[1 Tesalonicenses 5:16-18]
29-03-2015 | Rev. Jaerock Lee
[Pasaje]
[1 Tesalonicenses 5:16-18]
«Estad siempre gozosos; orad sin cesar; dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús».
Amados hermanos y hermanas en Cristo,
Podemos ver que algunos creyentes reciben amor de parte de Dios, experimentan Su gracia y reciben muchas bendiciones en su diario vivir, mientras que otros creyentes, a pesar de que se esfuerzan, sufren de dificultades y persecuciones, y llevan vidas difíciles.
Además algunos creyentes crecen en su fe de manera significativa en corto tiempo aunque sean relativamente nuevos creyentes, mientras que otros creyentes llevan vidas que no se diferencian de las vidas de los no creyentes. Viven sin crecimiento en la fe a pesar de que han sido creyentes durante décadas.
Por lo tanto, ¿de dónde proviene esta diferencia si creen en el mismo Dios?
Depende de la medida en la que entienden la voluntad de Dios y la obedecen.
Dios ama a todos y actúa en Su justicia. Es decir, Él nos recompensa de acuerdo a nuestras obras.
Por consiguiente, debemos entender con claridad cuál es la voluntad de Dios y actuar de acuerdo a ella. De esta manera podemos recibir respuestas y bendiciones, y además nuestra fe puede crecer.
En la lectura bíblica de hoy nos dice claramente cuál es la voluntad de Dios.
Este pasaje es la base de la fe cristiana, la condición de estar parados en la roca de la fe y también es un atajo para llegar al espíritu.
Además este pasaje es una guía para aquellos que ya se encuentran en el espíritu y quieren ir a niveles más profundos, y al espíritu completo. Esto será de acuerdo a la medida en la cual cultiven el significado espiritual de este verso.
Es mi anhelo que ustedes puedan darse cuenta de la voluntad de Dios por medio de este mensaje y ponerlo en práctica tal como es.
Ruego en el nombre de nuestro Señor que, al hacer esto, sean concedidos los deseos de su corazón, y puedan ir a la roca y al espíritu, niveles más profundos del espíritu y espíritu completo con mayor rapidez.
[Mensaje Principal]
Amados hermanos y hermanas:
Primeramente, la voluntad de Dios es que siempre estemos gozosos.
Podemos regocijarnos siempre si creemos que Dios es Aquel que creó los Cielos y la Tierra, y todas las cosas que existen y quien controla la historia de la humanidad y es también nuestro Padre.
Hemos sido destinados a ir al Infierno debido a nuestros pecados, pero hemos sido salvados por medio de Jesucristo y nos hemos convertido en hijos de Dios. Ahora podemos ir al Cielo, ¿cómo no regocijarnos de ello?
Al escuchar esto, algunos de ustedes quizás digan que se encuentran en una situación en la cual no se pueden regocijar en absoluto porque tienen enfermedades, problemas familiares o financieros.
No obstante, si nos regocijamos solo cuando tenemos algo por lo cual hacerlo y no lo hacemos cuando enfrentamos persecuciones, pruebas o problemas, ¿acaso no somos iguales a los no creyentes?
Los no creyentes desconocen de dónde venimos y hacia dónde vamos, por ello todo el propósito de sus vidas está solo en este mundo.
Además, debido a que no conocen el reino espiritual que está lleno de gozo, amor y felicidad, se regocijan solo cuando hay algo de qué alegrarse. Algunas veces ellos viven con inquietudes, preocupaciones, pesar y dolor que el mundo da.
Debido a que no saben que existe el Cielo y el Infierno después de la muerte, simplemente van tras sus deseos de la carne, deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, en un intento de disfrutar de la vida, la cual tiene una duración de 70 u 80 años.
Sin embargo, los hijos de Dios no viven como ellos.
Debido a que tienen fe en Dios y esperanza por el Cielo, podemos regocijarnos no solo cuando existe algo bueno, sino también en medio de la persecución, las pruebas o el dolor.
Cuando Adán se encontraba en el Huerto del Edén, él no conocía acerca de la maldad o la falsedad, ya que solo existía bondad y verdad. No conocía ni había experimentado el sufrimiento y el dolor que es causado por la maldad y la falsedad.
Por consiguiente, no era posible para él conocer cuán hermosa era la bondad y la verdad, y tampoco podía sentir cuán feliz era la vida que estaba llevando en el Huerto.
Sin embargo, desde que cometió pecado y fue expulsado a la Tierra, Adán y todos sus descendientes, es decir la humanidad, llegó a experimentar dolor, sufrimiento y muerte en este mundo físico.
Eventualmente fueron destinados a caer en el Infierno, es decir la muerte eterna.
No obstante Dios, que está lleno de amor, abrió un camino para que ellos alcanzaran la salvación por medio de la fe en Jesucristo, Su Hijo unigénito.
Luego de experimentar la relatividad de las cosas en este mundo a través del cultivo de la humanidad, aquellos hijos que son salvos pueden disfrutar de la gloria y la felicidad por siempre en el eterno Reino de los Cielos.
Desde que los hijos de Dios creen en este hecho, pueden regocijarse incluso en medio de las dificultades y las confusiones de la vida.
Creemos que existe el Cielo donde no hay sufrimiento, dolor o muerte y es el hogar donde pronto regresaremos. Creemos que Dios el Padre nos dará la bienvenida y las recompensas y gloria que Él ha preparado.
Incluso podemos regocijarnos en las pruebas si creemos que incluso estas son permitidas por Dios para que podamos recibir incluso una mejor morada celestial y también mayor gloria.
Hermanos y hermanas: en Eclesiastés 1 dice que todo lo que hacemos y todo bajo el sol no tiene ningún sentido.
No importa cuán ricos, saludables y llenos de conocimientos estemos; y aunque tengamos poder y fama, no podremos llevarnos nada de estas cosas al morir.
Por consiguiente, estas cosas mundanas, en realidad no podrán darnos gozo.
Incluso si nos encontramos en circunstancias difíciles, si es que estamos enfermos o tenemos problemas en la familia o nuestro trabajo, podemos siempre regocijarnos mientras creamos en Dios y tengamos esperanza por el Cielo.
Podemos regocijarnos simplemente con el hecho de que nuestro nombre está escrito en el Libro de la Vida en el Cielo, y tener el derecho de convertirnos en hijos de Dios.
Si poseemos este tipo de fe y esperanza, ¿cómo podremos caer en la desesperación y el dolor debido a las cosas de este mundo?
En Hebreos 11:6 leemos: «Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan».
Si tenemos este tipo de fe siempre podremos estar regocijados. Y Dios aceptará con gran gozo ese tipo de fe y nos recompensará de acuerdo a ella.
De esta manera, incluso los problemas que parecen no tener solución alguna pueden ser resueltos en un instante mediante la fe.
Es mi anhelo que ustedes estén llenos de gozo en todo momento al tener fe en el Dios Padre Todopoderoso, y esperanza por el Cielo.