[Salmos 126:5-6]
31-12-2016 | Rev. Jaerock Lee
Escritura
Salmos 126:5-6
[5] Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.
[6] Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.
Amados hermanos en Cristo:
Demos todas las gracias y gloria a Dios el Padre quien nos ha guiado hasta este momento, el servicio de Año Nuevo 2017.
Les doy la bienvenida a cada uno de ustedes en este lugar bendecido en el nombre del Señor.
Agradezco a todos los pastores y demás miembros quienes han venido de todo el país y el mundo, y todos quienes están participando a través de GCN TV y la Internet.
Doy las gracias a todos los que han trabajado arduamente por el reino de Dios durante el año 2016 en sus respectivas áreas.
Amados hermanos en Cristo:
La pasión y el esfuerzo sinceros son necesarios para lograr un resultado.
Sin esfuerzo, no hay fruto.
Lo mismo sucede en el Señor.
Salmos 126:5-6 dice: «Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas».
Dios el Padre ayuda a cosechar lo que se siembra y recompensa a cada uno según su obra. Asimismo, Él ayuda a producir fruto de justicia sin el mínimo error.
Cada año esta iglesia ha tenido la garantía de dichos frutos.
Todos los ministerios de esta iglesia tales como las misiones mundiales, la salvación de las almas y las obras del poder de Dios que demuestran Su omnipotencia han producido grandes y abundantes frutos hasta hoy.
Entre estos está el fruto más deseado por Dios el Padre.
Se trata del fruto de los «hijos verdaderos» que alcanzan el corazón del espíritu y el espíritu completo.
En especial en este año en el que ha comenzado la 3ra etapa de crecimiento, muchos de ustedes se han sumergido en el fluir del espíritu completo que es más fuerte que nunca.
Han hecho grandes esfuerzos por llenar el 1% de la medida de justicia al equiparse con palabras espirituales, al descubrir su identidad, al orar con fervor y así por el estilo.
En consecuencia, muchos de ustedes han cambiado y ciertamente se han convertido en granos buenos.
Es probable que ustedes mismos hayan notado que son diferentes a lo que solían ser y han visto fruto de amor y bondad.
Por cierto, ¿hay alguien aquí que dice que su cambio es más lento que los esfuerzos que ha hecho para ello?
Si con firmeza han acumulado obras para ser transformados, Dios el Padre sin duda los ayudará a producir fruto en su tiempo.
Alguien está a punto de convertirse en un fruto del espíritu. Otros están llenando la medida para convertirse en frutos. Todos difieren en el tiempo de producir frutos.
No obstante, poco a poco se levantarán como el mejor fruto.
Y tengo aún mayores esperanzas y expectativas porque la cuarta petición de oración del 2017 es «el fruto del pastor».
El 2017 es el 7.o año de justicia; pues yo comencé a llenar la justicia en el 2010.
El número siete (7) es el número perfecto en un sentido espiritual y también tiene un significado muy importante para mí.
En el séptimo año de mi enfermedad, mientras estaba en cama, yo conocí al Señor. Me tomó siete años de oración y ayuno repetido hasta que Dios me explicó aquellos pasajes difíciles de la Biblia.
Así que estoy muy emocionado de ver con qué tipo de frutos me recompensará Dios el Padre ya que el 2017 es el séptimo año desde que comencé a llenar la justicia.
Yo creo que la semilla de las lágrimas que esta iglesia ha sembrado brotará como frutos hermosos.
Pronto daremos la bienvenida al nuevo año en el que cosecharemos tales frutos con gozo.
Yo ruego en el nombre del Señor que ustedes puedan levantarse como frutos del pastor a través de este mensaje.
Amados hermanos en Cristo:
Dios el Padre ha deseado profundamente que esta iglesia produzca innumerables frutos de hijos verdaderos en los tiempos finales.
Por lo tanto, como su pastor, les he enseñado cómo pueden surgir como frutos del espíritu y les he mostrado ejemplos en innumerables ocasiones.
Les he provisto la profunda y espiritual Palabra de Dios que es el mejor alimento y he sembrado la fe al manifestar innumerables obras del poder de Dios.
Con ansias he esperado que los frutos del espíritu se presenten ante Dios el Padre.
Contrario a mis expectativas, el fruto ante mis ojos en el año 2010 fue estremecedor.
En ese entonces muchos de ustedes eran semejantes a frutos malos, mordidos por gusanos o como frutos vacíos que por fuera se veían muy bien.
Al igual que un árbol seco y lóbrego de finas ramas sin hojas, yo también me sentí triste y solo.
Pero no había tiempo para que yo me sintiera desalentado.
Para poder producir fruto nuevamente, yo debía comenzar a pagar el precio de la justicia, algo que nadie más que yo podía hacer.
