• Dios mide nuestra fe (18)

    [Ezequiel 47:1-5]

    16-12-2012 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      [Ezequiel 47:1-5]
      [3] Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. [4] Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. [5] Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado.


      [Introducción]

      Este es el 18.o estudio de la serie 'Dios mide nuestra fe'.
      Existe la historia de un perro que murió porque extrañaba mucho a su amo.
      De acuerdo a un periódico en Sichuan, cuando el amo del perro, quien era una mujer anciana, murió, el perro comenzó a mostrar un comportamiento extraño.
      Se sentaba junto a la cama que su amo había utilizado. Todo su cuerpo temblaba mientras lloraba mucho. Por un lapso de 16 días no comió ni bebió nada, y eventualmente, el perro murió.
      A veces escuchamos acerca de animales que con devoción siguieron a sus amos con toda su vida.
      Incluso algunos dicen que los animales son mejores que las personas.
      Tales historias y palabras que escuchamos, nos recuerdan la tendencia que tienen las personas de olvidarse fácilmente de la gracia.
      En este mensaje, demos un vistazo al noveno pecado que despoja de la salvación que es: olvidarse de la gracia recibida y traicionar a alguien en busca de nuestro propio beneficio.
      Ruego en el nombre del Señor que este mensaje sea de bendición para ustedes, al mismo tiempo que examinan lo profundo de sus corazones con la Palabra de Dios que es Luz.
      [Mensaje principal]
      Amados hermanos y hermanas en Cristo y televidentes:
      El noveno pecado que despoja de la salvación es: olvidarse de la gracia recibida y traicionar a alguien en busca de nuestro propio beneficio.
      Aquellos que engañan, por lo general hacen daño a las personas que les han mostrado gracia.
      Este es un pecado grave que afecta el estado de la salvación.
      Recuerden lo que está escrito en la Biblia.
      Pocas de las personas que cometieron tales pecados fueron salvas.
      Por ejemplo: si yo digo 'traición', ¿qué viene a su mente?
      Lo más probable es que ustedes se acuerden de Judas Iscariote.
      Jesús conocía que Judas lo traicionaría, sin embargo, Él nunca renunció a Judas hasta el final.
      Él vendió a Jesús por treinta monedas de plata.
      Aunque Judas tuvo remordimiento de conciencia y devolvió el dinero, fue incapaz de superar el sufrimiento en su corazón y eventualmente se suicidó.
      Hechos 1:18 dice: "...y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron".
      También está el caso de Ahitofel, consejero de David.
      Se puso del lado de Absalón y enfrentó una muerte trágica cuando Absalón se rebeló contra su padre David.
      Cuando su consejo fue rechazado por Absalón y sus hombres, Ahitofel se dirigió a su pueblo natal y ahí se quitó la vida.
      La revuelta de Absalón también fracasó.
      El general Joab traicionó a David y también fue brutalmente asesinado.
      Joab fue general del ejército del rey David por mucho tiempo y cumplía con sus deberes meritoriamente.
      Además él disfrutó de autoridad y honor con David.
      Pero al final, él negó la voluntad de David y participó en la rebelión.
      David quiso darle el trono a Salomón.
      No había manera de que Joab hubiese tenido conocimiento de esto.
      Sin embargo, Joab renunció a la voluntad de David y trató de poner en el trono otro príncipe llamado Adonías.
      Su atentado falló, y Salomón subió al trono.
      Joab tuvo miedo y huyó a la tienda del SEÑOR, junto al altar.
      Estaba intentando salvar su vida, ya que ninguna persona podía ser asesinada en ese lugar.
      Sin embargo, Joab fue asesinado sin misericordia a pesar de todo el honor y autoridad que él había tenido.
      Hubo una razón para esto.
      Debido a motivos egoístas y en contra de la voluntad de David, Joab había derramado injustamente la sangre de personas inocentes.
      Incluso si Salomón le hubiera permitido vivir, él era el tipo de persona que podía traicionar a Salomón en cualquier momento.
      En otras palabras, Joab no era digno de recibir misericordia.
      Hermanos y hermanas: Dios aborrece la traición y el acto de olvidarse de la verdad. Se trata de la mala acción de retribuir la gracia con enemistad.
      Por ejemplo: existen algunas personas que son salvas del castigo eterno por medio de la gracia del Señor, pero luego se olvidan de dicha gracia y se alejan del Señor.
