, se hace puntual durante varias semanas.
Pero después de un par de meses su cargo de consciencia se debilita y regresa a sus hábitos antiguos.
Se retrasa por alguna razón, y llega tarde por alguna otra razón. De esta manera regresa a su condición anterior.
Permítanme darles otro ejemplo:
Supongamos que una persona que dice chismes decide hablar únicamente la verdad.
Algún tiempo después observa una falta en una hermana, digamos que es la Diaconisa Kim, y entonces siente muchos deseos por difundir la falta.
Pero mantiene su boca cerrada pensando en su decisión de no hablar de aquellas cosas.
Sin embargo, alguien se le acerca y le dice: "La Diaconisa Kim tiene algunos problemas...".
Al momento su decisión se desvanece en el aire.
Murmura sobre la Diaconisa Kim fingiendo estar preocupada por ella, diciendo: "¿En verdad? En realidad no quería decir esto, pero yo también vi lo mismo. Me preocupa porque ella tiene que cambiar".
Si esta persona no puede guardar su corazón así, ¿cuándo cultivará la santidad?
Hermanos y hermanas,
Incluso antes de aceptar al Señor yo traté de mantenerme firme en todas mis decisiones.
Como expliqué antes, cuando estaba estudiando, bebía mucha agua antes de ir a la cama para poder levantarme temprano en la mañana.
En esa edad tan joven, y en especial durante las frías mañanas de invierno, era muy difícil salir de la cama.
Así que bebía mucha agua antes de dormir para entonces levantarme e ir al baño.
Asimismo, desde que era muy joven, si no cumplía con lo que me había propuesto, me castigaba a mí mismo.
Entrené mi vida para guardar mi corazón aunque significara castigarme a mí mismo.
Ya que intentaba no dar lugar a ninguna deficiencia en mí, me era más fácil llevar una vida cristiana después de aceptar al Señor.
Simplemente obedecí todas las palabras de Dios que nos decían qué hacer, no hacer, qué guardar o de qué cosas abstenernos.
Si Dios me ordenaba que hiciera algo, aunque hayan pasado ya 30 años, jamás he cambiado mi actitud con respecto a la obediencia.
Hermanos y hermanas:
Incluso en el mundo la gente dice que el pensamiento positivo, el dominio propio, la determinación y la concentración son factores importantes para una vida exitosa.
Permítanme compartirles unos resultados muy conocidos:
Se hizo un grupo de niños de cuatro años, y a cada uno se le dio una bolsa de panecillos dulces.
Podían comerlos inmediatamente si deseaban, pero si esperaban por 15 minutos recibirían otra bolsa.
Algunos niños los comieron enseguida, mientras que otros esperaron los 15 minutos.
Para suprimir el apetito hasta el final, algunos de ellos se taparon los ojos, mientras que otros cantaron canciones o jugaron juegos para desviar su interés.
En fin, aquellos que fueron pacientes por 15 minutos recibieron otra bolsa de panecillos para comer.
Lo más importante es el resultado obtenido 15 años después.
Al llegar a ser jóvenes adultos, aquellos niños que no fueron pacientes por 15 minutos sufrieron ante situaciones de estrés. Además siempre tuvieron problemas para prestar atención. Y se detectó que no lograban mantener sus amistades.
Pero aquellos que fueron pacientes por 15 minutos se adaptaron bien en los asuntos escolares y familiares, y eran populares entre sus amigos.
El niño que pudo esperar los 15 minutos tuvo notas en su examen de aptitud escolástica (SAT) que promediaban los doscientos diez puntos por encima de las calificaciones de los niños que no lograron esperar tan solo un corto período de tiempo.
Al crecer, los niños disciplinados se desenvolvieron mucho mejor en todo porque tuvieron la capacidad de ser pacientes y retrasar la gratificación.
Por lo tanto, ustedes estudiantes en particular deben recordar esta historia y corregir cualquier deficiencia.
Entonces podrán alcanzar la santificación con más rapidez, así como obtener buenas calificaciones en sus estudios.
Claro está que esto también es necesario para los adultos.
Mencionaré esto nuevamente más adelante, pero ustedes necesitan esforzarse de modo continuo si desean remediar sus deficiencias.
Si deciden estudiar por tres horas al día, deben esforzarse por hacerlo con determinación.
Deben sentarse al escritorio durante tres horas sin importar lo que suceda.
