• El corazón del Señor - Viernes Santo 2015

    [Lucas 22:42]

    03-04-2015 | Rev. Jaerock Lee

    • [Escritura]

      Lucas 22:42 Cuando Jesús oró en el Getsemaní, Él dijo: "Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya".



      Amados hermanos y hermanas en Cristo:

      Esta es la Vigilia entera del viernes de la semana de la Pasión.

      ¿Qué hicieron ustedes durante esta Semana Santa?

      ¿Pensaron ustedes en el corazón de Dios el Padre quien entregó a Su Hijo unigénito en propiciación para abrir el camino de salvación para las almas?

      ¿Pensaron también en el corazón del Señor quien comprende aquel sentir del Padre y le obedece aun hasta la muerte?

      El sufrimiento de la cruz que enfrentó Jesús fue insoportable para cualquier hombre.

      Por eso, la noche anterior al día en el que Él llevó la cruz, Jesús oró a Dios Padre.

      Como está escrito en Lucas 22:42, Él dijo: «Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya».

      Jesús sabía que "pasar esta copa" no era la voluntad del Padre.

      ¿Por qué entonces oró de esa manera?

      Dado que Jesús descendió al mundo en la carne, Él sufría tal como nosotros.

      Cuando no dormía, Él se cansaba; cuando no comía, Él sentía hambre; y cuando era golpeado, Él sentía dolor.

      Jesús sabía que los pecadores serían redimidos si Él se convertía en la propiciación, y Él estaba dispuesto a hacerlo.

      No obstante, al momento Él también sabía cuán terrible sería Su sufrimiento al hacerlo porque Él era de carne.

      Es por eso que Él oró pidiendo a Dios que "pasara esta copa" si por casualidad Dios el Padre estaba dispuesto a hacerlo.

      Pero de inmediato Él añadió: «...pero no se haga mi voluntad, sino la tuya».

      Poco después, Él aceptó todos los sufrimientos de la cruz.

      Si ustedes sienten el corazón de Jesús de este modo —si creen en el corazón de Dios Padre quien ama a los pecadores como nosotros al punto de entregar a Jesús en sacrificio— no podrán evitar ser transformados.

      A medida que les hablo acerca del 'Corazón del Señor', anhelo que un corazón tan hermoso como aquel se impregne en sus corazones.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo:

      En primer lugar el corazón del Señor es 'amor'.

      El amor del Señor está a un nivel muy distinto del que piensa la gente.

      Se trata del amor que no impone condiciones ni espera nada a cambio. Es el amor que busca en lo profundo del corazón del Padre y solamente obedece.

      Jesús comprendió el corazón del Padre quien desea salvar a los pecadores.

      Sin poner condiciones ante el Padre, Él únicamente obedeció y descendió al mundo en la carne.

      Para poder convertirse en propiciación por los pecadores, Él tomó los horribles sufrimientos de la cruz.

      Jesús, por supuesto, no tuvo ningún pensamiento carnal; si lo hubiese hecho no habría podido aceptar la cruz.

      Él pudo haber pensado para Sí mismo: Soy el Hijo de Dios, y no deseo tomar esta terrible cruz.

      Pero Jesús no pensó así en absoluto.

      Para convertirse en el 'camino de salvación' para los pecadores de acuerdo a la voluntad del Padre, Él descendió al mundo en carne humana.

      Y de modo silencioso aceptó los terribles sufrimientos del camino de la cruz.

      Lo hizo porque amaba al Padre desde el fondo de Su corazón.

      Y, Su corazón también estaba lleno del amor por las almas.

      Él liberó a la humanidad de la esclavitud del pecado, y abrió el camino para que pudieran convertirse en verdaderos hijos de Dios.

      Si ustedes comprenden este amor del Señor con sinceridad, podrán encontrar la respuesta a la pregunta acerca de cómo deben vivir sus vidas.

      Si ustedes poseen este Amor, encontrarán la manera.

      Este amor es también el que les da la fortaleza para avanzar en el camino.

      El título de la Cantata de la Pascua que se presentará en la segunda parte de este servicio es "Martirio".

      Podrán observar qué tipo de vida llevaron aquellos que comprendieron el amor del Señor.

      Nadie los obligó a hacerlo, pero con gozo ellos buscaron caminar en este camino de vida.

      En Juan 15:13 dice: «Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos».

      Aquellos que poseen un gran amor por el Señor pueden soportar aquello con lo que el mundo no puede lidiar.

      María Magdalena venció todo el temor con su amor por el Señor.

      El amor de los apóstoles por el Señor no reaccionó ante la intimidación, ni siquiera cuando amenazaron contra sus vidas.

      En el nombre del Señor les animo a profesar que ustedes pueden hacer cualquier cosa que el Señor quiera a medida que se llenan del amor del Señor.

      Hermanos y hermanas:

      En segundo lugar el corazón del Señor es 'misericordia'.

      Un diccionario define la 'misericordia' como la ayuda ofrecida a aquellos en una situación desesperada.

      Pero la misericordia espiritual no es solo eso, sino que es también tratar a cada alma como más preciosa que el mundo entero.

