• Resurrección

    [Mateo 28:5-10]

    20-04-2014 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      [Mateo 28:5-10]
      "Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. [6] No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. [7] E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho. [8] Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, [9] he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. [10] Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.


      [Introducción]

      Amados hermanos y hermanas,

      ¡Saludos en el día de resurrección del Señor!

      Cuando Jesús estaba llevando a cabo Su ministerio en la Tierra, las personas creyeron en Él luego de escuchar Sus palabras y ver las asombrosas obras del poder de Dios.

      Pensaban que Él era el Mesías que habían esperado durante miles de años y el rey que establecería una nación fuerte y les daría honor.

      Además, al difundirse la noticia de que Él había resucitado a Lázaro, quien había estado muerto por cuatro días y olía mal, tal estado de ánimo llegó a su apogeo.

      Los discípulos de Jesús tenían la expectativa de la gloria que podrían disfrutar junto con Jesús.

      Pero a diferencia de sus expectativas, la situación empezó a cambiar radicalmente.

      Jesús fue arrestado como si fuera un criminal; y fue ejecutado antes de que los discípulos comprendieran lo que realmente estaba pasando.

      En particular, Jesús fue colgado en una cruz, que era el método más cruel de ejecución que por lo general se infligía a los que eran maldecidos.

      Los discípulos de Jesús se sintieron devastados.

      Ya era bastante chocante ver que su amado Señor sufrió debido a las dificultades, y, además, que no sabían qué hacer y cómo iban a vivir.

      Ellos pensaron: ¿Es este el final de nuestro sueño? ¿Qué es lo que hemos visto y creído? ¿Qué fueron esos días felices?

      No obstante, Dios permitió que la situación diera un giro por completo.

      ¡Él murió en la cruz, pero resucitó al tercer día!

      Parecía que la muerte de Jesús había quitado todas las esperanzas, pero, de hecho, fue solo el proceso para completar el camino de la salvación antes de la resurrección.

      Para aquellos creyentes que están unidos con el Señor, el camino de bendición fue abierto para que ellos pudieran disfrutar de la vida y de la gloria como hijos de Dios.

      Los discípulos tuvieron un encuentro con el Señor resucitado y, desde ese momento, sus vidas fueron completamente diferentes.

      Fueron llenos de gozo y esperanza, y obtuvieron la fe para vencer al mundo.

      De manera voluntaria se convirtieron en mártires.

      Ruego en el nombre de nuestro Señor que ustedes puedan darse cuenta de la bendición que Dios nos ha dado por medio de la resurrección del Señor y que la puedan recibir completamente al escuchar este mensaje.


      [Mensaje Principal]

      Amados hermanos y hermanas, la resurrección tiene un importante significado espiritual en nuestra fe.

      Cuando esta iglesia abrió por primera vez, la denominación santa a la que pertenecíamos tenía un evangelio cuadrangular.

      Consistía en la regeneración, la santidad, la sanidad divina y la segunda venida del Señor.

      Pero antes de que transcurrieran dos años después de nuestra apertura, Dios nos dijo que íbamos a formar una nueva denominación y que alcanzaríamos la evangelización mundial.

      Él dijo que tendríamos que añadir la "resurrección" al evangelio cuadrangular.

      La resurrección confirma todas las obras poderosas y las enseñanzas que Jesús mostró durante tres años.

      Ver al Señor resucitado es ver el Cielo, y la resurrección es la esperanza de toda la humanidad y la realización de la voluntad de Dios.

      1 Corintios 15:14 nos dice: "Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe".

      Debemos comprender que la resurrección del Señor es un evento muy importante para nuestra fe.

      Ahora, permítanme hablarles acerca de las bendiciones que la resurrección del Señor nos da.

      La primera bendición dada a través de la resurrección del Señor es la bendición de la salvación.

      Jesús vino a este mundo para redimirnos de nuestros pecados.

      Un redentor puede redimir a los pecadores de sus pecados solo cuando él está calificado para ser el Salvador.

      Y ustedes conocen bien acerca de estas calificaciones.

      El Salvador, primeramente, debe ser un hombre.

      Segundo, no debe ser un descendiente de Adán.

      Tercero, debe poseer poder espiritual. Es decir, no debe tener ningún pecado.

      Cuarto, debe tener amor.

      Solo Jesús llegó a tener las calificaciones de los cuatro criterios y se convirtió en el Salvador.

