[Juan 6:53-55]
31-03-2013 | Rev. Jaerock Lee
Pasaje
[Juan 6:53-55]
"Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida".
El título de este mensaje es 'La Gracia que nos ha sido otorgada'.
Efesios 2:8 dice, "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios".
Dios Padre nos ha otorgado un regalo que no puede ser intercambiado con nada.
El regalo es Su unigénito Hijo Jesucristo.
La sangre de Jesús derramada en la cruz nos guio por el camino de la salvación.
Este regalo no nos fue dado porque nuestras obras fueran santas y perfectas.
No nos fue otorgado porque agradamos a Dios Padre con nuestras buenas acciones.
Es un regalo otorgado libremente por Dios Padre, sin ningún precio.
¿Qué tan agradecidos están ustedes por esta gracia de Dios?
Salmos 116:12 dice, "¿Qué pagaré a Jehová por todos sus beneficios para conmigo?". Como dice la palabra, nosotros nunca podremos retribuir a Dios Padre con ninguna cosa, pues Él nos ha dado una gracia sin límites.
La segunda parte del servicio de este día será para la Santa Cena, y yo espero que ustedes le den gracias a Dios Padre quien nos ha otorgado tan inmensa gracia.
Oro en el nombre del Señor para que ustedes den las gracias hasta que el Señor regrese, diciendo, "Todo lo que yo soy es la gracias del Señor".
[Mensaje Principal]
Amados hermanos y hermanas en Cristo, la mayoría de las personas se olvidan con el paso del tiempo, de la gracia que una vez recibieron.
Cuando ellos reciben alguna gracia, piensan y dicen que pagarán por todos los medios por la gracia recibida.
Pero su determinación se vuelve cada vez más tenue.
Debido a que Dios Padre conoce esta naturaleza de los hombres, Él nos permite realizar la Santa Cena.
Como la parte final de Lucas 22:19 dice, "haced esto en memoria de mí", Dios nos permite pensar sobre la providencia de la cruz de Jesús por medio de esta ceremonia, para que así podamos recordar el amor del Señor.
Ahora, ¿qué clase de significados espirituales están incluidos en la Santa Cena?
Mateo 26:26 dice, "Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo".
El pan que podemos tomar en la Santa Cena hace referencia al cuerpo de Jesús.
Es más, así como en el pasaje de este día en Juan 6:55, 'Mi carne', es decir el cuerpo de Jesús, se refiere a la verdadera comida.
Entonces, ¿cómo puede la carne de Jesús convertirse en verdadera comida?
Juan 1:1 dice que la Palabra es Dios.
Juan 1:14 dice que Dios, quien es la Palabra, se hizo carne y vino a estar tierra, y Él es Jesús.
Así que, comer la carne del Hijo del Hombre es tomar la Palabra de Dios, la cual es la verdad, como nuestro pan espiritual.
Se trata de cambiar nuestro corazón con la Palabra.
Para comer la carne del Hijo del Hombre de esta forma, tenemos que beber Su sangre al mismo tiempo.
Esto es similar a cuando las personas comen alimento sólido y también tienen que beber líquidos.
Nosotros podemos absorber los nutrientes y además eliminar el desecho del cuerpo solamente cuando consumimos líquidos también.
De esta forma, podemos tomar bien el pan de la Palabra de Dios solamente cuando bebemos la sangre del Hijo del Hombre.
Beber la sangre del Hijo del Hombre es practicar la palabra de Dios con fe.
Cuando hacemos eso, las falsedades se escaparán de nuestro corazón, y la verdad las reemplazará.
Además de 1 Juan 1:7 podemos comprender que tenemos vida en nosotros solamente cuando bebemos la sangre del Hijo del Hombre así como comemos Su carne.
Este versículo dice, "pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado".
Jesús derramó Su preciosa sangre para redimirnos de nuestros pecados, pero para que nosotros seamos perdonados por medio de Su sangre, tenemos que caminar en la luz.
Esta es la esencia de una vida cristiana para convertirse en un verdadero hijo de Dios Padre.
Por ejemplo, en la actualidad, ustedes están aprendiendo la palabra de Dios más diligentemente que antes, a fin de alcanzar el espíritu.
Ustedes aprenden sobre el capítulo del Amor Espiritual, los nueve frutos del Espíritu Santo y las Bienaventuranzas, disfrutándolo.
Es más, escuchan los testimonios de aquellos que han llegado al espíritu y tratan de hacer las cosas que ellos hicieron.
Pero, ¿hay alguno de ustedes que simplemente sienta que es bendecido y se siente conmovido pero no hace nada con ellos?
Algunos de ustedes piensan, "Wow, él es grande. Creo que tiene una clase diferente de corazón que el mío", y en realidad no tratan de practicar la verdad que ustedes han aprendido.
O, algunos de ustedes aprenden muy bien los mensajes sobre Bondad e incluso memorizan todo el asunto.
Pero luego no tratan siquiera de frenar su maldad, que es el primer nivel de bondad, sino que muestran sus sentimientos de incomodidad con los demás.
