• Cómo tener un encuentro con Dios (1)

    [Proverbios 8:17]

    10-02-2013 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      [Proverbios 8:17]
      "Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan".


      Hoy celebramos el Año Nuevo Lunar.
      ¡Feliz Año Nuevo Lunar!
      En el pasado, los niños solían ponerse el traje típico de Corea, el Hanbok, y caminaban por el pueblo saludando a los parientes y ancianos.
      Se inclinaban diciendo "Feliz Año Nuevo" y los adultos les decían algo bueno, les acariciaban la cabeza y les daban un poco de dinero de bolsillo y comidas típicas de la festividad.
      En aquel entonces la gente no era tan opulenta como hoy, pero tenían amor y compartían mutuamente.
      Si la gente tuviera este deseo de compartir las cosas buenas con los demás, entonces cuánto más nuestro Dios que está lleno de misericordia desearía compartir cosas buenas con nosotros.
      ¿Cuántas cosas buenas deseará Dios otorgarles ya que están ofreciéndole adoración incluso esta mañana de Año Nuevo Lunar?
      No obstante, para recibir lo que Dios desea darnos, tal como lo dice el título de este sermón, debemos tener un encuentro con Dios.
      En este caso, 'encontrarnos con Dios' no solo se refiere a nuestro primer encuentro con Él cuando aceptamos a Jesucristo.
      Se refiere a todos los momentos en los que experimentamos las obras de Dios en nuestras vidas cotidianas.
      ¿Alguno de ustedes no ha tenido aún un encuentro con Dios?
      ¿Acaso existe uno entre ustedes que confiesa haber tenido encuentros con Él con más frecuencia, pero que últimamente no son tantos como antes?
      Anhelo que este mensaje les sirva como guía para que logren entender las maneras de encontrarse con Dios.
      Ruego en el nombre del Señor que ustedes siempre tengan encuentros con Dios, y aún más, que lleguen a ser hijos verdaderos de Dios que caminan con Él.


      [Mensaje principal]

      Amados hermanos y hermanas en Cristo y televidentes:
      Lo más fundamental e importante para tener un encuentro con Dios es que ustedes lo deseen con toda sinceridad.
      Un encuentro por lo general no se da porque simplemente una de las partes lo quiere.
      Debe ser un acuerdo mutuo para que ambas partes estén dispuestas a encontrarse.
      Mencioné lo que la gente solía hacer para celebrar el Año Nuevo Lunar, pero supongamos que los niños eran obligados por sus padres a ir a saludar a los adultos.
      Si se inclinaban estando de mal humor y con deseo de abandonar el lugar de inmediato, ¿cómo podrían los adultos dar buenas cosas a los niños, incluso si las tenían preparadas?
      Nuestro Dios está siempre preparando cosas buenas para dar a Sus hijos, tanto en lo espiritual como en lo material.
      Pero si los hijos no lo buscan, no pueden tener un encuentro con Él ni recibir buenas cosas de Su parte.
      Dios tiene un encuentro con Sus hijos cuando estos abren su corazón y lo buscan a Él con toda sinceridad.
      Es tal como está escrito en el pasaje de hoy, Proverbios 8:17, que dice: "Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan".
      ¿Hay alguno entre ustedes cuya familia lo ha obligado a venir a la iglesia?
      Hoy yo anhelo que usted mismo diga: "Dios, por favor ven a mi encuentro".
      ¡Nuestro Dios es tan bueno!
      Y lamento que tantas personas no intenten buscar ni encontrarse con Dios sino que adoran ídolos sin sentido.
      Cuando ustedes predican el evangelio, algunas personas escuchan cuando hablan acerca de Dios y del Señor, pero otros se rehúsan a aceptar el evangelio, diciendo: "Si me muestras a Dios, entonces creeré", o "yo creo en mí mismo".
      Algunos incluso dicen cosas embarazosas como: "Por qué no vas y eres un buen cristianito tú solo..."
      Pero nuestro Dios jamás debe ser marginado de ese modo.
      Él es tan precioso y grandioso y no se lo puede comparar en lo mínimo con los ídolos.
      Habacuc 2:19 habla acerca de la necedad de los que adoran a los ídolos. Dice así:
      "¡Ay del que dice al palo: Despiértate; y a la piedra muda: Levántate! ¿Podrá él enseñar? He aquí está cubierto de oro y plata, y no hay espíritu dentro de él".
      ¡Ciertamente! Los ídolos no pueden hablar ni abrir y cerrar los ojos.
      Son simples piezas de madera, piedra o metal.
      Por otro lado, ¿quién es nuestro Dios?
      Pues en Jeremías 29:12 está escrito: "Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré". Nuestro Dios está vivo y escucha nuestras oraciones.
      Él es nuestro Padre Dios quien nos responde, nos habla y tiene encuentros con nosotros.
      Los ídolos no son más que meros objetos, pero Dios es el Creador quien ha creado los cielos y la tierra y todo lo que hay en ellos.
      Los necios adoran al sol, la luna y las estrellas, pero Dios es el Dios verdadero que creó todas estas cosas.
      Además los ídolos son hechos por el hombre a semejanza de hombres o animales, pero Dios es Aquel que creó todo los seres vivos, humanos y animales.
      Por tanto, ¿cómo podríamos compararlo con algún ídolo?
      Es más, Él está lleno de misericordia y compasión.
      Él entregó a Su Hijo unigénito como propiciación por la humanidad que estaba destinada a la muerte eterna por causa de sus pecados.
      Jesús vino a este mundo en cuerpo humano y mostró el amor de Dios a la gente hasta el momento mismo de Su muerte en la cruz.
      Mateo 4:23-24 nos dice: "Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó".
      Jesús compartió el dolor y el gozo de la humanidad y predicó el evangelio del reino de los cielos a los que sufrían para darles esperanza verdadera.
      Él los liberó del dolor de las enfermedades.
      Él les prometió la vida eterna y el descanso verdadero.
      La necedad seguirá a los que adoran ídolos, pero si servimos a Dios, Él nos dará prosperidad y paz en nuestra familia, lugar de trabajo y áreas de negocios.


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