• Estudio basado en Génesis (92)

    [Génesis 5:1]

    16-11-2012 | Rev. Jaerock Lee

    • Escritura

      Génesis 5:1
      [1] Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo.


      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      Este es el 92.° estudio de Génesis.
      Esta noche empezaremos el estudio del quinto capítulo de Génesis.
      Génesis 5:1 comienza diciendo: "Este es el libro de las generaciones de Adán". En este capítulo encontramos el linaje familiar desde Adán hasta Noé.
      Se lo escribió aproximadamente 1 600 años después del día en que Adán fue expulsado del Huerto del Edén a este mundo.
      Esta noche observaremos parte del linaje de Adán.
      Génesis 5:1 continúa diciendo: "El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo".
      En este verso encontramos una vez más cómo hizo Dios al hombre.
      Él lo creó "a Su semejanza".
      Dios creó al hombre para que se asemeje no solo en su apariencia externa, sino también en lo interior: el corazón de Dios.
      Cuando Dios dotó al hombre de un 'espíritu' que es inmortal, hizo de él un ser espiritual.
      Dios hizo al hombre con la capacidad para comunicarse y compartir su amor con Él.
      Aunque el hombre fue creado a semejanza de Dios, no fue perfecto, ni siquiera desde el principio.
      Cuando Adán, el primer hombre, y Eva vivían en el Huerto del Edén, no conocían acerca del 'mal' ni de la 'carne'.
      Únicamente conocían acerca de la bondad y el espíritu.
      En otras palabras, en ese entonces no tenían comprensión del concepto de la 'relatividad'.
      El conocimiento de la bondad sin comprensión de la maldad, así como el conocimiento del espíritu sin el de la carne, no es comprensión perfecta.
      Dios conoce la maldad a profundidad y sin embargo Él es la bondad en sí; Él conoce todas las características de la maldad de la carne. Aun así, Él es el espíritu en sí.
      Por ende, Él es perfecto.
      Dios deseó que el hombre creado a Su semejanza también fuera un ser perfecto.
      Él deseaba que Sus hijos también conocieran sobre el mal y el bien, y que escogieran siempre lo bueno en lugar de lo malo; Él anhelaba que buscaran el espíritu a través de sus experiencias con la carne.
      Es por esto que comenzó el Cultivo de la humanidad.
      Antes de iniciar Su obra de la creación Él ya había albergado todo esto.
      Por cierto, aunque el Cultivo de la humanidad es un camino de bendición, Dios no obligó a Adán a escoger el camino de la desobediencia que él escogió.
      Dios ya le había dado libre albedrío y le permitió escoger su camino por sí mismo.
      Es decir, Dios puso el árbol de la ciencia del bien y del mal en el centro del Huerto y le dijo que ciertamente moriría si comía del árbol.
      Dios le habló y advirtió con claridad acerca de las consecuencias, pero Adán comió del árbol de la ciencia del bien y del mal por decisión propia.
      El resultado de esto fue su expulsión del huerto a la tierra, y poco a poco comenzó a recibir el Cultivo de la humanidad.
      Él sintió cosas que no había sentido en el Huerto del Edén, tales como las lágrimas, el lamento, el dolor y el sufrimiento.
      Llegó a saber lo que es la felicidad verdadera, al igual que el gozo y la paz.
      Además se dio cuenta, gracias a su desesperación, cuán miserable puede tornarse una situación si se desobedece a Dios y se comete pecado.
      Una vez que culminaron sus vidas en este mundo, finalmente alcanzaron la salvación y fueron al Cielo.
      Aunque permanecen en el Paraíso, que es el menor de los lugares de morada en el Cielo, eso es mejor que el Huerto del Edén.
      Todos los hijos que Adán y Eva tuvieron en la Tierra, también fueron parte del Cultivo de la humanidad.
      Dios el Padre deseó con fervor tener hijos verdaderos que pudieran cultivar sus corazones en el espíritu y espíritu completo.
      Cada vez que un hijo verdadero de Dios alcanza este cultivo, Dios olvida el trabajo y la tristeza de Su larga espera ya que Su corazón recibe consolación.
      Amados hermanos y hermanas:
      Nuestro Dios el Padre es realmente misericordioso, lleno de afecto, dulzura y amabilidad.
      Claro está que Él también tiene divinidad, gran dignidad y autoridad.
      Por favor recuerden que Él también tiene humanidad que es igual a Su divinidad.
      Dios desea que todos los hombres que son creados a Su semejanza comprendan que Él es su Padre y quiere que se acerquen a Él.
      Por eso otorga la potestad de llegar a ser Sus hijos a aquellos que aceptan a Jesucristo.
      Incluso las personas carnales con maldad en el corazón saben cómo cuidar a sus hijos pequeños.
      La mayoría de ellos aman tanto a sus hijos que los llenan de abrazos y besos.
      Intentan expresar su amor de la mejor manera.
      Dios el Padre y sus hijos de fe también pueden tener este tipo de relación íntima.
      Los que tienen fe débil sienten la naturaleza divina más que la humanidad de Dios, razón por la cual quizás sientan temor de Él.
      En la medida en que crece su fe, sin embargo, pueden sentir profundamente el amor de Dios el Padre.
      Esto se debe a que pueden experimentar que siempre reciben el delicado amor y la protección de Dios Padre y que Él está siempre con ellos.
      En muchas partes de la Biblia se puede encontrar cuán cercana e íntima era la relación que Dios tenía con los antepasados de la fe que alcanzaron el espíritu completo.
      Primero, cada vez que Elías enfrentaba dificultades, Dios mismo lo alimentaba y cuidaba de él.
      En 1 Reyes 17 se describe cómo hizo Dios que los cuervos le llevaran pan y carne a Elías.
      Además lo fortaleció cuando estaba cansado enviándole un ángel.
      Es decir, en 1 Reyes 19:5-8 está escrito: "Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come. Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse. Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta. Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios".
      Asimismo, Dios caminó con Enoc incluso en este mundo.
      Pronto estudiaremos quién fue Enoc y de qué manera caminó Dios con él. Les explicaré esto con mucho detalle cuando lleguemos a esta sección.
      En Isaías 41:8 pueden encontrar que Dios mismo describió a Abraham como Su "amigo".
      Dios llamó 'amigo' a Abraham con quien no guardaba secretos sino que lo compartía todo.
      Esto lo vemos en Génesis 18:17 donde Dios dijo: "Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer...?"
      Dios le habló a Abraham acerca de la destrucción de Sodoma y Gomorra con anticipación.
      ¿Qué podemos decir respecto a Moisés?
      En Éxodo 33:11 (LBLA) leemos: "Y acostumbraba hablar el SEÑOR con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo...".
      Al igual que estos antepasados de la fe, una vez que se alcanza el percentil 50 (o se sobrepasa el 50%) del quinto nivel de fe, no hay rastro de carne, pues el fruto del espíritu llena el corazón.
      Dios puede usar este tipo de personas, de acuerdo a su naturaleza, tanto como Él anhela.
      Puede usarlos como instrumentos para revelar Su gloria.
      Esto se debe a que son uno de corazón y voluntad con Dios.
      Estos eran como el hijo verdadero que Dios tanto anhelaba Cuando Él creó a Adán, el primer hombre.
      Es decir, hijos llenos de afecto e intimidad para compartir amor verdadero, tanto en la Tierra como en el Cielo.
      Ruego en el nombre del Señor que ustedes lleguen a cumplir ese deseo y esperanza de Dios el Padre.


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