[Juan 14:6]
05-04-2015 | Rev. Jaerock Lee
[Pasaje]
[Juan 14:6] «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí».
Amados hermanos y hermanas en Cristo,
Juntos conmemoremos la resurrección del Señor, démosle a Dios toda la gratitud y gloria.
La 'Resurrección' en el cristianismo no es solamente el hecho de que un hombre haya muerto y luego resucitado. Es morir, vivir de nuevo y luego vivir por la eternidad.
Ese tipo de resurrección tuvo lugar por primera vez en la vida de Jesús.
En 1 Corintios 15:20 leemos: «Mas ahora Cristo ha resucitado de entre los muertos, primicias de los que durmieron».
Por medio de la resurrección del Señor, como dice Juan 11:25-26: "Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás", nosotros también podemos participar en la resurrección del Señor por medio de la fe.
Debido a que tenemos esta resurrección, ustedes y yo estamos corriendo la carrera de la fe teniendo la esperanza por el Cielo.
En nuestra fe cristiana, tener fe en la resurrección es realmente importante.
Por esta razón, cuando Dios nos permitió establecer nuestra denominación, hizo que añadamos 'la resurrección', insertándola en la «Regeneración, Santidad, Sanidad Divina y la Segunda Venida», y predicando de esto como el 'Evangelio Quíntuple'.
Por medio de este mensaje anhelo que nuevamente puedan comprender el significado de la resurrección en sus corazones, de modo que ustedes se aferren a la fe en la resurrección, al igual que los discípulos, quienes directamente fueron testigos de la resurrección del Señor.
[Mensaje]
Amados hermanos y hermanas: a partir de ahora, vamos a profundizar en el significado de la resurrección en tres aspectos.
Primero: el significado de la resurrección es el 'amor'.
Para que haya resurrección, en primer lugar, Jesús tuvo que morir en la cruz.
Él conocía que debía morir, pero también sabía que resucitaría después de la muerte.
No obstante, a pesar de que Él sabía que resucitaría, no fue en absoluto fácil para Él superar los sufrimientos de la cruz, ser clavado de sus manos y pies y dar hasta la última gota de su sangre.
Sin embargo, Jesús voluntariamente tomó la cruz debido a Su amor por las almas.
En Juan 3:16 leemos: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna».
Además, Romanos 5:8 declara: «Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros».
La muerte de Jesús es la prueba irrefutable del amor de Dios hacia nosotros.
Hasta que dio a Su Hijo unigénito para que tuviera una muerte miserable en la cruz, Dios Padre quiso salvarnos. Esta es la evidencia de Su profundo amor.
Y, con el mismo corazón, Jesús voluntariamente aceptó todos los sufrimientos y desprecios al tomar la cruz y morir en ella.
La razón por la cual yo he podido soportar hasta ahora es también por mi amor hacia ustedes.
Y es también por mi amor por las almas que mueren alrededor del mundo.
Aunque he tenido que sufrir tanto dolor para alcanzar la condición de la justicia, si tan solo ustedes pueden obtener nueva vida y poseer la Nueva Jerusalén en el Cielo, y si tan solo las almas que mueren pueden ser atraídas al Señor, sin duda yo puedo tomar esta copa.
Si el amor sigue aumentando, se convertirá en amor perfecto el cual no tiene ningún temor.
Eventualmente alcanzará el nivel más alto de amor con el cual uno puede entregar su vida.
Debido al amor del Señor, pudo dar el fruto de la resurrección al morir en la cruz y volver a vivir.
Por consiguiente, cada vez que pensamos en la resurrección del Señor, deberíamos sentir el amor inmerso en ella.
Ustedes deben sentir el amor de Dios el Padre que intercambió la vida de Su Hijo unigénito por su salvación, y el amor del Señor que se dio a Sí mismo para salvarlos.
Segundo: el significado de la resurrección es la 'esperanza'.
En 1 Corintios 15:19, dice: «Si hemos esperado en Cristo para esta vida solamente, somos, de todos los hombres, los más dignos de lástima».
Si no hay otra vida después de esta vida, en otras palabras, si no hay resurrección, y esta vida terrenal es el final, se debería tener lástima de los cristianos que viven con esperanza por el Cielo.
Pero de hecho, los cristianos son los más felices y bendecidos entre todas las personas.
Es porque si ellos viven de acuerdo con la voluntad de Dios en este mundo, entonces las mejores y más hermosas cosas les esperan en la vida venidera.
Hermanos y hermanas: el domingo las personas de este mundo se dirigen a las montañas, los ríos y las playas para vacacionar y a otros lugares para participar en placeres mundanos.