      Al satisfacer al tercer requisito, Él tenía poder espiritual, porque no tenía ni el pecado original ni cometió pecados.

      Debido a que Jesús estaba libre de pecado, Él pudo vencer a la muerte y resucitar. Además tuvo la autoridad espiritual para salvar a los pecadores de la muerte.

      El hecho de que Jesús resucitara, prueba con certeza que Él tenía el poder espiritual para salvar a las almas.

      Por esta razón, 1 Corintios 15:17 dice: "Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados".

      Debido a la resurrección del Señor, el camino a la cruz fue completado.

      La puerta fue abierta para nosotros para que seamos perdonados mediante la fe y para recibir salvación.

      ¿Y hasta qué punto sienten ustedes en su vida que han recibido una gran bendición como esta?

      Supongamos que ustedes son personas muy ricas en este mundo.

      Disfrutan no solo de riquezas sino también de poder social, salud, conocimiento y muchas cosas más.

      Pero descubren que solo tienen una noche más de vida y luego serán ejecutado y arrojados a un pozo de fuego.

      Entonces, ¿serían capaces de disfrutar de su tiempo y olvidarse del siguiente día?

      ¡Por supuesto que no!

      Todo lo que tenga en ese momento no tendrá sentido alguno.

      Y no escatimaría nada si tan solo lo pudiera salvar de su ejecución al siguiente día.

      En este caso, ¿si alguien acepta la ejecución en su nombre y lo salva, podrá acaso olvidarse de la gracia recibida?

      Esto no es tan solo una alegoría.

      Ustedes y yo en realidad hemos sido eximidos del castigo en el lago ardiente de fuego y azufre.

      Es debido a que el camino de la salvación fue completado gracias a la resurrección del Señor, sin pecado, que venció la muerte.

      Ahora, fuimos liberados del castigo de la muerte y disfrutamos de la bendición de la salvación y la vida eterna.

      Al tomar el castigo de la muerte por nosotros, Jesús abrió el camino de la vida y la salvación.

      Puesto que ustedes han recibido una bendición preciosa, ¿qué creen que deberían hacer ahora?

      Romanos 6:10-11 nos dice: "Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro".

      El hecho de estar unidos con el Señor resucitado, debemos estar muertos al pecado, al igual que Jesús estaba muerto al pecado.

      Si alguien está muerto al pecado, ¿cómo puede enojarse, cometer pecado o robar?

      Tal persona nunca puede cometer pecados o practicar la maldad.

      Les pido en el nombre del Señor que puedan morir al pecado y puedan vivir para Dios en la verdad.

      Amados hermanos y hermanas:

      La segunda bendición dada por medio de la resurrección es la bendición de recibir el Espíritu Santo.

      Juan 16:7 dice: "Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré".

      Cuando Jesús estaba en el mundo, los discípulos y muchas personas constantemente lo seguían.

      Pero debido al límite de espacio y tiempo, Jesús no podía estar con ellos todo el tiempo, aunque hizo todo lo posible para que el mayor número de personas pudieran oír la Palabra y experimentar el poder de Dios.

      Sin embargo, después de la resurrección y ascensión del Señor, los creyentes podrían experimentar las obras de Dios en cualquier momento.

      Fue debido a que Dios envió al Consolador, el Espíritu Santo.

      Antes de que Jesús completara la providencia de la salvación a través de la resurrección, el Espíritu Santo no podía entrar en nuestro corazón.

      Tal como leemos en Génesis 6:3: "Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años", Dios no puede habitar con los pecadores.

      Si los pecadores mueren con solo ver a Dios, entonces, ¿cómo puede morar el Espíritu Santo de Dios en los corazones de los pecadores?

      El Señor cumplió la providencia de la salvación por medio de Su resurrección de modo que incluso los que no han desechado toda la naturaleza pecaminosa son justificados por la fe.

      Por lo tanto, todo aquel que se arrepiente de sus pecados y acepta a Jesús como su Salvador, ahora puede recibir el Espíritu Santo.

      Se dice que el Espíritu Santo mora con nosotros para siempre.

      Él habita en el corazón de cada uno y nos guía para vivir por la voluntad de Dios.

      Gálatas 4:6 nos dice: "Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!"

      Por medio del Espíritu Santo con nosotros, podemos ciertamente creer en el Señor como nuestro Salvador, y de todo corazón podemos llamar a Dios "Padre".

      Podemos entender acerca del pecado, justicia y juicio, y recibir la fuerza para caminar en el camino de la vida y las bendiciones.

