• Estudio basado en Génesis (93)

    [Génesis 5:2-3]

    14-12-2012 | Rev. Jaerock Lee

    • Escritura

      Génesis 5:2-3
      [2] Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados.
      [3] Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.


      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      Este es el 93.° estudio de Génesis.
      En Génesis 5 encontramos el linaje familiar desde Adán hasta Noé.
      Desde el verso 1 al 3 se menciona acerca de Adán.
      Cuando Dios creó a Adán, el primer hombre, lo creó a Su semejanza.
      Dios quería adquirir hijos perfectos que no solo se asemejen en Su apariencia externa, sino también Su 'lado interno', por lo que comenzó con el 'cultivo de la humanidad'.
      A continuación, en Génesis 5:2, leemos: "Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados".
      En Génesis 1:28 leemos también: "Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra".
      Dios creó al hombre y lo bendijo.
      Le otorgó de un buen ambiente así como de autoridad y poder para señorear sobre todo.
      Ya que Dios es amor, Él básicamente disfruta el otorgar bendiciones.
      No obstante, también es un Dios de justicia y por eso obra con justicia incluso cuando otorga bendiciones.
      En Génesis 5:2 están escritos los días anteriores al pecado de Adán y Eva; esto era cuando ellos tenían la naturaleza pura que Dios creó.
      Por consiguiente, Dios pudo bendecirlos.
      No obstante, después de que ellos cometieron pecado, se les quitó la autoridad y todas las bendiciones.
      Por cierto, ¿cuál es la bendición verdadera?
      ¿Acaso bendición verdadera es vivir con riquezas y honra en este mundo carnal que un día dejará de ser? ¡Claro que no!
      La bendición verdadera consiste en obtener la vida eterna y recibir y disfrutar de los galardones que jamás se deteriorarán en el Cielo.
      Además, ¿quién puede tener la mayor autoridad?
      ¿Será el presidente de una nación?
      Sin importar cuán poderosa sea la nación, hay muchas cosas que su presidente no puede hacer.
      Por ende, ¿quién puede tener la mayor autoridad sin importar la posición que tenga?
      Sin embargo, si ustedes llegan a ser hijos de Dios, recibirán la 'autoridad espiritual'.
      Esto se debe a que Dios el Padre señorea sobre todas las cosas.
      Dios el Padre anhela que Sus hijos disfruten de la bendición verdadera y la autoridad espiritual.
      Él desea que sean parte del Cultivo de la humanidad y que alcancen el Cielo eterno de modo que puedan recibir todas las cosas buenas que Dios ha preparado.
      Anhela que reciban y disfruten las bendiciones incluso en este mundo.
      Es por eso que Dios permitió que Su Hijo unigénito, Jesús, tenga una vida pobre en la Tierra.
      Con respecto a esto, 2 Corintios 8:9 dice: "Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos".
      Por consiguiente, los hijos de Dios que creen en el Señor recibirán autoridad espiritual y bendiciones en la medida en que recobren la semejanza perdida de Dios.
      Esto es posible porque Dios el Padre gobierna la vida y la muerte, la fortuna y la desgracia.
      Él puede derramar bendiciones apretadas, remecidas y abundantes sobre aquellos cuyo vaso está listo para recibirlas.
      Además permite que uno coseche 30, 60 y 100 veces más de lo que ha sembrado con fe.
      Deuteronomio 30:9-10 (LBLA) nos enseña: "Entonces el SEÑOR tu Dios te hará prosperar abundantemente en toda la obra de tu mano, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu ganado y en el producto de tu tierra, pues el SEÑOR de nuevo se deleitará en ti para bien, tal como se deleitó en tus padres, si obedeces a la voz del SEÑOR tu Dios, guardando sus mandamientos y sus estatutos que están escritos en este libro de la ley, y si te vuelves al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma".
      Si ustedes preparan bien sus vasos de acuerdo a la justicia, las bendiciones que reciban de parte de Dios jamás desaparecerán.
      Hay personas que han ganado la lotería o una gran suma de dinero de maneras inmorales o ilegales.
      Lo más probable es que muchos de ellos se volverán miserables por causa del dinero.
      Sus ganancias financieras repentinas no serán de bendición sino de desgracia.
      Por otro lado, si ustedes preparan bien sus vasos y reciben bendiciones de parte de Dios, no llegarán a ser miserables.
      Es tal como está escrito en Proverbios 10:22 que dice: "La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella".
      Por lo tanto, ruego que ustedes preparen sus vasos y que reciban bendiciones abundantes de parte de Dios el Padre quien disfruta bendecirlos.
      Amados hermanos y hermanas:
      Continuemos ahora con Génesis 5:3.
      Dice: "Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set".
