• Bendición (4)

    [Deuteronomio 28:1-7]

    11-05-2014 | Rev. Jaerock Lee

    • [Pasaje]

      [Deuteronomio 28:1-7]
      "Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. [2] Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios. [3] Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. [4] Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas. [5] Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. [6] Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir. [7] Jehová derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti; por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán de delante de ti".


      [Introducción]

      Amados hermanos y hermanas,

      Este es el 4º. estudio de la serie acerca de la 'bendición'.

      El segundo aspecto que examinaremos para recibir las bendiciones es lo que implica la verdadera obediencia.

      El verdadero y estricto sentido de la obediencia es hacer ,con los ojos de la fe, algo que realmente no se puede hacer si se tiene en cuenta la situación actual.

      En otras palabras, no es hacer algo que se pueda hacer, sino hacer algo con fe que no pueda hacer.

      Sin embargo, antes de entrar en espiritu, la mayoria de las personas no pueden obedecer.

      Hay varios tipos de desobediencia, y en el sermón pasado, les prediqué 5 tipos de ella.

      Primero, ustedes desobedecen porque sus capacidades son insuficientes.

      Segundo, ustedes desobedecen aunque sí puedan obedecer.

      Tercero, se detienen en cierto punto porque no puede finalizar con su trabajo.

      Cuarto, desobedecen porque las cosas no están de acuerdo con sus pensamientos.

      Quinto, intentan obedecer pero debido a que hacen las cosas de acuerdo a sus propios pensamientos, eventualmente desobedecerán.

      Sexto, desobedecen porque algo no es de su agrado.

      Es decir, desobedecen por causa de los malos sentimientos tales como el resentimiento, la ira, la envidia y los celos.

      En pocas palabras, ustedes no siguen las palabras de los demás porque sus sentimientos son heridos.

      Incluso cuando realizan la obra de Dios, es posible que la paz sea quebrantada, tengan opiniones diferentes y que desobedezcan debido a los malos sentimientos.

      Incluso en la historia, en muchas ocasiones las personas se colocan a sí mismos en un lugar de destrucción debido a que sus sentimientos fueron heridos en la guerra.

      Ellos, obviamente, podían ver su futura destrucción, pero desobedecieron a su rey o su amo porque no podían controlar sus sentimientos mezquinos.

      Séptimo, desobedecen porque no están dispuestos a obedecer en lo absoluto.

      No tienen fe para creer en Dios o confianza en Dios, por ello en primer lugar no están dispuestos a obedecer.

      Aunque lleguen a la iglesia y escuchen el mensaje, no creen en la Palabra de Dios en lo absoluto, o incluso van en contra de la Palabra y sus consciencias se han cauterizado como hierro caliente.

      Mencioné brevemente siete tipos de desobediencia, y espero que las examinen de nuevo en sí mismo una vez más, para que no tengan desobediencia a partir de ahora.

      Isaías 1:19 dice: "Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra".

      Ruego en el nombre de nuestro Señor que puedan dar su consentimiento y obedecer la Palabra de Dios y disfrutar de abundantes bendiciones en este mundo.

      Amados hermanos y hermanas, la tercera y última condición para recibir bendiciones, es creer en la Palabra de Dios.

      Números 23:19 nos recuerda: "Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?"

      Además, en Isaías 55:11 leemos: "Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié".

      La Palabra siempre y sin falta se ha cumplido.

      Y creer en Dios es creer en Su Palabra por completo.

      Creer en las palabras de Dios es creer que Sus palabras son cumplidas dentro de Sus planes y providencia de acuerdo a Su voluntad.

      No podemos interpretar las palabras de Dios como nos plazca de acuerdo a nuestras normas.

      No obstante, muchas personas desean recibir la respuesta de Dios cuando ellos quieren, de la manera que quieren y en la cantidad que ellos quieren.

      Significa que interpretan la Palabra de Dios en sus propia manera.

      Sin embargo, los pensamientos del hombre y los pensamientos de Dios son totalmente diferentes.

      En Isaías 55:8-9 leemos: "Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos".

      Por consiguiente, incluso si la palabra de Dios es diferente a nuestros pensamientos y aunque las cosas parezcan ir en una dirección opuesta a la palabra recibida, nuestra fe no debe ser sacudida.

      En el caso de José, las cosas parecían ir en un dirección opuesta al sueño que había recibido de parte de Dios, pero él confiaba y dependía de Dios hasta el fin, hasta que Dios cumplió con sus sueños.

      Abraham creyó en la promesa de Dios hasta el final incluso cuando tuvo que dar a su único hijo Isaac en holocausto a Dios.

      Al igual que en este caso, si creemos en Dios hasta el final sin oscilar a mitad de camino, aunque las cosas no salgan como habíamos planificado.

