[Ezequiel 47:1-5, Mateo 5:20]
08-07-2012 | Rev. Jaerock Lee
[Pasaje]
[Ezequiel 47:1-5]
"Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar. Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente; y vi que las aguas salían del lado derecho. Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado.".
Mateo 5:20 "Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos."
Este es el 16.o estudio de la serie 'Dios mide nuestra fe'.
Espiritualmente el agua simboliza la Palabra de Dios.
En el pasaje de las Escrituras de hoy, la fe se mide de acuerdo a la extensión en que el cuerpo se sumerge en el agua.
A través de este pasaje podemos comprender la importancia de la Palabra de Dios en nuestras vidas cristianas.
Sin embargo, se dice que algunas de las iglesias hoy en día consideran la Palabra de Dios a la ligera.
En vez de la Palabra ponen más énfasis en la alabanza, la comunión o el servicio social.
Además dicen que, aunque la Palabra de Dios es predicada, los mensajes que los miembros de la iglesia no quieren escuchar no deben predicar.
Tratan de evitar los mensajes acerca de los diezmos, guardar el día del Señor como un día santo y señalar los pecados que podrían poner una carga sobre los miembros de la iglesia.
Sin embargo, estos son los mensajes fundamentales que los creyentes deberían escuchar.
En especial los mensajes sobre el 'pecado' son esenciales en el camino a la cruz, es decir, el camino a la salvación.
Por lo tanto, debemos tomar este mensaje como nuestro pan espiritual.
De todas las palabras en los 66 libros de la Biblia, debemos aceptar no solo el contenido sobre el amor, la gracia y las bendiciones sino también sobre los pecados y los castigos.
Si nos alimentamos de una dieta desequilibrada tan solo de las cosas que nos gustan, se dará lugar a la desnutrición y, eventualmente, dañaremos nuestros cuerpos.
Lo mismo sucede con la Palabra de Dios.
No solo debemos tomar las palabras que nos agradan sino toda la Palabra de Dios para que de esta manera podamos estar espiritualmente saludables y poseamos por completo la vida espiritual.
Hoy les hablaré acerca de los casos que dan como resultado el no recibir la salvación debido a que no se acepta toda la Palabra de Dios.
Ruego en el nombre del Señor que ustedes puedan entender completamente el significado del mensaje y que obtengan vida eterna y en abundancia.
[Mensaje] Amados hermanos y hermanas en Cristo: en el último estudio vimos que, entre los pecados que despojan de la salvación mencioné el sexto, el cual concierne a 'la obra evidente de la carne'.
El séptimo entre los pecados que despojan de la salvación corresponde al caso en el que la justicia de una persona no es mayor que los escribas y fariseos.
En Mateo 5:20, Jesús dijo:
"Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos".
El hecho de no 'entrar en el reino de los cielos' significa que no se puede ser salvo.
En este caso la palabra justicia implica actuar correctamente a los ojos de Dios.
¿Cuáles son los tipos de actos que Dios dice que son correctos?
Estos actos se dan cuando ponemos la Palabra de Dios en práctica.
En conclusión, la justicia es poner en práctica la Palabra de Dios.
Los escribas y los fariseos guardaban la Ley de Moisés, la Palabra de Dios, de manera estricta.
Los fariseos eran aquellos que guardaban la ley de manera más estricta entre los judíos.
Ellos eludían todo aquello que estaba en contra de la Ley.
Lo mismo hicieron los escribas.
Los escribas eran aquellos que interpretaban la ley y hacían documentos basados en la Ley, y tenían un conocimiento profundo sobre la misma.
En su apariencia externa eran irreprochables a la hora de guardar la ley.
En muchos lugares de la Biblia podemos ver cuán estrictamente intentaban guardar la Ley.
Por ejemplo: no solo guardaban la Ley dada por Moisés, sino que además guardaban de manera estricta la tradición de los ancianos.
Mateo 15:2 dice: "¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan".
La tradición de los ancianos no era parte de la Ley de Dios sino reglas impuestas por hombres.
Eran regulaciones que fueron agregadas por los hombres mientras interpretaban la Ley de Dios.
