• Estudio basado en Génesis (98)

    [Génesis 6:1-4]

    17-05-2013 | Rev. Jaerock Lee

    • Escritura

      Génesis 6:1-4
      [1] Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas,
      [2] que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.
      [3] Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.
      [4] Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.


      Amados hermanos y hermanas en Cristo:
      Así también, miembros de las diez mil iglesias filiales alrededor del mundo y en Corea, en los santuarios locales, aquellos que están asistiendo por medio de la Internet y televidentes de GCN TV.
      Este es el estudio No. 98 de Génesis.
      En el estudio anterior les hablé sobre Génesis 1:6 que dice: "Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas...".
      El tiempo en el que 'comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra' se refiere al tiempo en el que muchas personas empezaron a multiplicarse en este mundo.
      Se refiere también al tiempo en el que la gente se manchaba con el pecado y la maldad. La gente se distanció mucho de Dios.
      La población de este período de tiempo perdió su fe en Dios y se manchó tanto con la maldad que los valores morales se perdieron entre ellos.
      Génesis 6:1 termina diciendo: "...y les nacieron hijas". Esto se debe a que estas hijas (que nacieron cuando la gente se manchó mucho con el pecado y la maldad), tenían cierta relación con el siguiente verso.
      Génesis 6:2 dice: "que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas".
      Ahora observemos juntos Génesis 6:4.
      La NTV dice: "En esos días y durante algún tiempo después, vivían en la tierra gigantes nefilitas, pues siempre que los hijos de Dios tenían relaciones sexuales con las mujeres, ellas daban a luz hijos... Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre".
      Como vemos en estos dos versos, los nefilitas ya existían en ese entonces.
      Posteriormente, "viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas".
      Estos hijos de Dios tuvieron hijos con las hijas de los hombres, y estos niños luego se convirtieron en los héroes y en los famosos guerreros de la antigüedad.
      ¿Quiénes eran los nefilitas y quiénes eran los hijos de Dios?
      Permítanme hablarles primero acerca de los 'hijos de Dios'.
      Algunas personas dicen que eran 'ángeles'.
      Pero Hebreos 1:5 dice que no lo eran.
      Leemos: "Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:
      Mi Hijo eres tú,
      Yo te he engendrado hoy, y otra vez:
      Yo seré a él Padre,
      Y él me será a mí hijo?"
      Como está escrito, Dios no llama 'hijos' a los ángeles.
      Además, Jesús dijo en Mateo 22:30: "Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo".
      Según lo que el Señor dijo, está claro que los ángeles no se casan ni se dan en casamiento.
      Por consiguiente, 'los hijos de Dios' en las Escrituras jamás pueden ser los ángeles.
      Otras personas insisten en que 'los hijos de Dios' fueron los descendientes de Set, quien continuó la genealogía legítima de Adán.
      Sin embargo, esta idea tampoco es convincente. . .
      Esto se debe a que no hay ninguna evidencia en la Biblia de que los descendientes de Set fueron los hijos de Dios.
      ¿Quiénes fueron entonces esos 'hijos de Dios'?
      En este caso los hijos de Dios son los descendientes de Adán, de género masculino, quienes vivieron en el Huerto del Edén.
      Después de que Adán fue expulsado a la Tierra, ellos continuaron viviendo en el Huerto.
      Algunos de ellos podían viajar entre el Huerto y la Tierra.
      Antes de que Adán cometiera pecado, él señoreó el Segundo Cielo al que pertenece el Huerto y el Primer Cielo al que pertenece la tierra.
      Así podían viajar libremente entre el Huerto y la Tierra.
      Entre los descendientes de Adán, muchos de ellos lo acompañaban para visitar la Tierra.
      Después de que Adán cometió pecado, sin embargo, se emitió una restricción con respecto a los viajes a la Tierra.
      No cualquiera podía visitar este mundo y era necesario el permiso del querubín que resguardaba la puerta del reino espiritual.
      Como resultado, el número de los que podían visitar este mundo se tornó muy limitado.
      La expresión 'hijos de Dios' en sí, demuestra que había una restricción en ese entonces.
      Este número limitado de aquellos que podían viajar entre el Huerto y la Tierra recae en dos grupos.
      El primer grupo consistía en los hijos de Dios quienes seguían a Adán para establecerse en este mundo cuando él fue expulsado a la Tierra.
      Mientras veían a Adán manejar su vida en la Tierra, llegaron a tener un corazón lleno de anhelo.
      Cuando lo comparaban, el Huerto en el que vivían era un entorno mucho mejor que el de la Tierra.
      No les faltaba nada y podían vivir ahí por siempre.
      No obstante, la vida de Adán en este mundo, el mundo material, se veía buena.
      Aun algunas personas de hoy prefieren la vida rural antes que la urbana que está llena de comodidades.
      Mientras buscan sus propios valores de vida, escogen la vida rural aunque esto signifique que tendrán que renunciar a los beneficios del desarrollo social.
      Lo que este primer grupo de los hijos de Dios consideró importante era que querían vivir junto a sus amados Adán y Eva.
      Y era así todavía más para aquellos a quienes Adán y Eva habían engendrado.
      Así que, abandonaron el Huerto y escogieron este mundo y se establecieron por sí mismos.
      Mientras descendían, no se imaginaban que sería imposible vivir para siempre como lo hacían en el Huerto.
      Debido a que el tiempo promedio de vida de la carne era de 900 años en ese entonces, pensaron que podrían vivir juntos para siempre al igual que en el Huerto.
      Por eso escogieron la vida en la Tierra.
