• 3er Reino (5)

    [Santiago 1: 12]

    03-02-2008 | Rev. Jaerock Lee

    • Santiago 1: 12
      "Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman"

      Introducción

      Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
      Este día, les hablaré también sobre el caso de uno de nuestros miembros que fue al tercer reino de los cielos. ¿Cuál es la razón por la cual estamos revisando con tanto detalle la fe de aquellos que se fueron primero? Es para reflejar nuestra fe en el espejo de su fe. Si aquellos que se fueron antes tomaron un atajo, podemos seguir sus ejemplos. Si cometieron errores, nosotros no tenemos que repetirlos. De esa manera, podemos ir de la forma más rápida y sin desperdiciar tiempo. Nosotros podemos llegar al espíritu y al espíritu completo para poder alcanzar la Nueva Jerusalén.
      Yo oro en el nombre del Señor para que por medio de este caso de uno de nuestros creyentes, el cual les explicaré en esta sesión, puedan ustedes reconocer y cambiar, y avanzar más enérgicamente al espíritu.

      Cuerpo

      Queridos hermanos y hermanas en Cristo, voy a explicarles sobre este anciano de nuestra iglesia. Muchas personas creyeron que eel iría a la Nueva Jerusalén, pues era muy fiel en su vida Cristiana. Oraba fuertemente y asistía a los diferentes servicios diligentemente. Amaba mucho a Dios, al pastor y a las almas. Siempre trabajó fuertemente para alimentar a los miembros con el pan espiritual de vida. Él también evangelizaba a muchas personas cada vez que se le presentaba la oportunidad de hacerlo. Era un famoso Físico en Korea y profesor en la universidad, pero nunca le importó la fama del mundo. Nunca tuvo el deseo de tomar las cosas carnales. Si hubiera querido ganar alguna fama, habria ocupado más de su tiempo en sus investigaciones. Si hubiera deseado más riqueza, tenía la oportunidad de recibir mucho dinero a través de sus investigaciones. Pero él no deseaba esas cosas. En lugar de ello usó todo su tiempo para Dios. Todo el dinero que tenía, se lo entregó a Dios. Sin tener deseos egoístas, renunció a todo en esta tierra y mantuvo la esperanza por el reino de los cielos.
      Pero Dios llamó su espíritu en el 2003. En ese momento, Dios nos dijo que él iba para el tercer reino de los cielos. Este anciano amaba tanto a Dios y vivió una vida Cristiana tan fiel, que nos hacer preguntarnos, ¿Por qué se lo llevó Dios en ese momento? Esto fue porque llevárselo era el consuelo y la bendición más grande para él. De hecho, cada día de su vida en este mundo, era muy difícil para él. Parecía que cada día llevaba encima una carga muy pesada. Su anhelo por santificarse e ir a la Nueva Jerusalén era muy grande. Pero ese anhelo se convirtió en una carga para su vida. Había puesto una presión exagerada en su corazón pensando, "tengo que santificarme". Además, era muy crítico de sí mismo pensando que carecía de muchas cosas. Y con el propósito de que esta presión en su corazón se aligerará, mostraba esas obras de fidelidad, al punto casi de lastimar su cuerpo. Pero la carga en su corazón no se iba ni con estas acciones.
      Algunos de nuestros creyentes llevan estilos de vida Cristiana similares a esta. "Tengo que ser fiel y producir frutos", ellos viven con esta agonía. Además, se sienten impacientes pensando, "Tengo que ir a la Nueva Jerusalén". Pero la santificación y la Nueva Jerusalén no pueden ser alcanzadas solamente con tener agonía o preocupaciones ni sintiéndose impaciente por esto. Tampoco puede ser alcanzada con sus propios esfuerzos. Sin la ayuda de Dios no podemos lograrlo. Pero, sorprendentemente muchas personas están sufriendo a causa de este sentido de responsabilidad y por la presión que ponen sobre ellos mismos. Están provocando su propia presión, estrés y dificultad.
      ¿Por qué se dan estos casos? Estas situaciones son provocadas por 'los marcos personales formados en la personalidad de cada individuo'.
      Cuatro años antes que este anciano muriera, Dios me había hablado sobre el marco de su personalidad. Dios me dijo que él tenía que cambiar su personalidad desde los cimientos. Tenia que pensar de una manera positiva en todo y tener un corazón más generoso. Dios dijo que él tenía que tener un corazón más amplio y generoso para comprender y abrazar todo.
      El marco de la personalidad de esta anciano se formó alrededor de atributos de carácter oscuros y negativos mientras crecía. Por lo cual siempre estaba abatido y preocupado. Su forma de pensar y los pensamientos que surgían de sus preocupaciones le creaban una gran ansiedad. Además, solo necesitaba de un pequeño disgusto para que se hirieran sus sentimientos. Fue necesario mucho tiempo para que su carácter fuera sanado.