Los fariseos guardan esas regulaciones de manera muy estricta.
Especialmente para guardar el día de reposo, ellos mantenían las tradiciones de los ancianos, las cuales eran muy complicadas.
Y a los ojos de estas personas parecía que Jesús y Sus discípulos estaban quebrantando el día de reposo varias veces.
Incluso persiguieron a Jesús por sanar a un enfermo en el día de reposo.
Por ejemplo: en Juan 5 Jesús sanó en Betesda a una persona que había estado enferma por 38 años.
El verso 16 dice: "Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo".
Ellos desestimaron la buena obra de sanar a una persona enferma como un trabajo que no debía realizarse en el día de reposo.
Cuando la persona enferma que había sido sanada tomó su camilla y empezó a caminar, lo criticaron diciendo: "Es día de reposo, y no está permitido que usted cargue su camilla".
Ellos consideraban que el cargar un objeto pesado era un trabajo.
Claro está que, al no ser capaces de entender realmente la voluntad de Dios que nos manda a guardar el día de reposo como un día santo, lo hicieron debido a la ignorancia espiritual y la maldad.
Por otra parte, podemos también entender que ellos sí intentaron guardar la ley de manera estricta.
El apóstol Pablo dijo antes de encontrarse con el Señor, que él era un fariseo irreprensible en cuanto a la justicia que es en la ley.
Filipenses 3:5-6 dice: "...hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible".
Podemos concluir que él era una persona muy apasionada acerca de guardar la ley ya que había dicho que era irreprensible al referirse a la ley.
Jesús dijo que no podemos entrar al reino de los Cielos a menos que nuestra justicia sea mejor que la de los fariseos y escribas.
Hermanos y hermanas, ¿cómo podemos obtener el reconocimiento del Señor al ver que nuestra justicia es mejor que la de los fariseos y escribas?
¿Debemos también guardar todas las tradiciones de los ancianos además de la ley?
Yo creo que ustedes ya comprendieron que no es así.
Ser justo no significa que podemos ser salvos solo cuando guardamos la Ley de manera más perfecta que los escribas y fariseos.
Ellos eran irreprensibles en cuanto a las obras externas; sin embargo, guardaban la ley como una formalidad y únicamente en sus acciones.
Debido a que solo guardaban la ley por fuera, no la guardaban por completo.
Mateo 5:19 dice: "De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos".
Está diciendo que cualquiera que quebrante algunos de estos pequeños mandamientos y enseñe a los demás a hacer lo mismo, será llamado pequeño en el reino de los cielos.
Por lo tanto, ¿qué piensan que pasaría si anulamos algunos de los grandes mandamientos?
Podemos inferir en base a los pasajes antes mencionados que será difícil que recibamos salvación.
Y, aunque obtengamos salvación, nuestra condición será frágil y seremos llamados pequeños en el reino de los cielos.
Este fue el caso con los escribas y fariseos.
Ellos decían que guardaban la ley, pero descartaban la esencia y solo guardaban la apariencia de la ley.
Lo que ellos perdían era el corazón, es decir la justicia, la misericordia y la fidelidad.
Jesús dijo, en Mateo 23:23: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe...".
Y luego Jesús dijo: "...esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello".
Esto quiere decir que podemos guardar muy bien la Ley cuando la guardamos no solo con nuestras acciones sino también con el corazón.
Los fariseos y los escribas no guardaban la Ley de esta manera.
Ellos solo controlaban sus acciones mientras que sus corazones estaban llenos de pecados y maldad.
Es por eso que Jesús los reprendió y les dijo: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!"
Por consiguiente, el significado inmerso en las palabras de Jesús al decir que 'nuestra justicia debe ser mejor que la de los escribas y fariseos' es el siguiente:
Aquellos que únicamente toman lo que les gusta y están de acuerdo con ello, pero descartan lo que no les gusta de la Palabra de Dios, los que guardan solo lo que pueden y descartan el resto y que además enseñan a los demás a hacer lo mismo, no pueden ser salvos.