      El Señor pagó el precio con Su propia vida para salvarnos de las manos del enemigo diablo y Satanás.
      Pero hay tantas personas que traicionan al Señor y regresan donde el enemigo diablo y Satanás.
      Cuando nacen de nuevo por medio del Espíritu Santo, están agradecidos por la gracia que los salvó del horrible castigo del Infierno, y por haber recibido gozo y esperanza verdadera.
      Sin embargo, nuevamente ven hacia el mundo y pierden su primer amor.
      Les resulta difícil llevar una vida de fe y, finalmente, abandonan al Señor.
      Para ganar más dinero u obtener más reconocimientos del mundo, ellos le dan su espalda a la cruz.
      Sienten que es difícil mantener las palabras de Dios, tales como "no odiarás", "no cometerás adulterio" y "desecharás toda forma de maldad". Se dan por vencidos en el camino de la salvación diciendo que es demasiado difícil ir por el camino estrecho.
      Algunos experimentan y tienen un encuentro con el Dios vivo de una manera tan cierta, pero aún así deciden apartarse de Él.
      Como ustedes pueden ser testigos, existen tantas señales y prodigios, cosas maravillosas y obras extraordinarias en esta iglesia como las descritas en la Biblia.
      Muchas de las personas en este lugar han sido sanadas de enfermedades incurables en su lecho de muerte y han obtenido nueva vida.
      Otros han sido rescatados de un pantano de desesperación, como dificultades financieras o problemas familiares.
      Aunque no hayan recibido solución a sus problemas en particular, han podido ver y experimentar muchas evidencias por medio de las cuales pueden estar convencidos del Dios vivo.
      No obstante, algunas almas dejan a Dios con la excusa de que no conocen al Señor.
      ¡Cuán adolorido se sentirá el Señor por causa de ellos!
      En Lucas 17:11-19, leemos de un evento mediante el cual podemos aprender una lección.
      Cuando Jesús estaba yendo camino a Jerusalén, diez leprosos salieron de un pueblo y le pidieron que los sanara.
      Todos ellos obedecieron la palabra de Jesús y todos recibieron sanidad.
      Todos ellos fueron sanados, pero solo hubo uno a quien Jesús le dijo: "Tu fe te ha salvado".
      Este hombre fue quien regresó donde Jesús para darle gloria a Dios y darle las gracias a Jesús por la gracia recibida.
      Entonces, ¿qué sucedió con los otros nueve?
      Considerando las circunstancias registradas en la Biblia, podemos inferir que la salvación de ellos fue un evento poco probable.
      Consideremos lo siguiente.
      Para los diez leprosos, no solo habían sufrido del dolor causado por la enfermedad sino también del dolor de haber sido condenados al ostracismo y ser considerados pecadores malditos.
      Jesús tuvo un encuentro con ellos y los liberó de todos sus dolores.
      Sin embargo, nueve de ellos no dieron gloria a Dios ni tampoco regresaron donde Jesús.
      Con mucho dolor he visto tantos casos similares desde que comencé el ministerio en la iglesia.
      Muchas personas han sido sanadas de enfermedades serias e incurables, pero hay muchos que incluso se han ido sin ser agradecidos.
      Si todas esas personas que fueron sanadas hubieran permanecido en la iglesia, en este momento habría muchos miembros más.
      Por supuesto, algunos de ellos intentaron ser fieles a Dios por un período de tiempo.
      Pero el cambio se apoderó de ellos y luego se alejaron de Dios para seguir sus propios beneficios.
      Fueron tras la fama, el poder, y las riquezas de este mundo.
      Algunos no solamente se fueron, sino que se levantaron contra Dios y causaron dificultades para la iglesia.
      No solo olvidaron la gracia recibida, sino que la retribuyeron con maldad.
      Hubo muchas personas de este tipo, en especial en 1998 y 1999.
      Decían que amaban la iglesia y al pastor y que deseaban ser fieles al reino de Dios con sus vidas, pero cambiaron de opinión y sentir cuando la iglesia entera fue puesta a prueba.
      Algunos se levantaron contra Dios mientras intentaban destruir esta iglesia y al pastor amado por Dios.
      Ya que actuaron en contra de la iglesia que Dios ama y causaron que muchas almas tropezaran, ¿cómo puede estar garantizada su salvación?
      Dios el Padre se lamenta mucho por estas personas.
      Él dijo: "¿Dónde están aquellos que agradecían por la gracia recibida? ¿Dónde está su fe con la que anhelaron la Nueva Jerusalén?"
