• Estudio basado en Génesis (96)

    [Génesis 5:21-24]

    22-03-2013 | Rev. Jaerock Lee

    • Escritura

      Génesis 5:21-24
      "Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén.


      Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas.
      Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años.
      Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios".
      Este es el estudio No. 96 de Génesis.
      En el pasaje bíblico de hoy leemos que Enoc caminó con Dios mientras vivía en este mundo; además vio la imagen de Dios de vez en cuando.
      Hasta que pudo hacer esto, pasó por varios refinamientos.
      Hubo un proceso para que él sacara la maldad de su naturaleza, y para llenar su corazón con bondad y amor.
      Solo el hecho de haber nacido con buena tierra en el corazón no lo convirtió en alguien santificado, y tampoco se sumergió en el Espíritu Completo de manera automática.
      En el estudio anterior expliqué una de las cosas por las que Enoc logró entrar en el espíritu y Espíritu Completo.
      Dije que, en primer lugar, Enoc disfrutó el hecho de almacenar la bondad.
      Él no solo obedeció la Palabra de Dios, sino que también obedeció a sus padres y tuvo paz con todos sus hermanos.
      Sin importar cuál fuere la situación, él no se jactó de sí mismo sino que siempre consideró a los demás y cedió.
      En segundo lugar, Enoc amó a Dios por encima de todo.
      Desde que él era joven, escuchó acerca de Dios de parte de sus padres y abuelos.
      Él escuchó quién era Dios y cómo creó este mundo.
      También aprendió por qué el hombre tenía que vivir en este mundo y cómo él lo estableció.
      Mientras más escuchaba, deseaba conocer más y mejor a Dios.
      Él sintió mayor anhelo por ver a Dios.
      ¿Cómo puedo conocer mejor a Dios? ¿Cómo sentirlo en mi ser de manera más profunda? Él siempre pensó de este modo...
      Por el contrario, tenía poco deseo de mirar al mundo y darse a él.
      Siempre pensó en Dios e hizo las cosas que serían agradables ante Él.
      Mientras más se alejaba del mundo, el anhelo de Dios en su corazón crecía cada día más.
      Era tal como lo dice 1 Juan 2:15: "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él".
      Hay alguien aquí que quizás dice: "En aquellos días no había muchas cosas en el mundo a las cuales apegarse, como las hay hoy. Seguramente en ese tiempo era mucho más fácil alejarse del mundo".
      El 'mundo' que la Biblia menciona no se refiere solamente a los placeres terrenales.
      Cualquier cosa a la que se le de más importancia que a Dios, o cualquier cosa considerada más importante que Él en el corazón pertenece al 'mundo'.
      Por consiguiente, sus familias y amigos también pueden caer en la categoría de 'mundo'.
      Si dan a su familia o amigos el corazón que tendrían que dar a Dios, o si pierden el tiempo que le corresponde a Él, se considerará también como el acto de amar al mundo más que a Dios.
      Enoc era el principal entre sus hermanos en amar y obedecer a sus padres.
      También tenía una relación cercana con sus hermanos.
      No obstante, Enoc amó a Dios más que a cualquier persona y a cualquier cosa.
      Cuando se comparó con su amor por sus padres y hermanos, el amor de Enoc por Dios era mucho mayor.
      Él siempre aprendió cómo y de qué manera podía alcanzar una comunión más profunda con Dios.
      Él puso en práctica todo lo que recordaba.
      Una vez que aprendió que podía sentir el amor de Dios mientras lo adoraba estando solo en lugar de hacerlo junto a su familia y amigos, Él se quedó solo.
      Él observó la naturaleza y el mundo natural, miró hacia los cielos y extrañó a Dios.
      Deseó comunicarse con Él y disfrutó la oración.
      En momentos como esos Enoc fue muy feliz.
      Sus actos fueron semejantes a estos incluso antes de que él caminara con Dios, y los hizo aún más una vez que empezó a caminar con Él a la edad de 65 años.
      Permítanme presentarles la confesión de Enoc ante Dios antes de cumplir sus 65 años.
      Fue una confesión con su corazón lleno de anhelo por Dios mientras miraba al cielo y la naturaleza a su alrededor.
      En esta confesión pueden notar cuánto anhelaba Enoc a Dios, incluso antes de caminar con Él.


      [Confesión de Enoc]

