• La gracia inolvidable - Servicio de Navidad 2015

    [Lucas 2:10-14]

    25-12-2015 | Rev. Jaerock Lee

    • Escritura

      Lucas 2:10-14
      [10] Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:
      [11] que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.
      [12] Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.
      [13] Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:
      [14] ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!



      Amados hermanos y hermanas en Cristo:

      ¡Feliz Navidad!

      Hoy es un día de abundante gracia.

      La definición del diccionario de la palabra gracia es: ayuda divina inmerecida.

      Jamás debemos olvidarnos de la abundante gracia que hemos recibido de Dios el Padre.

      Para esta Navidad, Dios nos ha dado el mensaje titulado: gracia inolvidable.

      Hasta el momento, Dios el Padre les ha dado tanta gracia, fuerza y muchas oportunidades para prepararse, de lo contrario no hubieran podido hacerlo por sí mismos.

      Es mi anhelo que ustedes tomen un momento para reflexionar y ver qué tan bien reconocen esto y atesorarlo en sus corazones.

      Mientras lo hacen, espero que también puedan decir desde lo profundo de sus corazones: «Pero por la gracia de Dios soy lo que soy…» como leemos en 1 Corintios 15:10.

      Ruego en el nombre de nuestro Señor que ustedes se conviertan en el fruto de la recompensa por la gracia del Señor y del pastor.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo:

      En primer lugar, la gracia inolvidable es «el nacimiento del Señor».

      Nunca debemos olvidar la gracia que se nos ha dado por medio del nacimiento de Jesús.

      Esa noche cuando Jesús nació, la gracia sobre los seres humanos fue tan grande que una multitud de huestes celestiales apareció con un ángel y cantaron alabanzas a Dios.

      Como podemos leer en Lucas 2:14: «¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!»

      Gracias al nacimiento de Jesús, pudo ser escuchado el mensaje de la cruz para salvar a toda la humanidad del pecado; debido a que podía prometer incontables frutos, seguramente sería de gloria a Dios.

      Además, aquellos que creen que Jesús es tanto el Hijo de Dios y el Salvador pueden derribar sus muros de pecado delante de Dios y tener paz con Él.

      Entonces, ellos nacieron de nuevo por medio del Espíritu Santo para convertirse en hijos de Dios, y adquirir la ciudadanía del cielo.

      Pongámoslo de esta manera; un hombre cometió un pecado imperdonable, y fue sentenciado a cadena perpetua; y por ello tenía que enfrentar la muerte en la cárcel.

      Un día, se le otorgó un perdón especial y fue un hombre libre.

      Pero este no es el final.

      Su condición fue actualizada de ser un ex convicto a pasar a ser un buen hombre de familia.

      Sus registros criminales fueron completamente borrados y nadie podía molestarlo.

      Si él tan solo tomaba la decisión, podría comenzar una vida completamente nueva.

      Su perdón especial, sin embargo, no fue una coincidencia.

      Alguien más había realizado un sacrificio por ese perdón.

      Un benefactor anónimo había pagado el precio a favor de este criminal.

      Si este individuo hubiera descubierto lo que sucedió, él jamás se olvidaría de la gracia.

      La gracia que hemos recibido por parte de Jesús fue tan grande que no puede ser comparada con la gracia que mostró el benefactor anónimo.

      Para salvarnos de nuestros pecados, Jesús renunció a todo, incluso a Su propia vida.

      Como resultado de esto, hemos obtenido vida eterna.

      Además, antes de eso éramos pecadores, pero ahora podemos convertirnos en hijos de Dios.

      ¡Es absolutamente una mejoría en nuestra condición!

      Por sobre todas las cosas, al nosotros creer en Dios, todo lo que hacemos y mostramos se acumula en el Cielo para luego convertirse en nuestra recompensa.

      Incluso en este mundo podemos recibir medida buena, apretada, remecida y rebosando; 30, 60 y 100 veces más de lo que hemos sembrado.

      Mientras vivamos en este mundo, podemos disfrutar los beneficios como hijos de Dios.

      Dios el Padre nos ha hecho una promesa que se encuentra en Isaías 43:2.