Lo que es realmente desgarrador hoy en día es que, entre muchos en el Señor encontramos una gran cantidad de personas que pertenece a esta categoría y, especialmente, entre los predicadores.
Toman la palabra con la que están en acuerdo, pero descartan las palabras con las que no están de acuerdo.
Por ejemplo, Mateo 5:28 dice: "Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón".
Algunas personas dicen: "¿Cómo podemos desechar por sí solos una mente adúltera de nuestro corazón?", y descartan la Palabra de Dios.
Dicen creer que la Palabra de Dios es la verdad, pero si no la pueden guardar, la rechazan y enseñan a los demás a hacer lo mismo.
Otros rechazan la Palabra de Dios que no está de acuerdo con el sentido común o el conocimiento común del mundo.
Por ejemplo, la Biblia nos habla claramente acerca del reino espiritual.
Sin embargo, algunas denominaciones o iglesias no creen realmente en el reino espiritual.
Si alguien dice que ha visto un ángel o que ha escuchado la voz de Dios, no vacilan en criticar a tal persona dentro de los límites de su conocimiento y experiencia diciendo que está equivocada y es herética, o dicen que es misticismo.
También mencionan algunas partes de la Biblia de maneras equivocadas para criticar a dichas personas.
Es igual que condenar a Jesús con la Ley y la tradición de los ancianos.
Además hay algunas personas que reconocen la Palabra solo en la medida en que están dispuestos a creer.
Como está escrito en la Biblia, si alguien enseña que el final está cerca y que hay que estar alertas, lo consideran como alguien extraño.
Al mismo tiempo ellos asisten a la iglesia casualmente.
Es realmente desgarrador ver a algunos pastores que son quienes siembran tales ideas en la vida de los creyentes.
Pero si pensamos acerca de las palabras de la Biblia, podemos ver claramente que podemos estar en alerta aunque no sabemos el día y la hora en la que regresará el Señor.
También hay señales de los tiempos finales que la Biblia menciona; así podemos ver que el final está muy cerca.
En otros casos hay personas que solo hablan acerca del amor y del perdón entre las palabras del Señor.
No enseñan acerca de la justicia, es decir, el hecho de que los pecados tienen como consecuencia el castigo.
Si ellos practican y enseñan solo las cosas que piensan que son buenas ¿cómo podrá alguien tener fe espiritual?
No tendrán fe para recibir la salvación ni tampoco fe para recibir bendiciones.
Además, si enseñan a alguien será como un hombre ciego guiando a otro ciego.
Hermanos y hermanas, aquellos que tienen fe verdadera no se olvidan ninguna Palabra de Dios, aunque no vayan de acuerdo con sus propias ideas, en absoluto.
Aún sigue siendo la Palabra de Dios.
Jesús guardó la Palabra de Dios de manera más estricta que ningún otro.
Él guardó la ley desde que era un niño.
No solo la Ley de Dios dada a Moisés, sino que también valoró todas las enseñanzas de los profetas.
Acerca de esto, Mateo 5:17 dice: "No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir".
Además Él obedeció toda la Palabra de Dios solo con 'Sí' y 'Amén'.
Por sobre todo esto, Jesús guardó la justicia, la misericordia y la fidelidad de las cuales los fariseos y escribas se habían olvidado.
Es decir que Él cumplió la Ley con amor.
Nos mostró el camino para guardar la ley en un sentido verdadero. Él dio el ejemplo perfecto.
Y, si tenemos el corazón de Jesús, entonces no podremos pasar por alto nada de la Palabra presentando varias excusas.
Intentaremos guardar todas las Palabras con todo nuestro esfuerzo.
Los creyentes presentes aquí intentan vivir la Palabra de Dios tal como es, en especial porque han escuchado el Evangelio de la Santidad.
No lo mantienen como una simple formalidad, tan solo porque deben hacerlo,
sino que lo guardan con todo el corazón.
Este dice: "Amen a los enemigos"; ustedes no pretenden simplemente que lo están haciendo en lo externo, sino que se esfuerzan por despojarse del odio y por amar a los enemigos con todo el corazón.