      Durante 130 años después de que Adán se estableció en este mundo, experimentó muchas cosas y fue parte de muchos refinamientos.
      El resultado de eso fue que él logró comprender el corazón de Dios hasta cierto punto y también pudo sentir Su amor en lo profundo de su corazón.
      Ahora tenía un corazón completamente distinto al que solía tener cuando vivía en el Huerto del Edén.
      Antes era como un simple niño que era puro, sin conocer la falsedad ni la maldad, pero ahora había llegado a ser finalmente maduro.
      Él no solo conoció el pecado en su cabeza, sino que comprendió con su corazón cuán sucio e inmundo es.
      Cuando Caín, su primer hijo, asesinó a Abel, cuando las discusiones grandes y pequeñas se desataban entre sus descendientes, Adán sentía cuán malo y temible es el mal.
      En esa medida pudo también comprender cuánto había lastimado el corazón de Dios al desobedecer Su Palabra y cometer el pecado de comer del árbol de la ciencia del bien y del mal.
      Asimismo, pudo dar gracias con profunda sinceridad de corazón por el amor de Dios el Padre quien no lo ignoró sino que lo guió al camino de vida eterna incluso a pesar de haber pecado.
      Fue cuando él poseía este tipo de corazón que Adán tuvo a su hijo cuyo nombre fue Set.
      Por cierto, Set se asemejaba tanto a su padre, Adán, que la Escritura dice de él: "un hijo a su semejanza, de acuerdo a su imagen".
      Set era el hijo que más se asemejaba a Adán, no solo en su apariencia física, sino también en gran parte de su corazón.
      Es por eso que Dios permitió que Set fuera el heredero de la genealogía de la familia de Adán.
      Amados hermanos y hermanas:
      Los refinamientos son bendiciones.
      Cuando Adán vino a este mundo y fue parte de los refinamientos a través del Cultivo de la humanidad, posiblemente le fue algo muy difícil.
      Sin embargo, gracias a ellos él logró entender la buena voluntad de Dios y pudo sentir Su amor.
      Luego, con el transcurso de 130 años, Adán se convirtió en un hombre totalmente distinto.
      Llegó a saber lo que es la felicidad verdadera.
      Aunque Adán vivía una vida cansada, con los años pudo aprender una lección muy preciosa y su corazón posiblemente se llenó de orgullo.
      Con respecto a esto, en Hebreos 12:11 leemos: "Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados".
      Cuando se refina el hierro, se lo coloca sobre fuego ardiente y en agua fría.
      También se lo martilla.
      Por medio de estos procesos se convierte en hierro sólido.
      Un pedazo de hierro sin utilidad llega a ser un instrumento útil por medio del refinamiento.
      Dios refina y prueba el corazón del hombre.
      Es tal como lo dice Proverbios 17:3 (LBLA), donde leemos: "El crisol es para la plata y el horno para el oro, pero el SEÑOR prueba los corazones".
      Mediante el refinamiento se elimina la falsedad del corazón y este se convierte en un vaso limpio que el Señor puede usar.
      Por consiguiente, si ustedes aceptan el refinamiento con gratitud, pronto podrán cambiar.
      Aunque sean lanzados en un horno ardiente o en el agua helada, si agradecen y oran, Dios el Padre los iluminará.
      Dios les permite saber lo que sacará y lo que se logrará por medio del refinamiento.
      Luego tendrán esperanza.
      Aunque el refinamiento sea duro y difícil, podrán soportarlo y superarlo.
      Al final podrán poseer el corazón hermoso que Dios anhela.
      ¿Qué pasaría si evitan el refinamiento porque es difícil?
      Entonces difícilmente podrán esperar a ser transformados en instrumentos que Dios puede usar.
      Primeramente deben llegar a ser limpios, pero si evaden el refinamiento no podrán sacar la falsedad del corazón.
      Además, si se apegan a su soberbia y criterios, no podrán llegar a ser un instrumento que Dios puede usar con libertad.
      Cuando enfrenten un refinamiento, si no lo superan o si lo evaden de modo intencional, quizás pronto enfrenten otro similar.
      Las cosas posiblemente no vayan bien y quizás tengan conflictos constantes con los demás.
      Por consiguiente, cuando enfrenten un refinamiento, lo mejor es que lo acepten con gratitud.
      1 Pedro 1:7 dice: "...para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo".
      Deseo que ustedes reciban este verso con fe y que pasen cualquier refinamiento con esperanza.
      "¿Cuán bueno y hermoso será mi corazón después de pasar la prueba? ¿Cuánto crecerá mi fe después de este refinamiento? ¿Cuántas bendiciones me dará Dios después de esto?
      Anhelo que ustedes puedan imaginarse a sí mismos siendo transformados de esta manera después del refinamiento y que lo superen con gratitud.
      Al final y el día de la revelación de Jesucristo, ruego en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que ustedes sean encontrados con alabanzas, gloria y honor.


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