      «Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti».

      Tal como está escrito, cualquiera que sea el desastre o el accidente, podemos estar protegidos.

      Jesús también hizo una promesa en Juan 14:13 donde leemos: «Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo».

      Como pueden ver, Dios el Padre no simplemente envió a Jesús como nuestro Salvador, sino que también nos trajo respuestas a nuestras peticiones en el nombre de Jesucristo.

      ¡Cuán grande es la gracia que nos ha sido dada por medio del nacimiento de Jesús!

      Por consiguiente, la gracia de Jesús al venir a este mundo, es la primera gracia que no debemos olvidar.

      Amados hermanos y hermanas:

      La segunda gracia que jamás debemos olvidar es «el perdón de nuestros pecados».

      El perdón de nuestros pecados incluye el perdón de los pecados que conducen a la muerte.

      En Juan 5:16 leemos: «Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida».

      Un pecado que conduce a la muerte jamás puede ser perdonado de acuerdo a la justicia.

      Es debido a que el pecado que conduce a la muerte es aquel que nuevamente crucifica al Señor y lo expone a vituperio, es cometer pecado voluntariamente luego de recibir el conocimiento de la verdad y blasfemar, hablar en contra del Espíritu Santo e insultarlo.

      Con respecto a aquellos que cometen tales pecados, Hebreos 6:5-6 dice: «…y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento…».

      Y nuestro Señor en Mateo 12:32 dice: «…no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero».

      Por consiguiente, aquellos que cometen el pecado que conduce a la muerte jamás podrán ser salvos.

      Una vez que ellos mueran, recibirán el tercer o cuarto nivel de castigo en el sepulcro inferior.

      Luego del Gran Juicio del Trono Blanco, serán lanzados al lago de azufre que es 7 veces más caliente que el lago de fuego.

      Desde el comienzo de esta iglesia, continuamente hice hincapié en el evangelio de la santidad y yo nunca pensé que alguno de ustedes podría cometer tales pecados.

      Yo solo pensaba en cómo salvar un alma más y cómo llevar un alma más a la Nueva Jerusalén.

      No obstante, hubo algunos que siguieron sus deseos e hicieron cosas abominables.

      También hubo feligreses que engañaron a los hermanos en la fe a adquirir riqueza de manera perversa.

      Hubo gente que fue tras las riquezas, la fama y el placer, y cometieron actos injustos e hicieron cosas ilegales.

      Los líderes de esta iglesia que eran pastores, levitas, y los ancianos estaban entre los que cometieron tales pecados graves que conducen a la negación de la salvación.

      En 2010, Dios tocó su corazón para escribir todos los pecados que cometieron en sus cartas de arrepentimiento.

      Ya que sus pecados eran tan graves como para recibir el espíritu de arrepentimiento, le pidieron al pastor que intercediera en oración.

      Esas cartas de arrepentimiento llegaron a ser miles.

      Dichas cartas revelaban una cantidad innumerable de pecados los cuales ni siquiera puedo mencionar; fueron los pecados cometidos por aquellos cuyos rostros y nombres pude reconocer.

      En esa realidad, yo parecía ser el único culpable.

      Ya que tenía la responsabilidad y yo era el pastor, no podía decir que me hubiera gustado renunciar.

      Sabía que debía asumir la plena responsabilidad por ellos al dirigirlos hacia el camino que Dios Padre desea, me arrodillé ante el Padre y le pedí perdón.

      Y oré fervientemente.

      «Si yo puedo salvarlos, por cualquier medio, seguramente lo haré. Por favor, Padre, muéstrame el camino. Muéstrame el camino para que reciban la salvación.

      Eres solo Tú, Padre, quien puede hacerlo. Como Tu hijo, me atrevo con audacia a confesar sus pecados y a suplicar
      perdón para ellos. Padre, ayúdame.Padre, sálvalos».

      Para salvar miles de almas, ofrecí oraciones de intercesión a Dios Padre.

      En un sentido espiritual, era equivalente a mover miles de almas del infierno al cielo.

      Luego, el Padre dijo que fue la petición de amor que trascendió la justicia.