      Incluso en este mundo, ¿Qué es lo que sucede cuando una persona tiene tantas preocupaciones? Pierde su apetito y la energía de su vida, y su salud se deteriora. Además, aquellos que son muy sensibles no ganan peso. Por otro lado, aquellos que tienen pensamientos positivos son inteligentes. Aun en medio de situaciones difíciles, tienen actitudes relajadas y serenas diciendo, "Todo estará bien, lo puedo lograr".
      La personalidad negativa nos obstaculiza para que alcancemos el espíritu. Especialmente, en el caso de este anciano, quien también tenía algunas ideas equivocadas que había aprendido en la iglesia donde se congregaba anteriormente. Y estas eran en cuanto a condenarse y a poner presión sobre sí mismo. Aun en lo concerniente a la falta o deficiencia más pequeña, se culpaba y se condenaba a tal punto de torturarse él mismo.
      Decía que creía en el amor de Dios y en el poder de la preciosa sangre del Señor, pero su conocimiento equivocado no fue derribado. Por lo cual, siempre estaba derramando lágrimas con agradecimiento por el poder de la preciosa sangre del Señor. Por supuesto, nosotros tenemos que dar gracias por la gracia del Señor, pero el caso de este anciano era un poco diferente.
      Imagínense que han hecho algo mala a sus padres. Pero, pronto han reconocido su falta y se han arrepentido totalmente delante de ellos. Lamentaron mucho la situación, y prometieron, derramando lágrimas, que nunca volverían a cometer la misma falta de nuevo. Y tal como lo prometieron, nunca volvieron a caer en el mismo error. Pero digamos que, cada vez que ven a sus padres, derraman lágrimas sin poder levantar su cabeza diciendo, "Lamento tanto lo que sucedió en esa ocasión. Por favor perdónenme". Si ustedes hacen eso cada vez que ven a sus padres, ¿Qué pensarán y sentirán ellos? Ya les han perdonado y han olvidado el problema, y si ustedes continúan haciendo eso, ellos se sentirán avergonzados. Es difícil decir que los padres y los hijos están unidos en amor. Es igual entre Dios Padre y nosotros. Por supuesto, hasta que se santifiquen completamente, habrá ocasiones donde tendrán que desgarrar su corazón y orar. Además, si han cometido pecados, conociendo la verdad, tienen que arrepentirse completamente.
      Pero si ustedes no son como el ejemplo presentado, sino que están justo en el proceso de cambiar a espíritu, ¿Cuál será la voluntad de Dios? Ustedes tendrán que arrepentirse delante de Dios, pero no deberán caer en desesperación o perder su resolución. Tienen que decir, "Gracias por permitirme reconocer", y luego recibir la fortaleza de Dios por medio de fervientes oraciones y de desechar tales cosas. Cuando Dios Padre ve a estos hijos que están cambiando, ¡Cuan agradado estará! Si ustedes se desaniman solamente porque descubren su maldad, Dios Padre también se sentirá preocupado por ustedes.
      Pero este anciano nunca tuvo un momento de descanso en su corazón por causa del marco de su personalidad. El deseaba mucho cambiar a espíritu, pero la velocidad para alcanzar su meta era lenta comparada a sus esfuerzos. Esta es la razón por la cual no podía ser sanado completamente de su enfermedad, la cual sufría desde antes de llegar a nuestra iglesia. También estaba siempre débil de su cuerpo, por lo cual yo siempre le recomendaba que subiera de peso. Dios también sentía simpatía y preocupación por él. Dios me explicó detalladamente sobre el marco de su personalidad. Él me dijo que este anciano podría sanarse solamente después que su personalidad fuera cambiada fundamentalmente.
      En esa época, este anciano se descubrió a sí mismo a través del mensaje y dio gracias por ello. Su cuerpo débil empezó a recuperarse también. Cada uno tiene que derribarse a sí mismo después de haberse descubierto. Esto es realmente cierto, si el marco de la personalidad de alguien se ha formado durante un largo período de tiempo. Sin embargo, esto no se puede lograr con el esfuerzo y la fortaleza propia. Nosotros tenemos que recibir la ayuda del Espíritu Santo. Tenemos que comprometernos nosotros mismos y completamente con Dios, creyendo completamente en el amor de Dios.
