Pasaje

[1 Timoteo 4:5]
"porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado."


Demos toda la gloria y el agradecimiento a Dios Padre quien nos ha bendecido para realizar este Servicio de Inauguración del 2013.
Este año, un total de 67 personas están siendo investidas incluyendo 1 pastor, 6 ancianos, 44 diaconisas mayores, 15 diaconisas mayores honorarias, y 1diaconisa mayor asociada.
Aquellos que están siendo investidos este día están en posiciones de liderazgo en la iglesia.
Esto significa que sus frutos espirituales fueron reconocidos basados en un criterio objetivo.
Es de gran beneficio para el reino de Dios que nosotros tengamos más de estos líderes, y también es un motivo para celebrar como iglesia.
Yo les felicito a todos ustedes que están siendo investidos como preciosos obreros del reino de Dios.
También le doy las gracias a todos los familiares e invitados que se han reunido a celebrar en este día bendecido.
Amados líderes que están siendo investidos y otros miembros, en la constitución de nuestra iglesia reza, "El Pastorado es un deber sagrado dado por medio del ordenamiento. Su título es equivalente al sacerdocio del Antiguo Testamento. Es el más divino y preciado título en la iglesia de hoy".
El deber de un pastor es enseñar la Biblia, predicar la palabra de Dios, dirigir los servicios de adoración y la Santa Cena, y ministrar a la iglesia.
Para cumplir todos estos deberes, un pastor tiene que reunir los requisitos apropiados como un sacerdote del Dios santo.
Los ancianos ayudan a los pastores en la ministración de la iglesia, realizando el trabajo de visitar y guiar a los miembros, y predicando el evangelio. Cuando sea necesario, ellos tienen que dirigir los servicios de adoración en nombre de los pastores.
Los requisitos de los ancianos son los siguientes:
La esposa y los hijos tienen que obedecerle; él tiene que tener cierta experiencia de recibir la gracia de Dios; tiene que orar; tienen que luchar contra los pecados al grado de derramar sangre; tiene que tener un temperamento moderado; tienen que ser reconocido por los miembros; tiene que tener la habilidad de controlar y dirigir a las personas.
También hay muchos otros requisitos, pero creo que ustedes pueden ya comprender la seriedad de la posición del anciano.
Cada anciano es un representante y un líder para los miembros de la iglesia, y por consiguiente él tiene que tener carácter y fe confiable.
El título de diaconisa mayor es el más alto de los títulos para las mujeres.
Ellas deben tener tanto fe y buenas costumbres, como carácter; también tienen que ser amables y virtuosas.
Su deber consiste en ayudar a los pastores a visitar los miembros; consolar a los que están en dificultades y cuidar de ellos; y servirles como lo haría una madre.
Por lo tanto, para que los pastores, ancianos y diaconisas mayores cumplan con sus deberes apropiadamente, ellos deberían cumplir con un requisito básico. Este es la santidad.
Ustedes pueden comprender el corazón y la voluntad de Dios cuando son santos.
Pueden llevar a cabo el reino de Dios y darle gloria a Él cuando son santos.
Pueden convertirse en fortaleza para su pastor siendo usados como pilares de la iglesia cuando son santos.
Por supuesto, ustedes conocen este hecho muy bien, y han estado esforzándose por cultivar la santidad.
En este mensaje, les hablaré en tres aspectos sobre las formas para santificarse.
Espero que no solamente aquellos que están siendo investidos sino también todos los otros miembros se auto examinen con este mensaje.
Si ustedes ya están en el espíritu, yo espero que escuchen el mensaje con mayor humildad, para que puedan más rápidamente alcanzar un nivel más profundo en el espíritu perfecto.
Al hacer esto, oro en el nombre del Señor para que, todos ustedes se conviertan en buenos pastores, ancianos y diaconisas mayores que pueden ser reconocidos por Dios Padre como Sus obreros apropiados.