      Como me dediqué a este trabajo espiritual, las fuerzas en todo mi cuerpo se filtraron.

      El tuétano se había ido de mis huesos. Todos los órganos del cuerpo y mi estructura se debilitó.

      Si Dios el Padre no me hubiera mantenido con la fuerza espiritual, mi espíritu podía haber salido de mi cuerpo.

      Fui perjudicado durante el proceso de dirigir a las almas que estaban destinadas al infierno, a volver al cielo.

      Ustedes han experimentado que la dificultad del ayuno se decide por qué tipo de petición de oración se tiene.

      Por ejemplo, el ayuno por arrepentimiento es el doble que un ayuno normal.

      Tuve que pagar el precio de la justicia no por un par de pecados, sino por miles de pecados de las almas, y por lo tanto su dificultad estaba muy por encima de la imaginación.

      En consecuencia, Dios Padre dio a la gente la gracia del perdón de los pecados.

      Al perdonar el pecado que no puede ser perdonado, Dios permitió que tuvieran un nuevo comienzo.

      Esta gracia del perdón es la gracia que nunca se debe olvidar en esta Navidad.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo:

      La tercera gracia que no podemos olvidar es «la gracia del cambio».

      Ya que recibieron la grandiosa gracia el 25 de diciembre de 2010, ustedes comenzaron a cambiar con mayor rapidez que antes.

      En vez de decir: «He sido cristiano por muchos años. Soy pastor (o anciano, diaconisa mayor o líder de departamento)», sin duda se dieron cuenta que lo importante no es su apariencia externa, sino cuánto su hombre interior se asemeja a la imagen de Dios.

      Entonces empezó el verdadero cambio.

      El 17 de diciembre de 2010, Dios el Padre dijo:

      «Solo puedo decir que antes del 25 solo existían tinieblas, pero después del 25 hay luz.

      Sus almas no podían hacer nada con el pasado oscuro y la vieja suciedad. Pero esta suciedad fue limpiada y la oscuridad se apartó para que pudieran participar en la gloria que Dios desea; en otras palabras, se ha hecho que las personas puedan llegar a ser alegres y felices por ser testigos de los problemas resueltos por el poder».

      A partir del 2011, la medida de la fe comenzó a ser revisada.

      De esta manera, ustedes trabajaron arduamente para cambiar.

      Como resultado, Dios dijo: «El 25 de diciembre de 2011 es el día en que sus almas pueden lavar sus corazones y colocarse ropas blancas».

      Además dijo: «Es el día en que el Padre se complace en recibir el aroma de sus almas que obedecen completamente la palabra de Dios, que les mandó a ser santificados ante Él.

      ¿Qué clase de gracia de cambio se dio el 25 de diciembre de 2012?

      A medida que la luz original y la voz del corazón del pastor se difundió, ustedes tomaron la decisión de convertirse en personas de espíritu y de espíritu completo.

      En el 2013 fueron capaces de ir en el fluir que hizo que se acercaran al espíritu mucho más rápido.

      Especialmente durante el período de suspensión de 3 meses, los pastores y los levitas cambiaron dramáticamente.

      El 25 de diciembre de 2013 tenía la confianza de decir: "todas estas almas están acercándose al espíritu y espíritu completo"».

      Nunca es un trabajo fácil cambiar la personalidad o romper los criterios personales de la justicia y la bondad de los individuos.

      Sin embargo, mucha más gracia estuvo sobre ustedes para que incluso pudieran cambiar esto.

      La base fundamental para tal gracia fue mi sacrificio de recibir la espada del castigo por ustedes.

      Tal amor se convirtió en la fuerza motriz para ayudarles a cambiar al renunciar a su libre albedrío.

      Por cierto, en 2014, sufrí mucho de picazón grave.

      Este fenómeno tuvo lugar mientras yo trataba de pagar el precio de la justicia en nombre de ustedes.

      Por ejemplo, ¿qué sucedería si sostienen una castaña firmemente?

      Su mano se pincharía con la castaña.

      Si aplican a sus rostros un veneno que pueda derretirlo, su rostro quedará sin forma. Ácido.

      Hay almas que son espiritualmente malas o cuyos corazones son astutos y duros.