      De manera particular, Dios aborrece mucho el pecado de la traición.
      El mundo de los espíritus malignos también se formó mediante la traición.
      ¿Cuál es el papel de los espíritus malignos?
      Es el de levantarse contra Dios durante el curso del Cultivo de la humanidad.
      Considerando esto, anhelo que ustedes comprendan el gran mal inmerso en el acto de la traición.
      Si dicen que son hijos de Dios que creen en el Señor, y aun así no se abstienen de este gran mal sino que siguen mostrando estas obras malas, no podemos decir en realidad que tienen fe para recibir la salvación.
      Asimismo, si olvidan la gracia de Dios y traicionan al Señor, el enemigo diablo y Satanás quizás obtenga el control sobre ustedes otra vez.
      La Biblia nos habla de esto con claridad.
      Por ejemplo: después de ser sanados de modo divino, si hacen amistad con el mundo y viven en pecado, algo peor les ocurrirá.
      En Juan 5:14, luego de sanar a un hombre que había estado enfermo por 38 años, Jesús le advierte lo siguiente:
      "Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor".
      Si ustedes se enferman una vez más, su condición será peor que la anterior.
      Esto se debe a la acusación del enemigo diablo y Satanás.
      Lo mismo ocurre cuando se está poseído por los espíritus malignos y se es liberado.
      Si una persona que es liberada de posesión de demonios no circuncida su corazón sino que sigue cometiendo pecados otra vez, su situación será peor que la anterior.
      En Mateo 12:45, Jesús explica acerca de estas cosas, diciendo: "Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero".
      Si ustedes se enferman nuevamente después de ser sanados, será más difícil volver a recibir la sanidad.
      Claro está que, en el caso de un nuevo creyente de la iglesia, Dios le dará gracia para que sea sanado con facilidad.
      No obstante, hay personas que han aprendido acerca de la verdad y por eso se supone que ya no deben pecar; en estos casos, deben esforzarse más.
      Esto ocurre porque no les es fácil arrepentirse.
      Pueden recibir la gracia de Dios otra vez únicamente cuando se arrepienten por completo de sus pecados de traición.
      Si no se arrepienten sino que siguen viviendo en pecado, eventualmente perderán la salvación.
      Hermanos y hermanas: Si reciben sanidad divina así como también salvación y luego traicionan a Dios, ¿cuán necio es esto?
      Anhelo que todos ustedes lleguen a ser sabios.
      Es decir, guarden la gracia que una vez recibieron y no se involucren con el pecado que los lleva por el camino de muerte.
      Pienso que la mayoría de los que están escuchando este mensaje tienen la certeza de que no cometerán este grave pecado de traición al Señor.
      Pero mientras sigan teniendo carnalidad en el corazón, siempre deben tener precaución.
      ¿Qué es la carnalidad o carne?
      Es algo que cambia y perece con el paso del tiempo.
      La traición proviene de esta naturaleza de la carne, la inestabilidad.
      Aunque parezca insignificante, si no se despojan de la naturaleza inconstante sino que continúan almacenándola, quizás cometan una traición algún día.
      Por eso es importante examinarse a sí mismo por completo y abstenerse de la maldad.
      Además quiero que piensen en lo siguiente.
      Por ejemplo: incluso después de recibir abundante gracia, algunas personas en verdad no tienen ni expresan un corazón agradecido.
      Si no pueden sentir abundante gratitud en su corazón, deben notar cuán endurecido está. Esto significa que en realidad no pueden encontrar razones por las cuales estar agradecidos.
      Asimismo, al recibir la gracia, se sienten agradecidos y lo expresan, pero pronto la olvidan.
      Quizás incluso digan que jamás olvidarán la gracia y a lo mejor la retribuyen de continuo, pero después de uno o dos años, la olvidan.
      Intentan vivir de acuerdo a la Palabra de Dios con gratitud por Su gracia, pero al enfrentar pruebas y tribulaciones, pierden su gozo y gratitud.
      Comienzan a quejarse con sus labios.
      Es decir, cambian de acuerdo a las situaciones y circunstancias.
      Si ustedes tienen este tipo de obras, anhelo que se den cuenta de que tienen una mente inconstante.
      Dios el Padre permite a veces pruebas y tribulaciones para que podamos notar esa maldad y despojarnos de ella.
      Esto no significa que Dios da las pruebas de manera intencional,
