[Génesis 6:18~20]
15-11-2013 | Rev. Jaerock Lee
[Escritura]
Génesis 6:18~20
[18] Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo.
[19] Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán.
[20] De las aves según su especie, y de las bestias según su especie, de todo reptil de la tierra según su especie, dos de cada especie entrarán contigo, para que tengan vida.
Este es el estudio No. 104 del libro de Génesis.
Voy a continuar explicando Génesis 6:18 que es donde me detuve en el último estudio.
Dios estableció un pacto: que Él salvaría a Noé y a su familia del juicio de diluvio y reiniciaría la historia del cultivo de la humanidad con ellos.
Dado que Dios cumple Su pacto con justicia, este se hace efectivo únicamente cuando la contraparte del pacto cumple con los requisitos adecuados de la justicia.
En el estudio anterior, a manera de ejemplo hablé acerca de los israelitas que escaparon de Egipto.
Dios hizo una promesa por medio de Moisés; que Él daría la tierra de Canaán a la nación de Israel, pero la primera generación del Éxodo no le creyó.
Nadie logró entrar a Canaán, excepto por Josué y Caleb.
La segunda generación fue la que sí creyó en la Palabra de Dios por completo y entró en Canaán.
Como pueden notar, Dios es fiel; Él cumple aquello que promete.
Sin embargo, deben tener en mente que las promesas se tornan realidad solo si creemos totalmente y oramos hasta el final.
Lo mismo se aplica para aquellos que son ungidos por habilidad y poder.
La habilidad puede descender sobre aquellos que se sumergen en el espíritu, y el poder sobre los que entran en el Espíritu Completo.
Lo he dicho basado en la Biblia.
Jesús dijo en Marcos 9:23: "Si puedes creer, al que cree todo le es posible".
Dijo también, en Marcos 16:17-18: "Y estas señales seguirán a los que creen...", y mencionó una lista de señales.
La Biblia habla de 'el que cree' y 'los que creen'. Sin embargo, ustedes saben que hay diferentes medidas de fe.
Para recibir la habilidad de hacer milagros se debe alcanzar el cuarto nivel de fe, y hay que entrar en el espíritu. Para recibir poder se debe entrar en el Espíritu Completo y alcanzar el quinto nivel de fe.
Sin embargo, ni los 'milagros' ni el 'poder' se pueden otorgar tan solo por haber entrado al espíritu o Espíritu Completo.
Hay que orar con todo fervor hasta recibir los milagros o el poder de parte de Dios el Padre.
Los que se han sumergido en el espíritu y Espíritu Completo aman a Dios el Padre sobre todas las cosas, y por eso tratan de hacer lo que el Padre desea.
Lo que Dios el Padre anhela es que muchas almas alcancen salvación.
A medida que intentan hacer esto, ciertamente ven que deben recibir mayor habilidad de parte de Dios el Padre.
Esto se debe a que llegan a comprender que transformar el corazón de la gente no es posible con la fuerza y sabiduría del hombre.
Por causa de su amor por Dios el Padre y por las almas, los que buscan esta 'habilidad' con sinceridad y pasión, eventualmente pueden recibirla.
El significado espiritual de esta 'habilidad' es 'algo que el hombre no puede hacer pero Dios sí lo puede con Su gran poder'.
Una vez que se recibe la habilidad para efectuar milagros, nada es imposible porque se puede hacer cualquier cosa según la voluntad de Dios.
Para recibir tal habilidad, aunque uno se sumerja en el espíritu, es necesario acumular una cantidad inconmensurable de oraciones fervientes.
Aunque ustedes sean ungidos para esta 'habilidad', solo al orar fervientemente se podrá obtener el fuego para manifestarla.
Tan solo imaginen cuán grande es la cantidad de oración que se debe acumular para recibir 'poder', que es algo en un nivel superior.
'Poder' es habilidad con autoridad.
El poder prosigue a la habilidad junto con la autoridad.
'Autoridad' es 'el poder digno y glorioso establecido por Dios y Su mandato desde lo alto en base a Su orden'.
Esta autoridad espiritual se puede comparar con una espada fina.
Esta fina espada no se puede dar a un niño; asimismo, la autoridad espiritual no se puede dar a cualquiera.
Dios otorga esta autoridad a aquellos que se han despojado de la maldad de su corazón y han alcanzado la santificación en la medida en que llenan sus corazones con bondad y amor.