      Ellos no solo no van en el fluir espiritual que fue otorgado en el 2010, sino que se quedaron rezagados.

      Existen almas que no desecharon lo malo sino que se hicieron amigos del mundo.

      Yo no podía abandonarlos. Los acogí en mi corazón para que su fe también pudiera crecer junto con el fluir del espíritu.

      Yo también quiero que aquellos que se encuentran en grupos de líderes, como los hombres de espíritu y espíritu completo se conviertan en espíritu verdadero .

      Y así, desde el Retiro de Verano 2014, se dieron los refinamientos para llenar las carencias y deficiencias de los hombres de espíritu.

      A través de estos refinamientos, se dieron cuenta que nunca es fácil pagar el precio de la justicia aunque sea un poco por sí mismos.

      Como resultado, el 25 de diciembre de 2014 fue el día en que entendieron que no hicieron nada para recibir su medida actual de la fe, sino que fue completamente hecho por el pastor.

      Luego de aprender esta lección, Dios nos dio el «fluir del espíritu completo» en 2015.

      Dios enfatizó muchas veces en lo importante que es para cada individuo pagar el precio de la justicia, incluso en un 1%, aunque el pastor se haya hecho cargo del 99%.

      También dijo que los hombres de espíritu deben mostrar obras para llenar sus deficiencias y carencias.

      Dijo que los que pagan correctamente el precio de la justicia en un 1% pueden estar parados en la roca, o entrar al espíritu y espíritu completo el 25 de diciembre.

      Y así, el 25 de diciembre de 2015 es el día de alegría cuando nace el fruto del cual Dios el Padre pueda estar satisfecho.

      Estos frutos de gloria se unirán con el pastor a través de la verdadera confianza y desempeñan el papel principal en hacer el ministerio real de la tercera etapa para esta iglesia.

      Además, gracias a aquellos que guían a las almas, otros obreros y miembros podrán ir más rápidamente en el fluir del cambio.

      La gracia para los diferentes niveles de cambio en cada 25 de diciembre; esta es la gracia que nunca debemos olvidar.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo:

      El 25 de diciembre es el día para regocijarse y celebrar el nacimiento de Jesús Dios enviado a este mundo para la salvación de las almas.

      Por consiguiente, es el día de gloria para aquellos que han sido salvos por medio de Jesucristo.

      El 25 de diciembre tiene un significado verdaderamente importante para esta iglesia, así como para la providencia del cultivo de la humanidad.

      El fruto que Dios el Padre desea adquirir es el hombre que tiene un corazón sincero, en plena certidumbre de fe.

      Dios Padre está cosechando esos frutos de esta iglesia en este tiempo final en donde el pecado y el mal prevalecen.

      Dado que no es fácil para las almas simples entrar al espíritu y espíritu completo por sí mismas, Dios permitió al pastor pagar el precio de la justicia en un 99%.

      A los que se unen con el pastor como uno se les permite convertirse en el fruto de la gloria por Dios cuando pagan solo el 1% del precio total.

      Aquellos que se han convertido en tales frutos confiesan de su corazón:

      «Soy lo que soy por la gracia de Dios quien está conmigo.

      Es por la gracia del Señor, que dio Su vida por mí. Es por la gracia del pastor quien pagó el precio de la justicia por mí».

      Nunca fue fácil para mí pagar el 99% por todos ustedes.

      Debido a los síntomas que tuvieron lugar en mi cuerpo, he vivido como si no me sintiera que estoy vivo.

      Incluso sentí el sufrimiento del abismo.

      Sin embargo, he soportado hasta ahora todo por causa de ustedes.

      Yo no tendría que haber hecho todo esto si no habrían verdaderos hijos que Dios desea.

      Yo no habría sido capaz de hacerlo si no hubiera sido por ustedes.

      Debido que confiaron y creyeron en mí, pude superar esos años.

      Que nunca se olviden de la gracia que Dios les ha dado en Navidad.¡Ruego en el nombre de nuestro Señor que lo guarden en sus corazones, y surjan como frutos de gloria!

      [¡Amén!]


    • Language
    • x