[Mensaje Principal]

Amados líderes que están siendo investidos y otros miembros, a fin que ustedes se santifiquen, en primer lugar, tienen que mirar en su interior con la palabra de vida.
El pasaje de este día en 1 Timoteo 4:5 dice, "porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado."
A fin de convertirse en un hijo santo de Dios, es decir para santificarse y consagrarse, tienen que armarse con la palabra de Dios.
Ustedes no deberían erróneamente creer que simplemente porque tienen un vasto conocimiento de la palabra de Dios, también tienen una gran fe.
Aún cuando memoricen muchos versículos de la Biblia o hayan escuchado muchos mensajes, tales cosas no los hacen automáticamente santos.
En lugar de eso, podrían tener fe solamente como conocimiento, y esta puede llevarlos a cometer tales pecados como la desobediencia o el juzgar y condenar más a otros.
Cuando lean la Biblia o escuchen los sermones, tienen que aplicarlo a ustedes mismos, y tienen que tratar de cambiar.
Por ejemplo, ustedes resumen un sermón del Capítulo del Amor enfocándose en regocijarse con la verdad.
Digamos que ustedes han resumido bien los contenidos como sigue: "aquellos que se regocijan con la verdad no se sienten celosos cuando otros son reconocidos y amados más por los demás. Pensando cosas como, 'esa persona aún carece de esto', si piensas en sus debilidades, tienes sentimientos incómodos, e incluso implícitamente hablas de sus defectos, esto significa que tú no te estás regocijando con la verdad. No debes desanimarte pensando por qué te estás quedando atrás de los demás aún cuando te estás esforzando, sino que tienes que regocijarte y estar feliz como si tú fueras el elogiado".
Después de resumir el sermón, tienen que reflejarlo en ustedes mismos usando este mensaje.
Cuando se revisan a ustedes mismos pensando si realmente se regocijaron o no con la verdad con respecto a los demás y si realmente se regocijaron cuando los otros fueron mejores que ustedes mismos, pueden mirar dentro de su corazón por medio de las obras del Espíritu Santo.
Se recordarán que no se regocijaron con la verdad en ciertas situaciones y que se desanimaron con envidia y celos.
Ahora tienen que desechar esas falsedades y cultivar el amor en su corazón.
Si carecen de tal esfuerzo, no podrán cultivar la santidad con rapidez.
Esto significa que no tienen fe espiritual.
Otra cosa que tienen que recordar es esta: aún cuando se reflejaron ustedes mismos con la palabra de Dios, esto no puede guiarlos a la santidad por sí mismo.
Supongan que no solamente aprendieron la palabra de Dios como conocimiento, sino por medio del mensaje también reconocieron que tenían algunas falsedades en ustedes.
En ocasiones, ustedes pueden ser llenos del Espíritu y de gozo solamente al reconocer esto.
Creen que no se desanimarán más sino que se regocijarán con la verdad.
Pero después de algún tiempo, se encuentran actuando de la misma forma que en el pasado.
Cuando reconocieron algo, fueron llenos del Espíritu, así que parece que tienen que desechar eso, pero el hecho es que la naturaleza de falsedad no fue verdaderamente removida.
Esta es la razón por la cual el pasaje de este día no dice que somos santificados solamente con la palabra, sino con la palabra de Dios y la oración.
Por lo tanto, a fin de cultivar la santidad, es segundo lugar, tenemos que orar fervientemente.
Digamos que han reflejado sobre ustedes mismos el evangelio de la santidad. Ahora tienen que desechar y llenar ciertas cosas con la gracia y fortaleza de Dios, y la ayuda del Espíritu Santo.
Para lograr esto, fervientes oraciones son una necesidad.
Aún cuando ustedes se han santificado, para que lleguen a niveles más profundos del espíritu y del espíritu perfecto, tienen que almacenar una cantidad infinita de oración.
Usar un sermón elocuente o simplemente gritar en alta voz no es orar fervientemente.