      Pero para este anciano, el hecho de que llegara al descubrimiento personal, y que tuviera que derribarlo, se volvió otra carga pesada. Cuando se encontró a sí mismo, se regocijó, pero inmediatamente, se vio envuelto de nuevo en la misma situación, echándose encima otra carga. Oró por más tiempo y con más fervor. Pero el problema era que, mucha de las veces, oraba dentro de su propio marco. Él oraba mucho, usando mucho de su tiempo en ello, pero no podía recibir la inspiración del Espíritu Santo con facilidad. Podía más el sentido del deber que el deseo de orar, lo que significa que, lo quería hacer por él mismo.
      Aquellos que se derraman completamente delante de Dios pueden recibir la inspiración del Espíritu Santo con solo llamar al '¡Padre!' una vez. Pero en el caso de este anciano, tenía que llamar al '¡Padre!' muchas veces. Y a ese grado, también era más difícil para él. Se había golpeado a sí mismo para hacerse obediente al punto de llegar a la crueldad. Debido a que era muy estricto consigo mismo, de igual manera tenía esa clase de actitud cuando estaba enseñando a otros. Así que cuando enseñaba la palabra de Dios, no podía hacer que los demás sintieran el amor de Dios y obtuvieran fortaleza. Les hacía sentir la presión en sus corazones de que tenían que vivir por la palabra de Dios, de la misma forma que lo hacía con él mismo. Es por eso que muchas almas no podían estar cerca de él. La gente sabía que era un hombre bueno, pero no era muy agradable estar cerca de él.
      Queridos hermanos y hermanas en Cristo, después de todo, este anciano no pudo derribar el marco de su personalidad. Su cuerpo y su mente se debilitaron cada vez más. Finalmente, no pudo resistir más la enfermedad. Dios pudo haberlo sanado en cualquier momento. Pero, aún si él hubiera sido sanado y su vida extendida, no habría sido capaz de quitarse la carga de su corazón. A menos que derribara el fuerte marco de su personalidad, no habría podido vivir ni un solo día de paz. Entonces, en lugar de dejar que su alma sufriera en este mundo, Dios le permitió tomar el descanso eterno. Y dándole una prueba de fe, le dio la oportunidad de ir a un mejor lugar de morada celestial. Es decir, Dios le llevó al tercer reino de los cielos.
      En ese momento, este anciano no estaba totalmente santificado, por lo cual solamente podría haber llegado al 2º reino de los cielos. Pero durante su vida terrenal, él anheló mucho en su corazón por la Nueva Jerusalén. Además, amó tanto al pastor y las almas por lo que mostró acciones llenas de fidelidad. Nunca dejó de orar. Así que, Dios Padre le dio una última oportunidad de bendición. Esa oportunidad fue una prueba para revisar si él podía mostrar la fe de martirio en una situación de peligro de muerte. Fue una prueba para demostrar su calificación para obtener la corona de vida en el tercer reino de los cielos.
      Si una persona que puede entregar su propia vida para mantener su fe, continua viviendo y siguiendo una vida Cristiana, con seguridad se puede santificar. Este anciano tenía el corazón para alcanzar la santificación si se le hubiera dado más tiempo. Pero, para lograrlo hubiera tenido que pasar por muchos momentos difíciles. Es por eso que Dios llamó su espíritu tempranamente para quitar la carga de él.
      Dios le dio la oportunidad de mostrar su fe de martirio, el poder entregar su vida para que pudiera recibir el tercer reino de los cielos. Aun cuando estaba enfermo, nunca quiso recibir ningún tratamiento médico, ni en el último momento. Nunca tuvo el deseo de depender de ningún hombre. Él entregó su vida completamente en las manos de Dios. Aún cuando no podía siquiera mover su cuerpo apropiadamente, sus acciones delante de Dios en oraciones y en los servicios de adoración no fueron cambiadas. Aún cuando le era difícil caminar, venía al santuario y asistía al servicio con todas sus fuerzas. Conservó su asiento hasta el final. Aún cuando no tenía la fortaleza para hablar, trataba de orar en su mente.
      De igual manera, mantuvo su fe delante de Dios y mostró acciones invariables, y pasó la prueba de la fe. Dios conoce el corazón de cada persona, pero, Él no puede llevar a una persona al tercer reino de los cielos, cuando ésta no tiene la respectiva evidencia de fe. El enemigo el diablo y Satanás pueden objetar a ello diciendo, "Él no está santificado, y ¿Por qué se le ha entregado el tercer reino de los cielos?". Pero este anciano mostró la evidencia de sus invariables acciones de fe hasta que entregó su vida, así que, el enemigo el diablo y Satanás no podían objetar esto. Es decir, la fe de martirio de este anciano fue probada, y no tenía ninguna violación a la justicia, para poderle entregar el tercer reino de los cielos.

