[Ezequiel 47: 1-5]
30-06-2013 | Rev. Jaerock Lee
Pasaje
[Ezequiel 47: 1-5]
"Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado".
Esta es la 22.a reunión del estudio titulado "Dios mide nuestra fe".
En el último estudio, examinamos el pecado de profanar el templo de Dios, que es uno de los pecados que despojan de la salvación.
En este caso el Templo se refiere tanto al edificio y a nosotros mismos que somos el templo del Espíritu Santo.
Si nosotros profanamos el templo, es decir, nuestro cuerpo y corazón; y provocamos que el Espíritu Santo salga de nosotros, nos será quitado nuestro derecho como hijos de Dios.
Por medio de esto podemos darnos cuenta de algo.
Es que, nuestra salvación no está completa al presente, pero debemos trabajar en ella.
En Filipenses 2:12 dice: "Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor".
Al comparar esto con una carrera, podemos obtener salvación únicamente si terminamos la carrera de la fe.
Aunque corramos muy rápido al comienzo, no podemos obtener salvación si es que nos detenemos o nos salimos a la mitad del camino.
Algunos versos en la Biblia claramente nos enseñan acerca de este hecho.
Hermanos y hermanas: la primera parte de 1 Timoteo 6:12 nos dice: "Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna".
Si ustedes simplemente cultivan un corazón del espíritu, seguramente se apoderará de esta vida eterna.
El corazón del espíritu es un corazón libre de las características de la carne, tales como el pecado, la maldad, y una mente inconstante.
Por consiguiente, alguien con este tipo de corazón no se desviará del curso de la vida eterna.
Ruego en el nombre del Señor que ustedes rápidamente puedan cultivar este corazón del espíritu para que puedan disfrutar paz y gozo sobre este mundo como si ya estuvieran viviendo en el Cielo mismo.
[Mensaje principal]
Amados hermanos y hermanas en Cristo y televidentes:
El 13.o tipo de pecado que priva de la salvación es el de 'perder las primeras obras y no recuperarlas'.
Apocalipsis 2:5 es una exhortación a la iglesia de Éfeso, una de las siete iglesias de Asia Menor.
Dice: "Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido".
En este caso, 'quitar el candelero de su lugar' significa que el Señor quitará el Espíritu Santo.
Por lo tanto, este verso es una advertencia para aquellos que una vez aceptaron al Señor pero perdieron la gracia del primer amor, cambiaron de parecer, teniendo amistad con el mundo y regresando a las tinieblas nuevamente.
Al principio, la iglesia de Éfeso trabajó arduamente por el nombre del Señor.
Ellos intentaron reunirse para escuchar la palabra de la verdad, con anhelo por la oración y la prédica del evangelio.
Ellos superaron todo tipo de prueba y persecuciones solo con gozo y una actitud de gratitud.
No obstante, a medida que pasó el tiempo, en cierto punto su primer amor se enfrió
y dejaron de intentar vivir en la verdad y se volvieron nuevamente a las cosas de este mundo.
Al principio, la iglesia de Éfeso era digna de ser alabada, pero a medida que abandonaron su primer amor y abandonaron sus primeras obras, recibieron una exhortación severa.
Dios les dijo que removería el candelero a menos que se arrepintieran, lo que significa que no podían recibir la salvación si no se arrepentían.
Es algo de lo que se debe arrepentir si se pierden las primeras obras y, si seguimos las cosas perecederas; las viejas maneras de vivir, debemos arrepentirnos por completo de ello.
Esto se debe a que este es un camino a la muerte.
Si no nos arrepentimos, eventualmente el Espíritu Santo se apagará.
La Biblia nos enseña claramente estas cosas, pero en algunas iglesias enseñan que alguien puede ser salvo una vez que recibe el Espíritu Santo, sin importar el tipo de vida que lleve.
Pero la Biblia nos enseña que el Espíritu Santo en nuestro corazón puede apagarse, y los nombres escritos en el Libro de la Vida se pueden borrar.
1 Tesalonicenses 5:19 dice: "No apaguéis al Espíritu".
Además, Apocalipsis 3:5 dice: "El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles".