Si dice: "No roben", no lo hacen de mala gana sino que procuran abstenerse de la codicia misma del corazón.
Es decir, intentan aceptar con fe todas las palabras escritas en los 66 libros de la Biblia y se esfuerzan por guardarlas.
Mientras continúan esforzándose por hacerlo, Dios dice que son más justos que los escribas y fariseos, aunque aún tengan algunas debilidades.
La sangre de Jesucristo los redimirá de la maldición de la Ley.
En Romanos 5:1 leemos: "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo". Como está escrito, podemos entrar al reino de los cielos al ser justificados por medio del Señor.
Anhelo que ustedes comprendan que serán salvos con la justicia de la fe y no únicamente con la justicia de la Ley que se guarda solo con acciones.
En Mateo 5:18, Jesús dijo: "Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido".
Tal como Él lo dice, todas las palabras de Dios se cumplirán.
Pero si alguna persona no cree en la Palabra de Dios solo porque no concuerda con sus ideas y además juzga a aquellos que la creen tal como es y dice que son necios, ¿cómo podrá levantarse ante el Señor en el Día del Juicio?
¿Cómo puede tener la certeza de su salvación?
Nuestra iglesia proclamará valientemente la voluntad de Dios, tal como lo ha venido haciendo.
Si piensan en los profetas y en la historia del cristianismo, todos los hombres de Dios proclamaron Su palabra tal como es.
Esta es la manera de agradar a Dios el Padre.
Únicamente la luz puede alumbrar las tinieblas.
Además no se puede transformar los corazones de las personas en santos solo con la sabiduría y las palabras del hombre.
En 1 Corintios 4:20 encontramos: "Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder". Como está escrito, esto se logra solo con el poder espiritual.
Este poder espiritual se nos concede cuando practicamos la Palabra con fe en Dios y con amor.
[Conclusión]
Amados hermanos y hermanas en Cristo y televidentes: yo creo que aquellos que han estado asistiendo a esta iglesia tienen gran cantidad de conocimiento de los 66 libros de la Biblia.
No han escuchado solo acerca de la justicia, sino también sobre el pecado y el juicio.
Conocen acerca del Cielo, pero también del Infierno.
Conocen los mandamientos más insignificantes, así como también los principales.
Yo creo que muy pocos de ustedes tienen una fe tan pequeña que acepta solo la Palabra de Dios que concuerda con sus pensamientos.
Pero esto no es suficiente.
Ustedes deben convertirse en las luces brillantes que iluminan las tinieblas y se desenvuelven con poder espiritual.
Por consiguiente, no deben permanecer solo en el nivel de conocer la Palabra o de tratar de ponerla en práctica.
En Juan 6:53, Jesús dice: "De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros".
No debemos poner la Palabra de Dios en nuestra mente como un conocimiento nada más.
Esto más bien nos puede conducir a la arrogancia espiritual.
Por ende, debemos aceptar la Palabra de Dios en el corazón y debemos hacerlo por completo.
Es decir, debemos guardar la Palabra de Dios en el corazón y practicarla de modo que la verdad se convierta en nuestra sangre y carne.
Al hacerlo se recibirá la llenura de la vida espiritual y luego se podrá revivir las vidas de otras almas.
También se podrá continuar tratando de alcanzar el nivel de ser verdaderamente justo y no solo justificado por fe, para así manifestar gran poder de Dios.
Santiago 5:16 dice lo siguiente: "Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho". Si ustedes oran por otras almas, se manifestarán las obras de arrepentimiento y sanidad divina.
Hasta el día en que esto se haga posible, jamás deben dejar de resistir y esforzarse por seguir la voluntad de Dios por completo en cada momento.
Sus esfuerzos no serán en vano.
Dios ciertamente los recompensará según sus obras.
Él dará a aquel 'hombre muy recto' la Nueva Jerusalén y la corona de justicia.
Ruego en el nombre del Señor que todos ustedes puedan llegar a ser ciertamente justos y reconocidos por parte del Señor; que vivan en la gloria que resplandecerá como el sol.