      Hasta ahora solo he recibido muchas enseñanzas de los antepasados.
      Al estar aquí solo mirando los árboles y lo demás a mi alrededor, me pregunto quién creó todo esto... quién hizo esto tan vasto...
      Aquel dentro de mi ser, Aquel que creó todas estas cosas hermosas, Aquel que creó a mi tatarabuelo, y aún a su abuelo.
      El Padre quien creó este mundo que se despliega sin límites ante mis ojos, Aquel quien pensó en nosotros y nos amó, y permite que hoy yo esté aquí.
      Estoy pensando en Él...
      Cuando estoy solo, miro a los cielos y dibujo el rostro del Padre.
      Cuando tomo un descanso parado sobre la tierra, mi corazón se conmueve al sentir la Providencia del Padre y Su grandeza.
      Ahora abro mis labios y alabo al Padre a quien puedo sentir gracias a lo que aprendí de mis antepasados.
      Día a día llego a amarlo más y el anhelo por Él en mi corazón crece todavía más.
      Todavía me pregunto: "¿Cómo es Él?, a pesar de que aprendí acerca de Él de parte de mis antepasados.
      El anhelo por Él en mi corazón crece cada vez más; este anhelo se hace más profundo.
      ¿Cómo es Su rostro?
      ¿Qué tipo de sonrisa tiene?
      ¿Quién es Aquel que nos envió aquí para escuchar el aliento de la tierra y sentir el cielo y las estrellas en él.
      Incluso en el aire que respiro, siento Su aliento...
      Mi Padre, quien abre mis labios para que le alabe y para hacer esta confesión de lo que he llegado a saber... ¿qué tipo de ser es Él?
      ¿Cómo puedo conocerlo? ¿Cómo puedo conocer a Aquel que permanece en la inmensidad del vasto espacio, y cómo puedo ponerlo en mi corazón?
      Con este anhelo en mi corazón, atraigo a mi Padre una y otra vez; ¿Cómo es Él?
      Hermanos y hermanas,
      Mientras escuchan su confesión, ¿pueden sentir cuánto extrañó y amó Enoc a Dios?
      También hay una confesión en Salmos 42:1, que dice: "Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía".
      Podemos sentir un anhelo muy profundo por Dios en la confesión de Enoc.
      Dios el Padre escuchó la confesión, y se conmovió.
      Por eso se reveló a Sí mismo a Enoc de varias maneras.
      Fue tal como lo dijo el Señor en Juan 14:21, que dice: "...y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él".
      Enoc logró siempre encontrar el amor de Dios en su vida.
      Cada vez que Dios se conmovía con la confesión de Enoc y expresaba Su amor por él, el amor de Enoc por Dios crecía todavía más.
      Por ende, podía llenar su corazón con un amor mejor y más pleno. En consecuencia de este amor, Enoc pudo sumergirse en el Espíritu Completo.
      Si ustedes también se apartan del mundo por causa de su amor por Dios, tal como lo hizo Enoc, podrán sumergirse rápidamente en el espíritu.
      Si se obligan a sí mismos a alejarse del mundo al desear con ansias la meta del espíritu, quizás sientan que es algo difícil.
      Naturalmente se distanciarán del mundo al hacer únicamente las cosas que pueden ser de agrado para Dios ya que aman a Dios el Padre desde el fondo del corazón; esto es lo correcto.
      Esta es la forma de abstenerse de mundo fácilmente y con entusiasmo.
      Hasta ahora he explicado dos razones por las que Enoc pudo sumergirse en el Espíritu Completo.
      Es decir, él disfrutó almacenar la bondad y amó a Dios sobre todas las cosas.
      Dios es espíritu; la bondad y el amor son las características originales de Dios.
      Por consiguiente, mientras más llenen su corazón con bondad y amor, más llegarán a asemejarse a Dios.
      Ruego en el nombre del Señor que ustedes recuerden esto bien y que se sumerjan en el espíritu y Espíritu Completo.
      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      Al escuchar la confesión de Enoc, ¿encontraron algo un tanto extraño?
      Es decir, Enoc llamaba 'Padre' a Dios.
      Por lo general la gente del Antiguo Testamento no se atrevía a llamar 'Padre' a Dios.
      Ni siquiera podían decir el nombre de Dios.
      Pero Enoc llamó a Dios 'Padre' con gran dignidad.
      En base a esto podemos ver cuán cercanos eran Dios el Padre y Enoc.
      Las personas han logrado llamar 'Padre' a Dios desde que Jesús tomó la cruz.
      Cuando Jesús estaba en la cruz derramando Su sangre preciosa, Él redimió a la humanidad de sus pecados.
      Ya que Él no tenía pecado, resucitó y ascendió a los Cielos.
      Los que han creído esto en su corazón han recibido perdón gracias a Su preciosa sangre.
      Dios les envía el Espíritu Santo y los acepta como Sus hijos.
      Juan 1:12 dice: "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios".
      En Romanos 8:14-15 dice: "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!"
      Como está escrito, aquel que es guiado por el Espíritu de Dios es hijo de Dios y puede llamarlo 'Padre'.
      Adán, quien fue creado como un espíritu viviente, también podía llamar 'Padre' a Dios cuando vivía en el Huerto del Edén.
      Esto se debía a que era guiado por el Espíritu de Dios mientras estaba ahí.