      Conclusión

      Queridos hermanos y hermanas en Cristo, en la actualidad, nosotros examinamos la fe de un anciano que fue reconocido de tener la fe de martirio y que iría al tercer reino de los cielos. Si solamente este entusiasmo y fidelidad fueran considerados, él podría haber ido a la Nueva Jerusalén. Pero, debido al marco de su personalidad que estaba formado incorrectamente, no pudo alzar la vista por la Nueva Jerusalén con esperanza, sino que lo tomó como una carga.
      ¿Es acaso la Nueva Jerusalén 'esperanza' para ustedes, o una 'gran carga'? Para aquellos que confiesan con fe, "Yo puedo ir también. Dios me ayudará si yo trato con fe", la Nueva Jerusalén tendrá que ser 'una gran esperanza' para ellos. Por el contrario, aquellos que piensan negativamente y se preocupan pensando, "Me hace falta mucho, ¿Qué debo hacer?", la Nueva Jerusalén será una carga para ellos.
      Si estas dos clases de personas tienen el mismo nivel de fe, ¿Quién puede alcanzar la Nueva Jerusalén más rápidamente? Serán aquellos cuyo pensamiento es positivo y lo confiesan con fe. El pensar y confesar, "Me hace falta mucho", no es verdadera humildad ni bondad. La humildad y bondad que Dios reconoce es el creer y depender de Dios completamente.
      Debido a que nosotros conocemos el hecho de que no podemos hacer nada por nuestro propio esfuerzo, por eso confiamos y dependemos de Dios. Esta es la forma de una persona verdaderamente humilde.
      Cualquiera que sea la clase de personalidad que ustedes tengan, si derriban sus marcos y se derraman totalmente, pueden ser alcanzados por el poder de Dios.
      Yo oro en el nombre del Señor para que ustedes puedan confesar, 'Todo lo puedo en Cristo que me fortalece', y para que poderosamente puedan ir al espíritu y al espíritu completo.

      [Amén]


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