      Sin embargo, en la mayoría de casos, la fe de las personas será sacudida si las cosas no se hacen de acuerdo a sus pensamientos, es decir, si las cosas no son hechas en la manera o en el tiempo que pensaron.

      Así, su confianza en Dios es sacudida.

      No obstante, Dios dice que esas personas no deben esperar a recibir una respuesta de Su parte.

      Santiago 1:6-8 dice: "Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. [7] No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. [8] El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos".

      Dios le prometió a Abraham descendientes, aunque la palabra de Dios no se cumplió de inmediato.

      Fue cumplida luego de que pasó un largo tiempo; en el tiempo más apropiado a los ojos de Dios.

      Abraham finalmente tuvo su simiente de la promesa, Isaac, porque creyó en Dios hasta el final.

      Aquellos que están manejando un negocio deben tener esto presente.

      Si ustedes han puesto su negocio en las manos de Dios con fe, no deberían tomar decisiones como mejor les parezca.

      Tienen que esperar hasta que Dios les de una respuesta en el momento más adecuado.

      Es importante creer en la Palabra de Dios hasta el final.

      Eso es lo que he estado haciendo hasta hoy.

      A pesar de que yo no podía ver nada delante de mis ojos, simplemente creí cuando Dios mencionó las bendiciones. Y mi fe nunca se tambaleó aunque las cosas eran tan difícil en realidad.

      Cuando Dios me dijo que guiara a muchos de ustedes a la Nueva Jerusalén, nadie estaba claramente calificado para ingresar.

      Y sin embargo, yo creí porque era la Palabra de Dios, y puso mi mirada en el fruto con los ojos de la fe.

      Entonces, Dios obró para el bien de todo en el momento apropiado.

      Ahora, podemos ver que han surgido innumerables frutos del espíritu completo, el espíritu y la roca de la fe.

      Amados hermanos y hermanas, hasta ahora hemos examinado los tres aspectos para recibir bendiciones, es decir, las palabras y los mandamientos de Dios, la obediencia y la fe.

      A partir de ahora, permítanme decirles específicamente cómo llegan a nosotros las bendiciones cuando tenemos los requisitos ante mencionados, basados en el caso de Abraham.

      El verso 3 de la lectura bíblica dice: "Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo". Esto significa que las bendiciones vendrán donde usted habita.

      Podemos ver que las bendiciones llegaron al lugar donde Abraham se encontraba.

      Incluso cuando no había agua Abraham tenía agua, y aquellos que estaban con él también recibieron bendiciones.

      Cuando Lot estaba con Abraham, tenía tantas posesiones que ellos no podían permanecer juntos ya más.

      Por ello, Abraham y Lot tuvieron que separarse; Lot se fue hacia la buena tierra a su parecer, pero ¿qué fue lo que sucedió?

      La tierra en la que Lot se quedó fue asolada por las guerras y el castigo de Dios, pero la tierra donde Abraham se alojaba no sufrió de hambre sino que tuvo paz.

      Es decir, Lot no recibió bendiciones solo porque se había quedado en una buena tierra. El tipo de tierra no es el punto; sino quién habita en la tierra para que lleguen las bendiciones sobre ese lugar.

      Nuestra iglesia también ha experimentado estas cosas.

      Cuando nos estábamos mudando a esta área era uno de los lugares con menos desarrollo en Seúl.

      Había muchos crímenes, y la contaminación ambiental era grave.

      Debido a que nuestra iglesia ingreso aquí, los índices de delincuencia fueron disminuyendo, y la vecindad comenzó a ser más limpia.

      Además, se utiliza para el área industrial, pero fue cambiado por completo como un centro para la industria de TI (Tecnología de la Información), y ahora tiene muchas instalaciones comerciales.

      Como Dios está con nuestra iglesia, podemos ver que la tierra y el área en donde nos encontramos también recibe bendiciones.

      Es mi anhelo que los comerciantes y hombres de negocios también puedan recibir tales bendiciones.

      Por supuesto, con respecto a mercancías, la ubicación es muy importante, por ello debe escoger un buen lugar para colocar su negocio.

      Por supuesto, cuando usted coloca un negocio, debe consideran y pensar en todas estas cosas.

      Claro está, ustedes tienen que hacer su parte en su trabajo.

      No es correcto, de acuerdo a la justicia de Dios, si están esperando que la obra de Dios suceda mientras no hacen lo que deberían estar haciendo físicamente.

      No obstante, en este mundo aunque las personas hagan todo lo que esté a su alcance, en la mayoría de los casos las cosas no marchan tan bien como ellos quisieran.

      Pero para nosotros los creyentes, incluso si no podemos trabajar físicamente tanto como la gente del mundo, si preparamos nuestro vaso para recibir bendiciones, Dios obra para el bien de todos.


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