      También, podemos vivir una vida próspera si solo seguimos la guía y exhortación del Espíritu Santo.

      El Espíritu Santo no nos deja como huérfanos, sino que nos guía a los lugares seguros y pacíficos, como una madre guía a su hijo.

      Al ser guiados por el Espíritu Santo, podemos ir al Cielo, y la Nueva Jerusalén.

      No obstante, el Señor completó el ministerio de la redención al resucitar y ascender al Cielo, el camino de la gran bendición fue abierto, que es para que nosotros podamos recibir el Espíritu Santo.

      Es mi anhelo que puedan ser agradecidos por esta gracia y seguir la guía del Espíritu Santo todo el tiempo.

      Amados hermanos y hermanas:

      La tercera bendición que viene a nosotros por medio de la resurrección, es la bendición para que recibamos al Señor que regresará nuevamente.

      Los discípulos que fueron testigos de la resurrección del Señor, después de poco tiempo fueron testigos de la ascensión del Señor al Cielo.

      Había en ese momento dos hombres con túnicas blancas.

      En Hechos 1:11 leemos: "Los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo".

      Al recibir los discípulos esta promesa, vivieron con esperanza, anhelando que el Señor vuelva.

      En una de las epístolas de Pablo, la escena de la segunda venida del Señor se describe de manera que los creyentes tengan la esperanza hasta ese día.

      En 1 Tesalonicenses 4:16-18 leemos: "Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras".

      Por medio de estas palabras, los creyentes pueden ser consolados a pesar de que tengan que ser separados de sus seres queridos que ya han muerto, para que puedan estar seguros de que luego podrán verlos.

      Aquellos que tienen la esperanza de la segunda venida esperan con anhelo la vida en el Cielo.

      No intentan acumular cosas en este mundo, sino que al contrario, invierten las cosas que poseen en este mundo para acumular cosas en el Cielo.

      A pesar de que sufrieron persecución por el Señor o que sufrieron de pobreza y desprecio, podrán vencer.

      Además, como hemos visto en la presentación de Pascua, a pesar de que fueron castigados o ejecutados, ellos voluntariamente dieron su vida con su amor por el Señor y la esperanza del Cielo.

      Ellos creyeron que Dios el Padre recibiría lo que estaban dándole, y que recibirían recompensas que no se podrían comparar con lo que ellos dieron.

      Espero que ustedes también puedan terminar rápidamente los preparativos para recibir al Señor y sean llenos con la esperanza de encontrar al Señor que ha de venir de nuevo.

      Ruego en el nombre del Señor que ustedes mismos se adornen con las vestiduras blancas del espíritu completo y que sean capaces de estar en el regazo del Señor con valentía en cualquier momento.


      [Conclusión]

      Queridos hermanos y hermanas, una de las canciones de alabanza Manmin tiene la siguiente letra:

      "Mi corazón lleno de anhelo no tendrá que esperar más. El anhelo que tengo jamás cambiará. El anhelo por mi Señor, que Él ha puesto en mí, me ha dado una razón para vivir".

      Las mujeres y los discípulos se reunieron con el Señor resucitado y se llenaron de esperanza de participar en la resurrección. Fueron liberados de toda preocupación y miedo.

      Ellos proclamaron la resurrección del Señor llenos de gozo.

      Cuando se quedaron solos en la noche después de haber vivido una vida de mucho ajetreo, oraron pensando en el Señor.

      Si de repente escuchaban algún susurro, miraban por todas partes pensando: ¿Será nuestro amado Señor? ¿Vino a verme tal como se mostró a nosotros después de la resurrección?

      La razón por la que ellos vivieron fue para encontrarse con el Señor que venía de nuevo.

      Pero hasta ese momento, tenían cosas que hacer.

      Tal como el Señor les pidió, tuvieron que difundir el evangelio para que muchas personas pudieran creer en el Señor de la resurrección y recibir la salvación.

      Además, intentaron cambiar sus vidas de manera más perfecta para asemejarse al Señor.

      Es mi anhelo que también ustedes puedan vivir en este tipo de esperanza.

      Es también mi deseo que ustedes puedan disfrutar de la llenura del gozo de encontrarse con el Señor resucitado.

      Ruego en el nombre de nuestro Señor que puedan proclamar la bendición que recibieron por medio de la resurrección y que rápidamente puedan finalizar sus adornos como Sus esposas para recibir al Señor.


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