Por el contrario, este verso al inverso significa que nuestros nombres pueden ser borrados del libro de la vida si perdemos en la lucha contra el pecado.
Podemos ver esto también en el Antiguo Testamento.
¿Cómo oró Moisés cuando el pueblo de Israel cometió pecado?
Él puso su propia vida como garantía pidiéndole a Dios que borrara su nombre del Libro de la Vida, si Dios no perdonaba al pueblo.
Como se explica, alguien que una vez ha recibido salvación, puede perderla. Es por eso que el Señor nos advirtió mucho que quitaría el candelero de su lugar si no nos arrepentimos de nuestros pecados.
Amados hermanos y hermanas en Cristo y televidentes:
En Apocalipsis 3:16 leemos: "Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca".
Esta era una exhortación dada a la iglesia de Laodicea; una de las siete iglesias.
Actualmente es también una lección para nosotros.
El 14.o pecado que priva de la salvación es el de tener una fe tibia.
En algunos casos, los que han recibido al Espíritu Santo quizás lleven una vida con fe solo de modo formal.
Han asistido a la iglesia por un largo tiempo, pero permanecen como nuevos creyentes.
No circuncidan su corazón ni trabajan fielmente para Dios.
Simplemente asisten a la iglesia.
Esta fe solo como formalidad se debe a que saben que existe el Cielo y el Infierno aunque escuchan el mensaje por un oído y dejan que se escape por el otro. Así que no mejoran en su fe ni siquiera después de cinco años o más.
No mantienen ninguna comunicación con el Espíritu Santo, y no obtienen entendimiento espiritual de los mensajes predicados.
Estas personas no pueden emanar ninguna fragancia de Cristo.
Ellas aceptan los placeres del mundo tal como la gente del mundo.
Nuestro Dios advierte a estas personas diciendo: "...los escupiré de mi boca".
El Señor también dice lo siguiente:
"Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete" (Apocalipsis 3:19).
Por consiguiente, si tienen remordimiento de consciencia al escuchar estas palabras, les animo a obedecer al Señor desde ahora.
Arrepiéntanse de verdad y sean celosos.
Den al Señor un amor más ferviente y verdadero que antes, a fin de convertirse en Su consuelo y alegría.
Hermanos y hermanas:
¿Cuál es el mayor problema que surge de no lavar nuestras vestiduras, profanar nuestro cuerpo y mente, es decir el santuario, perder las primeras obras y ser tibio en la fe?
Es que el Espíritu Santo se apagará sin que nos demos cuenta.
Aquellos cuyo Espíritu Santo se ha apagado no pueden ser salvos.
Esto se debe a que no tienen ninguna señal de ser hijos de Dios.
Para que su Espíritu no se apague, deben recordar algo.
Es que siempre deben estar alertas en oración y mantener la llenura del Espíritu.
Jesús nos dio parábolas acerca de esto.
Una de ellas es la parábola de las Diez Vírgenes, descrita en Mateo 25.
Cinco vírgenes sabias prepararon suficiente aceite y fueron con sus novios al banquete de las bodas.
No obstante, las cinco vírgenes insensatas no prepararon suficiente aceite.
Tuvieron que salir a comprar más aceite y no pudieron encontrarse con sus novios.
Estas no pudieron entrar al banquete de las bodas porque la puerta ya estaba cerrada.
En este caso, la luz simboliza la vida espiritual, y el aceite representa al Espíritu Santo o a la oración.
Si una lámpara se queda sin combustible, esta se apagará.
De igual manera, si dejan de orar y pierden la llenura del Espíritu Santo, su vida espiritual también se apagará.
Si pierden la llenura del Espíritu y no oran, no podrán recibir ninguna fortaleza para vivir de acuerdo a la Palabra de Dios.
Entonces solamente verán y vivirán en el mundo.
Tendrán fe tibia y poco a poco el Espíritu Santo en su ser se apagará.
Por consiguiente, siempre deben velar y orar para guardar la llenura del Espíritu para que su vida espiritual no muera.