      sino que, al cometer pecados y quebrantar las reglas de la justicia, Dios no puede protegernos de las pruebas.
      Si ustedes notan que se desalientan o comienzan a quejarse ante las pruebas, deben considerarlas una oportunidad que se les ha provisto.
      Si agradecen, se regocijan y oran con más fervor que antes, podrán alejar la naturaleza de la mente inconstante con mayor rapidez.
      Claro está que esto no significa que no podrán ser salvos tan solo porque cambian de parecer ante las diversas situaciones,
      pero tan solo comprendan que la naturaleza inconstante puede tornarse en la raíz de la traición, que es un gran pecado, y deben sacarla rápidamente del corazón.
      Hermanos y hermanas, si su gratitud y amor por Dios es veraz, no cambiará fácilmente según las situaciones.
      Lo mismo ocurre en nuestra relación con la gente.
      Si alguien les hace un gran favor, o si tienen un amigo con quien pueden compartir los secretos del corazón, la confianza y amistad que comparten no va a tambalear con facilidad.
      Por ejemplo: si escuchan rumores desfavorables sobre esa persona, no los creerán fácilmente.
      Primero creerán en su amigo e intentarán verificar los hechos.
      Aunque el rumor sea veraz, si comparten amor y confianza verdadera con la persona, no podrán aborrecerla, aunque quizás aborrezcan lo que ha hecho.
      Van a orar por aquella persona con mucha sinceridad y le ayudarán para que se aleje de sus malos caminos.
      David actuó de esta manera.
      Saúl intentó matar a David muchas veces por causa de su envidia hacia él, pero David jamás traicionó a Saúl.
      Esto se debió a que la fidelidad de David hacia Dios y hacia el rey Saúl, era sincera.
      En dos ocasiones, David permitió que Saúl viviera e intentó persuadirlo de no cometer ningún otro acto de maldad.
      En 1 Samuel 24:14-15 leemos: "¿Tras quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigues? ¿A un perro muerto? ¿A una pulga? Jehová, pues, será juez, y él juzgará entre tú y yo. El vea y sustente mi causa, y me defienda de tu mano".
      Saúl se conmovió por esta buena acción de David
      y dijo lo siguiente:
      (1 Samuel 24:16-17) "¿No es esta la voz tuya, hijo mío David? Y alzó Saúl su voz y lloró, y dijo a David: Más justo eres tú que yo, que me has pagado con bien, habiéndote yo pagado con mal".
      Por supuesto, Saúl no pudo controlar su maldad y no dejó de esforzarse por matar a David.
      Pero Dios consideró el buen corazón de David y lo bendijo mucho.
      Dios hizo de David el rey de Israel.
      Puedo entender cómo se debió haber sentido David hace veinte años.
      Algunos de los miembros de la denominación a la que yo pertenecía me excomulgaron sin una razón apropiada.
      Algunos de los demás pastores de la misma denominación sabían lo que estaba ocurriendo y me lo advirtieron muchas veces.
      Se suponía que yo simplemente debía someterme sin importar nada, de lo contrario, debía abandonar la denominación.
      Pero yo no podía decir que lo incorrecto era correcto.
      Asimismo, no podía traicionar la denominación en la que aprendí teología y me ordenaron como pastor, a pesar de que yo sabía que tendría que sufrir erróneamente.
      Después de todo, debía sufrir el deshonor de ser excomulgado de la denominación.
      Pero claro, Dios el Padre conoce la verdad y Él nos bendijo para formar una nueva denominación basada en el evangelio quíntuple.
      Él también nos ha permitido crecer al tamaño de una mega denominación con más de 10 000 iglesias filiales a nivel mundial.


      [Conclusión]

      Amados hermanos y hermanas en Cristo y televidentes:
      En Deuteronomio 7:9 leemos: "Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel..."
      Como está escrito, Dios el Padre es fiel.
      Simplemente recuerden la Biblia.
      Cada vez que la gente lo busca, Él sale a su encuentro
      y Su fidelidad es inmutable.
      No obstante, la gente comete pecados y olvida a Dios, y dudan de si Él está vivo o si los ha abandonado.
      Pero aquellos hijos que tienen fe verdadera no tienen aquellas dudas, ni dan la espalda a Dios diciendo: "He hecho suficiente para retribuir Su gracia. Ya obtuve lo que quería, así que ahora disfrutaré de mi vida".
      Ruego en el nombre del Señor que ustedes cultiven la veracidad en el fondo del corazón y que ofrezcan gratitud sincera a Dios hasta el regreso del Señor.


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