      Además, Adán sabía que era Dios quien lo creó y educó, por lo que le era natural llamar 'Padre' a Dios.
      Asimismo, Adán fue creado a imagen de Dios, y podía llamarlo 'Padre' con orgullo.
      Cuando fue expulsado a este mundo después de cometer pecado, sin embargo, la situación cambió.
      Por causa del muro de pecado que lo separó de Dios, y por el hecho de que estaba perdiendo la imagen de Él, no podía seguir llamando 'Padre' a Dios con confianza.
      Se sentía demasiado avergonzado y apenado como para llamarlo 'Padre'.
      Como resultado, aun los descendientes que tuvo en este mundo no podían llamar 'Padre' a Dios, pero sí lo llamaban Jehová.
      En medio de esta situación, sin embargo, Enoc, la séptima generación de Adán, llamó 'Padre' a Dios.
      Esto se hizo posible porque Enoc llenó su corazón con bondad y amor para asemejarse a Dios en gran manera.
      Adicionalmente se hace evidente que pudo comunicarse con Dios de manera íntima.
      Enoc pudo ver claramente que fue Dios quien creó el universo entero, y también a él.
      Por eso no pudo evitar llamarlo 'Padre'.
      Ya que Dios reconoció a Enoc como Su hijo, Enoc pudo llamarlo 'Padre' con confianza y dignidad.
      Por cierto, Dios el Padre desea ser llamado 'Padre', no solo por Enoc, sino también por todo Su pueblo.
      Incluso en los días del Antiguo Testamento, Dios deseaba que la gente pudiera convertirse en los hijos verdaderos que podían llamarlo Padre Dios.
      Por lo tanto, podemos ver que los profetas que tenían una clara comunicación con Dios también lo llamaban 'Padre Dios'.
      Isaías 63:16 dice: "Pero tú eres nuestro padre, si bien Abraham nos ignora, e Israel no nos conoce; tú, oh Jehová, eres nuestro padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre".
      En Isaías 64:8 leemos: "Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros".
      De manera especial, en Jeremías 3:19 dice: "Yo (Dios) preguntaba: ¿Cómo os pondré por hijos, y os daré la tierra deseable, la rica heredad de las naciones? Y dije: Me llamaréis: Padre mío, y no os apartaréis de en pos de mí".
      Dios adoptó a los israelitas como Sus hijos, y Él les dio la tierra que era más hermosa y placentera que ningún otro país.
      Él quería que lo llamen "Padre mío", y que no se apartasen de ir en pos de Él.
      No obstante, los israelitas adoraron ídolos y se causaron destrucción a sí mismos.
      Perdieron su país ante los gentiles y fueron tomados cautivos por alrededor de 70 años.
      ¿Pueden ustedes llamar 'Mi Padre' a Dios con confianza y orgullo?
      Por fortuna, ustedes y yo, quienes vivimos en la era del Espíritu Santo, podemos llamar 'Padre' a Dios.
      Gálatas 4:6 nos dice: "Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!"
      Aquel que recibe 'el Espíritu de su Hijo que Dios envió', puede llamar a Dios '¡Abba, Padre!'
      Sin embargo, la realidad es un tanto distinta.
      Solo porque una persona recibe el Espíritu Santo no significa que puede llamar 'Padre' a Dios.
      Hay aquellos que claman a Dios pero que no pueden permitir que la palabra 'Padre' ni siquiera roce sus labios.
      Simplemente dicen "Dios" o "Dios el Padre".
      Cuando ofrecen su oración personal, si no pueden llamar 'Padre' a Dios, esto prueba que no sienten mucha intimidad entre ustedes y Él.
      1 Juan 1:7 dice: "Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros...".
      Mientras más profunda sea la relación de ustedes con Dios, más fácil les será llamarlo 'Padre'.
      Por otro lado, los que no viven de acuerdo a Su Palabra, los que caminan en tinieblas, no tienen comunión con Dios.
      Por consiguiente, cuando oran buscando algo, se sienten muy avergonzados de llamarlo 'Padre'.
      Los que aman a Dios desde el fondo del corazón y viven según la Palabra de Dios, son inspirados por el Espíritu Santo para llamarlo 'Padre' aunque no se les haya enseñado a hacerlo así.
      Por cierto, en una ocasión oficial, o cuando se está ofreciendo una oración de apertura, lo más apropiado es llamarlo 'Dios Padre' o 'Dios el Padre'.
      Esto se debe a que hay personas que tienen una fe débil.
      No están seguros de si el 'Padre' que se menciona es un padre biológico, o Dios.
      Además, en un lugar oficial, es apropiado llamar a alguien por su título oficial en lugar de hacerlo por su nombre.
      Digamos que son hijos del presidente de una empresa. ¿No es lo apropiado llamar a su padre 'Presidente' en lugar de 'padre'?
      Permítanme hacer otra observación aquí. Aunque llamen a Dios 'Padre', esto no los hace Sus 'hijos verdaderos'.
      Dios el Padre debe reconocerlos y llamarlos 'Mi hijo', o 'Mi hija'.
      Es decir, deben despojarse de toda forma de maldad, santificarse y asemejarse al corazón de Dios el Padre.
      Solo entonces, cuando lo llamen 'Padre', Él responderá inmediatamente y los bendecirá.
      Ruego en el nombre del Señor Jesucristo que, mientras escuchan este mensaje, todos ustedes puedan convertirse en Sus hijos verdaderos de este modo.


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