Permítanme darles una alegoría para ayudarles a entender la diferencia entre 'habilidad' y 'autoridad'.
Hay un padre de edad avanzada y un hijo joven; el hijo es más fuerte y sabio que su padre.
Respecto a la fuerza, el hijo es mucho más fuerte que el padre.
No obstante, ¿quién tiene mayor autoridad?
Dado que el hijo debe obedecer a su padre, se puede decir que la autoridad del padre es mayor que la del hijo.
A continuación otro ejemplo.
En los días de la monarquía, un mensajero quien llevaba una orden del rey era tratado como un rey en un país extranjero.
El mensajero no recibía este trato por causa de su propia autoridad, sino porque llegaba con la autoridad de su rey.
Un rey no enviaba a cualquier persona como su 'mensajero'.
Él escogía un hombre bien calificado.
Del mismo modo, cuando Dios otorga la autoridad espiritual a alguien,
la otorga solo a quienes están debidamente calificados.
Cuando esta autoridad espiritual se combina con la habilidad, se convierte en 'poder' espiritual.
Tal como dice Salmos 62:11, el 'poder' le pertenece a Dios.
En otras palabras, Dios el Padre, Dios el Hijo y el Espíritu Santo, el Dios la Trinidad posee este poder.
Por consiguiente, Dios otorga este poder a aquellos que alcanzan las debidas cualidades de acuerdo a la justicia.
Para su conocimiento, hay personas que no son santificadas, pero sanan a los enfermos afectados por gérmenes.
Esto se da cuando Dios otorga el don de sanidad a aquellos que aman a Dios y a las almas, y quienes han acumulado innumerables oraciones fervientes.
Además, es muy posible que Dios muestre Su misericordia por causa de las apasionadas oraciones de amor.
Por ejemplo, un siervo de Dios no tiene habilidad para hacer milagros. Sin embargo, uno de sus fieles pide desesperadamente una oración con fe. Entonces Dios quizás obre al ver la fe pura de aquel miembro.
En este caso, su nivel es completamente distinto al del poder de Dios.
Amados hermanos y hermanas:
La Biblia dice: "de Dios es el poder".
Es por esto que Jesús dio poder a Sus discípulos para que pudieran manifestarlo.
En Mateo 10:1 leemos: "Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia".
Lucas 6:12 dice que esto ocurrió cuando "fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios".
Para establecer a Sus doce discípulos para que pudieran manifestar el poder en Su nombre, Jesús primero acumuló oración ante Dios.
En ese tiempo, Sus discípulos no estaban calificados para manifestar el poder por sí mismos.
Ellos simplemente confiaban en Jesús y le seguían.
Es por eso que Jesús oró por ellos y acumuló justicia ante Dios el Padre.
En consecuencia, Lucas 9:6 dice: "Y saliendo, pasaban por todas las aldeas, anunciando el evangelio y sanando por todas partes".
Así también, Marcos 6:12-13 enseña: "Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen. Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban".
Los discípulos pudieron también echar fuera demonios y sanar a muchos enfermos.
Ellos no manifestaron este poder por sí mismos; simplemente demostraron el poder que Jesús les otorgó.
Hubo una razón por la que estos doce discípulos fueron escogidos y manifestaron el poder.
Se trata de una cosa: ya que confiaban en Jesús, dejaron sus propias vidas atrás y siguieron a Jesús.
Judas Iscariote, por supuesto, fue escogido según la Providencia de Dios.
Si los discípulos de Jesús pudieron manifestar el poder como lo hicieron cuando Jesús estaba con ellos, ¿qué ocurrió después de que el Señor resucitó y ascendió?
Marcos 16:20 dice: "Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían".
Hechos 2:43 dice también: "...y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles".
El Señor a menudo estaba con Sus discípulos en espíritu, sin embargo, la fe de los discípulos creció mucho más que antes.
Ya que ellos conocieron al Señor resucitado, no temían a la muerte; llegaron a tener fe verdadera.
Con esta fe pudieron hacer muchas señales y prodigios mientras oraban en el nombre de Jesús, el Cristo.
Claro está que no todos los doce discípulos manifestaron el poder.
Aunque Jesús escogió a los doce y les dio poder a todos, podían poseer el poder verdadero solo en la medida en que alcanzaban las cualidades adecuadas según la justicia.