O quizás, simplemente permanecen en sus hogares y se pasan el día durmiendo con la excusa de que deben recuperarse de su cansancio.
Ellos se preocupan de su apariencia e invierten en sus vidas con el dinero que obtienen de su arduo trabajo.
O incluso invierten su tiempo para su salud, sus comodidades o placeres, o para preparar su futuro que es incierto.
Por otra parte, ¿qué sucede con aquellos creyentes en el Señor, aquellos que realmente poseen la esperanza de resucitar y vivir por siempre en el Reino de los Cielos?
Ellos ofrecen todo su tiempo, dinero, cuerpos, corazón y todo lo que tienen por el reino del Señor y la gloria de Dios.
Mientras más grande sea la esperanza que ellos tienen por el Cielo, acumularán más en el Cielo que en este mundo.
No obstante, podemos tener este tipo de esperanza solo por la resurrección del Señor.
En 1 Pedro 1:3 leemos: «Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos».
Si no tuviéramos esta esperanza, iríamos tras las riquezas, la fama y los placeres de este mundo.
Ya sea que fuésemos ricos o no, simplemente intentaríamos todo para ganar más todo el tiempo.
Solo piensen en qué tipo de vida una persona llevaría si creyera que no hay nada más después de la muerte física.
Si ustedes pensaran que todo lo que disfrutan algún día se terminará con su muerte física, solo buscarían su propio beneficio y placer. ¿Por qué tratar de vivir una vida buena, transparente y noble?
Solo vivirían como los animales pensando acerca de las condiciones actuales del presente.
Por ejemplo: si tienen la esperanza de poder comprar su propia casa cuando trabajan arduo y ahorran su dinero, serían felices aun si no comen o si no gastan mucho.
Sin embargo, si no piensan en comprar una casa o no tienen la esperanza de comprar una, entonces puede ser que gasten todos sus ingresos en placeres cotidianos.
De esta manera, si no tienen esperanza, no pueden tener la fortaleza de ser fieles en la vida cotidiana.
Debido a que tenemos la esperanza de la vida eterna en el Cielo a través de la resurrección del Señor, podemos ser felices, y no seremos consumidos por la vida en este mundo.
Además, no nos complaceríamos en derrochar o ser perezosos, sino al contrario, podremos vivir más de una vida recta y hermosa en la verdad.
Es porque sabemos que cada uno de los días de nuestras vidas nos será dado luego como recompensa y gloria en el Cielo.
Éramos esclavos del pecado y estábamos destinados a enfrentar la muerte, sin embargo, obtuvimos tan hermosa esperanza por la resurrección del Señor, y ahora podemos llevar una vida cada vez más feliz día tras día.
Ruego en el nombre de nuestro Señor que ustedes puedan apoderarse de un mejor lugar de morada celestial por la fuerza, y que se aferren a esta esperanza dada a través de la resurrección.
Tercero: el significado de la resurrección es la 'fe'.
1 Corintios 15:17 dice: «Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados».
¿Por qué nuestra fe no tuviera valor si no fuera por la resurrección?
Por medio de la resurrección se completó el hecho de que el Señor se convirtiera en nuestro Salvador. Además se abrió el camino para salvar de la muerte a aquellos que creyeran en el Señor como el Salvador.
Por consiguiente, sin la resurrección del Señor, creer en Jesús como nuestro Salvador personal y llegar a ser salvos sería algo en vano.
Nuestros pecados no serían perdonados, y aún permaneceríamos en pecado.
Solo por medio de la resurrección del Señor se cumplió el ministerio de la redención y así nuestros pecados fueron perdonados.
De esta manera, creer en Jesús como nuestro Salvador personal abarca el sentido de que creamos en la resurrección del Señor.
Por esta razón en Romanos 10:9 podemos ver: «...que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo».
El hecho de decir con nuestros labios: «Yo creo que Jesús es mi Salvador» no lo salvará.
Tan solo decir con los labios que se cree que el Señor ha resucitado de la muerte, tampoco lo salvará.
De manera clara Dios dice que no solo tienen que confesar con sus labios que Jesús es el Salvador, sino también creer en Su resurrección de corazón para ser salvos.
Si ustedes no creen en la resurrección en sus corazones, sino que solo lo dicen de labios para afuera, en realidad no podrán llevar una vida cristiana verdadera.
Si no creen en la resurrección de corazón y si no creen en el juicio y la vida eterna venidera, no podrán vivir por la Palabra de Dios.