Mateo 25:13 dice: "Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir".
Como está escrito, no sabemos cuándo vendrá a llevarnos el Señor nuestro novio.
Si escuchamos que Él viene inmediatamente, será muy tarde para hacer cualquier preparativo.
Entre los pecados que despojan de la salvación que están escritos en la Biblia, ya hemos aprendido acerca de catorce de estos pecados.
Permítanme enlistarlos para que puedan mantenerlos en sus mentes.
Idolatría, quebrantar el día de reposo, robar a Dios por no dar los diezmos íntegros, estar en contra del siervo de Dios, varios tipos de inmoralidades sexuales, evidentes obras de la carne, la justicia de una persona no es mejor que la de los escribas y fariseos, no cumplir con las responsabilidades dadas por Dios, olvidarse de la gracia y traicionar a Dios en busca de nuestro propio beneficio, engañar al siervo de Dios y al Espíritu Santo, no lavar nuestras vestiduras, profanar el Templo de Dios, perder las primeras obras y no recuperarlas y tener una fe tibia.
La Biblia nos dice que no podemos ser salvos cuando andamos en tinieblas.
Espero que ustedes mantengan presente muy bien este hecho.
Estén alertas y desechen la naturaleza pecaminosa de su corazón que les hace caminar en esas tinieblas.
¿Existe alguien entre ustedes que haya cometido este pecado?
Si se arrepienten por completo y se apartan de los pecados, Dios los perdonará.
Tal como Salmos 103:12 dice: "Como está de lejos el oriente del occidente,así alejó de nosotros nuestras transgresiones", Él nos perdona de manera completa.
Ni siquiera se acuerda de los pecados del pasado.
Sin embargo, el problema es con aquellos que no se arrepienten y aquellos que siguen cometiendo obras de las tinieblas conociendo lo que son y sabiendo lo que Dios dice.
En este caso, sus pecados no serán simplemente pecados que despojan de la salvación, sino pecados que conducen a la muerte.
En el caso de los pecados que despojan de la salvación, alguien puede ser perdonado si completamente se arrepiente y se aparta del pecado.
Esta persona puede recibir salvación.
No obstante, los pecados que conducen a la muerte son pecados muy atemorizantes de los cuales no podemos arrepentirnos.
En la siguiente sesión observaremos los pecados que nos conducen a la muerte.
[Conclusión]
Amados hermanos y hermanas en Cristo y televidentes:
No es fácil tener que compartir este tipo de mensajes hoy en día.
Puede ser que me convierta en objeto de odio y persecución por predicar algo como esto.
Además, este mensaje es transmitido a todo el mundo.
Sin embargo, estoy tratando de dar a conocer qué es el pecado, la justicia y el juicio, tal como es.
Tal como menciona el apóstol Pablo en la primera parte de 2 Corintios 1:6: "Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación...", es para todos los creyentes alrededor del mundo, para que sean despertados espiritualmente y enfrente el día del juicio solo con gozo.
En Mateo 25 vemos que Jesús separará a los falsos creyentes de aquellos que son verdaderos para juzgarlos.
Los versos 32 y 33 dicen: "Serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda".
Dios da un juicio de recompensas a los hijos salvos que están representados por ovejas. La última parte del verso 34 dice: "Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo".
Respecto a los creyentes falsos representados por la cabra, Dios dice en el verso 41: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles".
Si continúan leyendo la siguiente parte, podemos resumir la razón por la que los creyentes falsos no podrán ser salvos.
Pues se debe a que ellos no practican la verdad.
Por consiguiente, anhelo que ustedes pongan en práctica la verdad con diligencia para que se conviertan en ovejas, no en cabras.
Por supuesto, habrá dificultades en la lucha contra el pecado por practicar la verdad.
Sin embargo, esta lucha no es difícil todo el tiempo.
Siempre está el consuelo de Dios.
2 Corintios 1:5 dice: "Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación".
Por ello, ruego en el nombre del Señor que ustedes puedan obtener la victoria en esta buena batalla y luego recibir recompensas de parte del Señor.