Tenemos que preguntar a Dios sincera y verdaderamente con todo nuestro corazón y orar por medio de la inspiración del Espíritu Santo.
Así como decimos que nos aferramos a la Palabra cuando oramos, tenemos que orar en detalle sobre lo que hemos reconocido y lo que tenemos que alcanzar.
Efesios 6:18 dice, "orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos".
Cuando oramos en el Espíritu, una fuerte y clara voz surgirá, y no una voz áspera.
Aun cuando no piensan en las palabras que pronunciarán en oración, ellas fluyen como agua de manantial.
Es más, aquellos que oran apropiadamente tendrán la evidencia de sus vidas siendo verdaderamente cambiadas.
Muchas personas oran por mucho tiempo, pero lamentablemente, muchos de ellos no pueden ofrecer el aroma de oración que Dios puede aceptar.
Ellos oran porque quieren ser santificados, pero en sus vidas continúan buscando su propio beneficio o conveniencia.
Oran porque quieren reconocer la maldad original en ellos, pero ignoran el consejo de otros.
Oran porque quieren ser mansos y santos, pero con facilidad se irritan en situaciones incómodas.
Dicen que ellos ofrecen muchas oraciones y especialmente en las primeras filas, pero sus corazones no cambian, lo cual significa que no hay progreso en su fe.
Tales oraciones parecen estar pidiendo por santidad en lo externo, pero de hecho, es una oración que busca el beneficio propio, hecha con el deseo egoísta de alguien.
Yo espero que ustedes revisen si sus oraciones son realmente de las que piden santidad con todo su corazón, las que dan a Dios el aroma de oración que hace descender las respuestas.
Amados líderes que están siendo investidos y otros miembros,
A fin de cultivar santidad, en tercer lugar, tienen que levantar su mirada solamente al pastor.
Por supuesto, tienen que mirar al Señor y escuchar Su voz, porque Él es el Príncipe de los pastores.
Pero aquellos que levantan su mirada al Señor solamente, también dirigirán su mirada y obedecerán al pastor, el siervo de Dios quien los dirige hacia la verdad.
El rebaño puede obtener buen pasto solamente cuando escuchan la voz y siguen la guía del pastor.
Si hay algún animal feroz o algún peligro, ellos pueden evitarlo y ser protegidos por el pastor.
Especialmente aquellos de ustedes que están siendo investido no están viviendo sus vidas solamente para sí mismos.
Ahora tienen el sentido del deber y la responsabilidad por la iglesia y los miembros de la iglesia.
Así que, siempre tienen que observar y comprender la voluntad y el corazón del pastor, para que así puedan dirigir a la iglesia con una sola mente y un solo corazón.
Después de todo, ¿Qué es el corazón y la voluntad del pastor?
Es buscar solamente la gloria de Dios. También es la salvación, santidad y bendición para las almas.
Así que, si ustedes están unidos con el pastor y se enfocan en su corazón y voluntad, podrán más rápidamente santificarse y llegar al espíritu y al espíritu perfecto.
Además, también podrán guiar a los miembros de la iglesia al espíritu.
Les insto a que se auto examinen para ver si realmente levantan su mirada solamente al pastor o no; para ver cuánto han comprendido su sacrificio y devoción, y cuánto tratan de cumplir su voluntad con el corazón del Señor y del pastor.


[Conclusión]

Amados líderes que están siendo investidos, Filipenses 3:13-14 dice, "Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús".
Ustedes han logrado ser lo que son ahora debido a que han amado a Dios y se han consagrado hasta este día.
Pero yo espero que olviden lo que ha quedado en el pasado y simplemente se extiendan a lo que está delante.
Les exhorto a que siempre se reflejen en el evangelio de santidad y cambien por medio de oraciones fervientes.
Únanse con el Señor y el pastor para buscar solamente el reino y la gloria de Dios.
Al hacer esto, oro en el nombre del Señor para que reciban toda la gloria y las recompensas que Dios tiene almacenadas para ustedes.