A pesar de que escuchen que deben vivir de cierta manera para obtener la salvación, simplemente harán que la Palabra de Dios se desvanezca por no creer en la resurrección.
Pueden poseer fe espiritual solo cuando creen en la resurrección sin tener dudas, y solo así podrán vivir por la Palabra de Dios.
Hermanos y hermanas: Romanos 6:5-7 dice: «[5] Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; [6] sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. [7] Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado».
Para que nosotros podamos estar unidos con el Señor en la semejanza de Su resurrección, es decir, para que juntos podamos participar en Su resurrección, primeramente debemos estar unidos con Él en la semejanza de Su muerte.
Es decir, debemos participar en Su muerte.
¿A qué me refiero con participar en la muerte de Jesús?
¿Acaso debemos morir como Jesús murió?
El apóstol Pablo habla en la biblia:
Él dijo en 1 Corintios 15:31: «Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro Señor Jesucristo, que cada día muero».
Esta es la manera de estar unidos con Jesús en la semejanza de su muerte.
Concretamente, es poner su propia vida y ego a la muerte.
Su 'vida' y ego se refiere a todo lo que trate con ustedes, específicamente, todos los pecados y la maldad en ustedes, su arrogancia y los criterios egocéntricos, pensamientos y teorías.
La verdad puede venir a sus vidas solo cuando mueren a ustedes mismos y a su ego.
Mientras más veracidad entre a sus corazones, mayor fe recibirán en su corazón.
Esta fe espiritual les permite creer en la resurrección de corazón.
Pueden creer que existe el juicio y la vida eterna en el Cielo luego de la resurrección; que Dios nos recompensa de acuerdo a lo que hemos hecho en este mundo, y que permite que cosechemos lo que hemos sembrado.
Por consiguiente, podrán vivir por la Palabra de Dios.
Al vivir de acuerdo a la Palabra de Dios con tal fe, esta los salvará y permitirá que participen en la resurrección.
Esta es la bendición que nos es dada a través de la resurrección de Jesucristo, del cual leemos en la lectura bíblica de hoy: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida...».
[Conclusión]
Amados hermanos y hermanas:
El día de Pascua de 2013 fue un día muy significativo.
Fue el final del período de suspensión de tres meses, y el Dios Padre nos dio gracia indescriptible.
Para algunos de ustedes, el Espíritu Santo en sus vidas estaba apagándose, pero la llama de la vida fue reavivada.
Para otros, la llama ya estaba casi extinta, pero fue nuevamente avivada.
Incluso para otros, se encontraban en una condición en la cual ya no podían continuar realizando el trabajo de pastor, levita o líder de la iglesia, sin embargo, obtuvieron otra oportunidad y recibieron la fortaleza para seguir adelante.
Por supuesto, hubo otros que se encontraban bien, no obstante, también experimentaron la gracia de Dios como la de ser nacidos de nuevo, recibir nuevas fortalezas y la llenura del Espíritu Santo otra vez.
Estas fueron las obras de la resurrección.
Sus espíritus muertos fueron reavivados, e incluso los que estaban casi muertos revivieron y, una vez más, fueron llenos con la energía del Espíritu Santo.
Y aquellos que sus espíritus estaban muertos y han revivido, están llevando vidas completamente diferentes.
Pudieron escapar de una vida que era controlada por Satanás, porque sus espíritus murieron y sus almas se convirtieron en sus amos, pero ahora están viviendo en la voluntad de Dios con sus espíritus de nuevo en la posición de amo.
Esta es la evidencia de una persona cuyo espíritu ha revivido.
Por supuesto, el tiempo necesario para que el espíritu recuperara la posición de amo es diferente de persona a persona.
A algunas personas les tomó poco tiempo, a otras les tomó mucho más tiempo.
Sin embargo, si su espíritu ha revivido, ciertamente dará a luz al espíritu mediante el Espíritu Santo.
Podrá producir los hermosos frutos de la verdad, tales como los frutos del Espíritu Santo y el fruto de la Luz.
Así podemos diferenciar si uno está dando a luz al espíritu a través del Espíritu Santo, si nos fijamos en sus frutos.
Han pasado ya dos años desde la Pascua de 2013, ¿qué tipo de frutos han producido ustedes?
¿Están produciendo los frutos del resultado de la determinación que tuvieron ese día?
Así como el Señor murió y resucitó, se convirtió en el Rey de reyes y Señor de señores y finalmente surgió como el fruto de gloria, quiero que ustedes también surjan como hermosos frutos de gloria.
Al hacer esto, ruego en el nombre de nuestro Señor que obtengan honor y gloria en este día que participan en la resurrección del Señor.