      Sin embargo, el número de aquellos que tomaron esta decisión no fue muy grande.
      Después de que se establecieron en la Tierra, tomaron las hijas de los hombres como esposas.
      Al igual que en el Huerto del Edén, se casaron y tuvieron hijos en base al orden que Dios había establecido.
      Sus hijos fueron los 'nefilitas'.
      Ahora, el segundo grupo de aquellos hijos de Dios quienes viajaron entre el Huerto y la Tierra fueron las personas que 'vieron que las hijas de los hombres eran hermosas; y tomaron como esposas a todas las que quisieron'.
      Sus hijos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.
      Permítanme decirles con mayor detalle de qué manera tomaron a las mujeres de la Tierra los hombres del Huerto del Edén.
      Después de que Adán fue expulsado a la Tierra, había personas que sentían curiosidad acerca de las situaciones de la Tierra.
      Querían ver cómo Adán, su antepasado, llevaba su vida.
      Algunos se establecieron en la Tierra al igual que Adán, y otros se mantenían yendo y viniendo.
      Los que se establecieron en la Tierra fueron el primer grupo que mencioné antes, y ellos no dieron lugar a ningún problema.
      Por otro lado, los que siguieron yendo y viniendo causaron el problema.
      Es decir, ellos se mancharon con la 'carne'.
      Con la rápida multiplicación de la gente en el mundo, el pecado y la maldad también se difundieron rápidamente.
      Cuando los hombres del Huerto descendieron a la Tierra y vieron a la gente carnal, ellos también se mancharon con el pecado.
      La Escritura dice: "los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran hermosas..." y esto explica cómo llegaron a tener los deseos de los ojos.
      Ya que aquellos en el Huerto del Edén no son 'espíritus perfectos' sino 'espíritus vivientes', si toman la carne, esta puede escabullirse en ellos.
      Ellos tienen también libre albedrío.
      Si ellos mismos toman la carne de acuerdo a su libre albedrío, pueden mancharse con la carne.
      Ya que estaban siempre protegidos en la Luz mientras estaban en el Huerto, no tomaron la carne por sí mismos a pesar de tener libre albedrío.
      No obstante, mientras viajaban a este mundo y se encontraban con frecuencia con la gente carnal, aceptaban los deseos de los ojos con su libre albedrío.
      Luego, los espíritus vivientes también llegaron a tener los deseos de la carne.
      Eventualmente fueron tras los deseos para tomar a las hijas de los hombres como esposas.
      No solo una, sino que tomaron como esposas a todas las que quisieron.
      Ustedes quizás se pregunten: "Las mujeres del Huerto deben ser mucho más hermosas que las de los hombres. ¿Por qué tomaron las hijas del hombre como sus esposas?
      Dependiendo de si el corazón es espíritu o carne, el estándar de la belleza puede cambiar.
      La gente de espíritu aprecia la belleza de un escenario que les recuerda el claro y puro Cielo.
      Por otro lado, los que buscan la belleza material usualmente consideran lo que se siente apasionado y profano como hermoso.
      Por ejemplo: algunas mujeres usan un color oscuro o humoso en su maquillaje de ojos o labios.
      Una mujer usa maquillaje para verse más hermosa.
      Si se pone esos colores oscuros de maquillaje, ¿acaso no significa que ella piensa que ese color es hermoso?
      Asimismo, el estándar de la belleza entre la carne y el espíritu es diferente.
      Los 'hijos de Dios' en la Escritura de esta noche consideraron a las mujeres del Huerto más hermosas antes de mancharse con la carne.
      Esto se debe a que las mujeres en el Huerto mantienen la belleza que Dios les dio originalmente.
      No obstante, las mujeres de este mundo se volvieron profanas y lujuriosas; sus vestidos y ornamentos también eran atractivos en un sentido carnal.
      Cuando los hijos de Dios vieron a las mujeres de este mundo por primera vez, sintieron el sentido de la diferencia.
      No obstante, mientras se manchaban con la carne, aquellas mujeres carnales de este mundo se veían hermosas.
      Al final fueron tras sus deseos para tomarlas como esposas, todas las que quisieron.
      Lo que hicieron causó repercusiones, tanto en lo espiritual como en lo material, y causó gran caos.
      Cuando tomaron las mujeres de este mundo, siguieron viajando entre la Tierra y el Huerto.
      Ya que los seres que estaban manchados por el pecado residían en el Huerto que es un reino espiritual, corrompieron el orden del espíritu.
      Al mismo tiempo, también corrompieron el orden de la carne.
      Su vida desordenada pronto se difundió entre la gente de este mundo.
      A los ojos de la gente del mundo, los del Huerto eran casi dioses.
      Eran bien parecidos y muy superiores en conocimiento y sabiduría a la gente de este mundo.
      Estas personas vinieron a este mundo y tomaron todas las esposas que quisieron, y la gente de este mundo pronto las imitó.
      En consecuencia, las obras resultantes de ir tras los deseos carnales pronto se desenfrenaron en este mundo.
      ¿Se están preguntando: Si Dios hubiese cerrado por completo el pasaje entre el Huerto y este mundo, habría ocurrido esto? ¿Por qué no lo hizo?
      Nuestro Dios abandonó el proceso del Cultivo de la humanidad al libre albedrío del hombre.
      Dios no interfiere con esto según Su deseo, ni ejerce control a la fuerza.
      La razón por la que Dios abrió el pasaje del reino espiritual fue también por Adán y sus descendientes.
      Fue la consideración que Dios tenía por Adán quien quizás extrañaba el Huerto y por sus descendientes en el Huerto quienes extrañaban a su antepasado.
      Sin embargo, una parte de ellos tomó la carne por su propio albedrío y esto resultó en un quebrantamiento de las órdenes, tanto en lo espiritual como en lo material.


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