Esto significa que ingresaron la palabra de Dios solamente como conocimiento y no la han cultivado en su corazón.
Los cambios pueden llevarse a cabo solamente cuando en realidad obedecen y practican la palabra de Dios.
Solamente entonces puede la Palabra convertirse en vida y poder para ustedes.
Yo espero que conserven en mente el significado de la Santa Cena, y que rápidamente lleguen a la luz y al espíritu comiendo la carne y bebiendo la sangre del Hijo del Hombre cada día.
Amados hermanos y hermanas en Cristo, si el ministerio de Jesús hubiera terminado solamente con una muerte santa y sacrificial, nosotros no habríamos tenido vida eterna ni esperanza por el reino de los cielos.
Como dice 1 Corintios 15:17, "...y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados", todas nuestras acciones serían inútiles.
Pero nuestro Señor quebrantó el poder de la muerte, resucitó, y ascendió al Cielo.
Él nos prometió que, "yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo", y proclamó Su Segunda Venida para llevarnos con Él.
Después de Su resurrección y ascensión, el Señor se sentó a la derecha del trono de Dios, por consiguiente demostrándonos que la vida de los cristianos es la más bendecida y gloriosa.
Él nos permitió vencer cualquier clase de dificultades y penas teniendo la fe y la esperanza que también participaremos en la resurrección del Señor.
La resurrección misma del Señor es una gracia tan maravillosa para nosotros.
Les hablaré sobre dos clases de gracia otorgadas a nosotros en esta Pascua. Por favor consérvenlas en su mente y participen en la Santa Cena con un corazón agradecido.
Amados hermanos y hermanas, la primera gracia que nos fue otorgada por medio de la Pascua es la Palabra de Vida.
Cuando nos encontrábamos extraviados, la palabra de Dios se convirtió en la lámpara y nos mostró el camino.
Él nos guio únicamente por el camino de vida.
Es más, los profundos mensajes espirituales entregados a nuestra iglesia nos están guiando hacia la Nueva Jerusalén de una forma tan delicada.
Dios nos permite conocer la dimensión del 'espíritu' y del 'espíritu completo', la cual nadie podía penetrar, y Él nos permite alcanzar esa dimensión.
Sin embargo, no podemos obtener vida a menos que comprendamos la palabra de Dios de una forma espiritual.
En Juan 6:64-66, encontramos a algunas personas que no comprenden la palabra espiritual.
Ellos han sido testigos de muchas señales que Jesús realizó, pero no pudieron aceptar las palabras de Jesús que decían, "Yo soy el pan que descendió del cielo", y "Si comen mi carne vivirán", y eventualmente se alejaron de Jesús.
Pero Pedro dijo, en Juan 6:68, "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna".
Aun la más excelente moralidad o el conocimiento filosófico no pueden darnos vida eternal.
Podemos ganar vida solamente cuando hacemos pan espiritual de la palabra de Dios.
Por lo tanto, al partir el pan este día, yo espero que le den gracias a Dios diciendo, "yo tengo vida eterna gracias al Señor, y gracias a la palabra de vida".
Amados hermanos y hermanas en Cristo, la segunda gracia que nos fue otorgada por medio de la Pascua es que podemos cultivar la fe perfecta la cual es seguida por obras.
Los cristianos pueden olvidar las buenas cosas del mundo por el Señor, y pueden aceptar cualquier dificultad o vida miserable porque tienen la esperanza de la resurrección.
Nosotros podemos ver este hecho por medio de las vidas de los discípulos que habían presenciado la resurrección del Señor.
Ellos nunca temieron ni se sometieron, incluso a la muerte.
Más bien pensaron solamente en el día que disfrutarían la gloria de la resurrección junto con el Señor.
Por esa razón, ellos caminaron por el camino de la vida mostrado por el Señor, solamente con 'Si y Amén'.
En esta iglesia, ustedes han escuchado mensajes espirituales que no pueden ser refutados, y han presenciado el poder de Dios que confirma la palabra.
Y sin embargo, ¿hay alguno que aun encuentra difícil vivir por la palabra de Dios?
O, ¿hay alguno de ustedes que piense que simplemente está demasiado lejos de alcanzar el espíritu?
Así como los padres de la fe vencieron cualquier clase de dificultades teniendo la esperanza de la resurrección, yo espero que ustedes también se esfuercen mucho por practicar la palabra de Dios teniendo la esperanza de la resurrección.
Concluiré el mensaje.
Este día es el último del período de suspensión de 3 meses.
¿Han ustedes comprendido profundamente el amor y la gracia de Dios otorgada a nosotros en los últimos tres meses?
Dios Padre dijo que ustedes miembros de la iglesia, y especialmente los pastores y Levitas tendrían un nuevo comienzo a partir de esta Pascua.
Como dice 2 Corintios 5:17, "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas". Les insto a que se conviertan en una nueva persona que no busca las cosas de la carne sino las del espíritu.
Yo oro en el nombre del Señor para que, así como nuestro Señor quien venció el poder de la muerte y resucitó, ustedes desechen toda clase de pecados y se conviertan en la novia del Señor que es irreprensible y sin mancha.