[1 Juan 4:16]
02-08-2015 | Rev. Jaerock Lee
[Pasaje]
[1 Juan 4:16]
"Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él".
[Introducción]
Amados hermanos y hermanas,
Este día, estamos ofreciendo el servicio devocional unido de las Misiones de Jóvenes Adultos, Canaán, Luz y Sal, y Estudiantes de la Escuela Dominical.
Demos toda la gloria y el agradecimiento a Dios Padre quien nos ha bendecido para realizar este servicio devocional.
También le doy las gracias a todos los devotos que se han preparado para este servicio con todo su corazón, mente y alma.
Amados estudiantes y miembros de las misiones de jóvenes adultos, Canaán, y Luz y Sal, ¿quién creen ustedes que los ama más en el mundo entero?
Pues el todopoderoso Dios el Creador.
Él creó sus ojos, nariz, boca, sus manos y sus pies. Él los cuida mucho más que nadie en todo el universo. Él desea ser responsable por su vida. Él desea darles todo lo que pidan. Él es nuestro Padre Dios.
Si ustedes permanecen en Su amor, no hay nada que temer ni nadie carente de nada.
Incluso si su origen familiar no es mejor que el de los demás y sus padres no pueden darles muchas cosas, si ustedes simplemente moran en Dios, Él suplirá todas sus necesidades.
Aún cuando no tengan inteligencia, educación, conocimiento, dinero ni unbuen origen familiar, Dios cuidará de ustedes si completamente permanecen en Él.
¿Comprenden ustedes realmente Su amor?
Podrán pensar que lo comprenden porque han escuchado y han aprendido mucho sobre esto.
Pero el grado de entendimiento es diferente de persona a persona.
Yo espero que puedan sentir en lo profundo de su corazón el por qué este poderoso Padre celestial les ama tanto siendo ustedes tan insignificantes.
Si sienten Su amor, esa felicidad y gozo no pueden ser comparados a ninguna otra felicidad en este mundo.
Esto no puede compararse con ningún amigo en el mundo, ni con ningún placer del mundo, TV, dinero, novio o novia, poder social ni con ninguna cosa.
Si un mercader encuentra una perla de gran precio, él venderá todo lo que tiene para comprar esta perla. De la misma forma, aquellos que comprenden el amor de Dios pueden olvidarse de todas las cosas mundanas para alcanzar Su amor.
Así como un ciervo sediento brama por las corrientes de las aguas, ustedes desearán saber más sobre el corazón de Dios. Debido a que han experimentado la felicidad y el gozo que da el amor de Dios, desearán vivir la clase de vida que Dios desea para ustedes.
Entonces, podemos permanecer en Dios y Dios puede permanecer en nosotros.
Es decir, viviremos en la verdad, y a ese mismo grado, Dios estará con nosotros y nos dará respuestas y bendiciones.
Oro en el nombre del Señor para que este amor de Dios les llene completamente, y que Dios cuide de ustedes en cada momento de su vida.
Amados devotos y otros miembros,
El amor de Dios Padre es, en primer lugar, el amor que espera a que nosotros cambiemos.
En Lucas 15 podemos comprender cómo es que el Padre está esperando.
Un hombre tenía dos hijos, y uno de ellos recibió la herencia por adelantado y se fue a un país lejano.
Él posiblemente tenía el sueño de volverse exitoso en un nuevo lugar.
Pero la realidad fue dura. Él no tuvo éxito en nada. Más bien se entregó a vivir perdidamente y malgastó toda su fortuna.
Cuando hubo hambre en la tierra, él no pudo obtener ni el alimento que se daba a los cerdos.
Entonces empezó a pensar en su padre.
Él pensó, "Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre. Me levantaré e iré a mi padre".
Por supuesto, él no podía esperar que su padre lo perdonara y aceptara.
Él había pedido el dinero de la herencia aún antes que su padre muriera, y malgastó todo su dinero viviendo perdidamente. Él no podía más que estar avergonzado.
Viéndole regresar su padre en esa condición tan pobre, pudo haberle rechazado diciendo, "¡yo sabía que esto sucedería!"
Quizá pudo haber simplemente borrado a su segundo hijo de su mente pensando, "Tengo a mi primer hijo quien es fiel y obediente. Me olvidaré de mi segundo hijo".
Pero el corazón del padre era completamente diferente de lo que el hijo pensó que sería.
El padre le dio el dinero de la herencia porque él lo exigió con insistencia, pero desde el día que el hijo se fue, el padre no tuvo consuelo.
Él siempre estuvo preocupado por su hijo, preocupándose por dónde él estaba y qué era lo que hacía, y por si estaba saludable, por si alguna persona mala lo habría lastimado pues él llevaba consigo mucho dinero.
