• Inmensa Voluntad - Santa Cena

    [Juan 6: 53- 55]

    20-04-2014 | Rev. Jaerock Lee

    • [Pasaje]

      [Juan 6: 53- 55]
      "Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida".


      [Introducción]

      Amados hermanos y hermanas,

      En la segunda parte de este servicio de la noche realizaremos la Santa Cena.

      Jesús compartió la Última Cena con Sus discípulos antes de tomar la cruz.

      Él tomó el pan, dio gracias, lo partió y dijo, "Este es Mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de Mí".

      De la misma forma tomó la copa, diciendo, "Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí".

      1 Corintios 11:26 dice, "Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga".

      Por esta razón, los creyentes desde la iglesia primitiva, han estado celebrando la Santa Cena en memoria del Señor.

      Pero el verdadero significado de la Santa Cena no es solamente que nosotros participemos de ella en la iglesia.

      Él quería que nosotros recordáramos cómo bebíamos vivir, cómo es que los creyentes están supuestos a vivir por medio de la Santa Cena.

      En este mensaje, les hablaré sobre la inmensa voluntad contenida en la Santa Cena.

      Oro en el nombre del Señor para que, por medio de este mensaje, ustedes conserven en su mente el verdadero significado de la Santa Cena y cumplan la voluntad de Dios.


      [Mensaje Principal]

      Amados hermanos y hermanas,

      Compartir el pan y el vino en la Santa Cena representa comer la carne y beber la sangre del Hijo del Hombre.

      ¿Cómo podemos nosotros comer la carne y beber la sangre del Hijo del Hombre, Jesús?

      Primero, comer la carne del Hijo del Hombre es tomar la palabra de Dios.

      Juan 1:1 dice que el Verbo es Dios.

      En Juan 1:14 dice que el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y este Verbo era Jesús.

      Así que, comer la carne del Hijo del Hombre es aprender e ingerir la Palabra de Dios.

      Y tomarla no solamente como conocimiento sino cultivarla en nuestro corazón.

      Significa cambiar nuestro corazón con la verdad.

      Al comer la carne del Hijo del Hombre de esta forma, tenemos que beber Su sangre al mismo tiempo.

      Esto significa que además de aprender la palabra de Dios, también tenemos que tener obras que demuestren que verdaderamente estamos practicando la palabra siguiendo nuestra fe.

      Esto muy similar a cuando bebemos líquido junto con la comida sólida.

      Si ustedes comen alimento sólido sin tomar ningún líquido, no pueden digerir bien aun cuando el alimento tenga muchos nutrientes.

      Podemos absorber los nutrientes y también desechar los desperdicios del cuerpo solamente cuando también consumimos líquidos.

      Esto es similar a cuando aprendemos la palabra de Dios.

      No solamente debemos recordarla y guardarla en nuestra cabeza como conocimiento sino que también tenemos que ponerla en práctica.

      Nosotros tenemos que obedecer los mandamientos que nos dicen hacer, no hacer, guardar y desechar ciertas cosas.

      Solamente haciendo esto, la palabra de Dios que aprendieron se convertirá verdaderamente en vida y fortaleza.

      Al grado en que ustedes obedezcan, su corazón será llenado con la verdad y la falsedad será removida.

      El odio desparecerá al grado que el amor llene su corazón.

      La arrogancia será desechada al grado en que la humildad se introduzca. El mal temperamento desaparecerá cuando la mansedumbre llene el corazón.

      Nosotros podemos decir que tenemos la verdadera fe para ser salvos solamente cuando damos muestra de tales esfuerzos por practicar la Palabra.

      1 Juan 1:7 dice, "pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado".

      Aquí, caminar en la luz significa obedecer la palabra de Dios y practicarla.

      Jesús ya derramó Su preciosa sangre para redimirnos de nuestros pecados.

      Él ya pagó el precio por nuestros pecados.

      Y para que nosotros seamos perdonados por medio de Su sangre, tenemos que caminar en la luz.

      Esto está en el mismo contexto con el versículo que dice que tenemos vida solamente cuando comemos la carne y bebemos la sangre del Hijos del Hombre.

      Amados hermanos y hermanas,

      Yo creo que ustedes están familiarizados con el significado de comer la carne y beber la sangre del Hijo del Hombre porque lo han escuchado en muchas ocasiones.

      Entonces, ¿Cuál es la voluntad de Dios al permitirnos practicar la Santa Cena de vez en cuando?

      Primero, es darnos el entendimiento de la vida eterna.

      Juan 6:54 dice, "El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero".

      Salmos 90:10 dice, "Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos".

      Las personas buscan la felicidad toda su vida, pero ellos no pueden escapar del trabajo duro y del sufrimiento sin importar cuánto deseen la felicidad.

      También, aún cuando están sanos y viven por más de 80 años, las personas dicen que esos años fueron como el sueño de una noche.

      Todos los años pasan en un momento como el vuelo de una flecha, y ellos solamente tiene un poco de tiempo para prepararse para su muerte.

      Por consiguiente, muchas personas dicen que la vida es insignificante, que es como una nube en el cielo.

      Pero aquellos que creen en el Señor no tiene razón para lamentarse por una vida corta.

      Después que ellos terminan esta vida momentánea, empezarán su vida eterna.