Al principio quizás no logren enfocarse y les parecerá difícil, pero deben practicar para mantener la concentración y el enfoque.
Si deciden orar por una hora diaria, deben separar el tiempo para hacerlo sin importar qué otras cosas quizás tengan que hacer.
No deben posponerlo diciendo que están cansados u ocupados.
Tampoco deben cambiar de idea a la mitad, diciendo: "No logro concentrarme hoy, así que solo oraré por media hora".
Deben entrenarse a sí mismos para hacer lo que han decidido hacer, de modo que puedan rectificar cualquier deficiencia que quizás tengan.
Cuando yo era estudiante, me castigaba a mí mismo si no guardaba una promesa que me había hecho.
Me entrené para guardar mis decisiones y ser paciente, y así no me fue difícil alejar los pecados en mi vida como cristiano.
Me esforcé por alcanzar cualquier meta que fijaba sin rendirme a la mitad.
El corazón inmutable y veraz es muy importante para entrar en el espíritu.
Pueden guardar sus corazones en el Señor solo si tienen la fuerza para controlarse a sí mismos y sus deseos, y para ser pacientes.
Amados hermanos y hermanas en Cristo: Hasta ahora les he presentado ejemplos específicos de las deficiencias del cuerpo.
Algunos de ustedes quizás piensan que tienen solo pocas deficiencias porque están llenos de la verdad hasta cierto punto.
Otros quizás piensen: "Las deficiencias del cuerpo se refieren a muchas cosas, incluyendo nuestro corazón, pensamientos, palabras y comportamiento. La mayoría de estas cosas me corresponden, y no sé qué hacer para cambiar".
Ahora, ¿cómo podemos resolver estos problemas de las deficiencias del cuerpo?
De hecho, hay muchos tipos de deficiencias del cuerpo que no son fáciles de identificar y cambiar ya que no es fácil descubrirse a sí mismo, ni siquiera al escuchar muchos mensajes.
Pero nada será imposible con la ayuda del Espíritu Santo.
Les animo a orar con sinceridad pidiendo la ayuda del Espíritu Santo.
Primeramente deben orar con todo el corazón para descubrir cuáles son sus deficiencias. Oren para descubrir las cosas que no han logrado identificar, las cosas que no han mantenido en mente y las que no están practicando.
Al orar de este modo podrán verse a sí mismos como en un espejo gracias a la obra del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo les recordará estas cosas como si estuviera explicando cada escena de su memoria, para que puedan darse cuenta que tienen ciertas deficiencias por causa de ciertos tipos de procesos.
Mientras oran, deben tratar de practicar lo que deben hacer.
Filipenses 4:9 dice: "Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros".
Como está escrito, pueden empezar a practicar lo que han aprendido, recibido y escuchado en la verdad.
Si descubren algo pequeño, no deben ignorarlo pensando que no pueden sumergirse en el espíritu con solo cambiar esa cosa pequeña,
No deben darse por vencidos después de tratar exitosamente de cambiar.
Deben seguir haciendo lo correcto hasta el final sin presentar ninguna excusa.
Les di esta ilustración una vez, pero nuevamente digamos que una persona que no lograba ser ordenada, ahora intenta cambiar.
Se esfuerza por clasificar las cosas diversas y poner cada una en el lugar correcto.
Es un conjunto de reglas sencillas, pero para una persona que nunca lo ha hecho, se requiere de mucho esfuerzo.
A veces tiene que salir al apuro, o siente poner las cosas en cualquier lugar porque está cansado.
Si esto les suena muy familiar, anhelo que continúen poniendo las cosas en orden, pero que también cultiven un corazón inmutable, para que cubran sus deficiencias y puedan sumergirse en el espíritu.
Con tan solo estos pequeños hábitos en sus cuerpos, pueden cambiar muchos aspectos de sus vidas.
[Conclusión] Efesios 5:26-27 explica acerca de la razón por la que el Señor entregó Su cuerpo para salvarnos.
Dice: "Para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha".
Hasta ahora he explicado las deficiencias del cuerpo en varias sesiones.
Anhelo que ustedes, amados miembros, lleguen a ser santos, sin culpa ni mancha, como hijos de Dios.
Ruego en el nombre del Señor que ustedes glorifiquen a Dios en cada momento de sus vidas, no solo al abstenerse del pecado y la maldad, sino también al emanar el aroma de Cristo en todo tiempo y lugar.