      Es el corazón que se apiada incluso de la gente mala, los que traicionan y los pecadores, y que da una oportunidad de recibir salvación a cualquier costo.

      ¡Cuán grande es el corazón lleno de misericordia de Jesús!

      Mateo 12:20 dice: «La caña cascada no quebrará, y el pábilo que humea no apagará, hasta que saque a victoria el juicio».

      Como una caña cascada o un pábilo que humea, Jesús soportó hasta el final a aquellos que tenían un corazón manchado por el pecado y los que prácticamente no tenían ninguna posibilidad de ser salvos.

      Él se acercó a aquellos que eran despreciados, como los publicanos y las prostitutas, y les predicó el evangelio.

      Pero la gente malvada criticó a aquellos como Jesús.

      No obstante, Marcos 2:17 dice: «Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores».

      Las palabras de Jesús demuestran que Su corazón considera a cada alma más preciosa que el mundo entero.

      ¿Pueden imaginarse cuánta fortaleza y esperanza transmitieron estas palabras a aquellos como los publicanos y las prostitutas?

      Jesús se compadeció aun en aquellos como Judas Iscariote.

      Aunque Jesús sabía que Judas lo vendería, Él lo trató con amor hasta el final y le dio la oportunidad de que se arrepintiera.

      Incluso durante la última cena, tal como está escrito en Mateo 26:24, que dice: «A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido».

      Incluso después de escuchar esto, sin embargo, Judas Iscariote al final vendió a su maestro.

      Jesús se compadeció de los soldados romanos a pesar de que ellos lo azotaron con dureza.

      Él sintió lástima por aquellos que pusieron una corona de espinas sobre Su cabeza, los que le escupieron, los que le golpearon en la cabeza con una caña y se burlaron de Él.

      Él no los odió ni los maldijo.

      Aunque fue clavado en ambas manos y ambos pies sobre la cruz, Él elevó una oración de intercesión por ellos.

      Él dijo: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen...».

      Mientras Él moría en la cruz para convertirse en el Salvador, en verdad sintió pesar por aquellas almas que eran usadas como instrumentos de maldad.

      Jesús anheló que Su oración de intercesión alcanzara justicia y que se les diera una oportunidad de ser salvos.

      ¡Este es el corazón del Señor!

      Es el corazón que abre el camino de salvación por todos los medios para las muchas personas de una generación malvada.

      'El camino de la cruz' se abrió gracias a este corazón del Señor.

      A medida que he desarrollado mi ministerio como siervo de Dios hasta hoy, siempre he pensado en cómo salvar a más almas, y cómo guiarlas a la mejor morada en los Cielos.

      Ya que se trata de las almas que han sido compradas al precio de la preciosa sangre del Señor, cada una de ellas es muy preciosa para mí.

      Muchos de ustedes han confiado en mí y me han seguido, pero hay otros que no lo han hecho.

      He sembrado fe en ellos, les he ayudado a tener esperanza y les he amado mucho, pero me traicionaron y abandonaron la iglesia.

      Algunos fueron tan malos que me juzgaron y calumniaron como quisieron, interrumpiendo así la obra del reino de Dios.

      Sin embargo, cada vez que pienso en ellos, no lo hago con odio o desagrado.

      Ya que conozco claramente cuál será su final, más bien me preocupo por su futuro y siento lástima por ellos.

      Aunque el Padre me ha dado el poder para bendecir o maldecir, no quiero usar el poder de maldecir contra ellos.

      "No obstante, ellos fueron miembros de Manmin. Yo los conozco, y recuerdo sus nombres..." Yo solo siento lástima por ellos.

      Con respecto a mi corazón, Dios el Padre dijo: «Tienes un corazón muy amable.» «Este corazón es el cimiento para salvar a todos los pueblos».

      Pero hace poco tiempo, el Padre dijo que el castigo y la retribución se darán de acuerdo a las obras en el momento que Él establezca.

      Y dijo que debido a que ellos han negado el hecho de que fueron miembros de Manmin, su tiempo para arrepentirse y cambiar casi ha llegado a su fin.

      Cuando escucho aquellas palabras de Dios el Padre, me siento muy preocupado.

      Es por eso que ofrecí un tiempo de oración de intercesión por ellos otra vez durante la Reunión especial de oración de Daniel el 15 de marzo.

      Yo debo pedirle al Padre para que ellos se arrepientan y cambien.

      Hermanos y hermanas:

      Como he dicho, la misericordia consiste en un corazón que no abandona a las almas que están en pecado, sino que las salva por todos los medios.

      Para hacerlo, con el apoyo del corazón bondadoso, ustedes deben ponerse en la posición de otros y comprender sus corazones.

      Al hacerlo encontrarán sabiduría para salvar a las almas y guiarlas al camino de salvación.

      Con esta sabiduría podrán fortalecer a las almas cansadas y consolar a las quebrantadas.

      Cuando muestren misericordia de este modo, ciertamente surgirá un fruto de bondad.