Buscaba en las afueras de la ciudad en cada oportunidad que tenía, y esperaba por su hijo a que regresara.
Él hubiera esperado no solamente por un par de años sino incluso por diez años.
El problema no era qué clase de mal había hecho el hijo, sino solamente por el hecho que era su hijo, no podía renunciar a él.
No estaba esperándolo para regañarlo por sus faltas.
Él estaba esperándolo para quitarle sus ropas viejas y sucias, y ponerle el mejor vestido y los mejores zapatos e incluso un precioso anillo, y para hacer una gran fiesta en su honor.
Y desde que el hijo regresó a casa, su actitud en cuanto a lo que tenía, tuvo que ser completamente diferente a la del pasado.
Antes, él daba por hecho todo lo que podía comer, vestir y disfrutar, pero ahora estaba lleno de agradecimiento.
Además, deseaba resarcirse por lo que había hecho a su padre, y buscaba las cosas que le pudieran agradar a él.
Viendo a su hijo, el padre estaba consolado y también se sentía feliz.
Amados devotos, nuestro Padre Dios ha estado esperando por ustedes y por mí desde el principio.
Él esperó para que nosotros aceptáramos a Jesucristo, recibiéramos al Espíritu Santo, y que cambiáramos, y a que eventualmente también llegáramos al entendimiento del corazón del Padre.
Cuando nosotros cambiamos para convertirnos en verdadero hijos, lo que Dios desea entregarnos es la Nueva Jerusalén.
Dios Padre continúa esperándonos para compartir con nosotros la gloria del bello reino de los cielos que Él creó con toda Su sabiduría y poder.
Yo les animo en el nombre del Señor a surgir como el fruto de esa espera de Dios.
Amados devotos, el amor de Dios Padre, en segundo lugar, es el amor que soporta por mucho tiempo hasta que cambiemos.
En Su espera está la más sincera esperanza.
El puede esperar tanto como Su perseverancia.
Soportar no es solamente sentarse y esperar a que las cosas resulten de la forma que ustedes desean.
Sino que esto se acompaña del similar esfuerzo y responsabilidad.
Mientras Dios ha estado cultivando a los seres humanos, Él ha sufrido de muchas penas y dolores.
Uno de los creyentes dijo que él empezó a lamentarse mientras leía los libros de Éxodo y Números.
Él dijo que no podía comprender cómo el pueblo se quejaba tanto en contra de Dios y adoraban ídolos aún cuando Dios les mostraba tan inmenso poder.
Pero otro creyente le contestó, "Diácono, no solamente eran los hijos de Israel, eso es lo que nosotros éramos antes de cambiar", y él no pudo argumentar nada.
Esto es real.
No son sólo los hijos de Israel los que abandonaron el amor de Dios aún después de experimentar grandes cosas y recibir tan inmensa gracia. Todo aquel cuyo corazón no esté transformado por la verdad hará lo mismo.
Un día ellos alababan a Dios quien dividió el Mar Rojo, pero el siguiente, ellos se quejaban por no tener agua para beber.
En cualquier dificultad, ellos estaban prontos a quejarse, y si no obtenían respuestas rápidas a sus oraciones, perdían toda la gracia que recibían.
La razón por la cual el pueblo no pudo entrar directamente en la Tierra de Canaán fue a causa de su incredulidad.
Conociendo bien esta situación, a ellos no les gustó el hecho que no podían entrar a la tierra inmediatamente. No querían vagar por el desierto, y por eso culparon a Dios y a otros.
Así como las personas que desearon regresar a Egipto, ustedes quizá trataron de encontrar razones para aceptar las cosas mundanas de nuevo.
Si su llenura de Espíritu no es tan grande como antes y si las cosas del mundo se presentan ante ustedes, tienen que examinar su vida en la fe.
Tienen que revisar si su fervor por desechar los pecados se ha enfriado; o si su adoración y su fidelidad se han vuelto meras formalidades.
Pero en la mayoría de casos, si alguien pierde la gracia, con facilidad culpa a otros o culpa las circunstancias en lugar de volver su mirada hacia sí mismo.
Ellos no se atreven a quejarse directamente contra Dios, pero tienen resentimiento contra Él.
En estos momentos, si se encuentras con personas como Coré, ponen su atención en ellos.
Debido a que desean ir por un camino que satisfaga sus deseos, escuchan las palabras de las personas malvadas. Ellos desean creer las palabras de tentación en lugar de esforzarse por seguir la bondad.
Aún cuando experimenten cientos de milagros de Dios, si una cosa no está de acuerdo con sus pensamientos, se olvidan completamente de los cien milagros anteriores.
E incluso si los llegaran a recordar, simplemente pensarían que era pura coincidencia.
Esto es el atributo de la carne.
No fueron solamente los hijos de Israel sino todas las almas durante el transcurso de seis mil años de cultivación de la humanidad.