      Aquellos que conocen este hecho se preparan para la vida eternal en el Cielo durante su corta vida en esta tierra.

      Ellos no satisfacen los deseos de la carne con cosas carnales.

      No malgastan su vida siendo absorbidos por el mundo.

      El libro del Éxodo, nos narra cuando el pueblo comió el cordero de la Pascua, tuvieron que comerlo con sus lomos ceñidos, su calzado en sus pies, y su bordón en su mano; y tuvieron que comerlo apresuradamente.

      Es decir, nosotros no tenemos que poner atención a lo insignificante, a las cosas mundanas, sino que tenemos que cambiar diligentemente y comer el Cordero, es decir la Palabra de Dios.

      Si vivimos de esta forma, cada día de nuestras vidas será muy significativo y abundante.

      Aun cuando podamos afrontar pruebas muy difíciles, no nos desanimaremos sino que daremos gracias y nos regocijaremos.

      Esto es porque estamos seguros que comprenderemos con mayor profundidad la buena voluntad de Dios por medio del dolor momentáneo y cambiaremos para convertirnos en verdaderos hijos de Dios.

      Dios quería gravar tal significado en nuestro corazón cuando Él nos dio la Santa Cena.

      Les pido en el nombre del Señor que se aferren a esta esperanza con firmeza y que cambien por la verdad completamente.

      Amados hermanos y hermanas,

      La segunda inmensa voluntad de Dios al darnos la Santa Cena es hacernos saber que Dios está con nosotros cuando comemos la carne y bebemos la sangre del Hijo del Hombre.

      Aquellos que comen la carne y beben la sangre del Hijo del Hombre disfrutarán no solamente de vida eterna y gloria celestial sino también de bendiciones en esta tierra.

      3 Juan 1:2 dice, "Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma"

      Esta palabra de bendición no viene sobre aquellos que van a la iglesia.

      Esta bendición llega al grado en que los creyentes comen la carne y beben la sangre del Hijo del Hombre y cambian su corazón con la verdad.

      Dios Padre reconocerá a tales personas como Su hijos y los guardará con Su ojos abrasadores.

      El Señor también estará con ellos, y el Espíritu Santo los guiará a vivir una vida próspera.

      La gente del mundo confía en el dinero, el poder social y en las otras personas en su vida.

      Pero siempre habrá problemas que ellos no pueden resolver con dinero, poder, ni amigos y por lo cual siempre estarán nerviosos.

      Pero para Dios nada es imposible.

      El Todopoderoso Dios toma la responsabilidad sobre aquellos hijos que son amados por Él.

      Aquellos hijos que comen la carne y beben la sangre del Hijo del Hombre experimentarán las obras de Dios que los ayuda y protege.

      Amados hermanos y hermanas,

      La tercera inmensa voluntad de Dios al darnos la Santa Cena es permitirnos comprender que la bendición que recibimos fue obtenida por medio de sacrificio.

      Aquellos que comen la carne y beben la sangre del Hijo del Hombre, como dije antes, disfrutarán no solamente de bendiciones celestiales, sino también de bendiciones terrenales.

      Pero esta bendición no es simplemente otorgada.

      En realidad, lo que estaba preparado para nosotros no era la vida eternal sino el castigo eterno de muerte.

      Lo que iba a regresar a nosotros no era bendición sino solamente maldiciones, espinas y cardos.

      Mientras estábamos en ese estado, Dios abrió el camino de la bendición por medio de un gran sacrificio.

      Es decir, Él nos dio la carne y la sangre del Hijo del Hombre.

      Jesús no teniendo pecado se sacrificó a Sí mismo siendo colgado en la cruz.

      No fue solamente Jesús, sino también Dios Padre tomó el sacrificio de entregar a Su Hijo unigénito, y durante los largos años de cultivación de la humanidad, Él ha pasado mucho tiempo en dolor.

      También, así como dice Romanos 8:26, "Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles", el Espíritu Santo nos ayuda con Su sacrificio.

      Dios no carece de nada, y este Dios Trino se sacrificó por nosotros simples seres humanos.

      Nosotros no tenemos que olvidar el hecho que el camino de salvación y de bendición fue abierto para nosotros por medio de este sacrificio de Dios.

      Por consiguiente no tenemos que apartar nuestro rostro del amor de Dios, sino diligentemente comer la carne y beber la sangre del Hijo del Hombre para dirigirnos por el camino de la vida que el Señor abrió para nosotros.


      [Conclusión]

      Amados hermanos y hermanas,

      1 Juan 4:9 dice, "En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él".

      Dios nos dio al precioso, al unigénito Hijo para que nos salvara. Jesús confirmó el amor de Dios por nosotros entregando Su vida.

      Yo espero que ustedes recuerden Su amor una vez más por medio de esta Santa Cena.

      Además, les pido que nunca olviden el sacrificio de Dios Padre, del Señor y del Espíritu Santo y que retribuyan la gracia hasta que el Señor vuelva.

      Ustedes deben comer la carne y beber la sangre del Hijo del Hombre cada día y rápidamente convertirse en verdaderos, perfectos hijos de Dios.

      Al hacer esto, oro en el nombre del Señor para que, guarden su espíritu, alma y cuerpo irreprensibles, y así puedan estar con toda seguridad en el seno del Señor cuando se encuentren con Él.


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