      Ruego en el nombre del Señor que ustedes tengan misericordia de todas las almas así como la tuvo el Señor, y que puedan agradar al Señor con el fruto de la bondad.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo:

      En tercer lugar el corazón del Señor es de 'entrega total'.

      El amor no busca su propio beneficio.

      El amor continua dando y dando, y busca si hay otros en necesidad o si hay más que dar.

      Nuestro Jesús entregó todo lo que tenía por las almas.

      Desde Su nacimiento hasta la muerte, Él dio su vida entera por las almas.

      ¿Cuál es la razón por la que Él nació en un pesebre y no en una cama cómoda?

      Fue para permitir que aquellos que viven en pecado se dieran cuenta que no son mejores que los animales.

      Jesús quien es la Palabra que se hizo carne fue recostado en un pesebre para convertirse en alimento espiritual para las almas que no son distintas a los animales.

      Dado que para convertirse en Salvador no debía tener pecado, Él guardó la ley por completo y jamás cometió ningún pecado.

      Obviamente Él no tiene el pecado original porque fue concebido por el Espíritu Santo.

      Además, 2 Corintios 8:9 dice: «Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos».

      Esto significa que Jesús vivió una vida de pobreza para permitir que aquellos que creen en Él sean enriquecidos.

      Él no escatimó ninguna palabra del Cielo, sino que se las dio a las almas.

      Él también manifestó todo poder por las almas.

      De ese modo, los que siguieron a Jesús fueron sanados gracias a Su poder.

      Los débiles, se hicieron fuertes.

      A medida que conocían a Jesús, los que estaban atrapados en las tinieblas eran liberados por Su poder de la luz.

      Jesús no tomaba tiempo para dormir o descansar; Él invirtió aun este tiempo en las almas.

      Él alimentó a las almas hambrientas.

      Él mostró Su corazón lleno de consuelo y respeto por aquellos que eran despreciados.

      Él dio una y otra vez, y al final entregó Su propio cuerpo.

      Al recibir la corona de espinas Él redimió a los pecadores de sus pecados cometidos con el pensamiento. Al ser azotado Él quería que las almas fueran sanadas de las enfermedades.

      Al ser crucificado, Sus ropas fueron divididas para cumplir la profecía y como indicador de lo que vendría.

      Al ser clavado en Sus manos y pies, Él redimió los pecados que se cometen con manos y pies.

      Además de todo esto, al derramar toda Su sangre inmolada y preciosa por los pecadores, Él redimió el pecado de la humanidad.

      Al final entregó Su propia vida.

      Porque quería dar lo que sus almas amadas más necesitaban: la vida eterna.

      Como pueden ver, sin escatimar nada, Jesús lo entregó todo por las almas.

      Hechos 20:35 dice: «...recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir».

      «...más bienaventurado es dar que recibir».

      Cuando Jesús entregó todo por los pecadores, incluyendo Su propia vida, Él se sintió verdaderamente feliz.

      Se sintió feliz porque, gracias a la vida que Él entregó, los pecadores podían recibir la vida eterna.

      Yo también estoy disfrutando de tal felicidad.

      Gracias a esa felicidad que he tenido por los últimos 33 años desde que comencé esta iglesia, hoy estoy aquí.

      Si ustedes pueden entregar cualquier cosa con amor tal como Jesús, también podrán disfrutar de esa felicidad.

      Cuando den lo que tienen a Aquel a quien aman, se sentirán llenos de gozo.

      Es difícil dar a alguien que no es de nuestro agrado; al contrario, podemos dar lo que sea a alguien que amamos.

      Anhelo que ustedes también puedan saborear esta felicidad que pueden encontrar al dar, y que la puedan disfrutar en todo lo posible.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo:

      El corazón del Señor es amor y misericordia.

      Es también el corazón que lo entrega todo.

      El Señor que los ama de este modo quiere solo una cosa de ustedes.

      Es Su deseo que ustedes se levanten como los hijos verdaderos de Dios Padre.

      Para lograrlo ustedes deben santificarse y tener un corazón sincero.

      Deben asemejarse al Padre, y llenar sus corazones con bondad, amor y verdad.

      Cuando se convierten en hijos verdaderos de Dios, ¿es eso bueno solo para el Señor?

      ¡Eso es lo mejor para ustedes!

      Recibirán la mejor morada y gloria en los Cielos.

      Mientras viven en este mundo podrán disfrutar de bendiciones como hijos de Dios.

      En este año de gloria —2015— cuando Dios el Padre ha permitido el fluir del Espíritu Completo, a medida que pasan esta Semana Santa y reciban el Domingo de Pascua, anhelo que tomen la firme decisión de "hacer que el anhelo del Padre se haga realidad".

      Que naveguen hacia la Nueva Jerusalén sin dificultades aun en medio de las aguas turbulentas del mundo, en el nombre del Señor, yo ruego.

      En la segunda parte de este servicio se presentará la Cantata de la Pascua.

      Anhelo que reciban mucha gracia y que graben el amor del Señor en lo profundo de sus corazones.

      Y doy todas las gracias a todos los artistas y al personal


      [¡Amén!]


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