En ocasiones Dios tuvo que permitir que la justicia se cumpliera como en el caso del diluvio en la época de Noé y como en Sodoma y Gomorra.
Si hay fiebre aftosa o gripe aviar en los alrededores, no podemos salvar a los animales.
Y en un sentido espiritual, si el pecado alcanza un límite, no puede ser otorgada otra oportunidad.
Pero incluso entonces, Dios no nos castiga con facilidad diciendo, "les he dado tantas oportunidades y ya no puedo hacer más"
Incluso cuando los padres físicos tienen que castigar a sus hijos con vara, su corazón estará quebrantado.
Y, ¿cuán grande será el lamento de Dios cuando Él ve a las almas dirigirse por el camino de la destrucción?
Además Romanos 8:26 dice, "Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles".
Cuando los creyentes están demasiado débiles para vivir en la Luz, el Espíritu Santo también sufre con gemidos que no pueden ser expresados con palabras.
Cuando Dios ve a Sus hijos que cometieron pecados y sufren a causa de las pruebas y dificultades causadas por las acusaciones de Satanás, Él sufre por el dolor de ellos.
Ese dolor ha sido almacenado en el corazón del Padre durante miles de años.
2 Pedro 3:15 dice, "Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito".
Amados devotos, el amor de Dios es, en tercer lugar, el amor que cree que nosotros cambiaremos.
La razón por la cual Él puede esperar es porque cree que Sus esperanzas serán cumplidas.
Sin tener la confianza que tendrán una gran cosecha, los agricultores no pueden sembrar las semillas.
Ustedes trajeron al mundo hijos porque creyeron en ellos.
Dios inició la cultivación de la humanidad porque El también creyó en nosotros.
Él está llevando a cabo la cultivación de la humanidad aún cuando hubo un Adán que traicionó y desobedeció, e incluso al costo de entregar a Su hijo unigénito en la cruz. Y esto es porque Él cree en nosotros.
Jesús pudo aceptar la cruz porque Él creyó en nosotros.
Si ustedes invierten los ahorros de toda su vida en cierto negocio, esto significa que creen que ese negocio será exitoso.
Si piensan que algo puede salir mal, no podrán invertir todo lo que tienen.
Antes que Jesús fuese arrestado y colgado en la cruz, en una ocasión el Espíritu Santo me permitió conocer en inspiración lo que Jesús oró durante el corto período en confinamiento.
"Uno ama pero falta entendimiento. Otro tiene corazón frágil y muchas lágrimas. Hay otro que tiene muchos pensamientos y fe débil. Y otro que tiene un corazón honrado que puede ser fácilmente roto... ellos seguirán sus respectivos caminos con su amor por mí, caminos de martirio, caminos de alegría, o cualquiera que sea el camino, Tú Padre conserva tu anhelo por ellos".
Los discípulos que fueron dejados en este mundo tuvieron diversas clases de debilidades.
Pero Jesús creyó que ellos cambiarían e incluso que llegarían a ser capaces de convertirse en mártires.
Es por eso que Él pudo encomendarlos en las manos de Dios y tomar la cruz con gozo.
El Señor está preparando sus casas celestiales porque Él cree en ustedes como creyó en sus discípulos.
Hasta el día que Él se encuentre con nosotros, no come ni disfruta de ningún festejo, sino que solamente está intercediendo por ustedes y por mí.
[Conclusión]
Amados devotos y otros miembros,
Colosenses 1:6 dice, "que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad".
Así como el Padre y el Señor creyeron en ustedes y han resistido por mucho tiempo, yo también creo en ustedes.
Yo veo con los ojos de fe que los estudiantes, y los miembros de las misiones de jóvenes adultos, Canaán, Luz y Sal, y todos los demás miembros llegarán al espíritu y al espíritu completo.
Yo he podido resistir durante todos estos años porque nunca dudé que muchas almas surgirían como frutos de la Nueva Jerusalén en este final de los tiempos.
Esta fe, esperanza, y espera no cambiará hasta que el Señor vuelva, y el Padre con seguridad cumplirá.
Y yo espero que todos ustedes recuerden este hecho.
Ustedes tienen al Padre que cree en ustedes, y que los sostiene aún cuando caen por un momento.
Tienen al Señor que cree en ustedes al grado de haber tomado los sufrimientos de la cruz.
Tienen al pastor que los guiará hacia el espíritu completo y a otros miembros con quienes se apoyaran mutuamente.
Cuando recuerden este hecho, podrán moverse en el fluir del espíritu completo y convertirse en hijos verdaderos de Dios.
Por lo tanto, oro en el nombre del Señor para que ustedes se conviertan en valiosos obreros que cumplirán la providencia de Dios en el final de los tiempos para traer muchos más frutos de todo el mundo.