La justicia que planté por fe consistía primeramente de lágrimas, paciencia y esperanza.
Derramé caudales de lágrimas.
Lloré día y noche; lloré todo el tiempo de modo que el área alrededor de mis ojos se inflamó e infectó.
Yo derramé lágrimas, no por mi agonía y angustia, tampoco por el dolor que sentía.
Lloré por el dolor de las ovejas que sufrían debido a sus pecados y enfermedades; y porque sentía el corazón de Dios el Padre y del Señor que los estaban observando.
En la Biblia vemos a Jesús derramando lágrimas por la muerte de Lázaro.
Tal como está escrito en Juan 11:35 que dice que Jesús lloró, cuando Él vio a María llorando sintió tristeza y lloraron juntos.
Durante Su ministerio público, cuando Jesús veía a la gente sufrir tanto en lo espiritual como en lo físico, Él se entristecía y lloraba con ellos.
Esto era así porque Él sentía el dolor que sufrían Sus hijos amados.
¿Cuántas lágrimas más derramará Jesús cuando ve almas que van hacia el infierno?
Dios el Padre también lloró durante el cultivo de la humanidad por causa de la maldad y la traición de los hombres.
Pero las lágrimas de Dios el Padre y del Señor contienen Su anhelo más profundo.
Las lágrimas sin esperanza terminan en dolor y solo dejan heridas.
Por otro lado, las lágrimas con la esperanza de cambio de una persona y que esta se convierta en fruto, al final producen vida.
Eso es lo que me sucedió a mí.
Por 10, 20 y 30 años yo he derramado muchas lágrimas; gracias a ellas muchas almas han surgido como frutos que no lloran lágrimas de arrepentimiento y dolor, sino de gratitud y gozo.
Amados hermanos en Cristo:
En segundo lugar, la justicia que planté por fe consistía de perseverancia y paciencia.
En junio de 1992, mientras yo estaba llorando por el reino de Dios y las almas, una cantidad excesiva de sangre salió de mi nariz y mi boca.
El sábado 13 de junio, después de haber derramado toda mi sangre, yo experimenté el momento de la muerte.
Mi pulso dejó de latir y mi respiración cesó.
Y entonces vi al Señor a quien había extrañado tanto.
Me sentí abrumado con indescriptible emoción y gozo.
De repente el Señor me hizo una pregunta: —Mi siervo, ¿te quedarías en mis brazos?
No tarde nada en responder: —Mi Señor, yo quiero encontrarme en tus brazos, por favor.
Entonces el Señor me mostró algo.
Había muchos miembros que abandonaban la iglesia y se dirigían al infierno.
Al ver eso mis ojos se llenaron de lágrimas y no pude evitar decir: — Quiero regresar con ellos.
Amados hermanos:
Desde entonces he experimentado las crisis de la muerte muchas veces.
Algunos días me digo a mí mismo: «Si dejo de respirar y mi vida termina aquí, el sufrimiento cesará».
Tuve que soportar todo el sufrimiento y dolor del cuerpo entero, de pies a cabeza, desde los tejidos hasta las células.
Pero yo lo soporté una y otra vez.
Desesperadamente anhelé estar en los brazos del Señor pero soporté y rechacé el optar por la muerte.
Tal como está escrito en Filipenses 1:24 que dice: «pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros», yo debo quedarme junto a ustedes hasta el final para así guiar a innumerables almas a la Nueva Jerusalén, que es la tarea que Dios el Padre me ha dado.
Es por eso que he soportado y perseverado aun cuando mis ovejas amadas olvidaron la gracia y me abandonaron, y cuando la gente me difamó y calumnió con palabras malvadas.
Para ayudar a que mi rebaño regrese yo he soportado el sufrimiento mientras lleno la justicia por ellos.
Esta noche, mañana y hasta que el Señor regrese yo esperaré los frutos gloriosos de la Nueva Jerusalén que se otorgarán a esta iglesia en los tiempos finales.
Creo con firmeza que en los tiempos finales de mi resistencia y perseverancia, todos ustedes se levantarán como bellos frutos.
Amados hermanos en Cristo:
La justicia que he sembrado con fe como su pastor ha sido, en tercer lugar, la misericordia y la salvación.
Al llevar a cabo el ministerio en estos tiempos finales hay una cosa positivamente necesaria.
Dios el Padre dijo que se trata del corazón de la misericordia.
¿Qué es eso?
En los tiempos finales cuando el mundo está lleno de pecado y maldad no hay forma alguna de salvar a las almas sin tener un corazón lleno de misericordia por ellas.
Dios el Padre dijo que no habría casi ninguno que sería salvo por el juicio de la consciencia en esta generación.
Es por eso que la gente necesita un pastor verdadero que pueda orar con lágrimas por ellos y guiarlos a la salvación por la misericordia de Dios el Padre.
Cuando yo comprendí este anhelo de Dios Padre oré cada día y le pregunté cómo podía salvar a esas almas moribundas.
De ese modo el «Poder de Dios» se convirtió en el motivo de mi oración.
Por el poder de Dios yo he tenido que recibir un intenso entrenamiento espiritual para pasar las puertas del reino espiritual y también he enfrentado el momento de la justicia frente a la muerte.
Al final he demostrado un reino espiritual tan profundo como si estuviera justo frente a sus ojos, y les he permitido experimentar el poder de Dios.
A través de esto muchas almas en el mundo han despertado de su letargo espiritual y los que solían dirigirse al infierno comenzaron a tener esperanza por el reino de los cielos y a llevar una vida cristiana verdadera.
Como pueden observar, por los últimos 34 años, mi ministerio ha sido solamente para la salvación de las almas.
En los últimos seis años el corazón de la misericordia por las almas se fortaleció y se ha hecho más profundo.
Su comienzo fue el arrepentimiento en el 2010.
Desde entonces he vivido solamente con el corazón de la misericordia para llevar a la salvación a todas las almas.
Lo mismo ocurrió cuando invité a nuestros estudiantes a mi casa de oración el pasado mes de mayo.
Dado que es el lugar santo donde yo me comunico con Dios el Padre, no puedo invitar a gente carnal.
Pero Dios el Padre entendió mi anhelo de brindar más esperanza a los estudiantes, y Él me permitió invitarlos.
Aun así, yo tuve que llenar la consecuente justicia por ellos.
Yo no pude dormir toda la noche por causa de las convulsiones y la picazón que era cada vez peor.
Pero yo solo anhelaba ayudarlos a sentir la felicidad del cielo para que pudieran correr con fervor hacia el espíritu y el espíritu completo.
Esta obra de salvación de las almas moribundas es el punto clave más crítico en el poder de la re-creación que alcanzaré en el futuro.
Amados hermanos:
¿Qué tipo de fruto se producirá en el 2017?
Uds. ya han escuchado sobre los frutos con relación a la iglesia en los mensajes anteriores de las peticiones de oración.
Según la providencia para los tiempos finales nosotros tendremos los cimientos para el ministerio mundial y la purificación de las iglesias de Corea.
Además las obras de mi poder de re-creación se extenderán ampliamente por el mundo.
Y finalmente tenemos los frutos que serán los más importante en el cumplimiento de la obra de Dios el Padre.
Estos son los frutos del espíritu y el espíritu completo que se alcanzan junto al pastor en confianza.
Dado que Dios el Padre alcanza Su ministerio en los tiempos finales por medio de Sus frutos perfectos, es decir, los de espíritu y espíritu completo, Él ha guiado esta iglesia a concentrarse principalmente en producir frutos del espíritu y del espíritu completo desde el 2010.
Y por años Él ha puesto énfasis en la «confianza» que es la fuerza más importante que impulsa este ministerio.
En otras palabras, es «la confianza y el amor hacia el pastor».
Mi sacrificio que ustedes han visto en los últimos seis años también es la voluntad de Dios Padre para incrementar la confianza y el amor.
Él les ha ayudado a entender a través del pastor visible que el corazón de lágrimas, paciencia, esperanza, perseverancia, resistencia, salvación y misericordia es en realidad el amor de Dios Padre y del Señor para ustedes.
Solamente cuando llegan a confiar verdaderamente en este amor pueden ser fortalecidos por las obras de poder de recreación.
Si ustedes creen en el 99% de la justicia que yo he llenado y confían por completo en el poder de re-creación, al 100%, yo tomaré la responsabilidad total de llevarlos a la Nueva Jerusalén por todos los medios posibles.
Yo les animo a que alcancen esta confianza y amor, y que se levanten como frutos del pastor.
Así como muchas almas han aceptado al Señor y muchas iglesias se han establecido por la obra del apóstol Pablo, a través de cada uno de ustedes que son el fruto del pastor se producirán abundantes frutos en los tiempos finales.
Pronto comenzará el nuevo año.
El 2016, que fue el primer año de la tercera etapa de crecimiento, ya terminó; y el 2017 finalmente ha llegado.
Yo doy la bienvenida a este nuevo año con expectativas mucho mayores y emocionantes.
Yo espero que ustedes se conviertan en hermosos frutos de espíritu y espíritu completo ante Dios, y que esta iglesia produzca frutos grandiosos por medio de ustedes.
1 Tesalonicenses 2:19 dice: «Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida?».
Ruego en el nombre de nuestro Señor Jesucristo que ustedes reciban elogios, honra y grandes recompensas como frutos del pastor en el día que se presenten ante Dios el Padre.
Amados hermanos: ¡Prospero año nuevo y felicidad!